Etiqueta: IZQUIERDA

Ni izquierda ni derecha

Por Leonard Read

(The original article, in ENGLISH, is available here).

“¡Eres raro, no eres ni de izquierda ni de derecha!”. Esta observación, hecha después de un discurso que di, mostró una visión poco común. Fue raro, porque era muy extraño escuchar a alguien que llegara a esa conclusión por su cuenta. Y fue perspicaz porque fue precisa.

La mayoría de la gente parece siempre estar buscando términos simplistas y simplificadores, de generalizaciones cómodas y prácticas, pues les ayudan en sus discursos y definiciones. Estos términos se utilizan para reemplazar definiciones tediosamente largas y complejas. Sin embargo, es fundamental tener cuidado a la hora de elegir los términos, pues es común que estas simplificaciones generen trucos semánticos y producen un alivio a los que los utilizan. Me temo que este es el caso de los términos “izquierda” y “derecha” cuando definimos a los libertarios, porque como espero demostrar, ni estamos en la derecha ni en la izquierda con respecto a todo el espectro ideológico aceptable de nuestra era.

“Izquierda” y “derecha” describen, cada uno, posiciones autoritarias. La libertad no tiene ninguna relación horizontal con el autoritarismo. La relación entre el libertarismo y el autoritarismo es vertical; va mucho más allá de la putrefacción de hombres esclavizando a otros individuos. Pero empecemos desde el principio.

Hubo un momento en que la “izquierda” y la “derecha” eran nombres apropiados y nada inexactos para las diferentes ideologías. Los primeros izquierdistas eran un grupo de representantes recién elegidos para la Asamblea Nacional Constituyente de Francia, a principios de la Revolución Francesa en 1789. Fueron etiquetados “izquierdistas” simplemente porque, por casualidad, estaban sentados en el lado izquierdo de la cámara legislativa francesa.

Los legisladores que estaban sentados en el lado derecho eran llamados los del partido de la derecha o derechistas. los derechistas o “reaccionarios” abogaban por un gobierno nacional altamente centralizado, leyes especiales y privilegios para los sindicatos y otros grupos y clases; monopolios estatales en los sectores estratégicos y básicos para la vida, y la continuación de los controles gubernamentales sobre los precios, la producción y distribución. — Dean Russell, The First Leftist [Irvington-on-Hudson, N.Y.: Foundation for Economic Education, 1951], p. 3.

Los izquierdistas de la época eran, para todos los propósitos prácticos, ideológicamente similares a lo que hoy podríamos llamar “libertarios”. Ya que los derechistas representaban la ideología opuesta: estatistas e intervencionistas -en resumen, autoritarios. “Izquierda” y “derecha” en Francia, durante el período 1789-90, eran términos que presentaban, al mismo tiempo, una mayor comodidad semántica y un alto grado de precisión.

Pero luego vinieron los jacobinos autoritarios, y el término “izquierdista” fue expropiado rápidamente por ellos, empezando a tener un significado opuesto. “Izquierdista” pasó a convertirse en sinónimo de igualitarista, siendo después asociado con las vertientes del socialismo marxista: comunismo, socialismo, fabianismo. ¿Qué pasó, entonces, con el término “derechista”? ¿Dónde encajaría ahora, después de esta rotación semántica del término “izquierdista”? Los camaradas de Moscú se encargaron de esta tarea, y en su beneficio: cualquier cosa que no fuera comunista o socialista se decretó y se anunció como “fascista”. Por lo tanto, cualquier ideología que no encajaba totalmente dentro de la etiqueta de comunista (izquierda) pasó a ser popularmente llamado fascista (derecha).

Esta es la definición de fascismo según el diccionario Webster: “Cualquier programa destinado a la creación de un régimen autocrático centralizado nacional con políticas nacionalistas y seriamente comprometidos en un intenso programa de reglamentación de la industria, comercio y finanzas; con una rígida censura y una energética supresión de la oposición”.

¿Cuál es, en la práctica, la diferencia entre comunismo y fascismo? Ambas son claras formas de estatismo y autoritarismo. La única diferencia entre el comunismo de Stalin y el fascismo de Mussolini es un detalle insignificante en la estructura organizacional. ¡Pero uno es de “izquierda” y el otro es de “derecha”! Entonces, ¿dónde deja eso a todo libertario en un mundo en el que los términos fueron definidos por Moscú? El libertario es, en realidad, todo lo contrario del comunista. Sin embargo, si el libertario usa los términos “izquierda” y “derecha”, estará cayendo en la trampa semántica de convertirse en un “derechista” (fascista) por el simple hecho de no ser un “izquierdista” (comunista). Eso sería un suicidio semántico para los libertarios, una invención artificial que automáticamente excluiria su existencia. Mientras los comunistas y los socialistas sigan utilizando esta definición, hay varias razones para los libertarios evitar usarla.

Un gran problema que se planteará en el caso que el libertario opte por usar la terminología izquierda- derecha es la gran tentación que esta postura crea para aplicar la doctrina del término medio. Durante casi veinte siglos, el hombre occidental aceptó la teoría aristotélica de que la posición sensata está entre dos extremos, que hoy es conocida como la posición moderada, conciliadora, la tercera vía, o simplemente el centro. Si los libertarios utilizan los términos “izquierda” y “derecha”, ellos serán calificados como extrema derecha por el simple hecho de ser extremadamente distantes en sus creencias del comunismo. Pero la “derecha” es un término que pasó a ser exitosamente identificado con el fascismo. Por lo tanto, cada vez más personas creen que la postura sensata sería en algún lugar entre el comunismo y el fascismo, ya que ambos significan autoritarismo.

Pero la doctrina de término medio no puede aplicarse indiscriminadamente. Por ejemplo, es una doctrina lo bastante sensata cuando se está decidiendo, de un lado, el total ayuno y, de otro, la gula extrema. Pero es claramente una locura cuando se quiere decidir entre no robar nada o robar 1.000 dólares. El término medio recomendaría robar 500 dólares. Luego, el término medio no es más sensato ni racional cuando se aplica al comunismo y al fascismo (dos etiquetas para el mismo autoritarismo) que cuando se aplica a dos tipos de robo. El libertario no tiene nada que ver con la “izquierda” o “derecha”, simplemente porque él desdeña cualquier forma de autoritarismo -el uso del aparato estatal para reprimir y controlar la creatividad del individuo y el espíritu empresarial.

Para él, comunismo, fascismo, nazismo, fabianismo, asistencialismo -toda forma de igualitarismo- se adapta en la descripción definitiva que Platón, quizás cínicamente, nos dio siglos antes de que cualquiera de estos sistemas coercitivos se desarrollaran:

El más grande de todos los principios es que nadie, hombre o mujer, debe prescindir de un líder. tampoco la mente de un individuo deberá habituarse a dejarse hacer cualquier cosa ni por iniciativa propia, ni por celo, ni siquiera por placer. tanto en la guerra como en la paz, a su líder deberá dirigir su mirada y seguirle fielmente. e incluso las cosas más pequeñas deben ser objeto de algún liderazgo. por ejemplo, él debe levantarse, moverse, lavarse o comer… sólo si se le ordena hacer tal cosa… en resumen, deberá enseñarle a su alma, a través de la costumbre y la práctica repetida, a nunca soñar en actuar de forma independiente. en efecto, debe enseñarle a su alma a ser totalmente incapaz de ello.

Pasando por encima de la degradación

Los libertarios rechazan este principio y, al hacerlo, no se colocan ni a la derecha ni a la izquierda de los autoritarios. Ellos, como los espíritus humanos, se liberan, suben -están arriba- de esta degradación. Su posición en el espectro ideológico, si tuviéramos que utilizar analogías direccionales, sería encima -como un vapor que se separa del estiércol y se eleva a un ambiente sano. Si la idea del extremismo se aplica a un libertario, que se base en qué tan lejos está de sus creencias y de la oposición a las tentaciones autoritarias.

Establezca este concepto de emergencia, de liberación -que es el sentido mismo del libertarismo-, y el significado de la doctrina del término medio pasará a ser inaplicable, porque no es posible tener una posición a medio camino entre el cero y el infinito. Y es absurdo sugerir que podría serlo.

¿Qué términos simples los libertarios deberían aplicar para distinguir las variedades de “izquierdistas” y “derechistas”? No conseguí inventar ninguna, pero hasta que lo consiga, me contento con decir que “yo soy libertario”, y yo estoy dispuesto a explicar la definición de este término para cualquier persona que busque significados en lugar de etiquetas.


I AM NEITHER LEFT-WING NOR RIGHT-WING
I HAVE COMMON SENSE… WHICH IS DIFFERENT

VÍDEO: Frank Cuesta ESTALLA contra Podemos: “Panda de imb€ciles”

Frank Cuesta ha acudido este miércoles a El hormiguero para presentar su nuevo programa Carreteras salvajes. El presentador aprovechaba la ocasión para opinar sobre algunos aspectos de nuestro país.y se ha mostrado muy crítico con la Lay de bienestar animal del Gobierno. Cuesta deja caer que la han hecho miembros del PSOE y Podemos que no tenían ni idea del tema animal.

Esto es hablar con sensatez, pero claro, la izmierda de eso no tiene, imbéciles es poco, majaderos como mínimo. Da gusto oirle hablar, todo tiene sentido, y lo deja bien claro, lamento que el doblaje al inglés, bueno, en general los doblajes de YouTube, no terminan de convencerme, espero que podáis entenderlo, pues es puro sentido común, todo lo contrario que lo que predica eso que llaman «progresismo» y que de progreso NO TIENE NADA, AL CONTRARIO, ES PURO INVOLUCIONISMO.

No perder detalle, de verdad que merece la pena, sentido común en lugar de gilipolleces infantiloides respaldadas por una pequeña élite de hijos de …. que no pretenden otra cosa que llevarnos hacía la sociedad que describe George Orwell en su novela «1984»

Cómo los «Ambientalistas», BLM y LGBTIQ+ son utilizados para extorsionar

Escrito por: Jose Miguel

Todos sabemos que la izquierda es astuta y habilidosa al momento de promover sus agendas.

Son tan astutos, que han sabido tocarle la tecla a comunidades como los LGBTIQ+, BLM y los «Ambientalistas», hasta el punto que los resentimientos los convierten en «luchas».

Pero para poder hacer más bulla que los contrincantes, no basta con «gritar más fuerte», sino que hay que silenciar a los que no piensan igual que ellos, y los ☭ usan a estas comunidades para lograrlo.

Les explico cómo…

Al igual que toda mafia o pandilla, los comunistas apelan a la extorsión, persecución y el chantaje de los disidentes. Todo aquel que no se pliegue a su narrativa, es considerado «enemigo de la causa» y debe ser cancelado.

Pero para cancelarlo, hay que utilizar el poder. Los comunistas ☭ tienen poder económico, poder político y poder mediático. Combinados todos, terminan en algo muy peligroso: poder de manipulación.

Para manipular, la izquierda se apalanca en algo que a la gran mayoría de seres humanos les importa: las causas.

Ha sido la izquierda ☭, a través del financiamiento, el poder político y los medios, quienes han convertido a estas comunidades en supuestas causas:

Financian a grupos dentro de estas comunidades, para que hagan más bulla y alborotos que cualquier otro.

Veámoslo uno por uno: La autora estadounidense Candace Owensc expuso el gran tramado financiero que hay detrás de la organización BLM.

Este movimiento es usado como una célula de la mafia de izquierda, para bajar recursos $$ que financian todas las protestas y desastres de BLM.

BLM no solo es la cabeza de toda una pandilla de organizaciones que financia a supuestos «movimientos por los derechos de los negros», sino que desde BLM se bajan millones de dólares para movimientos que se identifican como LGBTIQ+ .

En palabras simples: El movimiento BLM es la nave nodriza y de ahí para abajo, movimientos como LGBTIQ+ y todos sus derivados, son células de una organización que funciona como mafia y como pandilla.

Pero ya va, ¿Por qué cómo pandilla? Las alas extremistas del movimiento BLM y de la comunidad LGBTIQ+, emplean las mismas técnicas y métodos que los pandilleros, al momento de ir contra sus contrincantes.

¿Qué contrincantes? Quienes no promuevan su narrativa y quienes la critiquen.

Son innumerables, la cantidad de veces que BLM y LGBTIQ+ han amenazado con sabotear, boicotear y hasta destruir, empresas, marcas, figuras públicas y al ciudadano común, utilizando su poder económico, político y mediático para difamar y extorsionar a los disidentes.

Estas pandillas han sido capaces de presionar a empresas para que despidan empleados, bajo la etiqueta «racistas» y «homofóbicos». También, han hecho que el poder político cierre negocios o imponga multas sobre negocios bajo las mismas etiquetas de «racistas» y homofóbicos».

Todo lo que no se sume a su narrativa, los movimientos BLM y sus células como la comunidad LGBTIQ+ los acusan con etiquetas que hoy día, la corrección política ha convertido en mazos para arrodillar a la humanidad. Racismo y homofobia son etiquetas que se usan hoy para extorsionar.

Hay un movimiento que funciona igual, pero más a nivel corporativo: los supuestos «Activistas por el medio ambiente». Estos son profesionales de la extorsión, porque tienen mucho poder y lobby político, en los principales gobiernos del mundo y en el Foro Económico Mundial.

La supuesta causa «por el medio ambiente» que promueven los «activistas por el medio ambiente», es utilizada para:

– Conseguir recur$o$ infinitos, vía impuestos, tasas y aranceles.
– Castigar a las empresas a través de multas y penalizaciones, por «no cumplir con lineamientos medioambientales».

¡Extorsión!

¿Cómo hacerles frente? Primero, hay que estar muy claros en que es deber moral el hacerle la guerra cultural a los tres: BLM + LGBTIQ+ + Activistas ambientales. Segundo, hay que mantenerse firmes en las opiniones, las tradiciones, la forma de ver la vida, las creencias y los valores. ¡No cedan!

La única forma de ponerle freno a las alas radicales de estos movimientos, es a través de la integridad, la unión, el trabajo en equipo y la guerra cultural. ¿Te quieren extorsionar? Pues hay que exponerlos. ¿Te quieren chantajear? Hay que hacerlo público y dejarlos en evidencia.

Si hay algo que sobra dentro de estas comunidades es:

– La hipocresía
– La xenofobia
– El desprecio por la libertad
– El odio a quien no piense igual
– El desprecio a lo bueno
– La intolerancia a la crítica
– La cultura pandillera

No se dejen intimidar.

Cierro con esto: Para parecer fuertes y hacer bulla, no se necesita tener más músculo y gritar más fuerte, solo hay que saber intimidar y amasar a un grupito de adoctrinados que griten. Ellos no son más fuertes, ni mayor cantidad, pero saben hacer ambas.

¡Vamos a exponerlos!

La razón por la que los partidos centristas se han transformado en socialistas e irán a peor

El centrismo se ha convertido en una ficción por la radicalización de la izquierda

Elentir

Desde hace más de 200 años, se viene dividiendo el mapa político en dos facciones: derecha e izquierda. En medio de ellas estaría el llamado «centrismo».

Si equiparamos a la derecha con el conservadurismo y a la izquierda con el socialismo, ¿qué es el centrismo? Aparentemente sería una mezcla de ambas facciones. Existen, de hecho, posiciones que son llamadas de «centro-izquierda» y de «centro-derecha», para referirse a aquellas personas y partidos más cercanas al centro político. Lo que mucha gente no tiene en cuenta es que estamos ante un mapa variable, y esto significa que aunque la derecha no cambie sus posiciones, el resto del mapa sí ha cambiado: se está estirando hacia la izquierda.

En los últimos años, la izquierda ha vivido un proceso de radicalización, que ha invertido la tendencia que se dio en Occidente en la postguerra, cuando los llamados socialdemócratas fueron abandonando las tesis marxistas y aceptando la economía de mercado y la democracia liberal. Desde hace tiempo, el llamado centro-izquierda ha ido asumiendo tesis que hasta entonces sólo defendía la extrema izquierda, como el feminismo radical y la ideología de género (y especialmente su versión más radical, la teoría queer).

La derecha pudo haber aprovechado esa oportunidad para evidenciar el creciente extremismo izquierdista, pero decidió iniciar una huida hacia el centro en un intento por ocupar ese espacio que creía abandonado por la izquierda. Al intentar ocupar el centro, la derecha abandonó sus posiciones de siempre y fue arrastrada por la izquierda en su proceso de radicalización. ¿Cómo pudo ocurrir esto? Pues por la sencilla razón de que el centro político es una posición equidistante: con una izquierda más radicalizada, el centro se mueve hacia la izquierda. Cuanto mayor es la deriva extremista de la izquierda, mayor es el desplazamiento izquierdista del centro político.

El problema de los partidos centristas es que la sociedad no se mueve al mismo ritmo que ellos. El creciente divorcio entre el centrismo y sus votantes ha dado lugar a una nueva derecha, que ha acabado ocupando ese espacio abandonado por el centro-derecha. Esa nueva derecha ha empezado a librar una batalla ideológica que el centrismo no puede dar, debido a su equidistancia. Esto representa un gran problema para los partidos centristas, que estaban muy tranquilos cuando no tenían competencia por la derecha. Ahora que la tienen, el centrismo debe elegir: seguir dejándose arrastrar por la izquierda o recuperar las posiciones perdidas. La mayoría del centrismo ha elegido la primera opción, porque ya no sabe hacer otra cosa que dejarse arrastrar por la izquierda.

Ésa es la razón de que cada vez sea más difícil distinguir a un centrista y a un socialista. Debido al desplazamiento de la izquierda hacia la extrema izquierda, que está llegando a unas cotas inimaginables hace sólo unos años, los centristas de hoy están ocupando las coordenadas ideológicas de los socialistas de ayer, y el proceso no se detiene, por lo que la deriva izquierdista del centrismo está condenada a ir a peor, como ya estamos comprobando. De hecho, el centrismo ya viene asumiendo viejas posiciones de la extrema izquierda (como las citadas del feminismo radical y de la ideología de género) igual que lo hizo la izquierda. El centrismo de hoy es el socialismo de hace 10 o 15 años.

Esto presenta un reto para la nueva derecha que se mantiene fiel a los planteamientos conservadores. ¿Tiene sentido que la derecha conservadora se sienta afín a un centrismo abiertamente socialista? ¿Cómo conciliar las posiciones provida de la derecha conservadora y la militancia abortista que ha adoptado el centrismo en su viaje hacia la izquierda, por ejemplo? En Polonia esa ruptura ya se produjo hace años: la derecha conservadora (el partido Prawo i Sprawiedliwość, PiS) es ya directa rival de la centrista Platforma Obywatelska (PO, abiertamente proaborto y aliada con la izquierda).

En España aún no se ha dado esa ruptura, pero Vox (partido conservador y provida, socio del partido PiS) tiene una relación cada vez más difícil con el Partido Popular (PP, centrista y socio de la PO), que viene asumiendo gran parte de las tesis ideológicas de la izquierda y cuya secretaria general ha afirmado sentirse más cerca de los socialistas del PSOE que de Vox. La cuestión es que si el PP sigue su viaje hacia la izquierda, será insostenible para Vox pactar con ese partido y tendrá que asumir que el PP es tan rival de la derecha como el PSOE.

Foto: La Moncloa. El socialista Pedro Sánchez, presidente del gobierno d España, saludando a Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular, en una visita de éste al palacio de La Moncloa.

Credencialismo, crisis y censura: cómo la izquierda eliminó el debate

Todo lo que creen los fascistas progresistas es ahora un hecho oficial.

POR DANIEL GREENFIELD. ORIGINAL ARTICLE IN ENGLISH

“La gran verdad: defender la democracia en la era de la gran mentira”, escrito por un reportero de CBS y un activista político, es el último esfuerzo de los izquierdistas para envolverse en la bandera de la verdad.

El sesgo de los medios se ha despojado de su color protector de neutralidad y grita que su lado, los izquierdistas, representan la verdad y los conservadores la ‘mentira’. El título de “La gran verdad”, un ejercicio olvidable de señalar la virtud, es interesante solo porque abarca tan perfectamente un feed de medios que es un juego de bromas locas de “X republicano mintió, Y demócrata espera que la verdad triunfe”.

El problema es que esto no es sólo propaganda destilada hasta su esencia pura, de modo que todos los titulares de los medios ahora se leen como el título de «Las mentiras y los mentirosos mentirosos que las cuentan» de Al Franken.

El problema es que los izquierdistas crearon la infraestructura de una nueva verdad usando las tres C,  credencialismo, crisis y censura,  para eliminar el debate y el mercado de ideas.

El credencialismo  tiene expertos, activistas, académicos, miembros de grupos de expertos de izquierda y organizaciones sin fines de lucro, erróneamente descritos como no partidistas, y otras figuras interesadas con títulos, que declaran que una narrativa de izquierda, el calentamiento global, el racismo sistémico, la transgénero en niños o resultados electorales es un hecho avalado por estudios e investigaciones. Se  declara una crisis  acompañada de terribles advertencias de que cuestionar su verdad fabricada costará más vidas. En la etapa final, la  censura , los monopolios de internet, aliados con los medios y los políticos, reprimen el desacuerdo como desinformación.

Antes, en el medio y después, los medios sirven como tejido conectivo, promoviendo hacks partidistas como expertos, insistiendo en la crisis y presionando a las empresas tecnológicas para que censuren la disidencia.

Si bien los bloqueos por pandemia pronto vendrán a la mente, el modelo estaba operando antes de eso y se ha utilizado en prácticamente cualquier tema, desde refugiados hasta elecciones cuestionadas (ganadas por el partido de los medios), crimen y sexualización escolar. Todo lo que la izquierda cree es ahora un hecho y una crisis, discrepar es desinformación, traición y terrorismo. La represión sigue rápidamente.

Los hechos, se nos dice a menudo, no se pueden debatir. Y como todo lo que cree la izquierda es un hecho, ya no hay lugar para el debate. Personas razonables, inteligentes y de buena fe, nos dicen los medios, nunca estarían en desacuerdo con estos hechos. Solo fanáticos, trolls y extremistas que venden desinformación, disidencia. Y como no están de acuerdo con la verdad y los hechos, son mentirosos.

Y censurar a los “extremistas” y “mentirosos” se ha convertido en el nuevo deber cívico de los monopolios de internet. Este es el omnipresente fascismo progresista de cancelar la cultura, la censura y las interminables batallas contra la desinformación que han llegado a definir lo que solía ser el mercado de las ideas.

Cuestionar las  credenciales  de los expertos es un ataque a la ciencia, los hechos y la idea misma de la verdad. La sociedad civil, nos dicen los expertos, no puede existir a menos que confiemos en ellos. Cualquiera que no esté de acuerdo está dispuesto a socavar a la sociedad y destrozar la verdad artificial oficial que pretende unirnos en el Mordor digital que están construyendo los poderosos monopolios tecnológicos, una granja de servidores y verificación de hechos a la vez.

Agregue la segunda C,  crisis , y ni siquiera hay tiempo o espacio para debatir la ética de silenciar la disidencia política mientras la gente muere por la flatulencia de las vacas, la aplicación de la ley o la incapacidad de mutilar sexualmente a los niños rápidamente. La censura  se vuelve más urgente que nunca.

Declarar que sus opiniones son “verdad” y que cualquier desacuerdo es una “mentira” es un elemento crucial.

La narrativa de los medios es más que propaganda. La retórica que solía escuchar de Franken, Stewart y Colbert se ha convertido en una parte crucial de un esquema de censura masiva. Pero al centrarse en lo negativo, la censura de la disidencia, es fácil pasar por alto lo que realmente sucedió, que es un consenso fabricado que une al gobierno, los medios, los grupos de expertos y las organizaciones sin fines de lucro, la academia y los monopolios de Internet en un sistema totalitario. .

El fascismo progresista suprime el desacuerdo para imponer unilateralmente sus “verdades” oficiales.

En el centro del debate está la cuestión de qué es la verdad y cómo llegamos a ella. Sesgos mediáticos y debates sobre qué periodismo objetivo se enfrenta cada vez a las “nuevas verdades”.

Un simple informe objetivo basado en hechos podría ser que Bob X le disparó a Jack Y en la cabeza en medio de Main Street. Captado por la cámara, lo que sucedió es la verdad indiscutible. La nueva verdad, la que aparece cada vez más en la cobertura de los medios, es que el racismo sistémico, la desigualdad de ingresos y la falta de leyes de control de armas llevaron a un tiroteo en Main Street. Bob y Jack, como todos los individuos, son meros actores secundarios en los grandes dramas sociopolíticos izquierdistas de clase y raza.

El tirador de la escuela es una ocurrencia tardía en la lucha por pedir nuevas leyes de control de armas, el violador es solo un producto de las leyes de aborto y la misoginia, las víctimas del huracán tienen que dar paso a los informes sobre el calentamiento global. La creencia izquierdista tradicional de que las personas son solo peones de los fenómenos académicos impregna los medios porque representa la nueva verdad.

La nueva verdad trata una cosmovisión como un hecho. Los individuos en los medios se han convertido en tipos, irrelevantes como personas, vitales solo porque transmiten la cosmovisión izquierdista más amplia. Una víctima de un tiroteo en la escuela que aboga por el control de armas puede obtener fácilmente un perfil nacional, pero uno que pide encerrar a los criminales nunca lo hará.

Los periodistas solían pensar que las verdades eran personales, no políticas. La nueva verdad ha invertido todo, siendo las verdades últimas verdades políticas y personales relegadas a lo anecdótico.

Quién, qué, cuándo, dónde y por qué se ha reducido solo a la última W. Solo importa el ‘por qué’ y las respuestas son siempre políticas. El ‘Por qué’ es el racismo sistémico, el calentamiento global, la falta de leyes de control de armas, el patriarcado, el capitalismo, la homofobia, el colonialismo y el resto de los ataques a la civilización. Las otras cuatro W solo están ahí para proporcionar ejemplos que ilustren la quinta.

Los medios se envuelven en la bandera de la verdad porque se alejan de los hechos. Sus verificaciones de hechos, una herramienta crucial tanto para el  credencialismo  como  para las crisis , a menudo considerarán que las cosas que son verdaderas son falsas porque carecen de contexto. Y dado lo suficiente del contexto correcto, las cosas que son objetivamente falsas pueden parecer verdaderas y las cosas que son objetivamente verdaderas pueden parecer falsas.

El credencialismo hace que las narraciones parezcan hechos. Pero la narrativa es un sistema de creencias que sostiene que las ideas izquierdistas son absolutamente ciertas en un sentido superior, a pesar de no funcionar en la vida real. Es la ‘veracidad’ de lo que Colbert se burló de su carrera, con activistas disfrazados de expertos para que pareciera que es el producto de una investigación objetiva en lugar de sentimientos.

La izquierda no es un movimiento de hechos, ningún movimiento lo es. Las personas no están apasionadamente impulsadas a luchar y morir, a desarraigar vidas y transformar la sociedad mediante hechos objetivos y estudios de investigación. Luchan por amor y odio, deseo de independencia, tribalismo, codicia, egoísmo, idealismo y búsqueda de sentido y mil intangibles más que son parte de la naturaleza humana, no de los hechos.

Emergiendo en una era donde los descubrimientos científicos estaban cambiando el mundo, la izquierda siempre ha disfrazado sus prejuicios, sesgos, impulsos y malicia con el barniz de la teoría académica. Su genialidad ha sido unir el reino inferior de la revuelta campesina con el intelectualismo del salón, la mente y el corazón, reclamando la sanción de la razón y la empatía cuando no tiene ninguna.

La nueva verdad es más de lo mismo. Su verdad es la convicción de que la cosmovisión holística de la izquierda es objetivamente precisa en todos sus detalles. El credencialismo experto desplegado para crear hechos y luego verificaciones de hechos es solo una apología de un movimiento ideológico. Lo que solía ser propaganda, activistas disfrazados de expertos, se ha transformado en un fascismo progresista completo que quiere imponerte su verdad.

Y para silenciar a todos los que no están de acuerdo.

La izquierda intelectual y el coronavirus. El comunismo reinventado de Zizek. / The intellectual left and the coronavirus. Zizek’s reinvented communism.

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«El descubrimiento del coronavirus y la declaración de pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) reactivó rápidamente los mecanismos de la intelectualidad izquierdista, que más temprano que tarde comenzó a panfletear contra su odiado sistema capitalista y a favor del mil veces probado y fracasado socialismo.»

Por Ezequiel J. Eiben

El descubrimiento del coronavirus y la declaración de pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) reactivó rápidamente los mecanismos de la intelectualidad izquierdista, que más temprano que tarde comenzó a panfletear contra su odiado sistema capitalista y a favor del mil veces probado y fracasado socialismo.

La principal voz cantante a nivel internacional en la trinchera de la intelectualidad izquierdista -que incluso ya publicó un libro pormenorizando sus reflexiones sobre el coronavirus- es Slavoj Žižek –el filósofo cultural más ponderado por su nicho en la actualidad-. Respecto del contexto actual, el autor avizora esperanzado el fin del capitalismo y el retorno del comunismo.

Explicó del siguiente modo la alternativa: “A medida que se extiende el pánico por el coronavirus, tenemos que tomar la decisión final: o promulgamos la lógica más brutal de la supervivencia del más apto, o algún tipo de comunismo reinventado con coordinación y colaboración global”.[1]

Luego, advirtiendo que sus expresiones serían objeto de burla, aclaró a qué quería referirse con comunismo reinventado: “Si miles de personas serán hospitalizadas por problemas respiratorios, se necesitará un número enormemente mayor de máquinas respiratorias, y para obtenerlas, el estado debe intervenir directamente de la misma manera que interviene en condiciones de guerra cuando se necesitan miles de armas, y debe confiar en la cooperación de otros estados. Al igual que en una campaña militar, la información debe compartirse y los planes deben coordinarse por completo: ESTO es todo lo que quiero decir con ‘comunismo’ necesario hoy, o como lo expresó Will Hutton: “Ahora, una forma de globalización no regulada y de libre mercado con su propensión por crisis y pandemias ciertamente se está muriendo. Pero está naciendo otra forma que reconoce la interdependencia y la primacía de la acción colectiva basada en la evidencia»”.[2]

Para despejar cualquier duda de su posición favorable al comunismo y contraria al liberalismo, Žižek interpretó al coronavirus como un golpe al “sistema capitalista global. Una señal de que no podemos continuar por el camino que estábamos recorriendo hasta ahora, de que un cambio radical es necesario”.[3] E insistió con las supuestas señales que arroja la pandemia: “¿Acaso no es todo esto una clara señal de que necesitamos una reorganización de la economía global para que deje de estar a merced de los mecanismos del mercado? Por supuesto, no estamos hablando aquí de comunismo de viejo cuño, sino simplemente de alguna clase de organización global que pueda regular y controlar la economía, así como limitar la soberanía de los Estados nación cuando sea necesario. En otros momentos los países han sido capaces de hacerlo frente a la amenaza de la guerra, y ahora todos nosotros nos estamos encaminando hacia un estado de guerra médica”.[4]

El problema con los oportunistas es que aprovechan cada momento de crisis, pandemia, miedo o pánico para vender con tapa nueva el mismo añejo libro de recetas que siempre conduce a quemar la comida. Pero si uno se mantiene alerta, es posible identificarlos y exponerlos.

En primer lugar, Žižek plantea una falsa dicotomía: supervivencia del más apto, o comunismo; siendo la primera asociada al capitalismo y la manera pacífica y civilizada de comunicarse endilgada al comunismo. El capitalismo ha puesto en contacto países alrededor de todo el globo, comerciando materias primas y productos finales, valiéndose cada uno de su ventaja comparativa, y marcando el camino de la relación entre partes vía acuerdos y no combates. Los intentos de la izquierda intelectual de acusarlo de “darwinismo social” quieren pintar la imagen de un sistema que somete a reglas condenatorias de grandes masas poblacionales y favorecedoras de unos pocos que se adaptan a su juego, lo que parecería indicar que dichas reglas son manejadas por una minoría o están en algún lado en abstracto simplemente reclamando su obediencia. Pero un principio fundante del capitalismo es la autonomía de la voluntad: las partes se relacionan para mutuo beneficio a través de reglas convenidas contractualmente. El comunismo, por el contrario, ha montado dictaduras aberrantes y su idea de solidaridad empieza y termina implementándose por la fuerza, aplastando vidas y haciendas particulares en nombre de un bienestar colectivo que no es tal, ya que millones perecen. La manera de “sobrevivir” en un estado comunista es apagando la conciencia, no criticando al gobierno, no pensando en público, y practicando la delación para ganarse el breve e hipotético favor del régimen. El planteo inicial, a todas luces, es una falacia insalvable.

En segundo lugar, Žižek habla de la reinvención del comunismo, como si este fuera una buena idea pero mal aplicada, o una doctrina de buenas intenciones que simplemente necesita un ajuste de tuercas para funcionar como se espera. Trasnochadas añoranzas de lado, el comunismo significa una cosa y solo una cosa: represión. Represión que lleva a la censura, represión que erige dictaduras, represión que asesina al por mayor, represión que provoca hambrunas e inanición. Todos los horrores imaginables y los que escapan a las peores pesadillas, mediante la represión de los dominantes sobre los dominados. Represión contra el vecino para que no lo asocien a uno, y represión contra la familia riesgosa, porque entregar a las autoridades puede salvar y levemente acomodar. Los horrores mediante la represión entre dominados. Represión sobre la propia mente para no tener ideas inconvenientes, y represión de la propia voz para no quedar expuesto. Los horrores mediante la represión de un dominado a existencia racional y consiente. El comunismo es inherentemente perverso, no meras aplicaciones equivocadas. Que Žižek proponga un comunismo reinventado es igual a que alguien proponga un nazismo reinventado. ¿Podemos imaginar un nazismo reinventado con coordinación y cooperación global? Un nazismo que no invade Polonia, Holanda, Francia, pide permiso y cooperación para llevar la esvástica a todos lados. Un nazismo que no organiza el genocidio de seis millones de judíos, sino que coordina gentilmente su traslado a otros lares y con mucha cooperación se queda con sus propiedades, joyas, obras de arte y cuentas bancarias. ¿Es una ridiculez? Sí, del mismo tamaño que la ridiculez del comunismo reinventado. Si al nazismo le quitan el genocidio, el racismo y el estatismo, los nazis dirían que están hablando de otra cosa pero no de nazismo. Si al comunismo le quitan la brutal represión, el igualitarismo coercitivo, la abolición de la propiedad privada, el control sobre los medios de producción, los impuestos progresivos para expoliar al capital, el terrorismo contra la burguesía y las hambrunas al campesinado, los comunistas ortodoxos dirían que se está hablando de otra cosa pero no de comunismo. Visto desde el otro lado: no aceptaríamos un nazismo reinventado que esta vez va a funcionar bien al agregársele economía de mercado y relaciones pacíficas entre pueblos, porque sabríamos lo que realmente es el nazismo y que los agregados no pertenecen ni pueden pertenecer al ethos nazi. De igual modo, no aceptamos un comunismo reinventado al que se le agrega coordinación y cooperación global, porque sabemos que los regímenes comunistas son represivos y entendemos lo que pueden llegar a significar esas palabras agregadas bajo los estándares comunistas.

En tercer lugar, es mentira que haya una globalización desregulada con propensión a las crisis. En el ámbito del derecho internacional público hay regulaciones y extensa normativa de organismos internacionales supraestatales y de los propios estados nacionales. Regulaciones también existen en la rama del derecho internacional privado. Entonces, regulaciones hay. En cuanto a las propensiones a las crisis, digamos que la última gran crisis que repercutió en el mundo previo al COVID-19 fue la “Gran Recesión” del 2008, donde el estado mediante regulaciones cumplió su rol junto a la banca en la generación de la burbuja inmobiliaria. Las crisis por desregulación son la excusa empleada por Žižek para reclamar la centralización de los recursos al amparo del estado interventor, que como se ve también es una falacia. Y si a ello le sumamos una vasta experiencia histórica y una extensa biblioteca liberal teórica demostrando cómo la planificación central del estado destruye el sistema de precios, las posibilidades de inversión, y genera escasez de insumos básicos, no puede concluirse otra cosa que el remedio propuesto es peor que la supuesta enfermedad.

En cuarto lugar, Žižek apuesta a la alimentación de su idea mediante la difusión del pánico, anunciando guerra médica, y exhortando a la aparición de una organización global controladora de la economía. Organizaciones internacionales que inciden en la economía de los estados soberanos –por invitación de estos, valga decir- ya existen, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) –paradójicamente repudiado por las izquierdas vernáculas-, que a su vez nace de una organización internacional con influencia en las políticas internas de los países, la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Siguiendo un camino similar al imaginado por el autor esloveno, la creación del FMI “se planteó en julio de 1944 en una conferencia de las Naciones Unidas celebrada en Bretton Woods, Nuevo Hampshire (Estados Unidos), cuando los representantes de 44 países acordaron establecer un marco de cooperación económica internacional destinado a evitar que se repitieran las devaluaciones cambiarias competitivas que contribuyeron a provocar la Gran Depresión de los años treinta”.[5] Básicamente, Žižek propone que surja con urgencia algo que ya existe, y además, quiere que surja de manera extrema. Pero su imaginada coordinación comunista es imposible: la burocracia es incapaz de manejar cientos de millones de señales, gustos, preferencias e iniciativas individuales so pretexto de una planificación eficiente. No hace falta remontarse a la China maoísta o a la Unión Soviética para ilustrar el punto. La planificación central no funciona mejor que el mercado ni siquiera a nivel municipal. Los agentes económicos son los mejores jueces de sus propios intereses, es la interacción entre oferta y demanda lo que permite la existencia de precios, las fijaciones del estado de precios máximos provocan falta de incentivo para invertir ante la pérdida de rentabilidad y ergo desembocan en desabastecimiento, y todo los puntos refutadores que la teoría liberal ya ha probado sobradamente. Además, son las sociedades abiertas las que mejor intercambian información, las que tienen predisposición a relacionarse mediante el comercio para beneficio recíproco, y las que respetan los derechos fundamentales de los individuos envueltos en las transacciones. Nada de eso propone el comunismo, que muy por el contrario, arruina lo que puede funcionar por sí mismo reemplazando las decisiones de la gente con talento y concentrándolas en funcionarios ignorantes que siguen su propia agenda política. Para cerrar el punto, las guerras siguen existiendo en la cara de la ONU (de hecho esta las beneficia cuando apaña a criminales como el caso del terrorismo palestino), la Segunda Guerra Mundial se desató después de haberse creado la predecesora Liga de las Naciones, y los foros internacionales son plataformas donde las dictaduras le hablan de igual a igual a las repúblicas, por lo que si alguien piensa que la centralización internacional en un organismo omnipotente es garante de paz, mejor sería desistir de tal idea.

En conclusión, la pandemia es el contexto del cual la izquierda intelectual quiere valerse para profundizar el control de los estados sobre el mercado, la propiedad privada, y la libertad individual. En este caso, a través de la “osadía” de proponer un sistema criminal pero reinventado, con decenas de millones de muertos a sus espaldas pero reinventado. Nunca olvidar que para la izquierda intelectual la ideología va primero y la realidad después, por ende la materia prima desde la cual parten los enfoques no son los datos que arroja la realidad sino las premisas prefabricadas que tiñen cualquier análisis a posteriori. Desde esta perspectiva, se valida un comprobado totalitarismo como la salvación de la humanidad, y mientras Žižek pretende ser original, los dictadores del mundo se relamen con la posibilidad de implementar lo que este recomienda.

Este es el segundo de la serie de artículos titulada “La izquierda intelectual y el coronavirus”.


[1] Slavoj Zizek: Global communism or the jungle law, coronavirus forces us to decide, 10/03/2020, RT op-ed.

[2] Ibídem

[3] Un golpe tipo ‘Kill Bill’ al capitalismo, Slavoj Žižek, 20/03/2020

https://ctxt.es/es/20200302/Firmas/31443/Slavoj-Zizek-coronavirus-virus-sistema-Orban-comunismo-liberalismo.htm

[4] Ibídem

[5] El FMI: Datos básicos

https://www.imf.org/es/About/Factsheets/IMF-at-a-Glance

La izquierda intelectual y el coronavirus. El ataque al capitalismo. / The intellectual left and the coronavirus. The attack on capitalism.

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«De modo que, con el talante de quien no se cansa de perder batallas y ser desmentido, la izquierda intelectual posmoderna propone sus siempre maquilladas pero harto conocidas recetas colectivizadas»

Por  Ezequiel J. Eiben

La realidad es un fijador de las reglas de juego para cualquier análisis, un absoluto infranqueable. Mas a pesar de su implacabilidad fáctica, la práctica de desoír lo que la siempre presente dicta es recurrente, y se ve especialmente reflejada en el grupo de personas dedicadas a la actividad intelectual que acampan al costado izquierdo del camping político.

No importa si la verdad danza desnuda frente a sus narices en un descontrolado baile ritual, no importa si la cocina se ha prendido fuego y ya desde el comedor pueden observarse sus llamas y el humo empieza a afectar los pulmones; si alguien está empecinado en negar o evadir la evidencia más cristalina encontrará en su mente motivos para hacerlo o  los fabricará rápidamente para hallarlos al instante. Cuando se trata de la izquierda intelectual, la ecologista y la pedagoga social, millones de árboles pueden ser talados con tal de asentar en incontables páginas las cavilaciones que explican esa extraña percepción de que A no es A, y que hay posibilidades dialécticas e incluso mérito en la contradicción.

El presente contexto de pandemia declarada ante el esparcimiento del coronavirus  (COVID-19) ha hecho las veces de nuevo escenario para que este desafío a lo existente, lo patente, lo obvio y lo evidente suba y haga su número frente a un público dentro del cual algunos ya consumieron anteriores obras y no tienen defensa cuando les presentan algo similar para consumir.

De modo que, con el talante de quien no se cansa de perder batallas y ser desmentido, la izquierda intelectual posmoderna propone sus siempre maquilladas pero harto conocidas recetas colectivizadas; y con la fragilidad de quien no se cansa que le mientan, una cantidad de receptores se levanta a aplaudirlas a pesar que cada clap erosiona una parte irremplazable de su individualidad rendida.

La situación que se genera es un nuevo ataque frontal al capitalismo, o al difuso, no identificado y significante vacío “neoliberalismo”, y la correspondiente exhortación a adoptar el socialismo. Y en dicho marco el coronavirus, dependiendo el enfoque conveniente, es villano, héroe, o invento. El coronavirus es un villano que mata gente desprotegida cuyo origen y esparcimiento recae en la culpa del capitalismo que no provee sistemas de salud efectivos. Pero el coronavirus también es un héroe porque pone en jaque las estructuras del capitalismo global y está sembrando las minas que detonaran sus piernas y provocaran su estrepitoso derrumbe durante décadas ansiado. Pero cuidado, porque el coronavirus también puede ser un invento de los medios de comunicación masivos del capitalismo para generar pánico a los residentes en los estados capitalistas que están experimentando con el control poblacional y calculando asesinatos al por mayor para renovar la matriz productiva.

En todo y cualquier caso, para la izquierda intelectual el coronavirus es un fenómeno íntimamente relacionado al capitalismo, y es solamente a partir de este que podemos entenderlo, encuadrarlo, analizarlo y evaluarlo. La solución viene de la mano del socialismo, su manejo estatal de la situación y la solidaridad que inspira en la sociedad. Pero echar un vistazo a los hechos y no a las abstracciones imaginarias, y poner el punto de arranque en la realidad y no en la ideología, permiten efectuar otro tipo de consideración –a partir de lo que sabemos hasta aquí, no de lo que deseamos que fuese cierto aunque colisione con la evidencia-.

El coronavirus se originó en China. Hace 70 años que China es comunista. El partido comunista chino que gobierna con autoritarismo, censura y represión tiene más de 90 millones de integrantes. Ante la aparición del coronavirus, sus agentes se movilizaron como típicos comunistas, siguiendo los pasos de la checklist comunista ya aplicada en la Unión Soviética y Alemania Oriental, por citar algunos ejemplos. Se ocultó el origen del virus, se encubrió su esparcimiento, se demoró el reconocimiento ante el mundo de que ya estaba en marcha, se persiguió y desapareció a críticos, se atacó a profesionales de la salud que concientizaban, se comandó una operación diplomática para evadir responsabilidades y echar culpas a una potencia extranjera (Estados Unidos). Todo lo que histórica y habitualmente han realizado los comunistas, lo llevó a cabo el régimen comunista chino.

La pandemia está afectando muchos países, la situación de muchos estados entrando en cuarentena prácticamente al unísono es inaudita, y algunos de ellos están adoptando medidas sin precedentes en sus tierras. Pero nótese que entre los más afectados, se encuentran algunos de los modelos más admirados por la izquierda.

En Europa, España está sufriendo altas tasas de contagio, muchas muertes, y la inoperancia del gobierno que hace mal las compras sanitarias y falla en equipar sus hospitales. En España gobierna el socialismo.

Si la mirada se fija en Sudamérica, se encontrará que Venezuela, que no podía abastecer de papel higiénico a su población, mucho menos puede enfrentar responsablemente un virus nuevo y letal para los grupos de riesgo. Venezuela es gobernada por el socialismo desde hace décadas.

Argentina ha aplicado el aislamiento preventivo y obligatorio para toda la población a sabiendas de que su sistema de salud no tiene suficientes respiradores, carece de un número suficiente de camas, y de formación profesional al menos para parte del personal de la salud pública. Encima, es incapaz de organizar un cobro de jubilaciones, amontonando al grupo de riesgo de mayores de 65 años en las calles durante horas, y sus políticos practican la corrupción adquiriendo con sobreprecios alimentos para “solidariamente” repartir entre los necesitados cuando esos mismos políticos fijan precios máximos que los privados no deben superar so pena de sanción. En Argentina está gobernando en un nuevo mandato la misma izquierda que gobernó 12 de los últimos 16 años.

Mientras tanto, países que el progresismo relaciona a “la derecha”, con gobiernos más afines al capitalismo, están a la vanguardia de la investigación científica buscando tratamientos y vacunas para prevenir y curar el coronavirus. Tales son los casos de Estados Unidos e Israel. Otros países, con mayor libertad económica que los arriba mencionados en Europa y Latinoamérica, en principio están mejor equipados para afrontar la pandemia, como Suecia –que mantiene un estado de bienestar y ha anunciado que ni siquiera decretará una cuarentena obligatoria para todos- y Chile –que en contraste con el predecesor decretó “estado de catástrofe” pero donde reconocidos izquierdistas prefieren resguardarse antes que pasar penurias en Cuba-.

Entonces, el capitalismo no aparece como el culpable del origen del virus, ni como el responsable por los estragos causados en sociedades atrasadas, ni sus cimientos deberían temblar por el esparcimiento global. Al contrario, es la sociedad de avanzada, tecnológica, libre, la que mejor puede descubrir el antídoto científico contra el virus, y son las sociedades abiertas y pacíficas las que mejor pueden intercambiar mercantilmente productos, servicios y conocimiento especializado para hacer frente a la pandemia en sus respectivos territorios. Ese tipo de sociedades se dan en el escenario capitalista, no en el autoritarismo izquierdista.

La naturaleza de la ignorancia de izquierda / The Nature of Leftist Ignorance

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«Los izquierdistas son enseñados incluso en universidades de alto nivel, por destacados académicos izquierdistas … Que no existe la verdad, que la verdad es incognoscible y que deben confiar en lo que les dicen los expertos, no porque puedan demostrar lo que dicen que es cierto, porque la verdad es incognoscible, pero deben confiar en los expertos simplemente porque son expertos.»

ORIGINAL ARTICLE IN ENGLISH LANGUAGE CLICKING HERE.

Este es un tema enorme, lea mi sitio web personal y observe libertarian.com para ver ejemplos. Solo escojamos uno … Islam.

La única forma en que los izquierdistas pueden perpetuar consignas como «el Islam es una religión de paz » o los ridículamente risibles «las musulmanas son las verdaderas feministas » juro que es una afirmación real que hicieron, no soy lo suficientemente creativa como para inventar esa mierda de caballo – .

De todos modos … La única forma en que los izquierdistas pueden perpetuar consignas es que son completamente ignorantes de lo que realmente está en el Corán. Izquierdistas, adoctrinamiento propagandista alimentado con cuchara desde la escuela primaria: crean lo que les dicen si las figuras de autoridad les dicen que obedezcan. Entonces, cuando les dicen «el Islam es una religión de paz» o «el Islam es la religión más feminista «: lo creen.

Si alguien realmente abre el Corán y lo lee, descubre algo completamente diferente. Por eso los izquierdistas no hacen eso.

Los izquierdistas son enseñados incluso en universidades de alto nivel, por destacados académicos izquierdistas … Que no existe la verdad, que la verdad es incognoscible y que deben confiar en lo que les dicen los expertos, no porque puedan demostrar lo que dicen que es cierto, porque la verdad es incognoscible, pero deben confiar en los expertos simplemente porque son expertos.

No me creas? ¿Crees que estoy siendo hiperbólico? ¿Crees que estoy inventando eso? Bien abrocharse el botón de oro, te espera un viaje lleno de baches.

Este es el Dr. Harry Collins, quien escribió 18 libros académicos, Director en la Universidad de Cardiff, en la Memorial University durante el simposio Instituciones de conocimiento, Expresión libre y democracia en Canadá, frente a la Royal Society of Canada, medios de comunicación, organizaciones de la sociedad civil y gobierno.

Diciendo exactamente lo que acabo de estipular. Yo, de hecho, lo cité textualmente sobre la verdad y los expertos.

(VÍDEO EN INGLÉS /VIDEO IN ENGLISH. SE PUEDE CONFIGURAR PARA SUBTÍTULOS EN OTROS IDIOMAS)

El video es bastante largo, pero el enlace en mi sitio web lo llevará al código de tiempo 26:27. Que es directamente la parte donde lo cité. Entonces no necesita ver todo, solo un minuto o menos.

Y ahí lo tienes niños y niñas, helicópteros de ataque y mayonesa. Esta es la razón por la cual si intenta entrevistar o hablar y hacer preguntas a los izquierdistas en la calle en las protestas, no pueden decirle cuáles o cualesquier de las políticas de Trump con las que no están de acuerdo. Esta es la razón por la cual las feministas continúan creyendo que el feminismo es acerca de la igualdad, a pesar de toda la desigualdad que es apoyada por las feministas. Esta es la razón por la cual los izquierdistas son tan profundamente ignorantes acerca de lo que realmente está en el Corán y de las enseñanzas del Corán en realidad.

En todos los ámbitos concebibles del conocimiento y la realidad: si los izquierdistas son desafiados, cuestionados o presentados con información fáctica que es contraria a sus narrativas, parecen ser asombrosamente ignorantes de la realidad.

Los izquierdistas aceptan lo que les dicen las personas a las que se les ordena que obedezcan. Por lo tanto, si se les dice que «el Islam es una religión de paz», entonces el Islam es una religión de paz. Si se les dice que «el Islam es la religión más feminista», entonces el Islam es la religión más feminista. Si se les dice que el judío abiertamente gay Milo Yianopolis que está casado con un hombre negro es nazi, entonces Milo es nazi. Si se les dice que el judío ortodoxo Ben Shapiro, con Yamaka posado sobre su cabeza, es nazi, entonces Ben Shapiro es nazi.

No porque nada de esto sea cierto, no hay una verdad objetiva, la verdad es incognoscible, sino porque los expertos les dicen que es verdad.

nosuchthingastruth

THE OBSERVING LIBERTARIAN.

La izquierda y el islam / The Left and Islam

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Por/By Isaac Parejo

Es una extraña relación que se da hace muy poco tiempo. Nadie lo entiende pero ahí está. La izquierda política, sobre todo en nuestro país, guarda una cierta simpatía y cercanía con esta religión y solo con esta religión, precisamente la que está en boca de todo el planeta por el grupo terrorista ISIS. ¿A qué se debe esta combinación imposible? Es lo que vamos a intentar explicar en este post, aunque no es fácil, de hecho son todo especulaciones porque nadie podría averiguar que es lo que pasa a un progre por la cabeza para defender una religión y machacar a otra.

Nuestra izquierda es bien conocida por ser repugnantemente sectaria y especialista en odiar a todo el que no comulgue con sus ideas implantadas y cerradas a cal y canto, eso lo sabemos. Pero la relación que tienen con la religión desconcierta y mucho. Conocemos su anticlericalismo, su antimilitarismo (excepto para defender dictaduras militares) pero su defensa del islam es cuando menos impactante.

Europa sufre desde hace unos años una oleada de atentados por parte del Daesh. Es la islamización de occidente que pretenden y están consiguiendo para destruir nuestra cultura y nuestra convivencia. Daesh conoce el buenismo de Europa, conoce a nuestra izquierda y, lo más importante, saben que con esto pueden contar con ellos pues persiguen un objetivo común: la destrucción de Europa, de occidente y del capitalismo. Cuando ya lo consigan se terminará esa relación idílica pues cada uno tiene un fin para esa Europa derruida: uno fundar el Califato Islámico y el otro desestabilizarla e instaurar el ansiado socialismo que ha fracasado a lo largo de la historia.

Pero esto no es una intuición mía. El propio Pablo Iglesias lo admitió:

Como todos sabemos, el líder de Podemos tiene un programa en la televisión iraní HispanTV. Un canal financiado por el Gobierno de Irán, ese que manda ahorcar homosexuales en las grúas. Para Iglesias no supone ningún problema trabajar en esta televisión mientras baila la conga el día del Orgullo Gay porque “persiguen fines comunes”, es decir, que a Irán le interesa difundir el mensaje de la izquierda por Europa para desestabilizarla y Pablo se aprovecha porque persigue el mismo objetivo. Lo ha dicho él, no yo.  Aquí queda constatada la relación de viaje entre la izquierda y el islam y esto se traduce en un continuo peloteo hacia esta confesión a la vez que profesan un profundo odio contra todo lo que huela a Iglesia católica, es decir, son evidentemente cristianófobos mientras acusan de islamofobia a todo aquel que se atreve a llamar hijo de puta a un terrorista islamista.

Quieren inculcar el mensaje de que la cristianofobia es guay mientras que la islamofobia es mala. Suena tan absurdo como es. Si ponemos en una balanza los valores del cristianismo y los del islam, a pesar de ser religiones, es evidente cuál de las dos se identifica más con la tolerancia y el respeto al prójimo. Dentro de los cristianos podremos encontrar a gente más o menos radical, pero en el islam no existe moderación, hay que decirlo así, basta de la dictadura de lo políticamente correcto. Habrá cristianos homófobos y habrá cristianos homosexuales y tolerantes con la homosexualidad, por ejemplo, pero no encontrarás un solo musulmán que no considere a la homosexualidad un pecado mortal o que no considere a la mujer inferior al hombre. Pero entre defender el cristianismo, el islam o la laicidad, esta izquierda sectaria se decanta por la laicidad con una evidente simpatía hacia el islam, la religión que va en contra de supuestamente todos los valores sociales y de igualdad que defienden.  Recientemente, el recién elegido Secretario General del PSOE, el mediocre Pedro Sánchez también se ha apuntado a la moda de besarle el culo al islam y denostar al cristianismo con este tuit que escribió felicitando el Ramadán. Un señor que hasta hace dos días quería denunciar el Concordato con la Santa Sede y que protestaba por las banderas a media asta que lucían en algunas instuciones el Jueves Santo.

PEDRO SANCHEZ Y EL ISLAM

No fue el único. También Alberto Garzón deseó, desde la laicidad, un feliz Ramadán a todos los musulmanes.

IZQUIERDAUNIDA E ISLAM

Hay algo que impulsa a esta izquierda casposa y llena de odio a no condenar, o al menos a hacerlo con la boca muy pequeña, la barbarie islamista (o cualquier barbarie en general que sea de su signo político o persiga sus mismos fines), como demuestra ese pacto antiyihadista al que Unidos Podemos se negó a adherirse.

También es posible que todos recordemos ese comentario del eurodiputado Miguel Urbán, en el que afirmaba que los pobres terroristas a veces no les quedaba más remedio que inmolarse. O las continuas justificaciones de los atentados yihadistas. Pongamos ejemplos.

Cada vez que ocurre un ataque terrorista, la izquierda saca a relucir la venta de armas de occidente a los asesinos. Esta es una de las muchas mentiras que llevan años expandiendo como troleros profesionales que son – leer “7 mentiras de la izquierda que crees que son verdad”-. Y como los medios de comunicación les dan coba y no les corrigen, siguen con el embuste hasta que cala totalmente en la sociedad como una verdad irrefutable.

El objetivo consiste en culpar a la sociedad occidental de los ataques que sufrimos y para ello usan varios motivos:

La islamofobia: estamos empeñados en que nos dé miedo el islam, a pesar de que sus valores choquen directamente contra los valores de libertad e igualdad en Europa, (y no quiere decir que no puedan convivir en Europa, ojo, se puede convivir con ese pensamiento, respetando al que no los tiene). Es cierto que hay muchísimos musulmanes totalmente integrados en nuestra sociedad y que, a pesar de seguir teniendo sus valores y su tradición, no intentan imponértela, pero no son la mayoría.

La venta de armas a los países que albergan terroristas:  a pesar de que absolutamente todos los atentados cometidos en Europa se han perpetrado con armas compradas en Europa en el mercado negro. Es por eso que también el discurso de gente como Marine Le Pen cae por su propio peso al querer cerrar las fronteras para evitar la entrada de terroristas cuando ya los tiene en casa desde que nacieron.

La guerra de Irak: la mayoría de la izquierda, acusa al famoso trío de las Azores de ser el causante de los atentados yihadistas que sufrimos hoy en día. Es otro de esos embustes que ya se han tornado verdad. A pesar de que el primer atentado islamista en Europa fuera en los 80 o a pesar de que el ataque del 11M fuera ideado tres años antes de su ejecución. La guerra de Irak fue en 2003. Todo eso da igual, el ciclón de mentiras de la izquierda es imparable y demasiado abultado para poder desmontarlas. Ya es demasiado tarde.

Volviendo al 11M no hay que olvidar la reacción española ante la masacre porque dice mucho de lo que estamos viviendo hoy en día. Se tomó como algo normal que se acusara de la matanza al Gobierno antes que a los terroristas, es decir, se justificó el legítimo derecho que tenían los terroristas a asesinarnos por haber participado en la guerra de Irak. Se compró ese discurso y gracias a eso el PSOE volvió al poder.

En definitiva, el islam o cualquier religión siempre tiene o ha tenido sus puntos extremistas. Mientras que el cristianismo vivió su particular “yihad” durante la época de la inquisición, el Islam parece haberse quedado anclado sin evolucionar y son más fuertes las voces radicales que aquellas que dicen ser moderadas. Quizás el problema es que no salen a condenarlo con la suficiente contundencia. Si lo hicieran (y no dudo que muchos lo condenen), quizás no existiría esa islamofobia que hace a muchos relacionar al terrorismo con el islam. Y no, los que conocemos el islam sabemos que es absurdo relacionarlo, pero no todo el mundo tiene ni debe conocer esta religión y es injusto acusarlos de islamófobos cuando, en realidad, es un miedo totalmente comprensible y racional.

NOTA PERSONAL MÍA.- Yo también conozco esta religión y AFIRMO QUE SI SE PUEDE RELACIONAR, es el propio Corán y muchos de los Hadices los que hacen una clara apología del asesinato y el atentar CONTRA TODO AQUEL QUE NO SE CONVIERTA O SE SOMETA.

Ramsés

inglaterra

It’s a strange relationship that comes very recently. Nobody understands it but there it is. The political left, especially in our country, has a certain sympathy and closeness with this religion and only with this religion, precisely the one that is in the mouth of the whole planet by the terrorist group ISIS. Why is this combination impossible? It is what we are going to try to explain in this post, although it is not easy, in fact they are all speculations because no one could find out what happens to a progre through the head to defend a religion and crush another.

Our left is well known for being disgustingly sectarian and a specialist in hating anyone who does not communize with their ideas implanted and closed to lime and song, we know that. But the relationship they have with religion uncovers a lot. We know his anti-clericalism, his anti-militarism (except to defend military dictatorships) but his defense of Islam is at the least shocking.

Europe has suffered a wave of attacks by the Daesh for some years. It is the Islamization of the West that they pretend and are getting to destroy our culture and our coexistence. Daesh knows the goodness of Europe, knows our left and, most important, know that with this they can count on them as they pursue a common goal: the destruction of Europe, the West and capitalism. When they do, that idyllic relationship will end because each one has an end to that crumbling Europe: one to found the Islamic Caliphate and the other to destabilize it and establish the longed for socialism that has failed throughout history.

But this is not my intuition. Pablo Iglesias himself admitted it: (SEE VIDEO, IN SPANISH – SUBTITLES CAN BE ACTIVATED – UP)

As we all know, the leader of Podemos has a program on Iranian television HispanTV. A channel financed by the Government of Iran, the one that has hanged gay men in the cranes. For Iglesias it is no problem working on this television while dancing the conga on Gay Pride Day because «they pursue common goals», that is to say, Iran is interested in spreading the message of the left for Europe to destabilize it and Pablo takes advantage because it pursues The same objective. He did, not me. Here is verified the relationship between the left and Islam and this translates into a continuous plundering towards this confession while at the same time professing a deep hatred against everything that smells of the Catholic Church, that is to say, they are clearly Christianophobes while they accuse Islamophobia to anyone who dares to call an Islamist terrorist son of a bitch.

They want to inculcate the message that Christianophobia is cool while Islamophobia is bad. It sounds as absurd as it is. If we weigh the values ​​of Christianity and of Islam, despite being religions, it is clear which of the two is most identified with tolerance and respect for one’s neighbor. Within Christians we can find people more or less radical, but in Islam there is no moderation, it must be said, enough of the dictatorship of the politically correct. There will be homophobic Christians and there will be homosexual Christians tolerant of homosexuality, for example, but you will not find a single Muslim who does not consider homosexuality a mortal sin or who does not consider women inferior to men. But between defending Christianity, Islam or secularism, this sectarian left desires for secularism with a clear sympathy for Islam, the religion that goes against supposedly all the social values ​​and equality that they defend. Recently, the newly elected Secretary General of the PSOE, the mediocre Pedro Sánchez has also aimed at the fashion of kissing his ass to Islam and denouncing Christianity with this tweet he wrote congratulating Ramadan. A man who until two days ago wanted to denounce the Concordat with the Holy See and protested the flags at half-mast that appeared in some instutions on Holy Thursday. (IMAGE, UP)

He was not the only one. Alberto Garzón also wished, from secularism, a happy Ramadan to all Muslims.(IMAGE, UP)

There is something that drives this lefty and hateful left to condemn, or at least to do so with the very small mouth, the barbaric Islamist (or any barbarism in general that is of its political sign or pursues its same ends), as Demonstrates that anti-jihadist pact that Unidos Podemos refused to adhere to.

It is also possible that we all remember that comment from MEP Miguel Urbán, in which he asserted that the poor terrorists sometimes had no choice but to immolate themselves. Or the continuing justifications for jihadist attacks. Let’s take examples.

Every time a terrorist attack occurs, the left brings to light the sale of weapons from the West to the killers. This is one of the many lies that have been expanding for years as professional trollers who are – read «7 lies from the left that you think are true» -(SPANISH). And as the media give them a coba and they do not correct them, they continue with the scam until it totally sinks into society as an irrefutable truth.

The objective is to blame the Western society for the attacks we suffer and for this they use several reasons:

Islamophobia: we are committed to being afraid of Islam, even though its values directly conflict with the values of freedom and equality in Europe (and does not mean that they can not live in Europe, of course, you can live with that Thinking, respecting those who do not). It is true that there are many Muslims totally integrated into our society and that, despite having their values and tradition, do not try to impose it, but they are not the majority.

The sale of arms to countries that harbor terrorists: despite the fact that all the attacks committed in Europe have been perpetrated with weapons bought in Europe on the black market. That is why also the speech of people like Marine Le Pen falls by its own weight when wanting to close the borders to avoid the entry of terrorists when already has them at home since they were born.

The war in Iraq: most of the left, accuses the famous trio of the Azores of being the cause of the jihadist attacks that we suffer today. It is another of those scams that have already become true. Although the first Islamist attack in Europe was in the 1980s or even though the 11M attack was devised three years before its execution. The Iraq war was in 2003. All that does not matter, the cyclone of lies on the left is unstoppable and too bulky to be dismantled. It’s too late.

Going back to 11M we must not forget the Spanish reaction to the massacre because it says much of what we are living today. It was taken as a matter of course that the government should be accused of killing the government rather than the terrorists, that is, the legitimate right of the terrorists to murder us for having participated in the war in Iraq was justified. He bought that speech and thanks to that the PSOE returned to power.

In short, Islam or any religion always has or has had its extremist points. While Christianity lived its particular «jihad» during the time of the inquisition, Islam seems to have remained anchored without evolving and radical voices are stronger than those claiming to be moderate. Perhaps the problem is that they do not come out to condemn it with sufficient force. If they did (and I do not doubt that many would condemn it), perhaps there would not be that Islamophobia that causes many to relate terrorism to Islam. And no, those who know Islam know that it is absurd to relate it, but not everyone has or should know this religion and it is unfair to accuse them of Islamophobes when, in reality, it is a completely understandable and rational fear.

PERSONAL NOTE MINE.- I also know this religion and I AFFIRM THAT IF IT CAN RELATE, it is the Qur’an itself and many of the Hadiths that make a clear apology for murder and to attack AGAINST ALL THAT DOES NOT BECOME OR BECOME.

Ramsés