Etiqueta: VACUNAS

¿Salvaron vidas las vacunas covid?

#YoNoMeVacuno

Por Fernando del Pino Calvo-Sotelo

La respuesta político-sanitaria a la pandemia constituye el mayor escándalo de salud pública de la historia. Se basó en un engaño descomunal, pero la verdad se va abriendo paso.

Ya sabemos que ni los ilegales confinamientos ni las estúpidas mascarillas sirvieron para nada[1] salvo para enriquecer al entorno de nuestra clase política, pero ¿qué ocurre con las vacunas y terapias genéticas que se impusieron de forma voluntario-obligatoria a la población? Muchos se muestran hoy arrepentidos de haberse vacunado y preocupados por los efectos secundarios que ven a su alrededor y que empiezan a reconocer las propias empresas farmacéuticas. Estas personas deben estar tranquilas, pues el paso del tiempo disminuye la probabilidad de sufrir un efecto adverso, y deben ser indulgentes consigo mismas, pues tomaron la decisión bajo coacción y completamente desinformadas, no en balde el gremio médico les falló estrepitosamente (con escasas y valientes excepciones).

En efecto, la mayor parte de la población no se vacunó libremente, sino forzada por una inaguantable presión política y social. Primero les aterrorizaron mediante una campaña de terror mediática que les hizo creer que el covid era peligrosísimo para todos y que sólo las vacunas podían salvarles la vida. Luego fueron manipulados con sentimientos de culpa basados en una creencia supersticiosa, completamente acientífica: la vacuna no sólo te protege a ti, sino a los demás («si no te vacunas, matarás al abuelo»). Finalmente, fueron intimidados por la campaña de demonización de los no vacunados y chantajeados con el pasaporte covid, destinado a hacerles la vida imposible.

España fue uno de los países donde la dictadura sanitaria tuvo más éxito, pues se vacunó el 87% de la población, frente al 76% de Alemania, el 68% de EEUU o el 60% de Polonia[2]. Ahora, los mismos responsables políticos que forzaron a su población a vacunarse se lavan las manos afirmando cínicamente que la vacunación fue «voluntaria» y que las vacunas covid eran seguras y salvaron muchas vidas.

Vacunas poco testadas y poco seguras

Hoy pocos analistas serios dudan que estas vacunas y terapias genéticas tan poco testadas no eran seguras. No sólo se han ido documentando multitud de graves efectos secundarios isquémicos y cardiovasculares (trombosis, ictus, miocarditis, embolia pulmonar, etc.), inmunológicos y de otros tipos[3], sino que muy probablemente hayan causado la muerte de decenas de miles de personas, según sugieren los datos de farmacovigilancia de EudraVigilance y VAERS. En la siguiente tabla se muestran las muertes anuales reportadas en EEUU tras vacunarse desde 1991 hasta hoy[4]:

Los mismos que defendieron la falsedad de que las vacunas impedían el contagio y, más tarde, que impedían la gravedad y la muerte (otra falsedad, como veremos), defienden que estas cifras de mortalidad tan inquietantes pueden despreciarse: correlación no implica causalidad, dicen. Teóricamente correcto, pero ¿acaso por ello debemos descartar la tabla como si no tuviera valor informacional? ¿De qué sirve entonces la farmacovigilancia? ¿De verdad debemos considerar este gráfico normal? Evidentemente, no. En el 2021, el 33% de las muertes se produjo menos de una semana después de vacunarse. ¿Pura casualidad? Tengan en cuenta que éstas son las muertes reportadas, así que ¿cuántas serán las reales? ¿Cómo puede ser que la EMA (cómplice, como todos los reguladores, de este escándalo) acepte con naturalidad las 12.000 muertes reportadas en Europa[5] haciendo referencia a la baja proporción respecto del número de vacunados? ¿Existe algún precedente de algún medicamento del que se hayan reportado decenas de miles de muertes que no haya sido retirado del mercado?

¿Salvaron vidas las vacunas?

Ante la avalancha de efectos secundarios, la consigna es que, pese a ello, las vacunas han salvado incontables vidas y que, por tanto, la ratio riesgo-beneficio es positiva.

La evidencia científica no parece apoyar esa conclusión. Una revisión de ensayos controlados aleatorios aparecida como preprint en The Lancet concluyó que la tasa de mortalidad de los vacunados con vacunas ARNm era ligeramente superior a la de los no vacunados, sugiriendo que las vacunas no salvaban vidas o que las muertes causadas por sus efectos adversos (particularmente cardiovasculares) superaban las vidas supuestamente salvadas por ellas[6]. Su autora principal, una médico danesa, reconocía el intento de ocultación de la verdad: «Llevo en esto muchos años y sé que hay poderes por ahí que no están interesados en profundizar realmente en estos hallazgos»[7]. A pesar de ello, algunos estudios[8], ampliamente difundidos por los medios, llegaron a hablar de millones de vidas salvadas por las vacunas, pero parecían pura publicidad: el sesgo de estar financiados por la OMS, la Fundación Gates o la Alianza de las Vacunas Gavi (ligada a los propios productores de vacunas), unido a chocantes errores de bulto[9], les otorgaba una credibilidad muy baja.

En España, los propios datos oficiales también cuestionan que las vacunas fueran eficaces para prevenir la muerte por covid. Hace unos días algún medio publicó que el Ministerio de Sanidad reconocía (respondiendo a la Asociación Liberum) que el 30% de los fallecidos por covid había muerto a pesar de estar vacunado[10]. Cómo no, esta violación de la omertà fue castigada por los risiblemente llamados fact-checkers, chiringuitos promovidos por la oligarquía globalista que perfuman su analfabetismo numeral con conceptos (para ellos sofisticados) como la Paradoja de Simpson, aunque en su caso aplica más bien la paradoja de los Simpson: «Para mentir hacen falta dos: uno que mienta y otro que escuche» (Homer Simpson).

En realidad, los datos proporcionados por Sanidad, que reproducimos a continuación[11] deberían haber dado lugar a titulares mucho más audaces:

Estado de vacunaciónCasos diagnosticadosFallecidos
No vacunado5.595.65352.209
Vacunado incompleto644.9233.319
Vacunado completo6.900.23331.967
No consta774.00234.265
TOTAL13.914.811121.760

Antes de nada, esta tabla genera dudas sobre la fiabilidad de los datos suministrados. En efecto, resulta sospechoso que sobre el 28% de los fallecidos «no conste» estado de vacunación y, además, es imposible que la letalidad CFR de éstos (fallecidos/casos diagnosticados) sea del 4,4% cuando, siempre según la tabla, la letalidad de las otras categorías (CFR) es del 0,67%.

Pero demos por buenos los números. A priori, si cerca del 30% de los fallecidos por covid estaba vacunado, podríamos concluir (prematuramente) que las vacunas tenían una cierta eficacia para prevenir la muerte, no absoluta (como nos habían prometido), pero al menos sí relativa, dado que cerca del 87% de la población llegó a estar vacunada. Sin embargo, este argumento aparentemente lógico es falaz.

En primer lugar, no se pueden comparar cifras de dos períodos distintos, puesto que el porcentaje de fallecidos abarca toda la pandemia (desde principios de 2020) y el porcentaje de vacunados máximo no se alcanza hasta mediados o finales del 2022. Otra cosa sería comparar el porcentaje de fallecidos con el porcentaje medio (no máximo) de vacunación desde que empezó la distribución de vacunas, a principios del 2021.

En segundo lugar, el número de fallecidos por covid en 2020, antes de la llegada de las vacunas, asciende a casi 51.000 personas[12], prácticamente el mismo número de no vacunados de la tabla. Como para medir la efectividad de las vacunas debemos eliminar este número de fallecidos y comenzar la comparación desde el momento en que aquéllas estuvieron disponibles, podemos estimar, siendo prudentes, que entre el 50% y el 75% del total de fallecidos por covid desde principios del 2021 murió estando vacunado. Para más inri, estas personas murieron a pesar de que las variantes posteriores al año 2020 eran mucho más leves que las primeras y que había ya un porcentaje de la población inmunizada naturalmente.

En 2022 el 84% de los fallecidos por covid estaba vacunado

Otros datos oficiales abundan en las dudas sobre la eficacia vacunal. En efecto, el Ministerio de Sanidad publicó durante la pandemia actualizaciones epidemiológicas semanales en las que a partir del 2021 empezó a figurar el estado de vacunación. Quienes las seguíamos pudimos observar que la caza de brujas de los no vacunados no sólo era liberticida, sino acientífica.

Efectivamente, los medios hablaban de una «epidemia de no vacunados», pero los datos mostraban que la vacuna no protegía en absoluto contra el contagio ni detenía la transmisión[13], lo que no fue óbice para que el Tribunal Supremo avalara el infame pasaporte covid en una sentencia verdaderamente bochornosa[14]. Cuando ya fue imposible ocultar la evidencia ―a principios del 2022 cerca del 90% de los casos diagnosticados por covid eran personas vacunadas[15]―, los mismos medios pasaron a defender una nueva consigna: si bien los vacunados se contagiaban igual (o más) que los no vacunados, la inmensa mayoría de personas hospitalizadas, en la UCI o fallecidas pertenecía a la minoría no vacunada. También era mentira. Una vez más, los datos brutos del Ministerio de Sanidad de España y de otros países como Reino Unido[16] lo desmentían. Semana tras semana, el porcentaje de hospitalizados y fallecidos vacunados subía. Pronto superó el umbral del 50%, y luego del 60% y más tarde del 70%.

Finalmente, a finales de marzo de 2022, y a pesar de ofrecer tasas estimadas contradictorias, los datos del Ministerio de Sanidad mostraban que el 84% de los fallecidos por covid en los dos meses anteriores (sobre los que constaba información de vacunación) había muerto a pesar de estar vacunado con pauta completa[17]. Dado que el 85% de cobertura vacunal de la población diana no se alcanzaría hasta dos meses más tarde, el porcentaje de fallecidos vacunados durante el primer trimestre del 2022 era prácticamente idéntico al porcentaje de vacunados entre la población, lo que indicaría que la efectividad de las vacunas para evitar la muerte por covid era, en ese período, cercana a cero. Sanidad no volvió a desglosar el número de fallecidos por pauta de vacunación.

Vacunas ineficaces e innecesarias, pero muy lucrativas

Las vacunas no sólo resultaron ineficaces, sino que fueron innecesarias para la inmensa mayoría de la población para la que el covid fue siempre una enfermedad estadísticamente leve[18]: adultos sanos quizá hasta los 65 años, jóvenes, adolescentes y niños, para quienes era más leve que la gripe estacional[19]. Particularmente inmoral fue la vacunación de estos últimos. Finalmente, las vacunas también eran superfluas para quienes habían pasado la enfermedad, pues contaban con la superior inmunización natural[20].

Sin embargo, el contubernio político-mediático-farmacéutico empujó a la vacunación indiscriminada con el absurdo argumento de que la vacuna sólo funcionaba si todos estaban vacunados. Un motivo de este engaño fue, desde luego, económico ―la maximización del lucro de las empresas farmacéuticas―. Así, Pfizer, BioNTech y Moderna habrían obtenido en dos años unos 75.000 millones de dólares de beneficios[21] por la venta de un medicamento que ha sido, de lejos, el más lucrativo de la historia. Pero hubo otros motivos.

En efecto, se quiso crear un precedente de vacunación universal, que la industria farmacéutica y la siniestra OMS desean hacer recurrente, pero, sobre todo, se quiso impedir la existencia de un grupo de control para que no pudiera medirse la eficacia de las vacunas, pues la eficacia de cualquier medicamento se mide comparando los resultados de quienes reciben el tratamiento con los de quienes no lo reciben (el «grupo de control»). Así, la causa del linchamiento sufrido por Suecia cuando decidió no confinar a su población ni obligar a portar las inútiles mascarillas fue otro intento de impedir un grupo de control sobre las absurdas «intervenciones no farmacéuticas», cuya inutilidad epidemiológica quedó demostrada en parte gracias al éxito sueco.

La mayoría de la población jamás debió ser expuesta a un medicamento experimental en la que el riesgo para la salud no compensaba el beneficio potencial, como cuantificó Peter Doshi en el British Medical Journal[22]Conviene recordarlo para exigir responsabilidades y no permitir que se repita el engaño. Nunca más.

[1] Davos y la OMS: ¿una dictadura sanitaria global? (I) – Fernando del Pino Calvo-Sotelo (fpcs.es)
[2] Covid World Vaccination Tracker – The New York Times (nytimes.com)
[3] La ley del silencio (II) – Fernando del Pino Calvo-Sotelo (fpcs.es)
[4] The Vaccine Adverse Event Reporting System (VAERS) Request (cdc.gov)
[5] COVID-19 vaccines: key facts | European Medicines Agency (europa.eu)
[6] Randomised Clinical Trials of COVID-19 Vaccines: Do Adenovirus-Vector Vaccines Have Beneficial Non-Specific Effects? by Christine Stabell Benn, Frederik Schaltz-Buchholzer, Sebastian Nielsen, Mihai G. Netea, Peter Aaby :: SSRN
[7] Lancet Vaccine Study Author Says Her Data Show «Danger Signal» of Vaccine Heart Deaths – But the «Powers» Don’t Want to Know – The Daily Sceptic
[8] Global impact of the first year of COVID-19 vaccination: a mathematical modelling study – The Lancet Infectious Diseases
[9] Did Covid Vaccines Save Tens of Millions of Lives? ⋆ Brownstone Institute
[10] El Gobierno desvela que el 30% de los fallecidos por covid estaban vacunados (theobjective.com)
[11] Wayback Machine (archive.org)
[12] Actualizacion_282_COVID-19.pdf (sanidad.gob.es)
[13] Todos vacunados y todos contagiados – Fernando del Pino Calvo-Sotelo (fpcs.es)
[14] Tribunal Supremo y pasaporte covid – Fernando del Pino Calvo-Sotelo (fpcs.es)
[15] Actualizacion_585_COVID-19.pdf (sanidad.gob.es)
[16] Covid Vaccines Give Zero Protection Against Death, ONS Data Suggest – The Daily Sceptic
[17] Actualizacion_585_COVID-19.pdf (sanidad.gob.es)
[18] ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7947934/pdf/BLT.20.265892.pdf/
[19] Great Barrington Declaration (gbdeclaration.org)
[20] Past SARS-CoV-2 infection protection against re-infection: a systematic review and meta-analysis – The Lancet
[21] SOMO-Pharmas-Pandemic-Profits.pdf
[22] Serious Adverse Events of Special Interest Following mRNA Vaccination in Randomized Trials by Joseph Fraiman, Juan Erviti, Mark Jones, Sander Greenland, Patrick Whelan, Robert M. Kaplan, Peter Doshi :: SSRN

Descarga el artículo en PDF

La planificación a largo plazo de la ONU, la OMS y el Foro de Davos

POR: Josep Cónsola


En junio de 2019 se celebró un “matrimonio” global entre el Secretario general de la ONU Antonio Guterres y el presidente del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab. Dichos elementos actuaron uno en representación de una pequeña parte de los países miembros de la ONU, y el otro como portavoz de las grandes corporaciones internacionales.

La ocasión fue la firma de un memorándum de entendimiento (MOU) entre el Foro Económico Mundial y las Naciones Unidas. En virtud del acuerdo nupcial, las dos instituciones se comprometen a adoptar unos niveles sin precedente de coordinación en los campos de la educación, la financiación, el cambio climático y la salud (1).

Este acuerdo significó una formalización de sumisión de la ONU a las grandes corporaciones y la apertura de un camino hacia una gobernanza global privatizada. Una perspectiva de gobierno global no electo perfilado ya mediante la denominada Iniciativa de Rediseño Global establecida por el Foro Económico Mundial en el año 2010 y que vamos viendo día a día cómo se va consolidando dicha propuesta cuyos componentes son el acuerdo entre ONU y FEM, pero aparejado a ello el nuevo tratado sobre pandemias y el nuevo Reglamento Sanitario Internacional de la OMS que le otorga poderes supranacionales, siempre a tenor de lo que le ordenen las multinacionales que la subvencionan.

El Foro Económico Mundial en su Iniciativa de Rediseño Global (GRI) de 2010 argumentó que el primer paso hacia su visión de gobernanza global es “redefinir el sistema internacional como un sistema más amplio y multifacético de cooperación global en el que los marcos jurídicos y las instituciones intergubernamentales están integrados como un componente central, pero no único y a veces no el más crucial”. El objetivo era debilitar el papel de los Estados en la toma de decisiones a nivel mundial y elevar el papel de un nuevo conjunto de “partes interesadas” en el cual las empresas son parte de los mecanismos de gobierno.

¿Qué proponía el FEM en su Iniciativa de Rediseño Global (Global Redesign Initiative)?

Para ello debemos atendernos a las palabras escritas por su presidente Klaus Schwab en la presentación del citado documento: “Nuestro objetivo ha sido estimular un proceso de pensamiento estratégico entre todas las partes interesadas sobre las formas en que las políticas internacionales, las instituciones y los acuerdos deben adaptarse a los desafíos contemporáneos… Muchas de las ideas y propuestas presentadas en este informe son de gran alcance y requieren un fuerte consenso global y cooperación. Sería presuntuoso suponer que todas estas ideas se integrarán inmediatamente en el sistema global proceso de toma de decisiones. Por lo tanto, la Iniciativa de Rediseño Global no debe verse como un fin en sí misma sino como el comienzo de un proceso sostenido para adaptar y preparar mejor el sistema global para los desafíos del siglo XXI. Puedo hacerles a todos aquellos que trabajaron tan duro para hacer realidad esta iniciativa la promesa de que el Foro seguirá siendo una fuerza contundente para repensar nuestros valores, rediseñar nuestros sistemas y reconstruir nuestras instituciones” (2).

Documento que en su resumen ejecutivo señala que “las ideas y propuestas que han surgido del proceso de Rediseño Global sugieren que se pueden lograr mediante la redefinición del sistema internacional como un sistema más amplio y multifacético de cooperación en la que se integran marcos jurídicos e instituciones intergubernamentales como componente central, pero no el único y a veces no el más crucial… Ha llegado el momento de un nuevo paradigma de gobernanza internacional de partes interesadas análogo al plasmado en la teoría de las partes interesadas sobre el gobierno corporativo sobre la cual se fundó el propio Foro Económico Mundial… Pero lo que también se requiere es un sentido propio de la salud en el sistema internacional… Quienes educan y seleccionan líderes políticos, empresariales, académicos, religiosos, medios de comunicación y otras instituciones sociales, en particular programas de educación, tienen la mayor responsabilidad a este respecto… Existe una nueva oportunidad de lograr un cambio radical en gobernanza ambiental global al no centrarse en la agenda tradicional (estructura de la ONU) sino en una nueva agenda para construir el tipo de mecanismos prácticos, a menudo público-privados”.

Y en sus conclusiones afirma: la arquitectura actual no es totalmente adecuada para abordar los riesgos que se están acumulando en muchos ámbitos. Es más probable que lo logren si adoptan un enfoque práctico y multidimensional, centrándose en el “cómo” en lugar de simplemente el “qué”.

Así, la ONU a las órdenes del FEM afirma que Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) solo se pueden conseguir con asociaciones mundiales sólidas y cooperación (privada se entiende) (3).

El Transnational Institute publicó el 25 de septiembre de 2019 una carta abierta al secretario general de la ONU de cuyo texto extraemos algunas consideraciones. “Las disposiciones de la asociación estratégica establecen efectivamente que los líderes corporativos se convertirán en asesores de los jefes de los departamentos del sistema de las Naciones Unidas, utilizando su acceso privado para abogar por “soluciones” con fines de lucro basadas en el mercado para los problemas mundiales, a la vez que socavan las soluciones reales arraigadas en el interés público y los procedimientos democráticos transparentes… La elección de construir una alianza entre la Secretaría y las empresas transnacionales para salvar al sistema de las Naciones Unidas lo destruirá, no lo salvará” (4).

Desde el año 2009 el capital mundial ha ido concretando paso a paso, sin grandes elementos propagandísticos de carácter público, la conversión de la ONU en un mercado de intereses corporativos, la OMS en una sucursal de la mafia químico farmacéutica, la UNESCO en la cobertura cultural del nuevo imperialismo, la UNICEF colaborando en la reducción de la población en la periferia del sistema, la ACNUR propiciando los masivos desplazamientos migratorios… Así podemos seguir con el resto de instituciones de las Naciones Unidas.

Una advertencia clara: mientras el capital planifica a largo plazo, el proletariado organizado responde a corto plazo (cuando responde) mediante diversos happenings a las cuestiones cotidianas, que si una guerra por aquí, que si una guerra por allá, que si un huracán, que si un terremoto, que si tantos muertos, que si cambia el clima, que si el dióxido de carbono, que si… Entretanto se oscurecen las muertes ocasionadas por los efectos secundarios de las inyecciones de ciertas pócimas a las que han dado el nombre de vacunas.

“Más de 5.550 millones de personas en todo el mundo han recibido una dosis de la vacuna contra la covid-19, lo que equivale aproximadamente al 72,3 por ciento de la población mundial”, publicó el New York Times el 13 de marzo de este año 2023 un exhaustivo informe con una serie de mapas interactivos por países y continentes (5).

En total se administraron más de 13.500 millones de inyecciones en todo el planeta.

Ya a principios de 2022 se publicaron más de mil artículos y estudios (1.011) en revistas científicas sobre los efectos adversos de las vacunas covid (6).

Según el investigador Steve Kirsch, la tasa de mortalidad de las vacunas contra el covid es aproximadamente de 1 entre 1.000 dosis. Esto se traduce en 676.000 estadounidenses muertos. Sin embargo, resulta que el análisis de Kirsch, que se basa en un desglose de las cifras del Vaers (Vaccine Adverse Event Reporting System), puede ser demasiado conservador (7).

Trabajando con datos de 17 países sobre mortalidad por todas las causas, investigadores de Correlation Research in the Public Interest, con sede en Canadá, han llegado a la conclusión de que la tasa de mortalidad de las inyecciones de covid-19 se sitúa en la región de 1 en 800 dosis. Calculan que las vacunas han matado a unos 17 millones de personas en todo el mundo (8).

Todo un panorama eugenésico que no está alejado de lo expuesto al inicio de este escrito. Pero con una salvedad: la mayoría de muertos desde finales del año 2020 no han sido a causa de las guerras o terremotos, sino bien planificados por el matrimonio público-privado ONU-FEM-OMS.

(1) https://weforum.ent.box.com/s/dj7x7z2fjxrox49farw5dfxfa1hfqw3h
(2) https://es.weforum.org/publications/everybodys-business-strengthening-international-cooperation-more-interdependent-world
(3) https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/globalpartnerships/
(4) https://www.tni.org/es/art%C3%ADculo/pon-fin-al-acuerdo-de-asociacion-estrategica-entre-las-naciones-unidas-onu-y-el-foro
(5) https://www.nytimes.com/interactive/2021/world/covid-vaccinations-tracker.html
(6) https://www.saveusnow.org.uk/covid-vaccine-scientific-proof-lethal/
(7) https://www.cdc.gov/vaccinesafety/ensuringsafety/monitoring/vaers/index.html
(8) https://www.globalresearch.ca/covid-vaccines-great-travesty-against-mankind/5837662

Vacunas obligatorias.

#YoNoMeVacuno #Plandemia #Covid19

Este artículo lo escribí el 14 de octubre de 2012, hace diez años. Con la mirada puesta entonces…Con lo que hemos vivido en los últimos años, podemos recordar este artículo que escribí hace 10 años, cuando no se sabía pero se intuía, lo que venía encima.

LUIS MIGUEL BENITO DE BENITO

Ante el comienzo de la campaña de vacunación, vuelve a abrirse el debate sobre la necesidad de «forzar» a las personas a que se vacunen o dejar ese acto al arbitrio de cada uno. Recientemente leíamos el siguiente titular «La obligatoriedad de vacunar de la gripe a los profesionales sanitarios en el centro del debate de un grupo de expertos». Porque resulta polémico, merece un análisis de esta entrada de blog.

Entre los expertos del debate, patrocinado como no podía ser de otro modo por una conocida empresa farmacéutica dedicada a la elaboración de vacunas, algunos opinaban que «vacunar de la gripe a los profesionales sanitarios impide que estos contagien a sus pacientes, lo que redunda en un mejor control de la enfermedad, un menor gasto sanitario y un absentismo laboral más reducido». Asimismo se aportó la cifra de que sólo el 16% de los médicos y el 11% de los enfermeros se vacunan en España. Alarmados por el descenso de gasto en vacunas en España del 1,5% al 0,9% actual, se apela a la responsabilidad del profesional en el uso de las vacunas, empezando por dar ejemplo, pues, tal como expresó el director general de Atención Primaria de la Comunidad de Madrid, los médicos que se vacunan tienen tres veces más éxito de conseguir que sus pacientes también lo hagan.

Cuando se analizan los motivos por los que el personal sanitario decide no vacunarse (y hablamos del 85% de los profesionales), los expertos del debate alegaban pereza, desidia, desconfianza y hasta miedo a las agujas. La pereza, la desidia y el miedo a las agujas puede ser común a todos los mortales pero la desconfianza ¿es igual si se presenta entre los médicos que en el resto de la población? Dicho de otro modo, ¿qué motivos puede tener un médico para recelar de las vacunas?

La idea general que se tiene de una vacuna es de que se trata de un producto inocuo (o escasamente inocuo) que se inyecta a un individuo para «enseñar» a su sistema inmunológico a fin de que aprenda a defenderse frente a infecciones que pueden ser graves. Ante a la amenaza de una agresiva pandemia de gripe A en 2009, se alertó a la población de que podía haber miles de muertos si no «educábamos» nuestro sistema inmunológico frente a ese virus tan letal. Así se arengaba a la población para que se vacunase. La gestión de vacunación de aquella supuesta pandemia de gripe A que llevó a la adquisición de una gran cantidad de vacunas (que caducaron sin utilizarse) deja entrever que a lo mejor hubo intereses comerciales más que sanitarios, por más que las autoridades sanitarias se enroquen en que se hizo lo que había que hacer. ¿Cuál es el coste de la vacunación? ¿Cuáles son sus riesgos? ¿Qué se previene y en qué medida se logra prevenir? ¿Cuánto vale lo que se logra prevenir? ¿Cuál es, en definitiva, la diferencia entre vacunar o no vacunar?

Pero a la vista de que aparte de lo sanitario hay también intereses comerciales, el recelo puede venir de sopesar qué hay detrás del interés de las autoridades sanitarias por recomendar tal o cual vacuna. Sabemos que la veleidad de los políticos ha llevado a que el calendario vacunal en cada comunidad autónoma sea de lo más variopinto. No sólo en las vacunas que se administran sino también en las pautas de vacunación, la torre de Babel se desarrolló al grito de a ver quién da más, porque si tú pones una pentavalente, ahí estoy yo como no podía de ser de otro modo, con mi heptavalente, que no me achico. Y orlando el calendario vacunal obligatorio, todo un cortejo de vacunas optativas a la carta. Que no, no son inocuas. Recientemente se ha vuelto a notificar otro caso de muerte en una joven que recibió la vacuna contra el papilomavirus (habrá que ver si guarda relación el fallecimiento con la vacuna) aunque la mejor vacuna contra el papilomavirus -no está de más recordarlo- es evitar la promiscuidad.

Existe un grupo creciente de médicos y de ciudadanos que empiezan a sospechar que detrás de tanto empeño de las autoridades sanitarias por fomentar la vacunación existen no sólo intereses comerciales sino un perverso propósito de inocular sustancias que adormecen o mutilan la respuesta inmunológica natural. Hay quien achaca el incremento de los casos de alergias a la proliferación de las vacunas e incluso quien ve tras el empeño por hacer obligatoria la vacunación una conspiración de lento pero progresivo envenenamiento mundial. Algunos padres convencidos de esto entran en litigio con las autoridades sanitarias porque no llevan a sus hijos a ponerse las vacunas preceptivas con arreglo al calendario vacunal. ¿Qué debe prevalecer en estos casos?

Según decían en la reunión de expertos, no es posible de forma clara y directa obligar a ningún profesional a vacunarse, aunque había quien se mostraba partidario de sancionar a un médico que, estando con gripe, atendiese un paciente. Lo sensato es que si uno padece una enfermedad infecto-contagiosa se quede en casa y no vaya a trabajar para no contagiar a nadie. No soy reacio por sistema a las vacunas: algunos años me he vacunado y otros no. Recelo de lo que es por imposición, por obligación. Por ello la posibilidad de que llegue un día en que me obliguen como médico a vacunarme, alimenta la hipótesis de la conspiración mundial.

SUMA Y SIGUE.

Con algunas multinacionales farmacéuticas en el punto de mira; sin que nadie nos dé una explicación amplia y detallada de los efectos nocivos de las supuestas vacunas; sin que salga a la luz el número de muertos de forma súbita, muchos de ellos jóvenes deportistas en perfecto estado de salud; sin que se aclare la repercusión real que, en un futuro más o menos inmediato, pueda tener sobre el organismo la vacunación a la que hemos sido sometidos, ya nos anuncian, a bombo y platillo, la inoculación de una nueva dosis con la advertencia -siempre es la misma- de que pronto hará acto de presencia una nueva cepa de la Covid 19, por supuesto mucho más letal que las anteriores.

Se trata, una vez más, de inocular el miedo a una población amedrantada y dispuesta a ceder cualquier derecho y libertad con tal de salvar la vida, al menos a corto plazo.

A los medios de comunicación, casi todos subvencionados por el poder globalitario, se les llena la boca hablando de las largas colas en los denominados “vacunódromos” -el solo pronunciar ese nombre ya produce cierta intranquilidad por la forma tan trivial de abordar un asunto cuyas consecuencias pueden ser irreparables- y haciendo hincapié, a la vez, en que ya se puede comenzar a vacunar a los menores de cinco años.

Evidentemente, estos anuncios y recomendaciones van sazonados con el siempre socorrido informe que refiere un “notable incremento de los casos” y un mayor número de “ingresados en los centros hospitalarios”. Es decir, suma y sigue. Lo mismo de siempre y así desde hace casi tres años.

Hay quien piensa que esta campaña de amedrantamiento irá en aumento de aquí a las Navidades para así justificar una desastrosa campaña navideña que se avecina cuyos resultados se deberán, no a la covid, si no al notable incremento de los precios, consecuencia de la salvaje subida de impuestos provocada por la ineptitud de este gobierno socialista que dilapida el dinero -ese que aquella indocumentada decía que no era de nadie- en pagar chiringuitos y en financiar a vagos.

En cualquier caso, la grave situación por la que atraviesa España, debido a la incompetencia manifiesta de los social-comunistas que nos desgobiernan, situándonos a la cabeza de los países más inflacionistas y con una tasa mayor de paro; a la cabeza de los países donde cuesta más cara la energía y los combustibles; con una bolsa de la compra disparada, exige desviar la atención sobre estos problemas y focalizarla en otros asuntos, en este caso esas presumibles nuevas cepas de las que ya nos advierten con lo cual, la población amedrantada, perderá de vista la desastrosa situación en la que nos encontramos, toda vez que la guerra de Ucrania, pese a intentarlo, no está siendo excusa suficiente para que el globalismo internacional logre sus objetivos.

Entretanto, nuestros dineros se gastan en viajes en Falcon; interminables caravanas de coches oficiales, algunos de los cuales consume el 16% de gasolina; financiar la compra de videojuegos a los de 18 años, o en la creación de observatorios -buen eufemismo para evitar llamarlos por su nombre: “chiringuitos de amigotes desocupados, afines ideológicamente a la causa”- para conocer si la mujer goza más individualmente o en pareja y otras chorradas por el estilo.

Todavía a muchos, yo entre ellos, nos gustaría saber por qué este bichito plandémico, creado en un laboratorio chino, se ceba más en los países del primer mundo, de manera especial en la vieja Europa, que en otros cuyas capacidades, tanto de higiene como sanitarias, son mucho más deficientes. Una de las muchas dudas que parece nadie quiere resolver. Otro de los muchos misterios de esta gran farsa a nivel mundial orquestada por el globalismo internacional que pretende hacerse con las riendas del poder desde las sombras.

Hay demasiadas incógnitas sobre este asunto que lleva casi tres años mortificándonos y que, a lo que se ve, suma y sigue sin que nadie sea capaz, de una vez por todas, de dar respuesta a las muchas dudas que planean alrededor de esta gran operación de cambio de los hábitos de la sociedad, especialmente la occidental.

Ah, por cierto, estamos casi concluyendo octubre y la tradicional gripe estacional todavía no ha hecho acto de presencia, al menos que se sepa. Al final resultará que se ha erradicado y todos sin saberlo. Resulta, cuando menos, extraño, aunque, tal vez, el problema radique en que esos test a los que nos someten que, a decir de muchos, no ofrecen resultados fiables, realmente lo que están detectando es la gripe de toda la vida.

El caso es que la permanente campaña de inoculación de pánico a la que nos tienen sometidos suma y sigue para que así, la malvada izquierda, siga encaramada al poder.

Eugenio Fernández Barallobre ( El Correo de España )

La demonización de los no vacunados: una mirada retrospectiva

Los funcionarios de muchas jurisdicciones propusieron que los no vacunados paguen más por la atención médica.

POR / BY (ORIGINAL POST IN ENGLISH): Michael P Senger

Las redes sociales han estado alborotadas desde que un miembro del Parlamento Europeo publicó un video de una audiencia en la que un director de Pfizer admitió que la compañía nunca probó si su vacuna de ARNm Covid previene la transmisión antes de su aprobación para uso de emergencia.

Aunque el hecho de que las vacunas de ARNm de covid no evitan la transmisión fue, por supuesto, muy claro a partir de los datos poco después de su implementación, este mito fue una justificación principal para los pases de vacunas y una causa principal del veneno sin precedentes lanzado contra quienes rechazaron las vacunas de covid. a lo largo de 2021 y continúa hasta hoy.

Los gobiernos no solo ejercieron esta presión a través de la política, sino que en muchos casos los políticos y funcionarios utilizaron su cargo para avivar deliberadamente la estigmatización social de los no vacunados. Aquí hay una mirada retrospectiva a algunas de las críticas sin precedentes que se lanzaron contra aquellos que rechazaron las vacunas contra el covid a partir de 2021 y más allá.

Los funcionarios de muchas jurisdicciones propusieron que los no vacunados paguen más por la atención médica.

En Victoria, Australia, donde los cierres fueron más prolongados que quizás en cualquier otra ciudad del mundo, un político propuso eliminar por completo a los no vacunados del sistema nacional de salud.

Una idea particularmente inquietante que comenzó a ganar fuerza entre los comentaristas de élite fue hacer que los hospitales clasificaran la atención de emergencia para atender a los no vacunados en último lugar, o incluso negar la atención médica a los no vacunados por completo, un crimen contra la humanidad bastante claro.

Un defensor vocal de la idea de clasificar la atención de emergencia para desfavorecer a los no vacunados fue David Frum, editor senior de Atlantic, más famoso por su apoyo abierto a la invasión de Irak. Cuando su infame tuit sobre el tema provocó un alboroto, Frum se duplicó.

Piers Morgan estuvo de acuerdo en que a los no vacunados se les debe negar la atención de emergencia.

Sorprendentemente, esta idea atroz de clasificar la atención de emergencia en función del estado de vacunación todavía se propone hasta el día de hoy.

La demonización de los no vacunados estaba, por supuesto, lejos de limitarse a la atención médica. Vilipendiar a los no vacunados se convirtió en una especie de moda antiliberal entre los comentaristas de élite. El CDC de EE. UU. incluso pagó a guionistas y comediantes para promocionar las vacunas contra el covid, lo que en algunos casos implicaba pagarles para burlarse de los no vacunados.

En un brote de reincidencia a principios del siglo XX, Austria y Alemania introdujeron el escalofriante concepto de «encierro para los no vacunados».

El «bloqueo para los no vacunados» también ganó fuerza en el mundo de habla inglesa.

La mayoría de los países, ciudades y estados de todo el mundo occidental introdujeron pases de vacunas que sus propios ciudadanos tenían que mostrar para participar en la vida diaria. La Organización Mundial de la Salud publicó un extenso documento sobre la implementación de un sistema digital de pases de vacunas, que incluye un registro internacional del estado de las vacunas e instrucciones sobre cómo revocar más tarde el pase de vacunas de alguien.

El más distópico de estos sistemas de pases de vacunas fue el de Lituania, donde a los no vacunados se les prohibió la entrada a casi todos los espacios públicos y empleos fuera de sus hogares; las pocas tiendas donde podían comprar artículos esenciales tenían que colocar grandes carteles rojos en sus puertas que indicaban que las personas no vacunadas podían estar presentes.

Y, por supuesto, quién podría olvidar la diatriba clásica al estilo del Führer de Justin Trudeau sobre tener que compartir el transporte público con los no vacunados, a pesar de que los documentos gubernamentales revelaron más tarde que no tenía ciencia para respaldar ninguna de estas afirmaciones.

Como gran parte de la respuesta a Covid , estos pases de vacunas y la moda iliberal de estigmatizar a los no vacunados no fueron científicos, sin precedentes, ineficaces, totalitarios, brutales y tontos.

Nunca fue remotamente realista que ningún gobierno esperara que todas las personas se vacunaran, especialmente cuando la vacuna en cuestión involucraba una nueva terapia basada en la genética. Por lo tanto, estas propuestas de imponer penurias draconianas a quienes rechazaron las vacunas contra el covid implicarían inevitablemente que el Estado impusiera penurias draconianas a una parte considerable de la población.

Según el epidemiólogo de Harvard Martin Kulldorff, una de las voces más creíbles sobre el tema, las vacunas contra el covid probablemente produjeron beneficios para los ancianos y los vulnerables, pero aún no está del todo claro si las vacunas contra el covid han brindado algún beneficio para los adultos sanos y especialmente para los niños. Junto con los riesgos aún desconocidos asociados con la tecnología de ARNm y los casos ahora bien documentados de muerte y lesiones graves a causa de estas vacunas, que los gobiernos de todo el mundo hayan ejercido una presión extrema sobre los niños y adultos sanos para obtener estas vacunas es absolutamente repugnante.

Que algunos jóvenes sanos sin duda fueron obligados a recibir una inyección que les provocó la muerte o lesiones graves, cuando los datos mostraban que los beneficios no superaban los riesgos, es una tragedia inconcebible.

Científicos encuentran anticuerpos que neutralizan todas las cepas de COVID

Los tratamientos anteriores con anticuerpos monoclonales contra la COVID-19 han tenido resultados mixtos contra las variantes. Sin embargo, una nueva investigación descubrió dos anticuerpos que funcionan contra todas las cepas conocidas de COVID-19.

Por José Mercola (ORIGINAL ARTICLE IN ENGLISH)

HISTORIA DE UN VISTAZO

  • Se han descubierto dos anticuerpos que son tan efectivos para neutralizar el COVID-19, y todas sus variantes, que creen que los anticuerpos podrían servir como un «sustituto efectivo de las vacunas».
  • Los anticuerpos, TAU-1109 y TAU-2310, se unen a un área diferente de la proteína espiga que otros anticuerpos, una que no sufre muchas mutaciones.
  • TAU-1109 tiene una eficacia del 92 % para neutralizar la cepa omicron y del 90 % para neutralizar la cepa delta
  • TAU-2310 tiene una tasa de eficacia del 84 % para neutralizar omicron y una tasa de eficacia del 97 % contra la variante delta
  • Los investigadores creen que con un tratamiento eficaz con anticuerpos, “no tendremos que proporcionar dosis de refuerzo a toda la población cada vez que haya una nueva variante”

Investigadores de la Universidad de Tel Aviv revelaron dos anticuerpos que son tan efectivos para neutralizar el SARS-CoV-2, y todas sus variantes, que creen que los anticuerpos podrían servir como un «sustituto efectivo de las vacunas». 1  Una de las fallas evidentes que rodean a las inyecciones de COVID-19 es su falta de efectividad contra las cepas emergentes de COVID-19.

Al elegir la proteína de punta en la que basar las inyecciones de COVID-19, los científicos eligieron una proteína que no solo se sabía que era tóxica para los humanos, sino que no era la parte del virus que provocó la mejor respuesta inmune.

La proteína Spike muta rápidamente, lo que esencialmente destruye prácticamente cualquier protección que brinda la inyección poco después de administrarla. El resultado final es una serie aparentemente interminable de inyecciones y refuerzos anuales, que solo pueden ofrecer una protección que disminuye rápidamente. Si se verifican los hallazgos de los investigadores israelíes y los anticuerpos resultan ser tan efectivos como se sospecha, podrían eliminarse por completo las inyecciones de refuerzo de COVID-19. 2

Los tratamientos anteriores con anticuerpos tuvieron resultados mixtos

La Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) ha autorizado múltiples cócteles de anticuerpos monoclonales (mAb) para el tratamiento de COVID-19. Sin embargo, a medida que surgieron variantes, su efectividad varió, algunas se volvieron ineficaces y otras mantuvieron su actividad.

«Esto indica que algunos anticuerpos provocados por la infección son más sensibles a la variación que otros, y que se debe considerar la amplitud de la especificidad del anticuerpo, y no solo la potencia», dijeron los investigadores, del departamento de microbiología clínica e inmunología de Sackler de la Universidad de Tel Aviv. Facultad de Medicina, 3  escribió en la revista Communications Biology. 4

Por ejemplo, en enero de 2022, la FDA limitó el uso de dos tratamientos con anticuerpos monoclonales, bamlanivimab y etesevimab, que se administran juntos, y REGEN-COV (casirivimab e imdevimab), a pacientes infectados con una variante conocida por ser susceptible a ellos. 5  Los dos tratamientos con anticuerpos mencionados habían perdido gran parte de su eficacia contra la variante omicron, lo que llevó a la restricción de uso en personas infectadas con omicron.

Por otro lado, en febrero de 2022, la FDA emitió una autorización de uso de emergencia (EUA) para un tratamiento con anticuerpos monoclonales conocido como bebtelovimab, que retuvo la actividad contra la variante omicron. 6  Según la FDA: 7

“Bebtelovimab funciona uniéndose a la proteína espiga del virus que causa la COVID-19, de forma similar a otros anticuerpos monoclonales que han sido autorizados para el tratamiento de pacientes de alto riesgo con COVID-19 de leve a moderado y han demostrado un beneficio en la reducción del riesgo de hospitalización o muerte”.

La forma en que los anticuerpos se unen a la proteína espiga puede ser la clave de su máxima eficacia contra varias cepas. En una investigación anterior realizada en octubre de 2020, la autora principal del estudio, Natalia Freund, y sus colegas aislaron nueve anticuerpos de personas que se recuperaron de la cepa original de COVID-19 en Israel. Freund declaró en un comunicado de prensa: 8

“En el estudio anterior, mostramos que los diversos anticuerpos que se forman en respuesta a la infección con el virus original se dirigen contra diferentes sitios del virus. Los anticuerpos más efectivos fueron los que se unieron a la proteína ‘espiga’ del virus, en el mismo lugar donde la espiga se une al receptor celular ACE2.

Por supuesto, no fuimos los únicos en aislar estos anticuerpos, y el sistema de salud mundial hizo un uso extensivo de ellos hasta la llegada de las diferentes variantes del coronavirus, que de hecho inutilizaron la mayoría de esos anticuerpos”.

Dos anticuerpos neutralizan todas las cepas de COVID-19

El estudio presentado continúa donde lo dejó el estudio de octubre de 2020, y revela dos anticuerpos, TAU-1109 y TAU-2310, que se unen a un área diferente de la proteína espiga, una que no sufre muchas mutaciones, haciéndolos capaces de neutralizar todas las cepas conocidas de COVID-19. Según Freund: 9

“En el estudio actual, probamos que otros dos anticuerpos, TAU-1109 y TAU-2310, que se unen a la proteína de pico viral en un área diferente de la región donde se concentraba la mayoría de los anticuerpos hasta ahora (y por lo tanto eran menos efectivos en neutralizando la cepa original) son en realidad muy efectivos para neutralizar las variantes Delta y Omicron”.

Específicamente, encontraron que TAU-1109 tiene una eficacia del 92 % para neutralizar la cepa omicron y del 90 % para neutralizar la cepa delta. TAU-2310 tiene una tasa de eficacia del 84 % en la neutralización de omicron y una tasa de eficacia del 97 % contra la variante delta. 10  El estudio se realizó en colaboración con la Universidad de California en San Diego, donde se enviaron los dos anticuerpos para pruebas adicionales contra virus vivos en cultivos de laboratorio.

Los anticuerpos también se probaron contra pseudovirus en la Universidad Bar-Ilan en Galilea. “Los resultados fueron idénticos e igualmente alentadores en ambas pruebas”, según un comunicado de prensa. 11  Lo que es interesante es que el virus mutante puede haber jugado un papel en hacer que los dos anticuerpos fueran tan efectivos. Freund explicó: 12

“La infectividad del virus aumentó con cada variante porque cada vez cambiaba la secuencia de aminoácidos de la parte de la proteína espiga que se une al receptor ACE2, aumentando así su infectividad y al mismo tiempo evadiendo los anticuerpos naturales que se crearon. después de las vacunas.

Por el contrario, los anticuerpos TAU-1109 y TAU-2310 no se unen al sitio de unión del receptor ACE2, sino a otra región de la proteína del pico, un área del pico viral que por alguna razón no sufre muchas mutaciones, y por lo tanto, son efectivos para neutralizar más variantes virales. Estos hallazgos surgieron cuando probamos todas las cepas de COVID conocidas hasta la fecha”.

Las vacunas de refuerzo COVID no son la respuesta

Freund cree que los anticuerpos son tan efectivos que en última instancia podrían reemplazar las vacunas de refuerzo de COVID-19. Esta es una buena noticia, ya que la mayor parte de la protección obtenida con las vacunas contra el COVID-19, incluidos los refuerzos, no dura.

Un estudio financiado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. Involucró datos de 10 estados recopilados desde el 26 de agosto de 2021 hasta el 22 de enero de 2022, períodos durante los cuales circularon las variantes delta y omicron. 13  Dentro de los dos meses posteriores a la segunda vacuna contra el COVID-19, la protección contra las visitas al departamento de emergencias y atención de urgencia relacionadas con el COVID-19 fue del 69 %. Esto se redujo al 37% después de cinco meses después de la inyección.

La baja eficacia cinco meses después de la serie inicial de inyecciones es lo que llevó a los funcionarios a recomendar una dosis de refuerzo, y la tercera inyección «aumentó» la eficacia al 87 %. Sin embargo, este impulso duró poco. Dentro de los cuatro a cinco meses posteriores al refuerzo, la protección contra las visitas al departamento de emergencias (ED) y atención de urgencia (UC) disminuyó al 66 %, luego cayó a solo el 31 % después de cinco meses o más después del refuerzo. 14

En lugar de admitir la derrota, los funcionarios de salud planean distribuir aún más dosis de sus vergonzosamente ineficaces refuerzos con las llamadas inyecciones «actualizadas». El 31 de agosto de 2022, la FDA modificó las EUA de las inyecciones COVID-19 de Moderna y Pfizer para autorizar el uso de formulaciones bivalentes como dosis de refuerzo al menos dos meses después de un refuerzo anterior o una serie primaria de inyecciones.

“Las vacunas bivalentes, a las que también nos referiremos como “refuerzos actualizados”, contienen dos componentes de ARN mensajero (ARNm) del virus SARS-CoV-2, uno de la cepa original del SARS-CoV-2 y el otro en común entre los linajes BA.4 y BA.5 de la variante omicron del SARS-CoV-2”, declaró la FDA. 15

Además de la gran posibilidad de que la protección contra el COVID-19 vuelva a desaparecer rápidamente después del refuerzo, existe un riesgo real de eventos adversos graves por inflar repetidamente de forma artificial los anticuerpos en su cuerpo a través de repetidas inyecciones de refuerzo.

Esto engaña a su cuerpo para que piense que siempre está infectado con COVID-19, una condición que solo puede conducir a una «zona de muerte», acelerando el desarrollo de condiciones autoinmunes como el Parkinson, la enfermedad de Kawasaki y la esclerosis múltiple, según el líder tecnológico y analista de COVID. Marc Girardot, quien instó a retirarse de la “zona de muerte” de la COVID disparó antes de que sea demasiado tarde. dieciséis

Con el tratamiento con anticuerpos ‘no tendremos que’ usar ‘boosters’

Puede haber una luz al final del túnel, ya que Freund confía en que las «capacidades de neutralización cruzada de los anticuerpos provocados naturalmente durante la infección por SARS-CoV-2 de tipo salvaje» pueden terminar proporcionando una alternativa a las vacunas de refuerzo. Ella dijo: 17

“Por razones que aún no comprendemos del todo, el nivel de anticuerpos contra el COVID-19 disminuye significativamente después de tres meses, por lo que vemos personas que se infectan una y otra vez, incluso después de haber sido vacunadas tres veces.

Desde nuestro punto de vista, el tratamiento dirigido con anticuerpos y su entrega al cuerpo en altas concentraciones puede servir como un sustituto eficaz para los refuerzos repetidos, especialmente para las poblaciones en riesgo y aquellas con sistemas inmunológicos debilitados.

La infección por COVID-19 puede causar una enfermedad grave y sabemos que proporcionar anticuerpos en los primeros días posteriores a la infección puede detener la propagación del virus. Por lo tanto, es posible que al utilizar un tratamiento eficaz con anticuerpos, no tengamos que proporcionar dosis de refuerzo a toda la población cada vez que haya una nueva variante”.

La inmunidad natural es clave

Esto es alentador, aunque no exactamente sorprendente considerando lo que se sabe sobre la inmunidad natural, el tipo obtenido al recuperarse de una infección. Un estudio de 2022 publicado en el New England Journal of Medicine (NEJM) 18  es solo un ejemplo de investigación que muestra que la inmunidad natural contra el COVID-19 no solo es efectiva sino que dura más que la inmunidad que se adquiere con las vacunas contra el COVID-19. 19

Además, la infección previa por COVID-19, es decir, la inmunidad natural, ofreció una mejor protección contra la infección omicron sintomática más de un año después que tres dosis de inyecciones de COVID-19 después de un mes.

Para ponerlo en números, un gráfico en el New England Journal of Medicine muestra que la infección previa fue 54.9 % efectiva contra la infección omicron sintomática después de más de 12 meses, mientras que tres dosis de la vacuna contra el COVID-19 de Pfizer tuvieron solo 44.7 % de efectividad un mes después . Lo mismo sucedió con tres dosis de la vacuna contra el COVID-19 de Moderna, que tuvieron solo un 41,2 % de efectividad después de un mes, en comparación con una efectividad del 53,5 % para la inmunidad natural más de un año después. 20

Otro de los informes más comentados que muestra la superioridad de la inmunidad natural involucró datos presentados el 17 de julio de 2021 al Ministerio de Salud de Israel, que reveló que, de más de 7,700 casos de COVID-19 informados, solo 72 ocurrieron en personas que tenían anteriormente tenía COVID-19, una tasa de menos del 1%. Por el contrario, más de 3000 casos, o aproximadamente el 40 %, ocurrieron en personas que habían recibido una vacuna contra el COVID-19. 21

En otras palabras, aquellos que fueron vacunados tenían casi un 700 % más de probabilidades de desarrollar COVID-19 que aquellos que tenían inmunidad natural por una infección anterior. 22

¿Por qué es muy probable que no haya oído hablar de esta noticia? Las inyecciones de refuerzo repetidas equivalen a signos de dólar en curso para Big Pharma y las agencias de salud y los funcionarios que controla. Por lo tanto, queda por ver si un tratamiento con anticuerpos que apunte a todas las variantes de COVID-19 de manera efectiva alguna vez verá la luz en hospitales y clínicas ambulatorias.

Publicado originalmente  el 13 de octubre de 2022 en Mercola.com (ORIGINAL ARTICLE IN ENGLISH)

Referencias

Alertas y miedos sanitarios. Por el Dr. Luis Miguel Benito de Benito

Por: LUIS MIGUEL BENITO DE BENITO.

Esa ha sido la tónica habitual de los titulares de la prensa. Todas las noticias del ámbito sanitario en los últimos meses han sido para «alertar», «advertir», «temer», «no bajar la guardia», «vienen cepas», «habrá recortes», «aparecen resistencias», «prevén desabastecimiento», «faltarán recursos», «aumentan peligros»,… Los psicólogos «advierten» del aumento de suicidios, del deterioro mental y la mayor inestabilidad emocional de la población ante el incesante bombardeo de noticias de corte negativo que conducen a la sensación, consciente e inconsciente, de que no hay nada que hacer, que todo está perdido, que la maldad impera sobre la tierra.  

Los médicos se deprimen ante el flujo creciente de pacientes con efectos secundarios que no supieron ver o no quisieron advertir. Muchos tratan de jubilarse de forma anticipada o, ante el anuncio de recorte de su pensión si lo hacen, estiran lo que pueden su sexta década encadenando baja tras baja por cuestiones médicas entre las que sobresale el cansancio, el hastío, el miedo y la depresión. Otros más jóvenes se fugan al extranjero en un intento por cambiar de identidad, olvidando el pasado, y mejorar el poder adquisitivo en un país donde se pague mejor que aquí. España dice haber perdido este último año 2200 médicos por estos motivos, si bien su ausencia queda camuflada por la llegada de otros titulados en países extranjeros a los que se les homologa su titulación cada vez con menos requisitos… lo cual ya empieza a ser percibido por los usuarios de la sanidad. Menos cantidad y peor calidad de los servicios asistenciales, controlado el mercado por una creciente trama de seguros médicos que pagan de manera miserable a los que atienden a los pacientes cada vez con más desidia, porque evidentemente, nadie da duros a peseta (expresión que ya cada vez entiende menos gente).  

Si en la prestación de servicios médicos el panorama sanitario no se muestra muy alentador, la situación se agrava si atendemos a los parámetros de salud de la población. Entre todos ellos, el más alarmante es ese ya reconocido incremento de mortalidad con el que mes a mes y desde hace un año se registran oficialmente: se muere más gente, mucha más gente, de la que debería morirse según años anteriores… y ninguna autoridad da explicación de ello. La prensa ya no puede por menos que hacerse eco de este dato, que, junto al descenso de la natalidad, está llevando a un crecimiento negativo de la población. Cada vez somos menos los habitantes de este país, algo que también queda parcialmente maquillado por el aflujo incontrolado de inmigrantes que hacen el relleno demográfico de cara a próximas elecciones. El modelo social de la España que conocíamos desaparece inexorablemente en el próximo decenio. 

Los políticos conocen estos datos, son públicos. Lo único que les preocupa es pergeñar a quién «cargarle el muerto», ya que es evidente que se espera que los haya -porque ya los hay, y muchos- sin explicación. Alguno me ha reconocido que de esta manera se ajustan esas necesidades médicas: al haber menos ciudadanos, no hacen falta tantos recursos. De sobra saben que hay una sobremortalidad que cada mes se incrementa respecto al mes anterior. Es el objetivo de sus amos, reducir la población. Acaso las vacunas, esas de las que nadie se atreve a señalar como causa, están ya haciendo el efecto que pretendían. Cada vez aparece reflejada esa vinculación en más informes médicos, cada vez las funerarias registran más la condición de vacunado de los finados, porque la mayoría de esa sobremortalidad ya no pasa por los hospitales, va directamente a caja. No llevamos ni dos años del experimento y aquí están los frutos. Atentos a los ataúdes blancos cuya presencia está despegando apenas un año después: que no le desvíen la atención con guerras, recortes energéticos y cambios climáticos. La que sea que circula por la mayoría de los cuerpos españoles está haciendo su efecto y no son solo dismenorreas, alopecias, endocarditis, ictus o trombosis. Pregunten a los expertos por su eficacia, pregunten a las autoridades por su seguridad y reflexionen sobre qué necesidad había antes de pedir responsabilidades.  

He tenido que apartarme un poco del trabajo habitual, cambiar un tiempo por otro, para poder reunirme con colegas con los que compartir experiencias y ver cómo reinventar la medicina. No podemos quedarnos sin más lamentando ese bárbaro desajuste necesidades-medios que se atisba a corto plazo y que llevará a la desesperación a los que queden vivos. Ya que no hemos sabido estar a la altura de nuestro deber de advertir del daño, hay que afrontar la obligación de rescatar del miedo a todos los que quieran seguir siendo libres, a quienes deseen vivir sanos y felices. Es momento de construir cuando todo se desmorona. El momento de sujetar con abrazos a los que pretenden arrebatar al pozo de la desesperación los enemigos de la patria.