Etiqueta: LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Libertad de prensa

Por José Vicente Pascual

Al que se salga del guión, ni agua. Al que no humille la cerviz y ponga todo su saber y talento al servicio de los amos, palo. A quien se rebele contra esta ignominia, cancelación como poco.

En 1991 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 3 de mayo como Día Mundial de la Libertad de Prensa. Hoy, 33 años después, ya sabemos de sobra que celebrar la libertad de prensa es como hacer la ola en gratitud por los Encuentros Pacifistas Intergalácticos, entrevistar en vivo y en persona a personajes históricos como Harry Potter o Serlock Holmes, declarar solemnemente que el agua está mojada o que Nueva York es más grande que Castro Urdiales: por completo inútil y bastante fuera de la realidad. La libertad de prensa ni existe ni se la espera de momento. Y atentos a la paradoja que entraña este asunto: por lo general, quienes más vociferan por tal derecho son los que impiden su efectiva vigencia. A lo mejor no hace falta que lo explique, pero me explico: los grandes medios y las grandes corporaciones mediáticas son hoy los propagandistas de la libertad de información y opinión, pero siempre dentro de los cauces que ellos determinan —imponen— mediante la insoportable sutileza de la “línea editorial”. Al que se salga del guión, ni agua. Al que no humille la cerviz y ponga todo su saber y talento al servicio de los amos, palo. A quien se rebele contra esta ignominia, cancelación como poco.

La libertad de prensa es una entelequia, una más, generada por las élites; una mentira bonachona que sirve para que los encargados de mantener el discurso ideológico contemporáneo en sus precisos límites se celebren a sí mismos. Al final de todo: una piadosa censura. Lo cual no quiere decir, desde luego, que no existan periodistas libres, informadores comprometidos con la verdad e insensatos opinadores sin miedo. Claro que existen y no son pocos. El problema: que los mecanismos oficiales de la libertad de prensa los hacen indetectables; y si alguno asoma la cabeza le caen terribles homilías presidenciales aparte de la execración gremial: “pseudo medios”, “máquina del fango”, “bulos” y “fakes” y toda esa basura. Como dijo Lenin muy bien dicho: “¿Libertad? ¡Mis cojones!”.

Lula llevará al G-20 su plan de controlar las redes sociales a escala mundial

El presidente de Brasil destacó desde Emiratos Árabes Unidos que «acabar con la diseminación del odio en las redes sociales de todos los países» es un tema que debería ser abordado por las mayores potencias del planeta. En febrero envió una carta a la conferencia global Internet for Trust, realizada por la Unesco, en la que pidió que se establezca una regulación de las plataformas digitales a escala mundial con la excusa de evitar que «amenacen la democracia»

por José Gregorio Martínez

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue recibido en Abu Dabi por su homólogo de los Emiratos Árabes Unidos, Mohamed bin Zayed Al Nahyan. (EFE)

La insistencia del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, de controlar las redes sociales no tiene límites ni fronteras. Luego de haber enviado una carta en febrero a la conferencia global Internet for Trust, realizada por la Unesco en París, en la que pidió que se establezca una regulación a las plataformas digitales a escala mundial, este domingo anunció desde Abu Dabi su intención de elevar este debate al G-20, poniendo así la mirada en la próxima cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de este bloque que se celebrará el 9 y 10 de septiembre en Nueva Delhi, India.

“Necesitamos discutir en el G-20 cómo vamos a cuidar de las plataformas digitales, que no tienen ninguna responsabilidad con las ‘fake news’, con la transmisión de odio, con verdaderas prácticas terroristas a través de una red digital que de social tiene muy poco”, dijo a periodistas al finalizar su visita a Emiratos Árabes Unidos, donde hizo una parada a su regreso de China.

Así como en esta ocasión Lula invoca la supuesta lucha contra los discursos de odio, que se ha convertido en un arma de la izquierda para imponer el relato de la políticamente correcto, hace un par de meses argumentaba que su cruzada contra la libertad de expresión en las redes sociales tenía como objetivo evitar que estas “amenacen la democracia”, aprovechando como excusa el asalto a los poderes del 8 de enero en Brasilia.

La nueva excusa de Lula para controlar las redes sociales

Ahora usa la violencia desatada en escuelas de Brasil –siendo el caso más grave el ocurrido el 5 de abril en la ciudad de Blumenau, en el estado de Santa Catarina, donde un hombre mató a cuatro niños con un hacha– para justificar su pretensión de controlar el contenido que se publica en las redes sociales, lo cual viene promoviendo desde mucho antes que ocurrieran los hechos que hoy le sirven de sustento a su tesis.

Y es que a raíz de los ataques ocurridos en escuelas de Brasil, desde el miércoles el Gobierno del líder izquierdista endureció las normas que rigen la actividad de estas empresas en el país, las cuales deberán ahora fiscalizar el grado de “amenaza” y colaborar “inmediatamente” con la Policía en la debida “identificación” de usuarios “peligrosos”, entre otras exigencias.

Si bien los hecho de violencia pueden ameritar la implementación de medidas de seguridad por parte del Estado, la intención de Lula no se limita a estas situaciones. Su idea de controlar las redes sociales no solo es de larga data sino que además pretende buscar el apoyo de otros gobiernos para que se aplique de manera global, quedando una vez más en evidencia que el fin de todo socialista es aumentar el control estatal en todos los ámbitos, tanto el político como el económico, el social y el comunicacional.

¿Copiar el modelo chino?

El régimen chino es el mejor ejemplo, donde todas las plataformas digitales están vigiladas por el Partido Comunista de China (PCCh) que gobierna el país bajo un sistema de partido único sin oposición, lo cual por cierto alabó Lula durante la visita al gigante asiático que culminó el viernes.

Resulta además preocupante que los medios de comunicación y agencias de noticias al servicio del mal llamado progresismo se sumen a este discurso que a la larga terminará marcando el inicio de su propia censura, como es el caso de EFE, que culmina su nota sobre este información destacando que Lula –a quien exalta reiteradamente como “líder progresista” (nunca izquierdista)– subrayó que “acabar con la diseminación del odio en las redes sociales de todos los países” es un tema que está “a la orden del día” y, por tanto, debería ser abordado por las mayores potencias económicas del planeta.

La intención de imponer una censura global es clara y más que evidente.

Credencialismo, crisis y censura: cómo la izquierda eliminó el debate

Todo lo que creen los fascistas progresistas es ahora un hecho oficial.

POR DANIEL GREENFIELD. ORIGINAL ARTICLE IN ENGLISH

“La gran verdad: defender la democracia en la era de la gran mentira”, escrito por un reportero de CBS y un activista político, es el último esfuerzo de los izquierdistas para envolverse en la bandera de la verdad.

El sesgo de los medios se ha despojado de su color protector de neutralidad y grita que su lado, los izquierdistas, representan la verdad y los conservadores la ‘mentira’. El título de “La gran verdad”, un ejercicio olvidable de señalar la virtud, es interesante solo porque abarca tan perfectamente un feed de medios que es un juego de bromas locas de “X republicano mintió, Y demócrata espera que la verdad triunfe”.

El problema es que esto no es sólo propaganda destilada hasta su esencia pura, de modo que todos los titulares de los medios ahora se leen como el título de «Las mentiras y los mentirosos mentirosos que las cuentan» de Al Franken.

El problema es que los izquierdistas crearon la infraestructura de una nueva verdad usando las tres C,  credencialismo, crisis y censura,  para eliminar el debate y el mercado de ideas.

El credencialismo  tiene expertos, activistas, académicos, miembros de grupos de expertos de izquierda y organizaciones sin fines de lucro, erróneamente descritos como no partidistas, y otras figuras interesadas con títulos, que declaran que una narrativa de izquierda, el calentamiento global, el racismo sistémico, la transgénero en niños o resultados electorales es un hecho avalado por estudios e investigaciones. Se  declara una crisis  acompañada de terribles advertencias de que cuestionar su verdad fabricada costará más vidas. En la etapa final, la  censura , los monopolios de internet, aliados con los medios y los políticos, reprimen el desacuerdo como desinformación.

Antes, en el medio y después, los medios sirven como tejido conectivo, promoviendo hacks partidistas como expertos, insistiendo en la crisis y presionando a las empresas tecnológicas para que censuren la disidencia.

Si bien los bloqueos por pandemia pronto vendrán a la mente, el modelo estaba operando antes de eso y se ha utilizado en prácticamente cualquier tema, desde refugiados hasta elecciones cuestionadas (ganadas por el partido de los medios), crimen y sexualización escolar. Todo lo que la izquierda cree es ahora un hecho y una crisis, discrepar es desinformación, traición y terrorismo. La represión sigue rápidamente.

Los hechos, se nos dice a menudo, no se pueden debatir. Y como todo lo que cree la izquierda es un hecho, ya no hay lugar para el debate. Personas razonables, inteligentes y de buena fe, nos dicen los medios, nunca estarían en desacuerdo con estos hechos. Solo fanáticos, trolls y extremistas que venden desinformación, disidencia. Y como no están de acuerdo con la verdad y los hechos, son mentirosos.

Y censurar a los “extremistas” y “mentirosos” se ha convertido en el nuevo deber cívico de los monopolios de internet. Este es el omnipresente fascismo progresista de cancelar la cultura, la censura y las interminables batallas contra la desinformación que han llegado a definir lo que solía ser el mercado de las ideas.

Cuestionar las  credenciales  de los expertos es un ataque a la ciencia, los hechos y la idea misma de la verdad. La sociedad civil, nos dicen los expertos, no puede existir a menos que confiemos en ellos. Cualquiera que no esté de acuerdo está dispuesto a socavar a la sociedad y destrozar la verdad artificial oficial que pretende unirnos en el Mordor digital que están construyendo los poderosos monopolios tecnológicos, una granja de servidores y verificación de hechos a la vez.

Agregue la segunda C,  crisis , y ni siquiera hay tiempo o espacio para debatir la ética de silenciar la disidencia política mientras la gente muere por la flatulencia de las vacas, la aplicación de la ley o la incapacidad de mutilar sexualmente a los niños rápidamente. La censura  se vuelve más urgente que nunca.

Declarar que sus opiniones son “verdad” y que cualquier desacuerdo es una “mentira” es un elemento crucial.

La narrativa de los medios es más que propaganda. La retórica que solía escuchar de Franken, Stewart y Colbert se ha convertido en una parte crucial de un esquema de censura masiva. Pero al centrarse en lo negativo, la censura de la disidencia, es fácil pasar por alto lo que realmente sucedió, que es un consenso fabricado que une al gobierno, los medios, los grupos de expertos y las organizaciones sin fines de lucro, la academia y los monopolios de Internet en un sistema totalitario. .

El fascismo progresista suprime el desacuerdo para imponer unilateralmente sus “verdades” oficiales.

En el centro del debate está la cuestión de qué es la verdad y cómo llegamos a ella. Sesgos mediáticos y debates sobre qué periodismo objetivo se enfrenta cada vez a las “nuevas verdades”.

Un simple informe objetivo basado en hechos podría ser que Bob X le disparó a Jack Y en la cabeza en medio de Main Street. Captado por la cámara, lo que sucedió es la verdad indiscutible. La nueva verdad, la que aparece cada vez más en la cobertura de los medios, es que el racismo sistémico, la desigualdad de ingresos y la falta de leyes de control de armas llevaron a un tiroteo en Main Street. Bob y Jack, como todos los individuos, son meros actores secundarios en los grandes dramas sociopolíticos izquierdistas de clase y raza.

El tirador de la escuela es una ocurrencia tardía en la lucha por pedir nuevas leyes de control de armas, el violador es solo un producto de las leyes de aborto y la misoginia, las víctimas del huracán tienen que dar paso a los informes sobre el calentamiento global. La creencia izquierdista tradicional de que las personas son solo peones de los fenómenos académicos impregna los medios porque representa la nueva verdad.

La nueva verdad trata una cosmovisión como un hecho. Los individuos en los medios se han convertido en tipos, irrelevantes como personas, vitales solo porque transmiten la cosmovisión izquierdista más amplia. Una víctima de un tiroteo en la escuela que aboga por el control de armas puede obtener fácilmente un perfil nacional, pero uno que pide encerrar a los criminales nunca lo hará.

Los periodistas solían pensar que las verdades eran personales, no políticas. La nueva verdad ha invertido todo, siendo las verdades últimas verdades políticas y personales relegadas a lo anecdótico.

Quién, qué, cuándo, dónde y por qué se ha reducido solo a la última W. Solo importa el ‘por qué’ y las respuestas son siempre políticas. El ‘Por qué’ es el racismo sistémico, el calentamiento global, la falta de leyes de control de armas, el patriarcado, el capitalismo, la homofobia, el colonialismo y el resto de los ataques a la civilización. Las otras cuatro W solo están ahí para proporcionar ejemplos que ilustren la quinta.

Los medios se envuelven en la bandera de la verdad porque se alejan de los hechos. Sus verificaciones de hechos, una herramienta crucial tanto para el  credencialismo  como  para las crisis , a menudo considerarán que las cosas que son verdaderas son falsas porque carecen de contexto. Y dado lo suficiente del contexto correcto, las cosas que son objetivamente falsas pueden parecer verdaderas y las cosas que son objetivamente verdaderas pueden parecer falsas.

El credencialismo hace que las narraciones parezcan hechos. Pero la narrativa es un sistema de creencias que sostiene que las ideas izquierdistas son absolutamente ciertas en un sentido superior, a pesar de no funcionar en la vida real. Es la ‘veracidad’ de lo que Colbert se burló de su carrera, con activistas disfrazados de expertos para que pareciera que es el producto de una investigación objetiva en lugar de sentimientos.

La izquierda no es un movimiento de hechos, ningún movimiento lo es. Las personas no están apasionadamente impulsadas a luchar y morir, a desarraigar vidas y transformar la sociedad mediante hechos objetivos y estudios de investigación. Luchan por amor y odio, deseo de independencia, tribalismo, codicia, egoísmo, idealismo y búsqueda de sentido y mil intangibles más que son parte de la naturaleza humana, no de los hechos.

Emergiendo en una era donde los descubrimientos científicos estaban cambiando el mundo, la izquierda siempre ha disfrazado sus prejuicios, sesgos, impulsos y malicia con el barniz de la teoría académica. Su genialidad ha sido unir el reino inferior de la revuelta campesina con el intelectualismo del salón, la mente y el corazón, reclamando la sanción de la razón y la empatía cuando no tiene ninguna.

La nueva verdad es más de lo mismo. Su verdad es la convicción de que la cosmovisión holística de la izquierda es objetivamente precisa en todos sus detalles. El credencialismo experto desplegado para crear hechos y luego verificaciones de hechos es solo una apología de un movimiento ideológico. Lo que solía ser propaganda, activistas disfrazados de expertos, se ha transformado en un fascismo progresista completo que quiere imponerte su verdad.

Y para silenciar a todos los que no están de acuerdo.

La Administración de EEUU reacciona aterrada a la «amenaza» de la libertad de expresión en Twitter

ELON MUSK ES EL DUEÑO DESDE ESTE VIERNES

 Carlos Esteban – La Gaceta de la Iberosfera

Este viernes, el multimillonario Elon Musk se convierte en el dueño de la red social Twitter y el estamento woke que controla la administración norteamericano ha entrado en pánico ante la posibilidad de que Musk cumpla su ‘amenaza’ de acabar con la censura en la plataforma.

De repente, Twitter no es ya una empresa privada. ¿Recuerdan? Esa era la excusa habitual de cada purga, de cada censura: es una empresa privada, puede hacer lo que se le antoje, así sea expulsar al presidente de Estados Unidos o eliminar mensajes contrarios al discurso oficial del progresismo. Pero eso, naturalmente, era solo la coartada de los beneficiados del sistema. Ahora, cuando Elon Musk está por iniciar su mandato, ya no es una empresa privada; ahora es una cuestión de “seguridad nacional” y hay que impedir a toda costa que la gente opine e informe libremente.

“Una vez que se cumplan las condiciones finales de cierre, los fondos estarán disponibles para que Musk culmine la transacción antes de la fecha límite del viernes”, señala el Wall Street Journal. Y este miércoles Musk tuiteaba un vídeo de sí mismo entrando triunfalmente en la sede de Twitter antes de concluir su compra por 44.000 millones.

Musk ya ha anunciado su intención de deshacerse de tres cuartas partes del personal de la plataforma, formada esencialmente por guardianes de la verdad oficial al servicio de la izquierda progresista mundial. Y el anuncio ha sembrado el pánico histérico en los grandes medios de comunicación ante la perspectiva de que la plebe pueda expresar libremente lo que piensa. “La toma de control de Twitter por Musk amenaza nuestra democracia con una libertad de expresión sin restricciones”, podía leerse en The Pacific, en un titular indeliberadamente hilarante. “Por qué la idea de “libertad de expresión” de Musk contribuirá a arruinar América”, insiste The New Republic, por citar solo alguno de los titulares tan alarmistas como francamente orwellianos.

Naturalmente, la administración no se va a quedar de brazos mientras ven cómo toda su obra se puede desmoronar en poco tiempo. Así que los mismos que han dejado pasar sin problemas los oscuros negocios del hijo del presidente con empresas propiedad del estado chino -entre otras muchas, muchas cosas más- han iniciado una investigación criminal sobre los negocios de Musk. Justo ahora, qué cosas.

Según informa Reuters, “Tesla Inc (TSLA.O) está bajo investigación criminal en Estados Unidos por las declaraciones según las cuales los vehículos eléctricos de la compañía pueden conducirse solos”. Y sigue: “El Departamento de Justicia de Estados Unidos lanzó una investigación no revelada previamente el año pasado después de que se produjeran una docena de accidentes, algunos de ellos fatales, que involucraron el sistema de asistencia al conductor Autopilot de Tesla, que se activó durante los accidentes”, agregs el informe.

Pero estos accidentes no quitaban el sueño a los investigadores hasta que al fundador de Tesla se le ocurrió la idea de comprar Twitter.

La semana pasada, hubo informes de que la administración Biden estaba considerando detener el acuerdo con una «revisión de seguridad nacional«, supuestamente basada en la premisa de que Musk había estado sirviendo como intermediario para el régimen de Putin. La administración Biden ha negado que esté realizando una “revisión de seguridad nacional” de este tipo.

El Papa Francisco insiste con los discursos de odio en su nuevo libro

En sintonía con el kirchnerismo, el Papa Francisco volvió a pedir un total rechazo a los discursos de odio «en nombre de Dios» en su nueva obra literaria.

Este martes 18/10 el papa Francisco publicó su nuevo libro, «Vi chiedo in nome di Dio» («Les pido en nombre de Dios») en el que entre otras cosas, volvió a insistir en terminar con los discursos de odio. Reclama una digna comunicación que los evite.

En su libro también se muestra a favor de una política con «humildad y austeridad» y reclama a la sociedad «no cortarle las alas» a las mujeres y compatibilizar su desarrollo profesional con la maternidad. La obra se estructura en «diez pedidos en nombre de Dios» que hace Jorge Bergoglio para «un futuro de esperanza» y en el que repasa varios ejes sociales, políticos, económicos y religiosos. Allí, el sumo pontífice dedica uno de sus diez pedidos a «una comunicación que combata las fake news y evite los discursos de odio».

«Es importante tomar todas las medidas necesarias para que no aumenten los discursos de odio, el grooming y la manipulación política sustentada tantas veces en la fragilidad y vulnerabilidad de las personas como de la situación social. El diálogo y la amistad social implican también políticas públicas capaces de minimizar las amenazas que genera la cultura de las fake news».

El nuevo libro del papa Francisco Vi chiedo in nome di Dio» («Les pido en nombre de Dios») en que volvió a insistir en terminar con los discursos de odio.

Y continúa: «El crecimiento de expresiones que solo buscan el ataque y la descalificación nos obliga a replantearnos algunos de los postulados históricos sobre los que se edificó lo que hoy conocemos genéricamente como Internet[..] muchos medios ya son conscientes de los ataques y discursos de odio que proliferan entre quienes visitan sus sitios y toman medidas para restringir o eliminar las publicaciones en determinadas noticias[..]Estos discursos de odio, ya sea en redes o medios tradicionales, parecen traer a la superficie algunas conductas que se creían erradicadas».

Parece que su pedido de rechazar los discursos de odio en su nuevo libro es un guiño amistoso hacia el kirchnerismo. El tema se ha instalado fuertemente en la agenda política y mediática, al menos en Argentina, tras el atentado fallido a CFK. El relato kirchnerista sostiene un vínculo directo entre el frustrado atentado y los presuntos “discursos de odio” de los medios, dirigentes políticos opositores y la justicia. Para ellos, los dirigentes opositores no disienten, injurian, los medios no informan, difaman y la justicia no juzga, practica el «lawfare».

Ante esto distintos referentes oficialistas organizaron jornadas para «garantizar una comunicación democrática» donde trataron la “violencia simbólica en el discurso mediático”, eufemismo de “discursos de odio” y el propio presidente Alberto Fernández disertó sobre aquellos en la ONU en septiembre. 

Incluso muchos dirigentes K coquetearon con la idea de sancionarlos a través de leyes. La titular del Inadi Victoria Donda fue una de las primeras en impulsar “una herramienta legal que sancione los discursos de odio” y acusaba directamente a políticos opositores de sembrarlos: “Por eso nos urge como sociedad tener una herramienta legal que sancione estas construcciones discursivas; las armas de los odiadores las cargan los Macri, las Bullrich, los Milei, las Granata y los López Murphy”.

El papa Francisco y la ley de Medios

Ahora el Papá, alineado políticamente con el kirchnerismo (reflejado en las visitas K que recibió en el Vaticano a lo largo del año, como la del secretario de Derechos Humanos de la Nación Horacio Pietragalla Corti, el gobernador de Cahco Jorge Capitanich, el intendente del municipio bonaerense de Esteban Echeverría, Fernando Gray y el intendente de Ushuaia y camporista Walter Vuotto) vuelve a insistir con lo mismo.

El encuentro entre el Papa Francisco y Gabriel Mariotto em 2013 en que reflexionaron sobre la polémica ley de Medios.

Tal como contó Urgente24, el máximo pontífice ha flirteado en el pasado con Ley de Medios. Según el exvicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto, él mantuvo una conversación con el papa Francisco acerca de la vigencia de la polémica Ley. “Justamente hace tres o cuatro meses atrás, el Papa Francisco en una comunicación personal que mantuvimos me preguntó lo mismo, ‘¿qué pasa con la Ley de Medios?’ y me dijo ‘hay que resucitarla´».

En este sentido el establecimiento de una ley de odio sería totalmente contrario a un sistema democrático, cuyo buen funcionamiento se garantiza a través de la libertad de expresión, diversidad de opiniones y periodismo crítico. Además la ley tiene un efecto importantísimo en el debate público porque si uno ve que lo pueden sancionar por expresar algo contrario a la mayoría o al gobierno podría inhibirse, tendría miedo a decir algo y empezaría a callarse.

El mismo Papa, semanas atrás prunció en L´Osservatore Romano un discurso contra el odio: “Hay demasiado odio y divisiones, demasiada falta de diálogo y de comprensión del otro; esto, en el mundo globalizado, resulta aún más peligroso y escandaloso. No podemos salir adelante conectados y separados, vinculados y desgarrados por tanta desigualdad… Para todos los seres humanos, las grandes sabidurías y religiones están llamadas a dar testimonio de la existencia de un patrimonio espiritual y moral común, que se funda sobre dos pilares: la trascendencia y la fraternidad”.

FUENTE: Urgente24

El doctor LGTBI Frankenstein y el moderno cretino Prometeo

Las ampollas que un autobús rotulado con unas frases que rayan lo exacto y meridiano es, sin más ambages, un síntoma del grado de cinismo, cobardía e imbecilidad que imperan en el seno de nuestra sociedad.

“Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si eres mujer seguirás siéndolo.” Este ha sido el puñado de frases que ha hecho explotar la indignación de la dictadura de lo políticamente correcto y de la policía del pensamiento, en la que los grandes grupos de la comunicación se han erigido.

Con esta lógica de la locura, decir que hoy, día en el que se publica este editorial, es uno de marzo puede llegar a ser considerado una aberración e incluso algo condenable. Porque si cada uno podemos ser lo que queramos, quién es el que puede decirnos en qué momento o día vivimos.

Podemos ser hombres y sentirnos mujeres, ser mujeres y sentirnos hombres, ser humanos y sentirnos lombrices, ser ancianos y sentirnos adolescentes, ser blancos y sentirnos negros. Podemos sentirnos lo que queramos, desafiando a la medicina, a la antropología o a la misma biología. Esta es la quimera que conduce irremisiblemente al colapso a las sociedades de Europa occidental. Esta es la libertad que nos ofrece, junto con las ofertas del Primark, el modelo económico global en su peor vertiente, que es la europea.

Pero esa presunta libertad, básicamente la libertad de ser un majadero, está blindada. Son esos irrefutables, sagrados e intocables dogmas de nuestros días que, en apenas veinte años, han puesto patas arriba milenios de civilización europea. Leyes, dotaciones presupuestarias y códigos penales aprobados por amplias mayorías parlamentarias que han llevado al ordenamiento jurídico a un plano similar al del Derecho Inquisitivo.

Porque la libertad o la defensa de la integridad de las personas por su condición sexual tienen muy poco, o nada, que ver con la actual operación de ingeniería social que estamos sufriendo. Es así de claro y sencillo.

En España el amparo no ya de una moral determinada, sino del más simple sentido común biológico cuenta con muy pocos valedores. Y en el marco del panorama político la situación es simplemente desoladora. El PP, el partido de los complejos y de la vergüenza, se sube a la carroza del orgullo arcoíris al son con el que Cifuentes mueve su teñida melena.

Solamente los ciudadanos de a pie somos quienes podemos contrarrestar el lavado de cerebro colectivo al que se nos está sometiendo. Debemos seguir llamando a las cosas por su nombre y ni plegarnos a la censura de los medios e instituciones, ni imponernos autocensura alguna ante el temor a la exclusión social. Son los padres los que han de vigilar y paliar el machacón adoctrinamiento que sus hijos reciben, desde la enseñanza primaria, en la ideología de género y en la apología del homosexualismo. Debemos denunciar, en reuniones de padres y profesores, la basura e inmundicia con la que se quiere confundir y corromper las inocentes mentes de los niños. Puede que sea duro, pero es una cuestión de supervivencia.

Ante la ley del silencio que se nos pretende aplicar, ante los dedos acusadores y las manipulaciones vertidas por los grandes medios de comunicación, ante los chillidos y estridencias del doctor Frankenstein de la ideología de género, transgénero o como quieran llamar a semejante genocida mamarrachada nos queda la resistencia civil.

Somos más los que creemos que los niños tienen pene y las niñas tienen vulva a quienes afirman que hay niños con vulva y niñas con pene. Y somos más, aunque hagamos menos ruido y muchos tengan miedo a expresarlo públicamente, porque simplemente tenemos razón y porque así ha sido desde que el hombre es hombre y así será hasta el día de nuestra extinción.

Los alaridos y gruñidos que han despertado unas cuantas verdades rotuladas en un autobús nos indican que el camino no es el de la resignación o el del silencio, sino decir las cosas alto y claro. Nadie dijo que ser libres fuese fácil.

Redacción Despiertainfo.com

Y ocurrió:hembristas y podemitas violan la libertad de expresión a base de amenazas

España se ha convertido en el lugar donde los matones de la ultraizquierda campan a sus anchas

El Estado ha dimitido de aquello que lo justifica: el mantenimiento del orden público. Estamos en plena ley de la selva, donde los matones imponen sus reglas. Un paso seguro hacia el conflicto civil violento. No es la primera vez que ocurre: una combinación de matones sectarios y de cobardes nos mete en una espiral que acaba siempre en violencia desatada. Y luego dirán aquello de que ellos no lo veían venir o aquello del “No es eso, no es eso”.

Ayer lo avisábamos. Hoy podemos confirmalo.

Nos lo explica Nicolás de Cárdenas desde Actuall:

“Grupos feministas y del entorno del Podemos han logrado reventar a base de gritos, amenazas e insultos el debate sobre ideología de género que habían organizado las asociaciaciones Despierta y Voceando por ti Sevilla en la Universidad de de la capital andaluza.

(…)

Según ha sabido este periódico por testigos presenciales también se han coreado lemas como “sacad los rosarios de nuestros ovarios” y “fuera machistas de la universidad“. Del mismo modo, dada la afiliación política de una de las intervinientes, Alicia Rubio, se han oído amenazas tales como “Vox, fascistas, estáis en nuestra lista”.

Los organizadores del acto se han visto obligados al suspenderlo tras comprobar que los gritos y el sonido de bocinas no iba a cesar, ni siquiera en el momento en el que se ha pedido que se guardara un minuto de silencio por las víctimas de la violencia machista.

Según han relatado a Actuall los mismos testigos, el gerente de la Universidad de Sevilla, Juan Ignacio Ferraro, ha negado el paso a las patrullas de Policía que se han desplazado hasta las puertas del recinto universitario al ser avisados de los violentos incidentes.

La Asociación Despierta, envió minutos antes de la celebración del acto, un comunicado en el que recordaba, sobre la polémica suscitada por la mesa redonda que  el acto “es un debate al que han sido invitadas personas con muy diferentes opiniones”.

Al mismo tiempo, los convocantes señalaban como “intolerable la imposición de un pensamiento único y el intento de prohibición del debate público sobre temas controvertidos en nuestra sociedad”.

Tal y como adelantó ayer Actuall, Podemos consiguió a través de presiones previas a la celebración del acto que dos de los ponentes que iban a participar no acudieran al acto: Myriam Díaz, concejal del PSOE y Javier Moyano, concejal de Ciudadanos.

A pesar de que había confirmado en un principio su asistencia,  finalmente tampoco asistió el concejal del PP José Luis García, por lo que el boicot lo sufrieron los representantes de la asociaciones convocantes y Alicia Rubio, autora del libro Cuando nos prohibieron ser mujeres… que no es la primera vez que sufre un escrache en las últimas semanas.”

Origen: Y ocurrió:hembristas y podemitas violan la libertad de expresión a base de amenazas

El islam y el derecho a la burla. / The Right to Mock.

por Douglas Murray

Si hay una pregunta que preocupe a la opinión pública en torno al asunto del islam radical es: «¿Cuál es el vínculo entre los extremistas y los moderados?». Los principales políticos del mundo occidental no son muy útiles para dar una respuesta, ya que insisten en que el islam radical no tiene nada que ver con el islam y en que los extremistas no pueden estar más alejados de los moderados. Sin embargo, la opinión pública tiene la impresión de que las cosas no son así.

A pesar de la sorprendente ausencia de debate público sobre los verdaderos perfiles de la discusión, la gente sabe que algo no cuadra en el análisis que ofrecen los políticos de la izquierda –y otros–. De hecho, no sólo percibe que sí hay cierta relación entre ambos (algo que niega el Partido Demócrata norteamericano, por ejemplo), sino que esa relación podría ser más estrecha de lo deseable. Un ejemplo se planteó hace poco en el Reino Unido en el lapso de tan sólo 24 horas.

El pasado día 7 el London Evening Standard publicaba la noticia de que la Policía había empezado a investigar un posible delito de odio en unos textos que, según había descubierto el periódico, se estaban repartiendo en una mezquita de Londres. El posible delito de odio no era de la especie más conocida –un tuit malévolo o un comentario repugnante–, sino de la categoría antes conocida como incitación. Lo que se estaba repartiendo en la mezquita de Walthamstow era un folleto que insistía en que «todo musulmán debe matar» a cualquiera que insulte al profeta del islam. Aquellos que insulten al gran hombre «deben morir», incidía.

El panfleto apoyaba su punto de vista en referencias a la ley islámica tradicional y explicaba que, para el caso de los que «insultan» a Mahoma, como los apóstatas que «merecen ser asesinados», no es necesario esperar a que se tribunal pronuncie tribunal alguno. Lo mejor es tomarse la justicia por propia mano: ése era el quid.

Haciendo referencia a algo conocido por la población británica nativa y también por la de origen paquistaní, el panfleto aludía al caso seminal de Mumtaz Qadri, el paquistaní que en 2011 asesinó a Salman Tasir, gobernador de la provincia del Punyab. Qadri asesinó a Tasir por defender la reforma de las estrictas leyes islámicas sobre la blasfemia en el propio Pakistán. El panfleto dice que «todos los musulmanes deben defender» al asesino Qadri, y que no se debe impedir que alguien como Tasir sea asesinado por un musulmán, por muy «pez gordo» que sea.

Salman Tasir (en el carte de la imagen izquierda) era el gobernador de la provincia paquistaní del Punyab cuando, en 2011, fue asesinado por un radical islamista por su defensa de la reforma de la estricta legislación islámica antiblasfema de aquel país. Imagen derecha: la Policía de Londres podría estar lanzando una investigación por 'delitos de odio' a cuenta de un libro difundido en una mezquita de la ciudad que explica que
Salman Tasir (en el carte de la imagen izquierda) era el gobernador de la provincia paquistaní del Punyab cuando, en 2011, fue asesinado por un radical islamista por su defensa de la reforma de la estricta legislación islámica antiblasfema de aquel país. Imagen derecha: la Policía de Londres podría estar lanzando una investigación por ‘delitos de odio’ a cuenta de un libro difundido en una mezquita de la ciudad que explica que «todos los musulmanes deberían apoyar» al asesino de Tasir.

La Policía está investigando en estos momentos la mezquita Dar ul Ulum de Walthamstow, donde se repartía el folleto, y haría bien en indagar sobre su imán, Sayed Abdul Qadir Yilani, cuyo nombre y fotografía figuran en la portada del mismo. Por supuesto, la respuesta de la clase política británica es ignorar cualquier asunto así. El recurso a la «manzana podrida» es probablemente lo máximo que puede esperar la población de cualquier político, si es que alguno se ve obligado a hacer algún comentario sobre Yilani, su panfleto o su mezquita. Sin embargo, la gente lee noticias como esta y se pregunta, con razón, de dónde sacan sus ideas tipos como Yilani, y qué difusión pueden tener.

Al día siguiente (sábado), los lectores de The Sun tuvieron noticia de que un famoso gimnasta británico, Louis Smith, se había emborrachado con sus amigos en una boda y grabado un vídeo que había vuelto para perseguirlo. Decía el Sun: «¿Ha perdido Louis un tornillo? El as olímpico Louis Smith, acusado de burlarse del islam tras gritar ‘Alá Akbar’ y fingir rezar en el vídeo de una borrachera». En el vídeo de marras aparecían Smith y un amigo quitando una alfombra de una pared y gritando «Alá Akbar», mientras el amigo simulaba rezar en un estilo vagamente islámico. El periódico presentaba así la información:

La estrella olímpica (…) Louis Smith ha sido acusado de burlarse del islam tras aparecer borracho en un vídeo con un amigo que simulaba rezar. En la grabación aparecen Smith y el también gimnasta Luke Carson gritando «Alá Akbar», expresión islámica que significa «Dios es el más grande».

No es precisamente la noticia más importante del año, ni afecta precisamente a alguna de las figuras más importantes de nuestro tiempo. Pero la noticia habrá sido leída por millones de lectores, que habrán podido observar las reacciones. La primera, la de una «fuente de las fuerzas de seguridad» que le decía al periódico: «Burlarse de la religión es muy estúpido. En el caso del islam, también puede ser algo muy arriesgado». Después, el Sun incluía las obligatorias declaraciones de un «musulmán moderado»; en esta ocasión, Mohamed Shafiq, miembro de una organización unipersonal llamada Fundación Ramadán. Shafiq ya había sido elogiado en Gran Bretaña por su supuesto coraje moral y su excepcional valentía cuando se pronunció en contra de la violación masiva y colectiva de menores. En 2013 fue acusado de intentar provocar un linchamiento cuando el musulmán reformista Maayid Nawaz tuiteó una inocente imagen que, según insistía Shafiq, era ofensiva para todos los musulmanes del mundo.

En respuesta al vídeo de la borrachera de Louis Smith, el Sun recurre a Shafiq, que dice de Smith: «Creo que debería disculparse de inmediato. Nuestra fe no debe ser objeto de burla; nuestra fe debe ser celebrada y creo que va a ofender a la gente». Shafiq no explica por qué no se deben hacer chanzas sobre su religión. Ni parece saber nada sobre el derecho de las personas libres en los países libres a decir o hacer lo que les plazca, sobre el islam o sobre cualquier otro credo, cuando les plazca. En el islam no hay nada especial que conlleve que no se puedan hacer bromas sobre él. De hecho, sería muy positivo (tanto para los musulmanes como para todos los demás) si se hicieran bromas más a menudo. Pero esa frase lleva implícita, de nuevo, la amenaza. Es menos descarada que la amenaza contra Maayid Nawaz, pero se acerca mucho a las palabras empleadas por el imán de Walthamstow y los extremistas que defendieron a Mumtaz Qadri.

Todos insisten en que «no se deben hacer burlas» sobre su fe. Y a quienes dicen ser moderados, y son presentados en los medios como tales, parece resultarles extraordinariamente útil el no tener que ser mucho más explícitos al respecto. Afortunadamente para ellos, hay otras personas dispuestas a ocuparse de los asesinatos en países como Pakistán y, a veces, en Occidente. Del resto de nosotros, seamos gimnastas en una noche de fiesta o cualquier otra cosa, se espera que hayamos aprendido ya la lección. Pero en esta intimidación, no demasiado sutil, ¿no vemos, precisamente, lo que más le preocupa a la opinión pública? Que, a pesar de lo que dicen nuestros políticos, la distancia supuestamente abismal que separa a los extremistas de los moderados parece tener, a veces, el grosor de una hoja de papel.

Podemos tiene razón

Por: Liberal Enfurruñada

Podemos acaba de presentar, en el Congreso de los Diputados, tres proposiciones no de ley relacionadas con los medios de comunicación españoles. A través de ellas pretenden enmendar su limitado pluralismo y escasa competencia, que han convertido al sector en un práctico duopolio… y tienen razón. Lo que pasa es que sus propuestas, en lugar de solucionarlo, pretenden pasar de duopolio a monopolio y de limitado pluralismo a mensaje único. Para poder entenderlo, debemos usar un traductor que nos permita convertir sus palabras en lo que realmente quieren decir; tengan en cuenta que estos señores son los que a las dictaduras las llaman “democracias populares” y “empoderamiento ciudadano” al capricho personal del caudillo.

 

Procedo a traducir lo que significan algunos de los términos usados en dichas propuestas. La “democratización del espectro radioeléctrico” no es otra cosa que el poder para acallar a los que les critiquen y dar altavoces a los voceros del caudillo. “Poner a disposición de la ciudadanía” es quedárselo el régimen dictatorial. “Favorecer la diversidad y el pluralismo mediático” e “impulsar el Tercer Sector de la Comunicación y el empoderamiento ciudadano” es regalar los medios de comunicación a los amigos del régimen, junto con jugosas subvenciones públicas para sostenerlos sin audiencia. “Crear un Consejo Estatal del Audiovisual” y “poner límites a la propiedad cruzada en medios de comunicación” es implantar la censura gubernamental. “Promover campañas por una audiencia activa” e “Implementación de la educación mediática en el currículo de la educación obligatoria” es la facultad para adoctrinar a adultos y menores… y así todo.

¿Y por qué lo sabemos? Pues no hace falta tener un Máster en Adivinación, ni poseer una mágica bola de cristal. Lo sabemos con total seguridad porque ya lo han hecho donde gobiernan. Por ejemplo, en Venezuela o en Ecuador. Allí empezaron igual que han hecho aquí, con los insultos, las descalificaciones y los señalamientos a los periodistas que no les eran sumisos, contra quienes incluso usaron la violencia física de los llamados “colectivos”. En cuanto tuvieron poder comenzaron a retirar las licencias a los más críticos; a imponer multas y a obligar a emitir interminables mensajes oficiales, mediante la ‘ley mordaza’ de Ecuador o la ‘ley RESORTE’ en Venezuela. Finalmente, a los pocos que no cedieron y aplicaron la autocensura, se les asfixió económicamente, se persiguió a sus accionistas y hasta se nacionalizaron las empresas papeleras, para que no pudieran imprimir. Y todo eso lo han hecho ya allí con el asesoramiento de los líderes de aquí… blanco y en botella.

Podemos tiene razón, los medios de comunicación españoles adolecen de falta de pluralismo, pero la solución sería justo la contraria a la que ellos proponen.Necesitamos más libertad y menos injerencia estatal; más diversidad, más empresas privadas y menos licencias, limitaciones públicas, ni comités. Los medios de comunicación privados ofrecen lo que creen que demanda la ciudadanía y cuanto más aciertan mejor les va. Mientras, los públicos sólo ofrecen lo que demandan sus gestores: los políticos. Cualquier organismo público de control de la comunicación responderá sólo a los intereses de ‘la gente’, o sea, de ellos. Porque la realidad es que no quieren más pluralidad sino que sólo pretenden censurar a quienes no se sometan, sumisos, a los “intereses de la ciudadanía” que, como ya imagináis, significa lo que le salga de las narices a Pablo Iglesias.

Libertad de expresión, cada vez mas acosada.

La libertad de expresión está en el alero de las sociedades abiertas. Las presiones de la izquierda y la derecha para redefinirla, siempre en un sentido restrictivo, escalan acompasadas por el desarrollo de nuevas inseguridades y de nuevos intentos de utilizar el Estado para imponer una mentalidad única a la sociedad. El caso de Jan Böhmermann es un ejemplo de lo primero; la creación de “espacios seguros” para personas LGTB y otras minorías, en los campus universitarios y las ciudades, de lo segundo.

La canciller Angela Merkel ha dado el placet para poder procesar al cómico Jan Böhmermann por injurias al presidente turco Taryp Erdogan. En su programa de televisión, el señor Böhmermann leyó un poema satírico en el que se describía al presidente Erodgan practicando sexo con ovejas, consumiendo porno infantil, y matando kurdos y cristianos. Alemania tiene un viejo artículo en su Código Penal, el 103, que tipifica como delito las ofensas a jefes de Estado extranjeros. Para poder investigar a una persona por este delito, se necesita el visto bueno del canciller. Las presiones del Gobierno turco consiguieron que la señora Merkel activase el procedimiento penal el pasado viernes, una concesión que se explica por la creciente influencia de Turquía en la Unión Europea, debido a su posición de fuerza en el acuerdo sobre la crisis de los refugiados.

Como escribe Gideon Rachmann este martes en Financial Times: “El caso de Jan Böhmermann representa un intento de exportar prácticas autoritarias hacia  la Europa democrática”.

En el otro lado del arco político, la izquierda actúa igualmente para restringir la libertad de expresión en los países democráticos. El último ejemplo es la campaña de las organizaciones del movimiento feminista y LGTB para que la ONU adopte en su próxima cumbre sobre las ciudades, del 25 al 29 de abril, un conjunto de directrices “contra la violencia de género en los espacios públicos”.

Entre las recomendaciones, se promueve la penalización de la publicidad “sexista”, o de los piropos en la calle como una forma de acoso sexual a mujeres y personas LGTB, según el borrador de la propuesta, que se filtró este lunes por error. También se pide a la ONU que reconozca como formas de violencia el siguiente listado: “patriarcado, misoginia, sexismo, sentido de la propiedad sobre los cuerpos de las mujeres, control de la sexualidad y de la capacidad reproductiva, homofobia, transfobia, lógica cisgénero, entre otras”.

Si los lobbies feministas y LGTB querían combatir el acoso sexual en las calles de las ciudades, dejaron pasar la oportunidad de hacerlo tras los incidentes de la pasada Nochevieja en Alemania, Dinamarca y Suecia, cuando cientos de mujeres sufrieron abusos por parte de grupos de inmigrantes de cultura musulmana. La voz de los colectivos feministas y LGTB brilló por su ausencia entre las peticiones de justicia para esas víctimas de un acoso real, no paranoico.

La libertad de expresión es la primera víctima de la crisis de valores en las sociedades occidentales. Los miedos de la derecha y la pulsión totalitaria de la izquierda están haciendo de la sociedad abierta un lugar peligroso para pensar y hablar en libertad. – V. Gago

[Con información de Deutsche Welle,  Financial Times, de pago; El Español, Naciones Unidas, en inglés y en español]