Por FEDERICO JIMENEZ LOSANTOS en LIBERTAD DIGITAL
No existe tiranía en Cuba. Lo dice Obama y el dorado periodismo progre aplaude. Siempre pasa lo mismo con el comunismo: lo hacen fuerte las democracias.
La misma prisa con que Bill Clinton indultó antes de dejar la Casa Blanca al multimillonario Marc Rich, perseguido en los USA por tráfico de armas con destino a países islámicos enemigos de los USA, ha mostrado Barack Hussein Obama, con el pie en el estribo de la campaña presidencial de su señora –igual que los Clinton-, indultando políticamente al hombre más rico de Cuba, Raúl Castro, único heredero de la Cuenta del Comandante, o sea, Fidel en Suiza: mil millones de dólares hace 30 años. Si los indultos de la última semana de Bill fueron, según opinión general en Washington el origen financiero de la carrera presidencial de Hillary, los de Obama para Evita Michelle serán infinitamente más fructíferos, algo así como la diferencia entre la picaresca de Arkansas y el hampa de Chicago.
Clinton indultó personas. Obama ha indultado regímenes despóticos. Peor aún: se ha asegurado de que los países favorecidos por él se agrupen en el nuevo Triángulo del Mal: el islamismo nuclear de Irán, el comunismo de Cuba y Venezuela y el narcotráfico de Santos, Timochenko y las FARC.
La humillación a los demócratas cubanos
Como una de las bases de la inesperada victoria electoral de Trump ha sido Florida, Obama se ha regodeado en la humillación de los miles de cubanos que han entregado su vida a la causa de la libertad desde 1959, cuando Fidel asomó la pata totalitaria en el juicio a los pilotos de Batista, obligando al tribunal que los había absuelto a repetir el juicio y condenarlos tras un espectáculo de masas calcado de los juicios de Moscú en 1937. No le ha bastado abrazarse al dictador, heredero de la fortuna y la dictadura del tirano más longevo del mundo. Obama manda que los cubanos que quieran ir a Estados Unidos sean tratados como cualquier migrante de cualquier país, no como perseguidos políticos.
El Premio Nobel de la Paz ha decretado que ya no hay tiranía política en Cuba, y que un cubano que haya sido despedido de su trabajo, detenido, torturado y encarcelado durante años por el régimen será tratado como un bracero mejicano o una mucama salvadoreña. Raúl también ha heredado el viejo sueño de Fidel: para los USA, Cuba ya no es una dictadura enemiga.
Como prueba de buena voluntad hacia la supuesta democracia de los Castro, Obama ha cancelado el relativo privilegio de los cubanos –que era una pequeña compensación por vivir en Cuba- en el tradicional sorteo de green cards y el programa que permitía a los infinitos médicos cubanos fletados por los Castro para ir por todo el mundo como asesores de otros regímenes dictatoriales o simples acarreadores de divisas, escapar de la tiranía asilándose en cualquier embajada o puerta de entrada a los USA.
El dorado exilio moral del periodismo progre
Los periodistas adictos la dictadura comunista lo han celebrado con titulares tan abyectos como éste: «Fin de la era dorada del exilio cubano». O sea, que los tres millones de cubanos que han huido desde 1960 de su país viven como rajás gracias al cuento de que Cuba era, decían ellos, una dictadura comunista. Obama ha puesto por fin en su sitio a estos vividores: «Al tomar esta medida tratamos a los migrantes cubanos de la misma manera que tratamos a los migrantes de otros países». Y así lo celebra el diario oficial Gramma: «Un importante paso en el avance de las relaciones bilaterales» que garantizará una «migración regular, segura y ordenada».
El cementerio de Miami está lleno de doradas tumbas de los que han muerto en la dorada pobreza del exilio tras ser despojados por el tirano de todo lo que habían ganado -casa, empresa, familia- a lo largo de su vida. La Cuba que se agrupa en los barrios pobres de Miami, Tampa o Nueva York porque prefiere empezar de cero a vivir bajo la tiranía está cubierta de oro. Los plantados, presos políticos que se negaban a vestir el uniforme de los presos comunes en las cárceles castristas y durante años prefirieron estar desnudos en sus celdas, eran buscadores de oro. Los torturados y fusilados por el Che, Raúl, Fidel, Barbarroja y demás enemigos de la ostentación, lo fueron por querer vivir como capitalistas en Cuba, y no como comunistas, que viven en régimen de apartheid y tienen, como todo camarada desde que hace cien años Lenin implantó la primera dictadura roja, acceso a todos los bienes que prohíbe a la reacción. ¡Pues no quiere enriquecerse trabajando!
Yo he visto salir, después de veinte o treinta años en las cárceles de Cuba, o detenidos en su casa, o linchados en público, o todo a la vez, a docenas de presos políticos y disidentes del castrismo, de Valladares a Menoyo y Jorge Valls, de Cabrera Infante a Heberto Padilla, Raúl Rivero y Severo Sarduy, unos huidos, otros sacados de las ergástulas castristas tras largos años de campañas pidiendo su liberación. Éramos siempre los mismos: Montaner, Rangel, Revel, Mario Vargas Llosa, Plinio Apuleyo Mendoza, Valerio Riva, Xavier Domingo… Luego llegaron los más jóvenes como Zoe Valdés, y después los blogueros y los raperos, la inmensa tribu que Alvaro Vargas Llosa dibuja en El exilio indomable. Y ahora resulta que huían de un fantasma. Que en Cuba no se ha perseguido políticamente a nadie, ni es enemiga de Occidente, con USA a la cabeza, y que los etarras escondidos andaban muy errados. Raro que no los echaran.
Además de tontos pre-Obama, eran masoquistas. Porque los que les escupían en la calle o les insultaban en los medios oficiales de la Isla –o en sus periocloacas españolas- podían vivir muy bien en Cuba aplaudiendo al régimen. Hasta Willy Toledo vive de okupa en una de las casas pilladas a los españoles tras la robolución. Pero durante casi 60 años esos cubanos amigos de la libertad que han afrontado la cárcel, la tortura y la muerte en el paredón o el estrecho de la Florida, donde no se distingue a los tiburones de los esbirros de los Castro, estaban absolutamente equivocados. No existe tiranía en Cuba. Lo dice Obama y el dorado periodismo progre le aplaude. Siempre pasa lo mismo con el comunismo: lo hacen fuerte las democracias.
El golpe cubano-iraní en Venezuela
Pero la humillación a Cuba y a todos los políticos cubanoamericanos que han luchado por ayudar a los demócratas dentro y fuera de la isla, de Iliana Ros, Lincoln Díaz Balart y Bob Menéndez a Marco Rubio, no debe hacernos olvidar que el legado de Obama es un nuevo marco internacional en el que los USA han apadrinado el nacimiento de un nuevo Imperio del Mal, un triángulo diabólico formado por tres piezas: el islamismo nuclear de Irán, el comunismo de Cuba y Venezuela y el narcotráfico de las FARC.
Esta semana ha sido designado vicepresidente de Venezuela Tarik Assaimi, hombre de Irán al que Cuba ya puso en el Ministerio del Interior y que fue echado por los viejos militares chavistas tras dar cien pasaportes a terroristas de Hizbulá que Macri está tratando de expulsar de Argentina. El proyecto de Macri está relacionado con la persecución de la estructura de terrorismo antisemita montada por la embajada iraní, autora de la masacre de la AMIA judía en Buenos Aires, pero tan protegida por Cristina Fernández Kirchner que el fiscal Nisman fue asesinado cuando estaba a punto de procesarla por complicidad y encubrimiento de aquel atentado.
Desde el viaje de Fidel Castro a Teherán y el comunicado conjunto contra el Gran Satán norteamericano, la presencia del régimen iraní no ha dejado de crecer, singularmente en Venezuela pero también en otros focos del proyecto bolivariano, cuyo fin último es implantar el comunismo en Iberoamérica y cuyo combustible financiero es doble: cocaína y petróleo. Pero que Tarik Assaimi, investigado por narcotráfico en los USA según reveló El Nuevo Herald y explicó Carlos Alberto Montaner en Libertad Digital, se haya colocado el primero en la línea de sucesión de Maduro, ese hombre que siempre parece que va a tropezar con algo y romperse, es un salto cualitativo en la conversión de Venezuela en una estricta dictadura comunista, sin embelecos populistas, capaz de disolver de un día para otro su Parlamento y encarcelar a todos los opositores, al modo de Cuba o Irán.
De hecho, este Tarik –como el islamista que invadió España en 711- ha debutado acusando de preparar un golpe de Estado a Lilian Tintori y ha detenido u ordenado capturar a los jefes históricos de la cúpula militar chavista, único obstáculo que impediría, como ya hizo, su acceso al poder. Este proceso avanza velocísimamente a la sombra del largo adiós de Obama, una alfombra para Irán, Cuba, Santos y las FARC. Y abre la caja del narcotráfico para todo grupo terrorista o partido antisistema en cualquier parte del mundo. Empezando por Colombia, donde Santos ha ignorado el no popular en el plebiscito promovido, con el apoyo de Obama y el Papacisco, para respaldar el pacto con las FARC que convertiría a Bogotá en la Gran Caracas del narcomunismo bolivariano.
Al lado de Obama, Carter es Reagan y Rambo
Si el legado de Obama en política interior se llama Donald Trump; en política exterior es ese triángulo islamismo-comunismo-narcotráfico, que tiene como base a los millones de islamistas y comunistas de todo el mundo y como auxilio dorado -que no exilio- al narcotráfico. ¡Y todo ello, gracias a la Casa Blanca, legitimado internacionalmente!
Al lado de Obama, el legado de Carter es una apretada síntesis de los de Washington, Lincoln, Reagan, John Wayne y John Rambo. Sólo le faltó un toque de color.
ENGLISH
There is no tyranny in Cuba. Obama says it and the golden journalism progre applauds. The same thing always happens with communism: democracies make it strong.
The same hurry Bill Clinton pardoned before leaving the White House to billionaire Marc Rich, pursued in the United States for arms trafficking destined to Islamic countries enemies of the USA, has shown Barack Hussein Obama, standing in the stirrup of The presidential campaign of his lady – just like the Clintons, politically pardoning the richest man in Cuba, Raul Castro, sole heir to the Count of the Commander, that is, Fidel in Switzerland: a billion dollars 30 years ago. If the pardons of Bill’s last week were, according to the general opinion in Washington the financial origin of Hillary’s presidential race, those of Obama for Evita Michelle will be infinitely more fruitful, something like the difference between the Arkansas rogue and the underworld Of Chicago.
Clinton pardoned people. Obama has pardoned despotic regimes. Worse still, he has ensured that the countries favored by him are grouped in the new Triangle of Evil: Iran’s nuclear Islamism, Cuban and Venezuelan communism, and the narco-trafficking of Santos, Timochenko and the FARC.
The humiliation of Cuban Democrats.
As one of the bases of Trump’s unexpected electoral victory has been Florida, Obama has gloated over the humiliation of the thousands of Cubans who have given their lives to the cause of freedom since 1959, when Fidel loomed the totalitarian leg in the Forcing the court that had acquitted them to repeat the trial and condemn them after a mass spectacle based on the Moscow trials in 1937. It has not been enough to embrace the dictator, heir of fortune and the dictatorship of the The longest-living tyrant in the world. Obama orders Cubans who want to go to the United States to be treated like any migrant from any country, not as political persecution.
The Nobel Peace Prize has decreed that there is no political tyranny in Cuba, and that a Cuban who has been dismissed from his job, detained, tortured and imprisoned for years by the regime will be treated as a Mexican bracero or a Salvadoran maid. Raúl has also inherited the old dream of Fidel: for the USA, Cuba is no longer an enemy dictatorship.
As a test of goodwill toward Castro’s supposed democracy, Obama has canceled the relative privilege of Cubans – which was a small compensation for living in Cuba – in the traditional draw of green cards and the program that allowed the infinite Cuban doctors Chartered by the Castro to go around the world as advisors to other dictatorial regimes or mere pursuers of foreign exchange, to escape the tyranny asylum in any embassy or gateway to the USA.
The Golden Moral Exile of Progressive Journalism
Journalists addicted to the communist dictatorship have celebrated with such abject headlines as this: «End of the Golden Age of Cuban Exile.» That is, the three million Cubans who have fled since 1960 of their country live as Rajas thanks to the story that Cuba was, they said, a communist dictatorship. Obama has finally put these people in their place: «In taking this step we treat Cuban migrants the same way we treat migrants from other countries.» And so it is celebrated by the official Gramma newspaper: «An important step in the advance of bilateral relations» that will guarantee a «regular, safe and orderly migration.»
The Miami cemetery is filled with golden tombs of those who have died in the golden poverty of exile after being robbed by the tyrant of everything they had gained – home, business, family – throughout their lives. The Cuba that groups in the poor neighborhoods of Miami, Tampa or New York because it prefers to start from scratch to live under the tyranny is covered of gold. Planters, political prisoners who refused to wear the uniform of common prisoners in Castro’s prisons and for years preferred to be naked in their cells, were gold diggers. Those tortured and shot by Che, Raul, Fidel, Barbarroja and other enemies of ostentation, were for wanting to live as capitalists in Cuba, and not as Communists, who live apartheid and have, as every comrade since One hundred years Lenin implemented the first red dictatorship, access to all goods that bans the reaction. Well, he does not want to get rich by working!
I have seen, after twenty or thirty years in the prisons of Cuba, or detained in his house, or lynched in public, or all at once, to dozens of political prisoners and dissidents of Castroism, from Valladares to Menoyo and Jorge Valls, from Cabrera Infante to Heberto Padilla, Raúl Rivero and Severo Sarduy, a few fugitives, others taken from the Castro Ertatats after long years of campaigns demanding their release. We were always the same: Montaner, Rangel, Revel, Mario Vargas Llosa, Plinio Apuleyo Mendoza, Valerio Riva, Xavier Domingo … Then came the younger ones like Zoe Valdés, then bloggers and rappers, the immense tribe Alvaro Vargas Llosa draws on The Indomitable Exile. And now they were running away from a ghost. That no one has been politically persecuted in Cuba, nor is it an enemy of the West, with the USA at the head, and that the hidden ETAs have been very wrong. Weird they did not throw them away.
In addition to pre-Obama fools, they were masochists. Because those who spat on the streets or insulted them in the official media of the island – or in their Spanish periocloacas – could live very well in Cuba applauding the regime. Even Willy Toledo lives in a squatter house in one of the Spanish houses after the revolution. But for nearly 60 years those Cuban friends of freedom who have faced jail, torture and death on the wall or the Florida Straits, where sharks are not distinguished from the Castro henchmen, were absolutely wrong. There is no tyranny in Cuba. Obama says it and the gilded journalism progre applauds him. The same thing always happens with communism: democracies make it strong.
The Cuban-Iranian coup in Venezuela.
But the humiliation of Cuba and all Cuban-American politicians who have fought to help Democrats on and off the island, from Iliana Ros, Lincoln Diaz Balart and Bob Menendez to Marco Rubio, should not make us forget that Obama’s legacy is a A new international framework in which the USA has sponsored the birth of a new Evil Empire, a diabolical triangle made up of three parts: Iran’s nuclear Islam, Cuban and Venezuelan communism, and FARC drug trafficking.
This week, Tarik Assaimi, a man from Iran who has been put in the Interior Ministry by the old Chavez military, has been appointed Vice President of Venezuela after giving 100 passports to Hezbollah terrorists that Macri is trying to expel from Argentina. Macri’s project is related to the persecution of the anti-Semitic terrorist structure set up by the Iranian embassy, author of the massacre of the Jewish AMIA in Buenos Aires, but so protected by Cristina Fernández Kirchner that the prosecutor Nisman was assassinated when he was about to To prosecute her for complicity and cover-up of that attack.
Since Fidel Castro’s trip to Tehran and the joint communique against the American Great Satan, the presence of the Iranian regime has continued to grow, especially in Venezuela but also in other foci of the Bolivarian project, whose ultimate goal is to implant communism in Latin America And whose financial fuel is double: cocaine and oil. But that Tarik Assaimi, investigated for drug trafficking in the USA as revealed by the Nuevo Herald and explained Carlos Alberto Montaner in Libertad Digital, has placed the first in the line of succession of Maduro, that man who always seems to be stumbling over something and Is a qualitative leap in the conversion of Venezuela into a strict communist dictatorship, without populist embellishments, capable of dissolving its Parliament overnight and imprisoning all opponents, in the manner of Cuba or Iran.
In fact, this Tarik – like the Islamist who invaded Spain in 711 – has made the accusation of preparing a coup d’etat to Lilian Tintori and has arrested or ordered to capture the historical heads of the Chavista military dome, only obstacle that would prevent, as already Did, his access to power. This process is moving very fast in the shadow of Obama’s long farewell, a carpet for Iran, Cuba, Santos and the FARC. And it opens the drug box for any terrorist group or anti-system party anywhere in the world. Beginning in Colombia, where Santos has ignored the non-popular in the plebiscite promoted, with the support of Obama and the Papacisco, to back the pact with the FARC that would turn Bogota into the Greater Caracas of Bolivarian narcomunismo.
Next to Obama, Carter is Reagan and Rambo
If Obama’s legacy in domestic politics is called Donald Trump; In foreign policy is that triangle Islamist-communism-drug trafficking, which is based on millions of Islamists and communists around the world and as a golden aid – not exile – to drug trafficking. And all this, thanks to the White House, legitimized internationally!
Alongside Obama, Carter’s legacy is a tight synthesis of those of Washington, Lincoln, Reagan, John Wayne and John Rambo. He only lacked a touch of color.