Suena el teléfono en la casa de la señora marquesa y lo coge la empleada que, dicho sea de paso, es un tanto bruta y no sobrada de luces:
– ¡¡¡AIGAAAMEEEE!!!
– Hola, buenos días, por favor, ¿se podría poner la señora marquesa?
– ¡TA CAAGAANDOO!
– Eer..bueno, llamaré más tarde.
La señora marquesa que lo ha oido, reprende a la empleada:
– ¡Pero mira que eres bruta Eulalía!, a ver si te vas civilizando.
– Si, señá marquesa.
– Primero, cuando cojas el teléfono, dices sin gritar «¿digame?»
– Si, señá marquesa.
– Y si no me puedo poner, respondes «la señora ha salido a un recado» ¿lo has entendido?.
– Si, señá marquesa.
Al día siguiente suena de nuevo el teléfono:
– ¿Digame?
– Buenos días, por favor, se puede poner la señora marquesa.
– Pos ha salio a un recao.
– ¡Ah, vaya!, bueno y…¿sabe usted si va a tardar mucho?
– Pos yo creo que no ¿sabe usté? porque ya la oigo vení tiandose pedos por el pasillo……
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