Una musulmana hace señas a un taxi neoyorquino para que pare.
Una vez adentro del taxi, le pide al taxista que apague la radio porque ella no puede oír música occidental debido a su religión.
“En la época del Profeta no había música como esa y mucho menos radio”, comentó la musulmana. “La música occidental es de los infieles y yo no puedo oírla”.
El taxista apaga la radio, pero al poco rato detiene el auto en una esquina, sale del mismo y con amabilidad abre la puerta trasera.
La mujer se sorprende y pregunta un tanto enojada: “¿Qué pasa? Todavía no hemos llegado a mi destino”.





¡Bravo por el taxista!
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Lo dicho, todos deberiamos hacer lo mismo, cada uno en lo que pueda.
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JAJAJAJ,jo que si…hay que ponerse manos a la obra yaaaaaa,contra los moros,sino volvera a pasar lo mismo que paso en el siglo 8 ,solo que ésta vez no les han ayudado los judios sino los propios españoles .
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Reblogueó esto en LA POLÉMICA..
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Duro con ellos y en la yugular.
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