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Feijóo acerca el PP a la agenda de Vox para acabar con el sanchismo

Luego de haber votado en dos oportunidades en contra de la propuesta de Vox de eliminar el Ministerio de Igualdad, Alberto Núñez Feijóo propone ahora de cara a las elecciones generales del 23 de julio desaparecer el despacho que hoy dirige Irene Montero, así como derogar la «ley trans» y la Ley de Memoria Democrática

 Por José Gregorio Martínez

Las propuestas que ha hecho el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, de cara a las elecciones generales, buscarían facilitar la alianza con el partido de Santiago Abascal para alcanzar la mayoría absoluta con Vox y formar gobierno. (Twitter)

(NOTA PERSONAL: Yo, de este tipo, no me fio un pelo, otro MARICOMPLEJIN del PP)

Las horas de Pedro Sánchez en el Gobierno español parecen estar contadas. La dura derrota que sufrió el PSOE en las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo sepultaron sus posibilidades de reelección. Los resultados electorales así lo asomaron y las encuestas lo confirman. Pero el líder socialista no se irá solo. Evidentemente saldrá todo el gabinete junto con él, pero hay un nombre en particular que destaca. Se trata de Irene Montero, quien no solo saldría ante el eventual cambio de gobierno sino por la eliminación del Ministerio de Igualdad que ha dirigido desde enero de 2020, ya que el líder el Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, quien se encamina a la Moncloa, anunció que eliminará dicha cartera ministerial.

De esta manera se pondría fin a las locuras progresistas que ha impulsado desde este ministerio la pareja del cofundador de Podemos, Pablo Iglesias. Y es que Feijóo no solo suprimiría ese despacho sino que además propone derogar la polémica “ley trans”, que permite cambiar de sexo, volver al original y luego solicitar una nueva rectificación en un plazo de 24 meses sin necesidad de presentar informes médicos o psicológicos, incluyendo a menores a partir de 16 años, quienes no requieren consentimiento de sus padres desde la entrada en vigencia de esta norma.

Durante una entrevista con Onda Cero, el presidente del PP mostró una agenda más cercana a la derecha, tal vez considerando que según los más recientes sondeos tiene todas las probabilidades de ganar pero necesitará pactar con Vox para alcanzar la mayoría absoluta y formar gobierno. No se puede olvidar que los populares votaron en contra de suprimir el Ministerio de Igualdad en las dos oportunidades que Vox lo planteó: en noviembre de 2022 y en marzo pasado. Ahora Feijóo cambia de opinión y se pega a la línea del partido de Santiago Abascal.

Las promesas de Feijóo

De cara a las elecciones generales del 23 de julio, el líder de la oposición anunció parte de sus propuestas. La eliminación del despacho que hoy dirige Irene Montero forma parte de la promesa de Feijóo de reducir el número de ministerios para “hacer un ajuste importante en el gasto”. En general, estima que hay “cinco o seis ministerios que sobran”.

Alberto Núñez Feijóo también prometió que no se presentará a la investidura si su formación política no es la fuerza más votada y aprovechó para instar a Pedro Sánchez a que haga lo mismo si el Partido Socialista Obrero Español no llega de primero en los comicios generales.

La más reciente encuesta de NC Report ubica al PSOE en un distante segundo lugar con la posibilidad de conseguir entre 94 y 96 escaños, mientras el PP lograría entre 145 y 147 diputados, pudiendo formar gobierno en alianza con Vox, que  se consolida en la tercera posición con un mínimo de 39 y máximo de 41 curules.

Vox, el aliado necesario

Este impulso conseguido por el partido de Abascal obliga al PP a alejarse de la “centralidad” que invocó Feijóo la noche del 28 de mayo durante la celebración por el triunfo por mayoría absoluta de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid y de José Luis Martínez-Almeida en el Ayuntamiento de la capital.

Vox se ha convertido en un aliado necesario para los populares, que no podrían gobernar en seis de las ocho comunidades autónomas ganadas sin este pacto. En las municipales, Vox también consiguió un magnífico resultado al triplicar su número de concejales, que de 547 en 2019 llegaron a 1.695 en las elecciones de este año.

Derogar el sanchismo

Desde el gobierno de coalición social-comunista no tardaron en responder. Ante el anuncio de eliminar el Ministerio de Igualdad, Irene Montero fue quien se sintió más aludida y, por tal motivo, advirtió desde su cuenta de Twitter que “se trata de un nuevo intento de disciplinar al movimiento feminista y LGTBI que está a la vanguardia del avance de derechos en todo el mundo”. El miedo ante la inminente perdida del poder es evidente.

La «Marquesa» de Galapagar y sus rebuznos

Pero la promesa de Feijóo va más allá de la reducción del número de ministerios, con la cartera de Igualdad encabezando la lista de los que sobran. La ley de Memoria Democrática que reglamenta la adquisición de la nacionalidad española para hijos o nietos nacidos fuera de España como consecuencia del exilio por razones políticas o ideológicas, también sería derogada bajo un eventual gobierno del Partido Popular, junto con la “ley trans”.

En resumen, la propuesta de Feijóo es derogar el sanchismo. Y para lograrlo, el PP sabe que necesita pactar con Vox, para lo cual no bastaría con repartir cuotas de poder. Acercar la agenda ideológica también será necesario, y las promesas del líder de los populares ya empiezan a asomar esos acercamientos.

El adelanto de Sánchez no evita la mayoría absoluta del PP con Vox y dispara a Bildu por encima del PNV

El PP, con 141 diputados, firmaría una holgada mayoría con Vox (44)

El PSOE (84) y Podemos con Sumar (40) no tienen opción alguna de revalidar el Gobierno

Por LUZ SELA

La decisión de Pedro Sánchez de adelantar las elecciones generales al 23 de julio para «clarificar» la situación política tras la debacle socialista del domingo no tiene ningún impacto en la intención de voto. La encuesta de Data10 para OKDIARIO -la primera tras la convocatoria de los comicios-constata que los españoles tienen decidida su papeleta y los bloques permanecen intactos. El Partido Popular ganaría las elecciones (141 diputados) y, sumando con Vox (44), lograría una holgada mayoría absoluta de 185 escaños. El PSOE (84) y Podemos con Sumar (40) no tienen opción alguna de revalidar el Gobierno.

Los datos demuestran que ni el sorpresivo anuncio de Sánchez, ni siquiera los resultados de las elecciones de este domingo, influyen en una convocatoria nacional. Si los comparamos con el anterior sondeo -publicado por este periódico a principios de mes-, el PP y PSOE suben un escaño y Vox y Podemos bajan dos. El equilibrio a ambos lados del espectro ideológico confirma una tendencia que viene observándose desde hace meses y que apuntala el rumbo de Alberto Núñez Feijóo hacia La Moncloa.

De hecho, el PP supera hasta en 17 diputados la suma de todas las izquierdas que conforman el actual Ejecutivo (124), esto es, PSOE, Podemos y el nuevo proyecto de Yolanda Díaz. Incluso la unión de la izquierda más radical en una única lista sería incapaz de desbancar a Vox como tercera fuerza. El adelanto ha truncado el calendario de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y obliga a Díaz y a Podemos a aparcar sus disputas y a forzar un pacto en apenas 10 días para concurrir juntos a los comicios. En Moncloa consideran que esta unión es fundamental para que sus opciones no queden aún más mermadas.

Estrategia

En realidad, la estrategia de Sánchez con el anticipo no va más allá de una mera operación cosmética para evitar males mayores para sí mismo. Esto es, taponar una probable rebelión interna tras un resultado electoral dramático para los socialistas el 28M: la Comunidad Valenciana, Extremadura, Baleares, Aragón y La Rioja pasan a manos del PP, que también podría sumar Canarias, y el PSOE tampoco gobernará en Cantabria. El jefe del Ejecutivo, que hace apenas un mes rechazaba el adelanto, da un sorprendente giro de guión para derivar el foco del fracaso hacia un nuevo y cercano horizonte electoral.

«Todas estas razones aconsejan una clarificación sobre la voluntad de los españoles y de las españolas, una clarificación sobre las políticas que debe aplicar el Gobierno de la Nación, y una clarificación sobre las fuerzas políticas que deben liderar esta fase», alegó Sánchez este lunes para blanquear su decisión.

Movilización

Los estrategas monclovitas -que quieren evitar una agonía de seis meses con fatal desenlace- fían ahora la movilización de su votante como respuesta a los pactos territoriales del PP con Vox, algo que previsiblemente no ocurrirá antes de las elecciones. Creen, además, que extrapolando los resultados de este domingo aún tienen margen para una remontada. Tras un fin de campaña marcado por los escándalos de la compra de votos e incluso la imputación del número dos del PSOE andaluz, el partido esperaba un batacazo, pero no de tal calibre.

Los sondeos demuestran, en cambio, que la derecha está mucho más movilizada que la izquierda: si hoy se celebrasen las generales, el PP recabaría el 33,7% de los apoyos, lo que se traduce en 52 diputados más que en las elecciones del 10 de noviembre de 2019. El PSOE (21,3%), perdería 36. Los de Feijóo encaran la nueva etapa electoral pletóricos por el indiscutible triunfo de las elecciones municipales y autonómicas, tras ganar en siete de las 12 comunidades disputadas y en ciudades estratégicas como Valencia o Sevilla, y firmar una rotunda mayoría absoluta en ayuntamiento y la Comunidad de Madrid.

Aunque Feijóo ha advertido de que «el sanchismo no ha sido derogado todavía», sí se puede decir que el partido encara la segunda vuelta con las mejores expectativas. Si los populares habían planteado las elecciones como un plebiscito sobre Sánchez, las urnas les han revelado además que su proyecto puede atraer al electorado moderado del PSOE, absorber al de Ciudadanos -sin representación en unas generales- y taponar la sangría hacia Vox. Los de Abascal, aunque con ocho actas menos que hace cuatro años (15,4%), mantienen aún una relativa estabilidad en el convulso escenario político, lo que revela la fidelidad de sus votantes.

Auge de Bildu

Entre los socios del Gobierno socialcomunista, ERC sufre un retroceso y se quedaría en 11 diputados, dos menos en comparación con el último sondeo de Data10. El partido de Oriol Junqueras pierde así su particular batalla por liderar el frente separatista y se ve atenazado por Junts, también con 11 asientos pero con una décima más en intención de voto.

Relevante es también el impulso de Bildu que, aunque empata con el PNV en cuanto a representantes (6), le supera en porcentaje de votos. El partido de Arnaldo Otegi rentabiliza su papel de socio preferente de Pedro Sánchez no sólo en las generales: en los comicios locales de este domingo, los proetarras ganaron en el Ayuntamiento de Vitoria y estuvieron a punto de hacerlo en San Sebastián, mientras los peneuvistas pierden influencia. Hasta 15 terroristas condenados de los 44 que concurrían en las listas de Bildu lograron escaño. Dos de ellos, con delitos de sangre.

Ficha técnica de la encuesta

Feijóo mantiene una ventaja de 38 escaños sobre Sánchez y sumaría 187 con Abascal

El PP ganará con 131 escaños y junto a los 56 de Vox tendrá una holgada mayoría absoluta de 187 diputados
El PSOE cae hasta los 93 diputados, 27 menos de los que hoy disfruta en la Carrera de San Jerónimo
El 41% de los españoles cree que Feijóo será presidente, frente al 34,7% que piensa que seguirá Sánchez

Por AGUSTÍN DE GRADO

El PP ganará las elecciones generales con una amplia distancia frente al PSOE y podrá gobernar con una cómoda mayoría absoluta si logra un acuerdo con Vox. Los de Alberto Núñez Feijóo lograrían 131 diputados (incluyendo los dos de Navarra +, la coalición con la que el PP se presenta en la Comunidad Foral). Son 38 más de los que alcanzaría la formación liderada por Pedro Sánchez y que, sumados a los 56 pronosticados para Vox, permitirían a la derecha acabar con el sanchismo en el poder, según la última encuesta electoral de Data10 para OKDIARIO antes de que España entre en un intenso año electoral.

El mapa electoral permanece estable desde que a mitad de año el liderazgo de Feijóo se afianzó en el PP y colocó al partido del centroderecha como el favorito de los españoles, con una intención de voto por encima del 30%. Sólo varía ligeramente en función de la intensidad política que coincide con la elaboración de la encuesta. Así, la bronca y polarización originada por la acusación de Irene Montero al PP de «fomentar la cultura de la violación» y la calificación de «filoetarras» que Vox hizo de los socios de Sánchez -que ofendió a los socialistas, pero no a Bildu- ha mejorado los resultados mensuales tanto de Vox como de Podemos (los dos partidos ganan dos escaños respecto a noviembre), pero sin alterar el resultado final. Éste no es otro que el PP ganaría las elecciones con una amplia ventaja sobre el PSOE y dejará a Vox en la situación de apoyarle si quiere desalojar a la izquierda del Gobierno de España.

El PP cede dos escaños respecto al sondeo de noviembre que van a parar a Vox, pero el 30,9% de los votos que obtendría le reportaría 131 diputados. Serían 40 más que los conquistados en la última cita electoral y dejarían en manos de Santiago Abascal la responsabilidad de poner fin a la estancia de Sánchez y sus socios en la Moncloa. Según el sondeo, Vox concentraría 56 escaños, cuatro más que en 2019, por lo que la mayoría de la derecha política se dispararía hasta los 187 diputados, 11 por encima de la mayoría absoluta.

Los dos partidos que forman el Gobierno de coalición están muy lejos de poder renovar su mandato cuatro años más. El PSOE cae casi cuatro puntos en intención de voto respecto a 2019 y sigue por debajo del centenar de escaños. La encuesta de Data10 le atribuye 93, que son 27 menos de los que actualmente disfrutan los socialistas en la Carrera de San Jerónimo. Por su parte, y con el futuro de Yolanda Díaz aún por resolver, Podemos también sigue muy lejos de poder repetir los 35 diputados que ahora jalean a Irene Montero desde sus escaños.

Así, después de tres años de gestión socialcomunista, los españoles otorgan al bloque ideológico de la derecha política (PP y Vox) 44 escaños más que la última vez que fueron a las urnas. Por el contrario, reducen la fuerza política de PSOE y Podemos de 155 a 119 escaños.

El vuelco sociológico viene producido por varios factores. El primero, que casi un millón de votantes de Sánchez se pasan a Feijóo tres años después. El segundo, que el PP capitaliza como nadie la desaparición de Ciudadanos: 820.000 votantes de Albert Rivera depositarán ahora la papeleta del PP. Y, por último, que el PSOE es el partido que más votantes envía a la abstención, desencantados con una gestión que no encuentra siquiera el apoyo decidido de los barones territoriales.

Una grave amenaza para la sociedad española y sólo un partido se la está tomando en serio

España tiene un gobierno que está favoreciendo a toda clase de delincuentes

España está viviendo un momento a la vez grave y surrealista, debido a un gobierno que es un cóctel de autoritarismo, fanatismo, arrogancia e incompetencia.

Un gobierno que pacta sus cuentas con quienes no condenan el terrorismo

Sería difícil resumir en pocas palabras lo que viene ocurriendo en los últimas años en España a quien no conozca la realidad de este país, pero a grandes rasgos podría decirse que el gobierno de coalición formado por socialistas y comunistas se ha puesto al servicio de unos delincuentes. Hace ahora dos años llegó el primer grave escándalo en ese sentido cuando el gobierno de Pedro Sánchez decidió pactar sus cuentas con los herederos de la banda terrorista ETA, con un partido político que llama «presos políticos» a unos criminales que asesinaron a 853 personas e hirieron y mutilaron a 6.389, unas cifras en las que hay que incluir 20 niños asesinados y 60 niños heridos y mutilados.

El gobierno de Sánchez ha estado pagando el apoyo de los herederos de ETA con el acercamiento a prisiones vascas de los presos de esa banda terrorista y con otras medidas que han servido para indignar y humillar a las víctimas de esos asesinos. Una de las medidas más escandalosas fue pactar una reescritura de la historia de España con los que no condenan el terrorismo de ETA, mediante una ley que no hace ninguna mención a los crímenes de bandas terroristas de extrema izquierda como ETA y los GRAPO, que han estado asesinando, hiriendo y mutilando a españoles durante décadas con el objetivo de poner a nuestra democracia de rodillas y que cediese a sus intolerables exigencias.

Un gobierno que pacta dejar impunes a unos golpistas

Los pactos del gobierno con delincuentes también han tenido como resultado los indultos a los condenados por el golpe separatista de 2017 en Cataluña, un grave intento de socavar el orden constitucional y romper la convivencia entre españoles. Y como el gobierno se apoya en el separatismo catalán para gobernar, su última cesión es cambiar la ley para eliminar el delito de sedición e incluso abrir la puerta a reformar el delito de malversación de fondos públicos, que son los dos principales delitos por los que fueron condenados los autores de ese golpe. El objetivo de esas cesiones es que Pedro Sánchez pueda seguir un año más en el poder, hasta la convocatoria de las próximas elecciones generales, aunque el resultado sea dejar impunes a unos delincuentes y desarmar al Estado de Derecho ante un nuevo golpe separatista.

Un gobierno que favorece a violadores y pederastas

Las medidas del gobierno de Sánchez en beneficio de delincuentes han derivado esta semana en un escándalo por las rebajas de condena a violadores y pederastas a causa de la desastrosa «ley de libertad sexual» promovida por el gobierno y que fue aprobada el pasado verano. Esa ley está generando una gran alarma social, así como desasosiego e indefensión entre las víctimas.

Un gobierno que no reconoce sus errores y no asume ninguna responsabilidad por ellos

Este último escándalo ha vuelto a poner en evidencia que España tiene un gobierno que es una grave amenaza para la propia sociedad española, al favorecer a los que quieren romper nuestra convivencia, a los que han estado asesinando a niños y adultos, y también a los que han violado a mujeres. Hasta ahora, ni un solo miembro del gobierno ha dimitido por estos escándalos, lo que muestra, además, que estos gobernantes se niegan a asumir ninguna responsabilidad sobre sus actos. Ni siquiera piden perdón ni reconocen los errores que cometen. La política oficial es culpar siempre a los demás (jueces, oposición parlamentaria, medios de comunicación) y señalar con el dedo a esos colectivos en una actitud que es una mezcla de amenaza e incitación al odio.

La dispar respuesta de la oposición política: Vox se moviliza…

Si todo lo que acabamos de ver lo hubiese hecho un gobierno de derechas, la izquierda ya estaría incendiando las calles desde hace tiempo. La reacción de la oposición española a los atropellos de la izquierda está siendo muy dispar, pero hasta ahora no ha habido ni una sola protesta violenta. Sólo un partido de la oposición ha decidido convocar protestas en las calles: Vox. Es el mismo partido conservador que en 2017 recurrió a los mecanismos del Estado de Derecho para perseguir judicialmente a los autores del golpe separatista en Cataluña. Nadie puede acusar a ese partido de radicalismo: todas sus protestas son pacíficas y siempre respeta las reglas democráticas, algo que no se puede decir de los socios separatistas del gobierno de Pedro Sánchez.

En esa misma línea, Vox, el tercer partido más votado de España, ha vuelto a recurrir a los mecanismos del Estado de Derechoanunciado un recurso ante el Tribunal Consitucional contra la amnistía encubierta del gobierno a los golpistas con la eliminación del delito de sedición. Además, Vox también ha planteado la necesidad de una moción de censura al gobierno. De hecho, ese partido ya presentó una moción de censura hace dos años que no apoyó ningún otro partido político (todos los demás votaron en contra junto al gobierno).

… y el Partido Popular se cruza de brazos

Entre tanto, el segundo partido más votado de España, el Partido Popular (PP), ha tenido una respuesta muy distinta: ni protestas en las calles, ni moción de censura ni recurso ante el Tribunal Constitucional. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, se ha limitado a decir que cuando llegue al gobierno deshará lo que hizo Sánchez. Hasta entonces -repito que las elecciones están previstas para dentro de un año-, su solución parece ser cruzarse de brazos y esperar.

Ante el momento crítico que vive España, ante un gobierno que es una grave amenaza para la sociedad española, sólo Vox parece tomárselo en serio y actuar como debe hacerlo la oposición democrática. Porque la labor de la oposición parlamentaria no debe a limitarse a quejarse ante los medios o en las redes sociales. Cuando la Nación está en un trance como el actual, lo que se espera de la oposición es que actúe en consonancia, y que no se encoja de hombros y se resigne a esperar una nueva llamada a las urnas.

Lo que está haciendo el PP ahora es lo que ya hizo ante el golpe separatista de 2017: intentar no mojarse y esperar a que otros resuelvan el problema, aunque luego sea ya demasiado tarde para reparar el daño hecho. Ya lo dice la famosa cita atribuida al conservador Edmund Burke que figura en la portada de esta web: «Lo único que se necesita para que triunfe el mal es que los hombres de bien no hagan nada«. Lo del PP no es «moderación», como tanto presumen: es una actitud tibia y cobarde que facilita el triunfo de los malvados.




FUENTE: ELENTIR