Etiqueta: POPULISTAS

El gran engaño populista / The great populist deception

Por

Desde hace años el populismo es conocido como procedimiento político para alcanzar el poder prometiendo dar y hacer, a favor de la población, cosas que no se pueden cumplir porque el Estado carece de suficientes recursos y, entre esas promesas, se incluye alcanzar un alto índice de felicidad individual. Junto a la promesa de cosas imposibles los populistas promueven un líder, que aparece como salvador del país ante alguna situación de frustración, apalancándose sobre el malestar, reprimiendo las libertades y desembocando en el caudillismo. Ha habido dictadores-caudillos de corte fascista, como Mussolini y Hitler, los comunistas Lenin, Stalin, Mao, los Castro y los más recientes caudillismos populistas-comunistas de Sudamérica, como los de Chávez-Maduro en Venezuela, o de Ecuador o Bolivia que han llevado a las poblaciones a la sumisión personal, a la inseguridad física y jurídica, a la pérdida de libertades y a la pobreza.

Probablemente ha sido Hitler el dictador populista más conocido y que más desgracia provocó a sus conciudadanos, inicialmente, con la persecución interior de los judíos en Alemania y de los no afectos al nazismo y, posteriormente, al promover la Segunda Guerra Mundial que acabó con 60 millones de muertos. La aparición del nazismo en Alemania fue consecuencia de la frustración política que vivía el pueblo alemán por la derrota en la Primera Guerra Mundial 1914-1919, la imposición de indemnizaciones y las pérdidas territoriales, de regiones apreciadas como propias, por el Tratado de Versalles. A ello se sumó la hiperinflación que llevó a que el dinero careciera de valor (se llegaron a imprimir billetes de 1 billón de marcos). Así pues, lo que hizo Hitler fue agitar la indignación y la frustración colectiva, con “tambor” y propaganda, prometiendo solucionar esa crisis por la superioridad del pueblo ario germánico y con la unión pangermánica; para ello creó como enemigo a los judíos, que calificó de pueblo inferior, y lo acusó de enemigo de Alemania por ser capitalista o comunista, según el caso. Con esas mentiras y promesas de felicidad ganó Hitler las elecciones de 1933, llegó al poder, se adueñó de las instituciones, terminó con las instituciones democráticas, persiguió a los discrepantes y llevó al país a la represión y a la guerra.

El mensaje era mentiroso e irresponsable: declaró a los judíos como enemigos del pueblo ario y vinculó su eliminación con la felicidad de los alemanes; inventó la dicotomía entre pueblo ario-bueno y pueblo-judío malo, utilizó la violencia callejera, impulsó el temor ciudadano y pretendió alcanzar la limpieza de raza como elemento de felicidad social y económica del pueblo alemán. La táctica de división del pueblo y los métodos violentos de represión, sin reacción del Estado de Derecho, atemorizaron a la población, y fueron la palanca que ayudó a los nazis a alcanzar el poder en 1933 y, en los años posteriores, a publicar las leyes racistas de exclusión de los judíos: expulsión de las cátedras, de las escuelas públicas, de la función pública… El desenlace es conocido: el exilio o los campos de concentración o de exterminio.

Vale la pena leer un libro autobiográfico recientemente publicado en español “No eres como las otras madres” (“Du bist nicht so wie andre Mütter”), de Angelika Schrobsdorff. Se trata de la autobiografía de esta alemana, hija de judía y padre cristiano, que a los 10 años acompañó a su madre judía en la huida desde Berlín a Bulgaria. Lamentablemente, la madre se había empeñado en permanecer en Berlín hasta pocos meses antes de la invasión alemana de Polonia el 1 de septiembre de 1939, pues no daba crédito a lo que sucedía y confiaba en que acabaría pronto esa época de represión y persecución de los judíos por los nazis. Evidentemente, se equivocó.

Ese planteamiento de inventar un enemigo, al que se enfrenta el líder con el pueblo bueno, para dar el fruto de la felicidad carece de rigor y es una irresponsabilidad; pero es el procedimiento operativo utilizado por los populismos de Sudamérica y que, vemos, utilizan los populistas españoles. El líder (que será luego caudillo), con todo tipo de propaganda, quiere alcanzar el poder y, para ello fomenta el odio entre la población y la división social. Aquí, el pueblo es “la gente” (los buenos) y “la casta” (los malos, ya por capitalistas o por corruptos) y, simultánea y utópicamente, prometen que la sociedad alcanzará la felicidad por medio de la renta universal, o rentas complementarias, por lo que no habrá pobres ni personas desiguales. Sin embargo, no proponen actuaciones realistas de inversión ni de empleo, sino que anuncian la nacionalización de grandes sectores económicos: banca, energía, transportes, comunicaciones, etc., la revocación de las privatizaciones realizadas, la subida de los impuestos y la intervención económica comunista. Evidentemente, es incompatible con la integración de Europa y el euro, por lo que provocarían la salida de España de las instituciones europeas. En resumen, pretenden acabar en España con las libertades individuales, el modelo constitucional de división de poderes, el de libre empresa, con la seguridad jurídica del Estado de Derecho y la integración en Europa. Por supuesto, que nuestras instituciones deben ser regeneradas y mejoradas, pero nunca con esta fórmula que lleva a la pérdida de la democracia, a la huída de inversiones, como ha ocurrido en Venezuela, Argentina, y muchos otros lugares, así como a la pérdida de libertades y a la miseria.

Se ha puesto a la venta el libro, “El engaño populista”, cuyo título, he utilizado para esta nota, escrito por el politólogo chileno Axel Kaiser y la profesora guatemalteca Gloria Alvarez, en donde relatan los caracteres antiliberales del populismo, su evolución y lo que está siendo el populismo en Chile, Argentina y Venezuela, y que se resume en las ideas expuestas: aprovechar alguna crisis económica, prometer la felicidad del pueblo, dividirlo en buenos y malos, alcanzar el poder, consolidarse y, desde ahí, destruir las instituciones políticas, terminar con las libertades y arruinar la actividad económica.

¿Es ese el sistema para salir de la crisis? Es evidente que no se trata de un planteamiento de nueva política porque, simplemente, son viejos comunistas y ese modelo ya ha fracasado en la vida real.

CONCLUSIÓN

Ocurrió en Alemania, y ocurre actualmente en Venezuela; no podemos ser tan ingenuos de pensar que si llegaran al poder los populistas españoles de Podemos van a respetar las instituciones, el Estado de Derecho y nuestro modelo de convivencia y de prosperidad económica. Ahí está la triste realidad que sufren en los países con caudillos populistas en Sudamérica. Mejor aprender en cabeza ajena y que no se repita ese fracaso en España.

La escandalosa fortuna mal habida de la heredera de Chávez.

La escandalosa fortuna mal habida de la heredera de Chávez.

Blog de Javier del Campo

Bolivariana pero multimillonaria: la fortuna de la hija de Chávez
Un diario revela las cuentas de la segunda hija de Hugo Chávez en Andorra y EEUU. Tendría más de 4.000 millones de dólares.

María Gabriela Chávez. | EFE | MARTÍN HIGUERAS (IBEROAMÉRICA) 2015-08-08
imageEl protagonismo de la familia de Hugo Chávez se ha mantenido incluso después de la muerte del bolivariano en marzo de 2013. Una de sus hijas predilectas, María Gabriela Chávez, ha sido una de las más activas en especial después de ser designada por Nicolás Maduro como representante alterna de Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Pero ahí no acaba la cosa. Parece ser que el poder que ha ido cultivando María Gabriela, la segunda hija de Chávez y llamada por su padre como «mi heroína«, no se detiene en lo político sino también ha crecido en lo económico.

El

Ver la entrada original 216 palabras más

SOBRE LA CAPACIDAD ANESTÉSICA HIPNÓPTICA DEL REGIMEN CACIQUIL IBARRISTA-VARISTA.

 

¿De veras los socialistas son “amigos” de los pobres,…? Sí, cada vez que llegan al poder consiguen que aumente el número de pobres.

Que se sepa, nunca ha habido ningún régimen populista que haya conseguido, o que de veras lo pretendiera, poner remedio a la injusticia, mejorar la vida de los más favorecidos, acabar con la pobreza (miseria tanto económica como cultural) Ningún sistema político “populista-progresista” como el de Juan Carlos Rodríguez Ibarra, o el de su heredero, Guillermo Fernández Vara, ha promovido una verdadera educación, orientada a fomentar el pensamiento crítico, a erradicar las formas de pensar acientíficas, supersticiosas, las diversas formas de fanatismo. Los programas políticos de gobiernos como los que hemos tenido en Extremadura en el último cuarto de siglo, mejor dicho: los últimos treinta años, nunca han tenido como objetivo lograr un desarrollo sólido y perdurable (sostenible lo llaman ahora).

 
Realmente lo que menos les interesa son los derechos de las personas, les despreocupan los intereses de la gente corriente, y por supuesto les importa un bledo la salud de las instituciones “democráticas”, la participación ciudadana, y toda la retahíla con la que adornan sus discursos vacíos… Muy al contrario, procuran crear más y más situaciones de dependencia asistencial, fomentando el clientelismo-servilismo, “estómagos agradecidos”, servidumbres más o menos voluntarias, todas las formas posibles de subsidios, y adoctrinan a la población inculcándoles “valores” cargados de resentimiento, de revanchismo, o como poco de perplejidad y confusión… Se trata de conseguir lealtades a ultranza, la adhesión inquebrantable de la mayoría, eso sí, mayorías “secularmente oprimidas, maltratadas y con enormes carencias”. Las diversas formas de socialismo autoritario (aunque posiblemente todos los socialismos son autoritarios) así como los diversos fascismos, recurren a estrategias semejantes: se inventan un enemigo exterior, se inventan un enemigo interno y un enemigo en el pasado reciente. Por supuesto, para “echar balones fuera” la responsabilidad siempre es de otros, de la etapa política anterior, la “deuda histórica” también lo llaman. De ese modo podrán seguir medrando y malversando por mucho tiempo y con total impunidad…

En Extremadura contamos con referencias para dar y tomar: La causa principal de todos los males es “la derecha egoísta y reaccionaria, contraria a cualquier forma de progreso”, también el franquismo, y otro recurso muy eficaz es el “caciquismo secular”. Por descontado las etapas en las que gobernó el PSOE en España, con Felipe González, nunca existieron. De la actual situación de Extremadura el partido gobernante no tiene ninguna culpa, y a Juan Carlos Rodríguez Ibarra (y su sucesor, Guillermo Fernández Vara) y sus diversos gobiernos, ni nombrarlos. La versión del régimen es tan chocante, tan zafia, tan esperpéntica que ni a Valle Inclán se le hubiera ocurrido. Es un guión perfecto para una película de Pedro Almodóvar… Los actuales gobernantes formaban parte del mismo partido político, aplaudían a rabiar todas las ocurrencias del “jefe”, todas sus decisiones, participaron en todas sus campañas en las que fue elegido y reelegido, le rindieron pleitesía,… y por increíble que parezca, nos hablan con total descaro, sin ruborizarse, de que estamos inmersos en una nueva etapa, en la “segunda transformación de Extremadura” (Willy dixit).

Los sistemas demagógicos-populistas no se basan en ideas definidas, en programas de gobierno concretos, ese es el motivo de que proclamen de si mismos que son pragmáticos, realistas, y que cambien periódicamente según sopla el viento. En sus comités, consejos, “ejecutivas” cabe de todo; como en cualquier gazpacho que se precie el truco está en saber mezclar bien los ingredientes (aunque cada vez resultan más indigestos) Todo ello y tal vez algunos nuevos ingredientes de los llamados “independientes”, “progresistas”, “feministas” o provenientes de eso que llaman la “izquierda alternativa» seguirán manteniendo a nuestra región en una situación de profunda mediocridad…

 
¡Ojalá los extremeños no lo permitan el próximo día 22 de mayo!.

 
En los regímenes demagógico-populistas nunca falta el caudillismo, el culto al jefe; el partido se construye con base en una figura providencial, una figura carismática, al que la nación, la región, la comunidad autónoma “le debe todo”… En la historia hay una larguísima lista de ellos. El líder (aparte de ser muy ocurrente, besucón y dicharachero) suele ser un demagogo, que miente, halaga, caricaturiza, criminaliza, “moraliza”, o desacredita según le convenga.

Un demagogo es «alguien que le dice cosas falsas a gente que considera idiotas”. Engatusa al personal con actitudes cautivadoras como besar a niños, darse “baños de multitudes”, visitar hasta el último lugar del mapa, abrazar a indigentes y desconocidos, y sobre todo prometer maravillas. Por otro lado, es obligado que sea agresivo, hiriente, sarcástico, sin contemplaciones ni concesiones con aquellos a quienes sus seguidores consideran que hay que aborrecer, por ser considerados “el enemigo”, “los otros”… llegando incluso al extremo de encender el fuego del odio, y a continuación acusar a los otros de ser los causantes de la “crispación”…

 
No hay régimen populista que tolere la libertad de prensa o la libre expresión. Los medios de comunicación solo son consentidos, tolerados (pese a que hayan puesto de moda la palabra tolerancia, no es sinónima de respeto) cuando son aduladores, trovadores del partido del régimen, del jefe…. Los progres censuran cuantas ocasiones lo creen necesario y de múltiples maneras a periodistas y medios, o boicotean o asfixian económicamente a los medios que no son afines…

 

Los presupuestos siempre son manipulados con arbitrariedad. Los controles son silenciados o ninguneados. El modelo populista identifica fondos del Estado con fondos del gobierno o -peor aún- fondos de quien tiene la vara de mando. Los usa a discreción para someter a opositores, comprar voluntades y hacerse auto bombo. No escatiman en gastos a la hora de transitar por el camino del narcisismo-absolutista. Para los regímenes populistas no hay limitaciones ni medidas fiscalizadoras o que fomenten la mínima transparencia en la gestión de la cosa pública, solo se admiten “observatorios inoperantes y laudatorios”, nada de instituciones independientes, llámense tribunales de cuentas, defensores del pueblo, o cuestiones semejantes.

 

En un régimen populista-progresista, como el que lidera en la actualidad Guillermo Fernández Vara, no pueden faltar las alianzas con la «burguesía amiga» o los «empresarios patrióticos», es decir, aquellos que prefieren sobornar a funcionarios, pagar “el impuesto revolucionario” para obtener privilegios que producir en forma realmente competitiva.

 
El régimen populista no se priva de echar leña al fuego, como antes he indicado. Se trata de provocar constantemente la confrontación con empresarios, militares, sacerdotes, periodistas y opositores de hoy, ayer, de antes de ayer y de pasado mañana; y a continuación añadir que son los únicos enemigos del progreso, de la felicidad, el igualitarismo y el crecimiento sin fin que disfrutamos gracias a ellos… Y por supuesto, los únicos culpables de lo que aún está por mejorar.

También es característico de este tipo de régimen político su absoluto desprecio hacia el orden legal. Igual que en las monarquías absolutistas y a la manera de los caudillos «dueños de vidas y haciendas de sus súbditos”, la ley es apenas un traje que se ajusta a gusto y medida.

 
Ni qué decir tiene que el régimen populista-progresista no acepta la alternancia, procura por todos los medios a su alcance perpetuarse en el poder, su ideal es la reelección ilimitada, e incluso la presidencia vitalicia, quizás incluso hereditaria.

 
Todo lo anterior está aderezado con una buena dosis de buenismo, de pensamiento Alicia. La constante propaganda de que se está avanzando hacia un futuro maravilloso, de dicha, de felicidad, de equidad nunca vistos. Lo mismo que un ilusionista, que crea un escenario impresionante, que sólo es perceptible desde un determinado ángulo, y siempre y cuando todos los intentos de un estudio crítico sean abortados. Es un espejismo que se publicita de manera machacona, hasta la saciedad (con mucha eficacia, todo hay que decirlo) lo mismo se divulga el echarles la culpa a los otros y a la herencia del régimen anterior y a sus cachorros, para tapar y camuflar la ineficacia de su gestión, sus fracasos, su actuar chapucero, y ocultar los síntomas de deterioro.

 
Repetir que se han logrado resultados notables desde que ellos gobiernan, y que nos espera un futuro aún mejor, no deja de confundir, “convencer” y tener realmente un efecto anestésico en los ciudadanos; o como poco siembra la resignación, la aceptación de mediocridad imperante como algo soportable.

 
El caudillismo, el culto a la personalidad en torno a lo cual gira casi todo, la carencia de controles institucionales de cualquier clase, la inseguridad jurídica, la ausencia de visión de futuro, de previsión, de planificación, la cada vez mayor crispación y el objetivo de mantenerse en el poder a toda costa impiden cualquier posibilidad de progreso real. Con semejante clima no se pueden esperar inversiones propiamente dichas, ni ningún tipo de acción emprendedora, ni nada que se le parezca.

 
Los regímenes democráticos (no populistas) propiamente dichos no participan de la ristra de corrupciones mencionadas a lo largo de este escrito. No practican el personalismo narcotizante, anestésico, no manipulan los medios de comunicación, no usan de forma arbitraria el presupuesto, no alientan el odio, no desprecian la legalidad vigente, no boicotean la seguridad jurídica, no temen la alternancia, no descalifican a la oposición, no espantan las inversiones sino que las reciben con los brazos abiertos, se abren al comercio exterior y no distorsionan las estadísticas para engañar a la ciudadanía y hasta cuidan las formas (pero no con el “talante” cargado de un profundo cinismo).

 
Los regímenes democráticos –no populistas-poseen un mayor nivel de bienestar y de crecimiento, son previsibles e infunden más confianza. Por eso nos vamos quedando en el vagón de cola, en el “trasero del mundo”, pese a las enormes potencialidades que seguimos manteniendo inactivas por responsabilidad del modelo populista pseudoprogresista que hipnotiza, esclaviza y embrutece.

 
La persona más peligrosa para determinados gobiernos es aquella capaz de pensar cosas por si misma, sin importarle supersticiones ni tabúes. El mayor de los temores de ciertos gobernantes es que este tipo de persona llegue a la conclusión de que el gobierno bajo el que vive es deshonesto, demente e intolerable…

Carlos Aurelio Caldito Aunión.

Badajoz

DERECHOS HUMANOS, ¿QUIEN TIENE LA RAZÓN?. DIFUSIÓN. DIFUNDIR

 

Hace poco, las madres de PANDILLEROS encarcelados, realizaron una manifestación, exigiendo los «DERECHOS» de sus hijos.

 

Acá está la respuesta de una madre ciudadana, hacia la madre que protestaba…

DE MADRE A MADRE:

 

«Vi tu enérgica protesta delante de las cámaras de TV, en la reciente manifestación en favor de la reagrupación de presos y su transferencia a cárceles cercanas a sus familiares, y con mejores prestaciones.

 Vi cómo te quejabas de la distancia que te separa de tu hijo, y de lo que supone económicamente para tí, ir a visitarlo como consecuencia de esa distancia.

Vi también toda la cobertura mediática que dedicaron a dicha manifestación, así como el soporte que tuviste de otras madres en la misma situación y de otras personas que querían ser solidarias contigo, y que contabas con el apoyo de algunas organizaciones y sindicatos populistas, comisiones pastorales, órganos y entidades en defensa de los derechos humanos, ONGs etc. etc.

Yo también soy madre y puedo comprender tu protesta e indignación.

 Enorme es la distancia que me separa de mi hijo.

Trabajando mucho y ganando poco, idénticas son las dificultades y los gastos que tengo para visitarlo. Con mucho sacrificio sólo puedo visitarlo los domingos, porque trabajo incluso los sábados para el sustento y educación del resto de la familia. 

 Felizmente, también cuento con el apoyo de amigos, familia, etc.

Si aún no me reconoces, yo soy la madre de aquel joven que se dirigía al trabajo, con cuyo salario me ayudaba a criar y mandar a la escuela a sus hermanos menores, y que fue asaltado y herido mortalmente a balazos disparados por tu hijo.

 En la próxima visita, cuando tú estés abrazando y besando a tu hijo en la cárcel yo estaré visitando al mío y depositándole unas flores en su tumba, en el cementerio.

¡Ah! Se me olvidaba: ganando poco y sosteniendo la economía de mi casa, a través de los impuestos que pago, tu hijo seguirá durmiendo en un colchón y comiendo todos los días. O dicho de otro modo: seguiré sosteniendo a tu hijo malhechor.

Ni a mi casa, ni en el cementerio, vino nunca ningún representante de esas entidades (ONGs), que tan solidarias son contigo, para darme apoyo ni dedicarme unas palabras de aliento.

   ¡Ni siquiera para decirme cuáles son MIS DERECHOS!

 

>Hazla circular

>  

Quizás entre todos, podamos revertir estos valores que existen en nuestro país, donde los delincuentes y terroristas tienen más derechos que los ciudadanos honrados y trabajadores, que sólo queremos vivir en paz.