Etiqueta: «POESÍA HUMORÍSTICA»

DE LA PUREZA DEL LENGUAJE.

Señores: Un servidor,
Pedro Pérez Paticola,
cual la Academia Española
\»Limpia, Fija y da Esplendor\».
Pero yo lo hago mejor
y no por ganas de hablar,
pues les voy a demostrar
que es preciso meter mano
al idioma castellano,
donde hay mucho que arreglar.

¿Me quieren decir por qué,
en tamaño y en esencia,
hay esa gran diferencia
entre un buque y un buqué?
¿Por el acento? Pues yo,
por esa insignificancia,
no concibo la distancia
de presidio a presidió,
ni de tomas a Tomás,
ni de topo al que topó.

Mas dejemos el acento,
que convierte, como ves,
las ingles en un inglés,
y pasemos a otro cuento.
¿ A ustedes no les asombra
que diciendo rico y rica,
majo y maja, chico y chica,
no digamos hombre y hombra?
Por eso no encuentro mal
si alguno me dice cuala,
como decimos Pascuala,
femenino de Pascual.

¿Por qué llamamos tortero
al que elabora una torta
y al sastre, que trajes corta,
no le llamamos trajero?
¿Por qué las Josefas son
por Pepitas conocidas,
como si fuesen salidas
de las tripas de un melón?

De largo sacan largueza
en lugar de larguedad,
y de corto, cortedad
en lugar de sacar corteza.
De igual manera me quejo
de ver que un libro es un tomo;
será tomo, si lo tomo
y sino lo tomo, un dejo.

Si se le llama mirón
al que está mirando mucho,
cuando mucho ladre un chucho
se le llamará ladrón.

Porque la silaba \»on\»
indica aumento, y extraño
que a un ramo de gran tamaño
no se le llame Ramón.

Y por la misma razón,
si los que estáis escuchando
un gran rato estáis pasando,
estáis pasando un ratón.
Y sobra para quedar
convencido el mas profano,
que el idioma castellano
tiene mucho que arreglar.

Melitón González
Pablo Parellada (1855-1944)
de su obra “Entremeses, sainetes y teatralerías”, publicada en 1921.
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

EL ROMANCERO DE ZAPATERO.

Mando buena poesía,
> que en nada dice mentira…
> Tan bien escrita está
> que a nadie ha de molestar:
>
Con diez millones de votos
> De arrepentidos o ingenuos
> Ganaron las elecciones
> Y entraron en el gobierno
> Unos pillos socialistas
> Que se llamaban obreros
> Sin tener un solo callo
> En la yema de los dedos
>
> Gran revuelo entre las gentes
> Causó el acontecimiento
> Hubo bailes y charangas
> Entre la gente del pueblo.
>
> Zapatero y sus compinches
> Habían ganado el duelo
> Al pie del puño florido
> Hicieron su juramento
> Con la rosa por testigo
> Los ministros prometieron
> Dar trabajo, hacer justicia
> Predicar con el ejemplo
>
> Pasaron algunos meses
> Y al llegar al año y medio
> Las rosas ya estaban secas
> Y sus promesas volaron
> Cual hojas que lleva el viento
>
> Todo se llenó de pícaros
> Trepadores y mastuerzos
> Políticos sin gramática
> Donjuanes de medio pelo
> Tragaldabas, tragaperras
> Traga cargos, traga sueldos
> Y en menos que canta un gallo
> Nos dejaron medio en cueros
>
> Las calles y plazas públicas
> Los mercados y paseos
> Se llenaron de chorizos
> Robaperas, descuideros
> Tramposos, trapisondistas
> Mangantes y presos sueltos
>
> La corte de los milagros
> Salió del túnel del tiempo
> Y volvieron los mendigos
> Los parados, los hambrientos,
> Por miles las prostitutas
> Con sus chulos al acecho
> Invertidos, maricones
> Zorras de pelaje nuevo
>
> Ambulantes de la droga
> De esos que llaman «camellos»
> En calzón van pensionistas,
> En perniles los obreros,
> Empresarios en pelotas,
> Contribuyentes en cueros,
> Los ladrones en la calle,
> Los tontos al Ministerio,
> Los ministros en Mercedes,
> Los electores al huerto,
> Indultos a terroristas,
> Y guardias al cementerio.