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La Partidocracia

Por Pedro López Ávila

Hay quien, cuando uno hace un favor a otro, enseguida se da mucha prisa en anotárselo en el disco duro de la memoria, con el objetivo de pedir a aquel otro favor de más envergadura lo más rápidamente posible. Algunos no llegan a este extremo, pero en su fuero interno, consideran a su favorecido como a un deudor y siempre, aunque pasen los años, tienen a este como un servicio que se le ha prestado con vistas al futuro y, por supuesto, llegado el momento, no tienen pudor alguno en  recordarle la frase: «me dijiste que estabas  muy agradecido y que cualquier cosa que necesitara estarías siempre a mi disposición». Ante estas situaciones los deudores quedan  en el más desgraciado desconcierto.  Claro, que los que llevan esto como una rutina suelen responder:  «¿eso te dije? No lo recuerdo. En su defecto, también existen otras expresiones intermedias en las respuestas: «no sabes cuánto lo siento, ahora las cosas ya no están como antes» o. tal vez: «no está en mi mano, ¡qué más quisiera yo que poder ayudarte!».

Digo esto, porque en la vida social  todos nos hemos visto expuestos alguna vez a este tipo de contrapartidas;  también lo digo, porque si esto sucede en las pequeñas interrelaciones de nuestros pequeños círculos convivenciales, qué será en las extensas relaciones de los políticos; y digo también esto, porque   en este momento me estoy acordando «del silencio antipatriótico» que mantienen hoy  «los amigos» de Pablo Casado, sobre todo,  de aquellos a los que les gusta estar enraizados siempre en prácticas irregulares a través de favores devueltos y que constituyen una clase social aparte como pupilos vitalicios del poder. Son personajes sombríos, amantes del pasteleo, trapaceros, indolentes, trincones con indumentaria sindicalista, comedores de langostinos, entre tercos y mentecatos, miserables y tan torpes que se sienten complacidos en su propia ruindad. Esta fauna menor, cuando las cosas no vienen bien dadas, buscan  salvar su culo o su nómina, que es lo mismo, al amparo de otras retóricas más calculadas, aunque el relato siga siendo el mismo.  

Estos muchachos que han llegado a la política sin mayor conocimiento que el de ser fieles seguidores de Juegos de tronos o de pertenecer desde muy jóvenes a determinados grupos políticos, que no han conocido nunca el roce con la adversidad, que han leído muy poco o nada, que no han tenido un intenso contacto con la internacionalidad, que no respetan ni sus propios principios y que se han educado en la industrialización del insulto y la injuria desde las redes sociales, juegan a detectives y a espionajes desde las más altas instancias del Estado; aún más, soportan con toda naturalidad sus propias indignidades, y no se les ocurre vigilar estrechamente a los que los aplauden, dejándose llevar por las emociones, aun a sabiendas de que los aplausos en estas cuestiones de la cosa pública casi siempre son rastreros.

Pues bien, estos chiquilicuatres,  que han convertido el sistema democrático en una especie aparato, que no solo reparte favores, puestos y prebendas a izquierda y derecha – según necesidad para mantenerse en el poder -, sino que chorrean millones de euros a todo aquello que consideren que signifique cualquier tipo de oposición a sus propios intereses, incluidos, cómo no, a los medios de comunicación. Con esto se ablandan los corazones y la pulsión de poder se mantiene intacta. Lo diré de otra manera: los votantes eligen a aquel que nos dicen que debemos votar de un determinado partido político, este a su vez queda en deuda con el que lo ha favorecido, que a su vez había sido favorecido por otros de rango superior y así sucesivamente hasta llegar al pico de la pirámide, es decir, al mandamás o líder del partido que es el que ostenta el poder ejecutivo. A partir de aquí se crea un sistema autárquico en los partidos de forma tal que «el que se mueva no sale en la foto». Es la llamada partidocracia.

Una vez configurado el reparto de poderes se establece un criterio sobre los valores – para una esmerada gobernanza – que se han de seguir y predicar como penitentes y fieles parroquianos del partido en cuestión y que, probablemente,  nada tendrán que ver con la intención del voto depositado por el ciudadano de a pie, manipulado por un importante aparato propagandístico. Estos valores, que no son otra cosa que idealismo – en el mejor de los casos – o ideologías son verdades inventadas a medida del débil que paga gustoso el coste de decir no a la libertad o no la vida. Invertir los valores cada vez que alcanza uno el poder – a través de la portentosa maquinaria económica –  y sustituirlos por los contrarios es en donde estriba el quid de la cuestión.

Cuando hablamos de valores debemos encontrar sus referentes lo más nítidamente posible. Así el concepto de hogar o de familia se trata hoy día por algunos desde una perspectiva muy distinta al concepto ideológico tradicional; por ejemplo, Laura Llevadot Profesora de Filosofía Contemporánea de la Universidad de Barcelona en su último libro explica «como reconstruirse cuando se mata al fascista al que han amado tantas mujeres”. En este texto la filósofa entiende «que las mujeres se han prostituido en su matrimonio y sin cobrar», Según ella, «tú te casabas para que alguien te mantuviese, a cambio dabas favores sexuales y descendencia». Desde luego, esta concepción ideológica de la familia debe partir desde su propia experiencia vital,  pero nunca debe ser elevada al nivel de categoría en la concepción que otros tenemos del matrimonio.

Cuando hablamos de valores, nos referimos a leyes referentes al aborto (recordemos que acaba de despenalizarse en Colombia el aborto hasta la semana 24 de gestación), hablamos de leyes educativas que invitan a la holgazanería, hablamos de la eutanasia; hablamos también de enseñar a las niñas en la escuela a tener relaciones sexuales plenas para romper la visión genitalista, androcéntrica, falocéntrica, penetrocéntrica y heteronormativa, que según este nuevo enfoque  la sociedad nos ha enseñado hasta ahora; hablamos también del empoderamiento de la mujer, del respeto a los mayores, de los buenos modales, de la propiedad privada, del apego a la verdad, de no pisotear la historia, la religión católica ni ninguna; hablamos del desprecio al legado cultural de los pueblos, de la levedad de las leyes con los violadores, asesinos o pederastas. En fin, por hablar de valores estamos hablando hasta de querer suplantar los códigos lingüísticos – compuestos por  sistemas de signos -,  que constituyen las lenguas y que impide pensar conceptualmente so la excusa o tontería oficial del lenguaje inclusivo.   

Esta suplantación de unos valores por otros solo se puede dar en sociedades poco avanzadas en el plano humanístico,  muchedumbres impresionables y poco reflexivas, que atienden más a cultivar el vientre que al conocimiento y que, si reúnen todas las miserias del mundo, no es más que producto de la  ignorancia en las que se han visto inmersas desde la manipulación de los que han puesto los intereses de los partidos -como auténticos yonkis electorales-  por encima de lo que prescribe la propia naturaleza.

Aunque la llamen así, no es Democracia.

democracia

«El engaño y la desinformación han permitido al los déspotas garantizarse mayorías para realizar sus intereses personales y los de “su grupo”

Por  Luis I. Gómez Fernández  en Disidentia

Casi ninguna otra palabra es utilizada de forma tan manipuladora y corruptora, de forma tan descuidada y para nada meditada como la palabra Democracia. Baste con dar un vistazo a la interminable lista de prefijos y sufijos que casi siempre la adornan (social, cristiana, liberal, popular, …) para comprender los innumerables intentos de apropiación indebida, de adaptación semántica a la que es sometida.

 

Permítanme, antes de nada, recordar cordialmente a los utilizadores y paridores inconscientes de tales adjetivaciones el gigantesco daño que le causan a la verdad cada vez que, en su ensoñación irracional y nada meditada, cualifican a la democracia con uno de tales adjetivos. Su pecado es, sin embargo, claramente venial si lo comparamos con el de aquellos que, a sabiendas de lo vacuo de tales adjetivaciones, las utilizan conscientemente, ya sea para manipular a determinados grupos, ya sea para justificar su propia violentación del concepto Democracia.

La democracia ateniense

La historia de la Democracia cuenta ya unos 2.600 años. Nace de una iniciativa de los griegos atenienses, según la cual las decisiones en las polis, sobre todo aquellas referidas a la guerra y las relaciones con los pueblos vecinos, no deberían ser tomadas exclusivamente por los nobles gobernantes, sino por los miembros del Consejo de la ciudad de Atenas que tuviesen un mayor grado de competencia sobre el asunto.

El reconocimiento personal se lo debemos sin duda a Heráclito de Epheso (aprox. 545 al 480 a.d.C) y al padre de la Historia, Heródoto (aprox. 484 al 425 a.d.C) quien había estudiado, durante sus viajes, los usos y costumbres de lidios, persas, egipcios, babilonios y escitas. Cabe destacar su disputa con Pericles y Sófocles durante las guerras persas, pues de ella surge la primera exposición seria del pensamiento de Heródoto sobre cómo ejercer el gobierno.

Ya antes, la ruptura con la creencia por la que el Gobernador ocupaba su puesto por mandato divino, debiendo justificar sus actos más ante la deidad que ante su pueblo, abrió el pasillo ideológico necesario para que Solon (aprox. 640 al 560 a.d.C) cambiase notoriamente las leyes, condonase las deudas a los pequeños propietarios y eliminase la ley por la que el endeudamiento estaba condenado con la esclavitud. Fué Solon quien por primera vez divide la población (en cuatro clases) según sus propiedades y no según su título familiar, concediendo a cada clase diversos derechos políticos.

La democracia ateniense sería el ingrediente principal de una cultura dominante durante varios siglos. La caída de Atenas y la llegada de los romanos supusieron el fin de aquella primera democracia, sustituida por un sistema elitista senatorial que subsistió, hasta la llegada de Julio Cesar, más como sucedáneo que como verdadero reflejo de los principios atenienses.

Desde el punto de vista semántico, “demos kratein” ha de ser traducido como “gobierno del pueblo”, si bien aquella democracia (ejercida sólo por una parte del pueblo) siempre estuvo sometida, en su capacidad decisoria, al cumplimiento de determinadas normas. Nunca ha existido una “democracia ilimitada y generalizada”. Tampoco hoy. Tampoco podemos identificar “demos kratein” con el gobierno de una nación o un pueblo. De hecho, en la antigua Attika existían unas 30 “demoi” grandes y más de cien pequeñas.

¿Quién tiene derecho a voto en la “demos”?

Una precisión: en democracia, tal y como ha de ser entendida históricamente, los votantes deciden sobre todas las cuestiones. Empecemos con las limitaciones. ¿Tiene todo el mundo derecho a voto? ¿No importan la edad o el género? ¿Cómo se decide a partir de qué edad se consigue el derecho a votar? ¿Es la edad determinante, muestran la misma madurez todas las personas mayores de 18 años? ¿Cuánto vale un voto surgido de un núcleo de población pequeño? ¿Y si surge de un núcleo grande? ¿Valen lo mismo?

A la hora de decidir sobre una cuestión, ¿debe el votante certificar de alguna forma su capacidad para poder tomar esa decisión? ¿Puede un grupo minoritario decidir mayoritariamente no respetar la decisión impuesta por un grupo mayoritario? ¿El derecho a voto es exclusivo de quienes llevan “mucho tiempo” viviendo en un sitio? Tras una decisión democráticamente adoptada, ¿quién asume la responsabilidad en caso de error? ¿Vale más el voto de una persona experimentada que el de una persona analfabeta? En otras palabras: ¿quién decide democráticamente las reglas de juego de la democracia? ¿Cómo es posible decidir democráticamente sobre las reglas de la democracia?

Resulta curioso comprobar como ninguna de esas preguntas ha encontrado respuesta satisfactoria (democrática) durante los últimos 2.500 años. A lo largo de la historia han sido siempre ciertos grupos dominantes los que se han encargado de dictar esas normas, o de heredarlas. El lector avezado me dirá: “esos principios generales forman parte de las constituciones y/o de los programas de los partidos políticos”. Efectivamente: pero nadie ha venido a debatir conmigo sobre la ley electoral, por ejemplo. Han sido ellos quienes la han redactado y aprobado. ¿Se han preguntado alguna vez qué es eso de “una mayoría democrática cualificada”? Pues ya les dejo yo con la pregunta.

La obligación por ley, el engaño y la desinformación han sido siempre armas rentables para no pocos déspotas a la hora de garantizarse las mayorías respectivas, para realizar sus intereses personales y los de “su grupo”. Recuerden que más del 60% de los representantes políticos en nuestra pseudo-democracia ya está decidido mucho antes de ustedes puedan votar: es la magia de los partidos y sus listas de candidatos.

Los políticos y los funcionarios dominan nuestra “democracia” exactamente igual que lo hacían antiguamente los barones, condes y marqueses. Sólo hay que ver la “legitimidad democrática” de tantas y tantas decisiones que alguien toma por nosotros sin más justificación que números paupérrimos de participación o párrafos escondidos en remotos lugares de un programa electoral. Sobre la capacidad cognitiva y profesional de muchos de nuestros “representantes democráticos” a la hora de tomar decisiones prefiero no hablar ahora. Estoy de buen humor.

De la democracia a la fractocracia

Puesto que siempre habrá más pobres que ricos, más arrendatarios que propietarios, más empleados que empresarios, más miedosos que valientes, más colectivistas que individuos responsables y más personas incultas que cultas, resulta facilísimo para los numerosos “héroes políticos”, con su falta de escrúpulos, de sentido de la responsabilidad y su avidez por todo lo que huela a poder, adueñarse de la correspondiente mayoría para expropiar, recortar en sus derechos a la minoría sometiéndola por vía democrática a su voluntad.

Si prefieren que lo exprese de forma más polémica: hazte con la masa de los estúpidosmediante promesas populistas y agitación demagógica y excluyente, y será fácil dominar de “manera legítima y democrática” a cualquier grupo minoritario que pueda amenazar tu privilegio de poder. Es la fórmula mágica que tantas veces ha funcionado en la larga historia de la humanidad, ora disfrazada de despotismo, ora de feudalismo, ora de democracia. Por eso me niego a aceptar que vivo en una sociedad democrática. La nuestra es más bien una democracia fracturada.

Jamás se ha alcanzado por la vía democrática una verdadera reforma de nada. Es cierto que la utilización irresponsable del oportunismo, la comodidad y del continuo estado de dependencia de las masas generó en no pocas ocasiones el espejismo de enormes modificaciones en la situación de la humanidad (revoluciones, derechos humanos, acuerdos de Kioto, Naciones Unidas, …), pero todos esos cambios  (explicados a continuación penosamente por los historiadores) se deben principalmente a la acción de unos pocos que supieron hacer uso de las sociedades fragmentadas para, inculcando primero y recogiendo los parabienes de la mayoría adoctrinada después, alcanzar sus propios objetivos; unas veces loables, otras no.

No son el fruto del “gobierno de todos”, sino más bien el del gobierno de unas mayorías manipuladas y cebadas en promesas, por lo general no involucradas en el proceso más allá de lo que les permitieron los prometedores de turno. No asistimos a una democracia: se trata de una fractocracia (el poder de una parte del demos).

Desde los tiempos de la Ilustración los pensadores y filósofos europeos se devanan las neuronas (en ocasiones con irrisorios resultados) sobre la madre de todas las preguntas: ¿qué reglas y leyes han de regular la base de un Estado moderno y democrático? Situados al principio frente a la negación de cualquier sistema que pretendiese usurpar las prerrogativas de la nobleza, Hegel Kant carecieron de la fuerza necesaria para llevar sus tesis a buen puerto. Fracasaron ante el desinterés de las masas, a las que no consiguieron comunicar, ni con las palabras ni con sus escritos, la necesidad de asumir responsabilidad por la propia vida, los propios actos.

Otros fueron retirándose a la esquina apolítica (GoetheSchopenhauerNietzsche) incluso prefiriendo ahogarse en un mar lírico e insustancial (Schiller). Los representantes de la llamada “Escuela de Frankfurt”, peligrosísimos pseudodemócratas cuyo pensamiento nace del socialista y criminal Marx (de quien como “pensador” sólo cabe decir que nunca entendió ni una sola palabra de “su” Hegel), apenas si pueden ser denominados colaboracionistas a la hora de implantar una conciencia pseudodemocrática por la que se concede a las masas ignorantes el espejismo de ejercer el poder. Todos ellos olvidaron uno de los principios básicos de la democracia clásica: la demos debe ser capaz de compartir cualificadamente (no cuantificadamente) las decisiones que le afectan.

Los individuos deben ser escuchados y deben inmiscuirse en las labores de gobierno. Todos los individuos. Según su capacidad en esta o aquella tarea. No existen los inútiles totales. En una verdadera democracia no existiría un sólo modelo educativo, o sanitario, o agrícola, o de seguridad. En una verdadera democracia los mentirosos crónicos que hoy gobiernan y opositan en nuestro país jamás habrían durado más de tres meses en sus puestos.

Sólo de la libertad individual nacen los derechos democráticos personales. Del mismo modo, los derechos democráticos de cada uno exigen un ejercicio individual de autocrítica a la hora de ejercer el derecho a voto: ¿soy consciente, me he informado suficientemente, dispongo de capacidad real para emitir un juicio sobre aquello que se me pregunta? ¿O prefiero unirme a una masa vociferante y esconderme así de mi propia responsabilidad, cediendo mis derechos a los políticos de turno?

La verdadera democracia presupone una entidad social pequeña, agrupada generalmente en torno a unos objetivos comunes y que protege tanto el derecho de cada uno de sus miembros a someterse a la voluntad de la mayoría como el derecho a la disidencia, sin ver por ello amenazada su existencia dentro del grupo. La verdadera democracia protege y alienta la individualidad, pues sólo desde ella es posible generar pluralidad y sólo desde la pluralidad es posible dar solución al mayor número imaginable de cuestiones. De forma cualificada y no cuantificada.

Miren a su alrededor. ¿Qué ven? Exacto: somos niños peleándonos por los caramelos que nos arrojan los políticos desde sus boyantes carrozas. ¿Hasta cuándo?

Telebasura en las Cortes

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Viñeta de Linda Galmor

Citaba Paco Rosell el otro día en esRadio a un profeta posmoderno que advirtió del peligro de que un país acabara pareciéndose a su televisión. Esa reflexión se hacía a cuenta de Italia y Berlusconi, pero en los USA ya es presidenciable Oprah, cuyo libro más promovido y vendido durante años en su programa es El Secreto, manual de brujería social o vudú maoísta según el cual basta la voluntad de que te pase algo bueno para que te pase; por ejemplo, la lotería o una herencia. El pensamiento mágico por excelencia es el comunista, que promete la prosperidad imponiendo la igualdad a tiro limpio. Luego se queda en terror y miseria, salvo para el Partido, que está en El Secreto y vive muy bien en nombre de los que viven mal. Los populismos modernos operan sobre el modelo de Münzenberg para la Komintern: crear un malo malísimo culpable de todo, para que hasta el ser más lerdo o abyecto se vea moralmente superior a lo que Pablenin llamaría «cutre plebe fachosa». Y todo vale contra eso, aunque no exista, hasta alcanzar el Poder, que sí existe. «Salvo el Poder todo es ilusión», reza el himno de Sendero Luminoso.

¡Al PSOE se lo van a contar! 1917, 1934, 1936, 1937, 1939 y 2004 son fechas que prueban su idea de llegar al Poder como sea. Iglesias Posse, su fundador, debutó en las Cortes anunciando que usarían la Ley según les conviniera y que para acabar con Maura «estaban dispuestos a llegar al atentado personal». En siglo y medio ha habido sectores del PSOE decentes y nacionales, pero suele imponerse el sectarismo energuménico. Ayer, un tal Campo acusó al PP y Cs de utilizar a las víctimas como arma política arrojadiza. ¡Lo decía el partido del 11-M! Y luego va y cita una frase de la madre de Gabriel contra los padres con hijos asesinados que habían ido a las Cortes a pedir que no se derogase la prisión permanente revisable, freno para la suelta de violadores y asesinos en serie. Iban con la presidenta de la Asociación Clara Campoamor a implorar al PSOE que no se uniera a Bildu, PNV y Podemos. Inútil.

En contra de lo que dice la mayoría de sus votantes -los que le quedan-, los socialistas demostraron ayer que para ellos el Parlamento es tan solo un plató más de La Sexta, la tele del PP al servicio de Podemos. La auténtica telebasura, que se ha quedado con la contrata de Las Cortes.

Federico Jiménez LoSantos ( El Mundo )

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LOS PARTIDOS, EN LUCHA LIBRE — Cosas de una Bailarina – Noticias de última hora sobre la actualidad en España

 

LOS PARTIDOS, EN LUCHA LIBRE Todo lo que mueve a los hombres tiene que pasar por sus cabezas, pero algunas cosas que pasan son estupideces, supersticiones. “Oh, faraón, en Geometría no hay atajos reales”, dijo Euclides; y, más tarde, Voltaire comentó que toda secta es un error: “En la Geometría no existen sectas”. Sin embargo, en religión y…

a través de LOS PARTIDOS, EN LUCHA LIBRE — Cosas de una Bailarina – Noticias de última hora sobre la actualidad en España

SI FUERAN EXTRANJEROS LOS ENEMIGOS DE ESPAÑA. DUI

Hace un año, después de la pitada al himno nacional en la final de la Copa del Rey, escribí un artículo con el mismo nombre y comparaba esa actuación despreciativa y demostrativa de la mala educación democrática, con el recibimiento que brindaron a los Reyes en la República francesa. Hoy nuevamente nos enfrentamos a la falta de educación que asemeja al Parlament a Corea del Norte y democracias similares pues lo aprobado ayer, textualmente, dice las leyes que apruebe la Cámara Constituyente, «no son susceptibles de control, suspensión o impugnación por parte de ningún otro poder, juzgado o tribunal»; saltándose de este modo la separación de poderes y el respeto a los tribunales nacionales o internacionales a los que están sujetas las naciones libres y civilizadas. Este Golpe de Estado tiene antecedente en el del 6/7 de octubre de 1934; entonces contra la tan añorada IIª República, y con el que terminó rápidamente el general Republicano Domingo Batet, que recibió por ello la cruz laureada de san Fernando. El día 9 se publicaba en la Vanguardia una nota de la que incluyo el final:

La frase completa del encabezamiento: “Si fueran extranjeros los enemigos de su dicha, entonces, al frente de estos soldados, tan valientes como sufridos, sería el primero en combatirlos; pero todos los que con la espada, con la pluma, con la palabra agravan y perpetúan los males de la Nación son españoles»
Esta frase, premonitoria, corresponde a la carta de renuncia de Amadeo de Saboya, del que hace poco más de un año, se han cumplido los 125 años de su muerte; el único Rey elegido por las Cortes en competencia con otras candidaturas. Amadeo de Saboya fue elegido democráticamente por 191 votos frente a los 27 del Duque de Montpensier (cuñado de la depuesta Reina Isabel II y nieto del último Rey francés) y los 60 favorables a la República. Su primera actuación tras aceptar el cargo de rey, fue visitar el lecho de muerte de su mentor Juan Prim; asesinado por los perdedores de la votación: Montpensier, aspirante y el general Serrano, regente. Con estas compañías que otro final le esperaba a Amadeo que el fracaso, solo nos aguantó dos años.

Amadeo de Saboya frente al cadáver de Juan Prim. El 1º a su espalda, el general Serrano

Esta frase es coetánea de la pronunciada por el Canciller Bismarck, ante el embajador español, en la que dice que la nación más poderosa que conoce es España pues ni siquiera los españoles han sido capaces de acabar con ella en 400  años. Bismarck había utilizado la búsqueda por Juan Prím de un rey para España en sustitución de la expulsada Isabel II, para llevar a Napoleón III a la guerra y así terminar de consagrar y afianzar la recién nacida Alemania, vencedora en Sedán en septiembre de 1870.Se le atribuye una pésima opinión de la clase política española, empeorada tras las luchas cantonales y la Iª República.

Mariscal von Bismarck

En los años transcurridos desde que se pronunció, hemos vivido guerras cantonales en la Iª República, la tercera guerra carlista (realmente guerra civil); dos guerras en Cuba; anarquismo salvaje de finales del S XIX y primeras décadas del XX, con tres jefes de gobierno asesinados; pistolerismo patronal; Golpes de Estado (el de Primo de Rivera, dos contra él, el de los republicanos de Jaca…; declaración unilateral de independencia de Cataluña en octubre de 1934; revolución sangrienta en Asturias en las mismas fechas, otra salvaje y sangrienta guerra civil y sus represiones de uno y otro signo; terrorismo etarra durante más de 30 años y en lugar de aprender, seguimos acometiéndonos con denuedo. Versión de Mingote del cuadro de Goya en que dos españoles, enterrados hasta las rodillas, se arrean estacazos

Ahora nos enfrentamos nuevamente con renacidos intentos de romper la unidad de España, Ah! si fueran extranjeros los enemigos de España.

 

El primer jefe de gobierno de la Iª República, Estanislao Figueras, solo aguantó seis meses y se fue sin despedirse; para mayor broma, el último fue el general Serrano .Coincidiendo con el fin de siglo XIX aparecen los nacionalismo, realmente regionalismos, periféricos que refleja muy bien el liberal Práxedes Mateo Sagasta, el mantenedor del bipartidismo con Cánovas del Castillo.

Al general Batet, general que desbarató el golpe de estado de Companys y a cuyas órdenes no se quiso someter, fue fusilado por orden de Franco en febrero del 1937. El general Batet, catalán, era considerado traidor por los independentistas y también lo fue por los sublevados del 36 que vieron mucha benevolencia en su actitud con los golpistas del 34 y también por no sumarse al levantamiento. le condenaron a dos penas de muerte pues de una podía ser indultado pero si eran dos, no tenía salvación. Se relacionó esta severidad con el fusilamiento en Granada del general Miguel Campins, amigo y compañero de Franco en Alhucemas y en la Academia de Zaragoza; sin que Queipo, amigo de Batet, aceptase las peticiones de perdón del propio Franco. El general Campins solo llevaba en Granada desde el 10 de julio y como quiso permanecer leal a la república, murió. Nuevamente los estacazos, odios y venganzas. 

Así llegamos a nuestra democracia y en ella se instalan partidos nacionalistas que abusando de las transferencias de educación, han ido sembrando un caldo de cultivo secesionista y la mentira del España nos roba. Eso sí han conseguido imbuir de furor patrio a personajes como Rufián que han preferido olvidar la opinión xenófoba que los dirigentes nacionalistas tenían de los inmigrantes, que tanto han ayudado al crecimiento de Cataluña.

Xenofobia de Jordi Pujol

Tampoco han dudado en pasar de defender un Estado Autonómico, no independentista a proclamar y abrazar la Declaración Unilateral de Independencia. Artur Mas, colaborador necesario en la corrupción del 3% de CDC y la familia Pujol, desde sus múltiples cargos de consejero, ahora lo enmascara en el PDC (siglas muy parecidas al primer partido de Jordi Pujol. Ironías o casualidades buscadas como con el JpS, las iniciales de Jordi Pujol Solei.
Ayer consumaron la desobediencia jurídica a la Constitución y a las últimas advertencias/prohibiciones del Tribunal Constitucional y o se anula o se abrirá un periodo de gran inestabilidad en todo el país. Nada más aprobarse el Brexit, muchos de los que en aquel referéndum votaron alegremente a favor de la salida de Reino Unidos de la Unión Europea reconocieron su arrepentimiento y su ignorancia de las consecuencias, además de admitir que habían sido engañados por los que querían «liberar a Reino Unidos del control de la UE». Para algunos catalanes, España representa lo mismo que Europa para algunos británicos. La propaganda separatista sólo crea monstruos: ver redes sociales
Mientras tanto nuestros ¿gobernantes y cabezas visibles de los partidos?, miran a su ombligo y desechan una gran coalición para hacer frente al mayor problema con que se enfrenta nuestra joven democracia. Es antes su sillón que la unidad, en armonía, de España

CACIQUISMO, MEDIOCRIDAD INOPERANTE ACTIVA.

Si leemos el diagnóstico que Joaquín Costa hace de la España de 1899 (OLIGARQUÍA Y CACIQUISMO COMO FORMA DE GOBIERNO) aquella España se parece demasiado a la España actual. Joaquín Costa afirmaba que el régimen político existente en España era un régimen oligárquico y caciquil. España, decía, estaba gobernada por una oligarquía de “notables.” Y por tal motivo afirmaba Costa que, España no era una nación libre y soberana; en España no había propiamente un parlamento, ni partidos; lo que algunos hoy denominan “partitocracia”.

Pero si esto es ya reprobable, hay algo que lo es muchísimo más, y de lo que también Joaquín Costa ya hablaba: el régimen caciquil posee un elitismo perverso impide lo que más tarde Wilfredo Pareto denominaría «la circulación de las elites»; en el régimen caciquil los más capaces y los mejor preparados son apartados, es la postergación sistemática, la eliminación y exclusión de los elementos superiores de la sociedad, tan completa y absoluta, que el país ni siquiera sabe si existen; es el gobierno y dirección de los mejores por los peores; violación torpe de la ley natural, que mantiene lejos de la cabeza, fuera de todo estado mayor, confundida y diluida en la masa del servum pecus (Del latín, significa rebaño servil) a la elite intelectual y moral del país, sin la cual los grupos humanos no progresan, sino que se estancan, cuando no retroceden.

España es una meritocracia a la inversa. El actual régimen político selecciona a los peores y prescinde de los mejores individuos, de las personas componentes de la sociedad española. En el régimen caciquil oligárquico sólo triunfan los peores…

Para que “triunfen los peores” es imprescindible que esté presente lo que los psiquiatras y psicólogos denominan “trastornos de mediocridad”, el defecto, la ausencia, o inhibición de la presión por la excelencia, en sus varios grados de intensidad.

La “forma más simple de mediocridad inoperante” es prácticamente asintomática, y se caracteriza por una actitud de híper adaptación y de falta de originalidad/creatividad de los individuos.

La forma más aguda, aunque no severa, de mediocridad inoperante o pseudo-creativa, va acompañada de rasgos pasivo-agresivos…

Y la forma más severa, denominada mediocridad inoperante activa (MIA), es la forma más maligna, con exacerbación de las tendencias repetitivas e imitativas, exagerada apropiación de los signos externos de creatividad y excelencia, ansia de notoriedad que puede llegar hasta la impostura, (pretender ser algo que no se es) y, sobre todo, intensa envidia hacia la excelencia ajena, lo cual procura boicotear, o incluso destruir por todos los medios a su alcance.

Me dirán que la mediocridad es una característica común a todos los grupos humanos, que no es una cuestión gravemente preocupante, y que la mediocridad incluso favorece la conformidad, y, en muchas culturas, la conformidad asegura la felicidad de muchos, si no de la gran mayoría de los individuos…

Y ciertamente así es, pero cuando pasamos a hablar de quienes padecen un grado de mediocridad más aguda o severa, estamos hablando de “palabras mayores”:

Mientras que el mediocre simple sigue razonablemente las directrices predominantes, sin esforzarse más allá de las mínimas exigencias externas, en este segundo tipo están presentes elementos pasivo- agresivos. Al darle todo igual, al traerle al fresco todo o casi todo, y no distinguir lo bello de lo feo, ni lo bueno de lo malo, el mediocre inoperante no siente inclinación por propiciar progresos de ningún tipo, y todo aquello en lo que interviene está condenado al estancamiento.

El mediocre inoperante produce y estimula maniobras repetitivas e imitativas, es más proclive al consenso que al descubrimiento, y prefiere lo trillado a lo innovador.

En la mayoría de los casos, esta patología no tiene grandes repercusiones sociales, excepto cuando el mediocre inoperante ocupa puestos clave o de cierta responsabilidad (el mediocre inoperante suele estar bastante satisfecho de su inoperancia o pseudo creatividad, siendo las personas de su alrededor quienes sufren las consecuencias de sus actos) la organización que tiene la triste fortuna de tener a un mediocre inoperante en cabeza, empieza pronto a dar muestras de parálisis funcional progresiva, generalmente acompañada de hiperfunción burocrática, con la que se intenta disimular la falta de operatividad…

Cuando la mediocridad inoperante ya es severa, Mediocridad Inoperante Activa, el individuo afectado tiende a desarrollar fácilmente una gran actividad, inoperante, por supuesto, acompañada de un gran deseo de notoriedad y de control e influencia sobre los demás, que puede llegar a revestir tintes casi mesiánicos (Cuando un individuo afectado de Mediocridad Inoperante Activa está presente en ambientes académicos, por otra parte muy susceptibles a la infección por MIA, tiende a adoptar poses de maestro, sin ningún mérito para ello)

Fácilmente puede llegar a encapsularse –a la manera de un virus- en pequeños grupos o comités que no producen absolutamente nada, pero que se asignan funciones de “seguimiento y control” que les permite entorpecer o aniquilar el avance de individuos brillantes y realmente creativos.

El MIA que tiene algún poder en puestos burocráticos tiende a generar grandes cantidades de trabajo innecesario, que activamente impone a los demás, destruyendo así su tiempo, o bien intenta introducir todo tipo de regulaciones y obstáculos destinados a dificultar las actividades realmente creativas/productivas.

Por otra parte, el Mediocre Inoperante Activo es particularmente proclive a la envidia, y sufre ante el bien y el progreso ajenos. Mientras que las formas menores de mediocridad inoperante presentan simplemente incapacidad para valorar la excelencia, el MIA procura además destruirla por todos los medios a su alcance, desarrollando sofisticados sistemas de persecución y entorpecimiento. Ni que decir tiene que entre estas formas de actuación destructiva se encuentra lo que se denomina “mobbing” o acoso institucional…

Y, ¿Quiénes son los individuos que corren riesgo de padecer mobbing? Pues los expertos consideran que existen tres grandes grupos:

1) Los envidiables, personas brillantes y atractivas, pero consideradas como peligrosas o competitivas por los líderes implícitos del grupo, que se sienten cuestionados por su mera presencia;

2) Los vulnerables, individuos con alguna peculiaridad o defecto, o, simplemente, depresivos necesitados de afecto y aprobación, que dan la impresión de ser inofensivos e indefensos;

3) Los amenazantes, activos, eficaces y trabajadores, que ponen en evidencia lo establecido y pretenden imponer reformas o implantar una nueva cultura

Las maniobras principales que el mediocre inoperante activo utiliza para el acoso psicológico de su víctima son las siguientes:

a) Someterlo a acusaciones o insinuaciones malévolas, sin permitirle defenderse o expresarse.

b) Aislarlo de sus compañeros, privarlo de información; interrumpir o bloquear sus líneas de comunicación.

c) Desconsiderar e invalidar su trabajo, distorsionar o tergiversar sus actividades y comentarios, atribuirle motivaciones espurias o vergonzantes.

d) Desacreditar su rendimiento, dificultar el ejercicio de sus funciones, ocultar sus logros y éxitos, exagerar y difundir, fuera de contexto, todos sus fallos, tanto reales como aparentes.

e) Comprometer su salud, física y psíquica, mediante una constante presión estresante que favorece las alteraciones depresivas, psicosomáticas, y actos de huida que pueden llegar hasta la renuncia brusca al puesto laboral o al suicidio.

Lamentablemente todos nosotros tenemos un idiota cerca, estoy hablando de la persona que, sea cual sea la razón, va intentar arruinarme el día solo por deporte.

No hay que negar que existan, siempre existieron y siempre van a existir, como las cucarachas.

Este tipo de personas tienen una enorme capacidad para trasladar sus genes a otras, convirtiendo a los demás en idiotas improductivos. Si a alguien le suena excesiva la denominación, he de decir que no he encontrado otra que mejor defina a esta clase de ser humano (homo stultus, mejor dicho) no obstante de lo que sí tengo certeza es de que, si ya con leer estas breves líneas le vienen a la mente una o más de una personas, lo mas probable es que estos consejos sean de utilidad.

¡Ojalá que también los tengan en cuenta quienes nos gobiernan, si aún no han sido contagiados con el virus de la mediocridad inoperante activa!

Antes de finalizar, permítanme señalarles algunas actitudes a adoptar, que les serán muy útiles para lidiar con idiotas es:

Primero de todo, identificarlos.

El individuo mediocre inoperante activo es una persona “negativa”, ante cualquier situación su respuesta será negativa, los problemas no tendrán solución, el mundo se acabará ante el primer obstáculo. Lo malo no es que sea negativo, sino que esto sea contagioso.

Imposibilidad para “focalizar”, rara será la ocasión en que centre su atención en algo, siempre tendrá algún problema que le impida realizar cierta tarea en concreto o en su defecto encontrara alguna excusa para no hacerla.

Siempre buscará defectos en otras personas. Su principal diversión del día será criticarlas, lo cual se debe simple y llanamente a su carencia de vida propia, es por eso que la crítica a terceros es su herramienta para subsistir,…

Nunca escucharás a esta clase de personas alegrarse por los logros de los demás, nunca saldrá de su boca una felicitación para alguien que mediante su esfuerzo logra cumplir sus sueños. En lugar de esto escucharás una serie de razonamientos por los cuales esas personas llegaron a sus metas, seguramente, haciendo cosas incorrectas.

Son especialmente contagiosos: Y ésta es su principal característica, la más importante de todas, y la más peligrosa. La estupidez es contagiosa, si te rodeas de idiotas probablemente termines siendo uno; y viceversa. Es importante alejarse de ellos, como si de una epidemia se tratara. Puede sonar cruel, “feo” pero es la pura verdad, los idiotas contagian su nefasta mediocridad, ellos no buscan rodearse de gente exitosa, no buscan la excelencia, no les hace sentir bien. Prefieren la compañía de otros

mediocres como ellos que, les permitan ver que su vida es la mejor forma de vida, que “así” se está bien, que no se puede ser mejor.

Segundo paso: Mentalizarse

Cuando alguien está afectado de idiotez, por lo general suele ser de manera crónica, son pocas las ocasiones en las que los idiotas se curan, y se transforman en personas productivas, no voy a afirmar que sea cosa imposible, pero la experiencia demuestra que la mayoría de las personas afectadas de estupidez no tienden a cambiar.

Es necesario, imprescindible convencerse de ello, no olvidarlo, y procurar alejarse de ellos y, así evitar que su mediocridad nos contagie, más vale cuando uno se percata de la presencia de un cretino, no contar con él absolutamente para nada.

Tercer paso y ultimo: Vacunarse

Como lo más probable es que nos encontremos con idiotas en todos lados, sea en el trabajo, en la calle, en la familia, en los lugares más insospechados; es por lo que uno debe procurar “vacunarse” para saber lidiar con ellos, ya que no es posible eliminarlos o hacerlos desaparecer de nuestras vidas; solo podemos conocerlos y evitar que alguna de sus características se nos pegue. Y… ¿Cómo vacunarse? Pues de la siguiente manera:

Ignorándolos. Cuando un estúpido se sienta ignorado, rápidamente huirá, e irá en busca futuras víctimas.

No llevándoles la contraria. Discutir, tratar de convencerlos de algo es una pérdida de tiempo y de energías, no sirve de nada, ellos siempre ganarán cualquier discusión, su objetivo es hacernos perder nuestro precioso tiempo. La mejor manera de ganar una discusión con un idiota es decirle que si (como a los locos) y centrarnos en nuestras cosas,…

No permitiendo que nos afecten. El idiota tiene una gran habilidad para atacar distintos flancos, es por eso que probablemente en algún momento impacte en algún lugar que nos duela, y es ahí donde podemos llegar a sentirnos desequilibrados. No hay que dudar, dejar entrar a una persona con estas características en nuestras vidas será un error que pagaremos caro.

Si reflexionan un poco sobre todo lo descrito, llegarán a la conclusión de que no caben muchas más soluciones… Y nunca olviden que quienes pretenden enfrentarse, encarar un problema, buscan soluciones, no buscan pretextos, y menos se dedican a crear “observatorios inoperantes”…

Carlos Aurelio Caldito Aunión.

Badajoz

CAMPO DE BATALLA, «MARCA HISPÁNICA» (DIFUSIÓN)

 

Los próximos comicios en Cataluña son, a mi juicio, cruciales . Allí se van a dar una serie de batallas , junto a las que por omisión no se darán y deberían, que en mayor o menor medida decantaran la situación de nuestro actual sistema político , entre el principio del fin de dicho sistema y el ¿ inicio? de algo nuevo o al menos, el principio de la reorganización de lo que quede, lo que para mí está claro es que la situación actual, es insostenible.

La primera de las batallas será entre independentistas puros y nacionalistas de amplio espectro.

El resultado está cantado, las continuas payasadas de ERC y el ínfimo nivel de sus allegados , la aparición de fenómenos como Laporta y la necesidad del nacionalismo más xenófobo de sacar del gobierno (su gobierno, el que por derecho divino les corresponde) a los “okupas” charnegos de él, predice un resultado cantado a favor de CiU.

La segunda de las batallas será entre nacionalismo pura cepa y los nacionalcharneguistas del PSC.

Esta batalla dilucida quien será el encargado de dilapidar el presupuesto (el catalán y por extensión, el español). Aquí, aunque la cosa parece decantarse a favor de CiU, la magia de las matemáticas y del posibilismo presupuestario, puede darnos cualquier resultado, desde un gobierno en solitario de CiU en minoría mayoritaria (no creo que pueda darse una mayoría absoluta), un gobierno de CiU con ERC, o con apoyos puntuales o no del PP (que en esta tesitura curiosamente pasa a llamarse PPC), hasta una nueva reedición del tripartito.

Por cierto, una derrota sin paliativos del “nacionalismo catalán de origen andalusí” podría conllevar la recuperación del PSOE de Cataluña para la causa constitucional.

La tercera batalla es la que se producirá entre nacionalismo y constitucionalismo.

La derrota de este último es inapelable, con el actual nivel de participación y con la degradación de la clase política, la casta , el voto que se encuentra en la abstención no se movilizará a favor de una alternativa que forma parte del motivo que le llevo a ella, el PP o de una opción como Ciudadanos , que se limita a solicitar que no se profundice en el autogobierno pero sin dar una batalla clara y sin cuartel contra ese autogobierno y con una inexistente implantación en el resto de España, unido a sus permanentes crisis y que… la política de comunicación y las ofertas de colaboración cuando se es pequeñito , querido Albert , no hay que dejarlas para antes de los exámenes. Otros fenomenos como los de Montse Nebrera , están agotados antes de iniciarse.

La cuarta, es la batalla que se podría haber dado y que no se dará, la lucha por el espacio de una “tercera vía”. La inexistencia de UPyD en Cataluña (fenómeno que se repite en toda España salvo lo que pueda ocurrir en Madrid) por culpa de los “méritos” de la Doña y su copula (si, no lo he dicho mal, no es cúpula es copula…porque lo han jodido todo) han conseguido convertir en realidad lo indicado por su excrecencia, pero con un curioso efecto boomerang que considero que no esperaba, ser cuatro gatos lunáticos. De hecho, no creo que sean menos los miembros de MD en Cataluña que los militantes de la cosa magenta.

Esta situación debería haber dejado el camino expedito para los Rivera´s coleguis… pero no ha sido así por lo anteriormente expuesto. (*)

La última batalla, es la que no se plantea y que debería darse, la del ciudadano puteado contra la “casta”.

Aquí, es donde entra en juego una alternativa como “Ciudadanos en blanco”. No se conseguirá atraer votantes para una oferta política que base su discurso en la regeneración como MD u otras, sin que previamente no se haga patente el rechazo de la ciudadanía a la política actual y a sus protagonistas.

El otro día Ramón Ibarrola abogaba por un apoyo para el PP, pero este apoyo solo trasvasaría votos de Ciudadanos, UPyD y los que pudiéramos atraer, los foros y grupos como el nuestro, total y como mucho, un par de irrelevantes escaños presumiblemente puestos al servicio de la gobernabilidad con CiU, y no surgidos ex novo, sino con cargo a los de Ciudadanos.

Por el contrario… el caladero de cabreados

con estos golfos es grande (¿en realidad, no pertenecemos todos a ese colectivo?) y en constante ampliación y dos escaños , e incluso uno… vacíos, de condena a la casta y con las municipales, autonómicas y…quien sabe, las generales tan cerca…

(*) No me gusta dar ideas al enemigo, pero esta situación cambiaría radicalmente si… Rosa Diez y Albert Rivera escenificaran una auténtica alternativa conjunta, creíble y de carácter nacional. No os confundáis, no quiero decir que eso fuera deseable para los que conocemos el percal de lo que en esos sitios se teje, pero mediáticamente reconozcamos que tendría una repercusión elevadísima. Eso sí, juro que ese día si se produjera me daba de alta en Ciudadanos solo por ver el recibimiento que me daban desde la coordinadora de Madrid.

FUENTE: http://plazamoyua.wordpress.com/2010/08/29/campo-de-batalla-marca-hispanica/