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Por qué el nazismo era socialismo y por qué el socialismo es totalitario. / Why Nazism was a socialist and why socialism is totalitarian.

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The original article in English is HERE

Mi propósito hoy son dos cosas principales: (1) Demostrar por qué la Alemania nazi era un estado socialista y no capitalista. Y (2) demostrar por qué el socialismo, entendido como un sistema económico basado en la propiedad pública de los medios de producción, requiere inevitablemente una dictadura totalitaria.

La identificación de la Alemania nazi como estado socialista fue una de las muchas grandes contribuciones de Ludwig von Mises.

Cuando uno recuerda que la palabra “nazi” era una abreviatura para “der Nationalsozialistische Deutsche Arbeiters Partei” (en traducción española Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes), la identificación de Mises no podría parecer tan notable. Pues ¿qué debería uno esperar como sistema económico de un país gobernado por un partido con “socialista” en su nombre salvo socialismo?

Sin embargo, aparte de Mises y sus lectores, prácticamente nadie piensa en la Alemania nazi como un estado socialista. Es mucho más común creer que representaba una forma de capitalismo, que es lo que han afirmado los comunistas y otros marxistas.

La base de la afirmación de que la Alemania nazi era capitalista era el hecho de que la mayoría de las industrias en la Alemania nazi aparentemente quedaban en manos privadas.

Lo que identificó Mises fue que la propiedad privada de los medios de producción existía solo nominalmente bajo los nazis y que la sustancia real de la propiedad de los medios de producción residía en el gobierno alemán. Pues era el gobierno alemán, y no los propietarios privados nominales, el que ejercía todos los poderes sustantivos de propiedad: él, no los propietarios privados, decidía que se iba a producir, en qué cantidad, por qué métodos y a quién se iba a distribuir, así como los precios que se cobrarían y los salarios que se pagarían y qué dividendos u otras rentas se permitiría percibir a los propietarios privados nominales. La posición de los supuestos propietarios privados, como demostró Mises. se reducía esencialmente a la de pensionistas del gobierno.

La propiedad de hecho del gobierno de los medios de producción, como la llamaba Mises, estaba implícita lógicamente en principios colectivistas fundamentales adoptados por los nazis como que el bien común  está por encima del bien privado y que el individuo existe como medio para los fines del Estado. Si el individuo existe como medio para los fines del Estado, por supuesto, lo mismo pasa con la propiedad. Igual que lo posee el Estado, su propiedad también la posee el Estado.

Pero los que estableció concretamente el socialismo  de hecho en la Alemania nazi fue la introducción de los controles de precios y salarios en 1936. Se impusieron como respuesta a la inflación de la oferta monetaria llevada a cabo por el régimen desde el momento de su llegada al poder a principios de 1933. El régimen nazi infló la oferta monetaria como medio de financiar el enorme aumento en el gasto público que requerían sus programas de obras públicas, subvenciones y rearme. Los controles de precios y salarios se impusieron en respuesta al aumento de los precios que empezó a producir la inflación.

El efecto combinado de la inflación y los controles de precios y salarios es la escasez, es decir, una situación, en la que las cantidades de los bines que intenta comprar la gente exceden de las cantidades disponibles para comprar.

A su vez, las escaseces se convierten en caos económico. No es solo que los consumidores que aparecen en las tiendas antes están en disposición de comprar todas las existencias y dejar sin nada a los clientes que lleguen más tarde (una situación a la que los gobiernos normalmente responden con racionamiento). Las escaseces generan caos en todo el sistema económico. Introducen arbitrariedad en la distribución de suministros entre áreas geográficas, en la asignación de un factor de producción entre sus diferentes productos, en la asignación de trabajo y capital entre las distintas ramas del sistema económico.

A la vista de la combinación de controles de precios y escasez, el efecto de una disminución en la oferta de una cosa no es, como pasaría en un mercado libre, aumentar su precio e incrementar su rentabilidad, operando así para detener la disminución de la oferta o invertirla si ha ido demasiado lejos. Los controles de precios impiden el aumento en la oferta al reducir el precio y la rentabilidad. Cuando hay una escasez, el efecto de un aumento en la oferta es simplemente una reducción en la severidad de la escasez. Solo cuando se elimina totalmente la escasez, un aumento en la oferta necesita una disminución en el precio y genera una disminución en la rentabilidad.

Como consecuencia, la combinación de controles de precios y escasez hace posible movimientos aleatorios de la oferta sin ningún efecto en los precios y la rentabilidad. En esta situación, la producción de los bienes más triviales y poco importantes, incluso las mascotas de piedra, puede expandirse a costa de la producción de los bines más urgentemente necesitados e importantes, como medicinas que salven vidas, sin efecto en el precio o la rentabilidad e cada bien. Los controles de precios impedirían que la producción de medicinas se hiciera más rentable al disminuir su oferta, mientras que una escasez incluso de mascotas de piedra impediría que su producción se hiciera menos rentable al aumentar su oferta.

Como demostró Mises, para ocuparse de los efectos no pretendidos de sus controles de precios, el gobierno debe o bien abolir los controles de precios o añadir más medidas, como precisamente el control sobre lo que se está produciendo, en qué cantidad, por qué métodos y a quién se distribuye, a lo que me referí antes. la combinación de controles de precios con su mayor serie de controles constituye la socialización de hecho del sistema económico. Pues significa que el gobierno ejercita entonces todos los poderes sustantivos de propiedad.

Éste fue el socialismo instituido por los nazis. Y Mises lo llama el socialismo de patrón alemán o nazi, frente al socialismo más evidente de los soviético, al que llama socialismo de patrón ruso o bolchevique.

Por supuesto, el socialismo no acaba con el caos causado por la destrucción del sistema de precios. Y si se introduce sin la existencia previa de controles de precios, su efecto es iniciar el propio caos. Porque el socialismo no es realmente un sistema económico positivo. Es meramente la negación del capitalismo y su sistema de precios. Como tal, la naturaleza esencial del socialismo es una y la misma que el caos económico que resulta de la destrucción del sistema de precios por controles de salarios y precios. (Quiero apuntar que la imposición del socialismo del estilo bolchevique de un sistema de cuotas de producción, que incentiva siempre exceder la cuotas, es una fórmula segura para una escasez universal, igualo que la que existe bajo todos los controles de precios y salarios).

Como mucho, el socialismo simplemente cambia la dirección del caos. El control público sobre la producción puede hacer posible una mayor producción de algunos bienes de especial importancia para él, pero lo hace solo a costa de crear el caos en el resto del sistema económico. Esto pasa porque el gobierno no tiene forma de conocer los efectos en el resto del sistema económico de su aseguramiento de la producción de bienes a los que atribuye una importancia especial.

Los requisitos de aplicar un sistema de control de precios y salarios dan mucha luz sobre la naturaleza totalitaria del socialismo (por supuesto, más evidentemente en la variante alemana o nazi, pero también en la del socialismo al estilo soviético).

Podemos empezar por el hecho de que el interés propio de los vendedores que operan bajo controles de precios es evadir los controles de precios  y aumentar sus precios. Los compradores, incapaces de otra forma de obtener bienes, están dispuestos a pagar estos precios más altos como medio de de conseguir los bienes que quieren. En estas circunstancias, ¿qué va a impedir que aumenten los precios y se desarrolle un mercado negro masivo?

La respuesta es una combinación  de sanciones severas combinadas con una gran probabilidad de ser atrapado y luego sufrir realmente esas sanciones. Unas simples multas no es probable que supongan una gran disuasión. Se considerarían solo como un gasto de negocio adicional. Si el gobierno es serio respecto de los controles de precios, es necesario que imponga sanciones comparables a las de un delito grave.

Pero la mera existencia de dichas sanciones no basta. El gobierno tiene hacer realmente peligroso realizar transacciones en el mercado negro. Tiene que hacer que la gente tema realizar tales transacciones que pudieran ser descubiertas de algún modo por la policía y acaben realmente en prisión. Para crear ese miedo, el gobierno debe desarrollar un ejército de espías e informadores secretos. Por ejemplo, el gobierno debe hacer temer al vendedor y a los clientes que si realizan una transacción de mercado negro, algún otro cliente en la tienda pueda denunciarles.

A causa de la privacidad y secreto con que deben realizarse muchas transacciones del mercado negro, el gobierno debe asimismo hacer que todo el que vea una operación del mercado negro temeroso de que la otra parte resulte ser un agente policial tratando de encarcelarle. En gobierno debe hacer que la gente tema incluso a sus socios más veteranos, incluso a sus amigos y parientes, no sea que resulten ser informadores.

Y finalmente, para obtener condenas, el gobierno debe poner la decisión acerca de la inocencia o culpabilidad en el caso de las transacciones de mercado negro en manos de un tribunal administrativo o sus agentes de policía en el momento. No puede confiar en juicios con tribunales, porque es improbable que puedan encontrarse muchos jurados dispuestos a dar veredictos de culpabilidad en casos en el un hombre tenga que ir a la cárcel por muchos años por el delito de vender unas pocas libras de carne o un par de zapatos por el encima del precio máximo.

Por tanto, en resumen, los requisitos simplemente para aplicar las regulaciones de control de precios son la adopción de las características esenciales de un estado totalitario, es decir, el establecimiento de la categoría de “delitos económicos”, en la que la búsqueda pacífica del interés propio se considera un delito criminal, y el establecimiento de un aparato policial totalitario lleno de espías e informadores y el poder de un arresto y prisión arbitrarios.

Está claro que la aplicación de controles de precios requiere un gobierno similar al de la Alemania de Hitler o la Rusia de Stalin, en los que prácticamente cualquiera podía resultar ser un espía policial y en los que existe una policía secreta que tiene el poder de arrestar y encarcelar a la gente. Si el gobierno no está dispuesto a llegar tan lejos, entonces, hasta ese punto, sus controles de precios resultarán inaplicables y sencillamente no funcionarán. Entonces el mercado negro asume proporciones enormes. (Por cierto, que nada de esto sugiere que los controles de precios fueran la causa del reino de terror institutito por los nazis. Los nazis empezaron su reino de terror mucho antes de la aprobación de los controles de precios. Por consiguiente, aprobaron controles de precios en un entorno listo para su aplicación por la fuerza).

La actividad del mercado negro conlleva la comisión de más delitos. Bajo el socialismo de hecho, la producción y venta de bienes en el mercado negro conlleva el desafío de las regulaciones públicas respecto de la producción y distribución, así como el desafío a sus controles de precios. Por ejemplo, los propios bienes que se venden en el mercado negro pretendía el gobierno que se distribuyeran de acuerdo con su plan y no en el mercado negro. Los factores de producción utilizados para producir esos bienes igualmente pretendía el gobierno que se utilizaran de acuerdo con su plan y no para el fin de aprovisionar el mercado negro.

Bajo un sistema de socialismo de derecho, como el que existía en la Rusia soviética, en el que el código legal del país hace abierta y explícitamente al gobierno del país el propietario de todos los medios de producción, toda actividad de mercado negro conlleva necesariamente el uso indebido o el robo de la propiedad del estado. Por ejemplo, se consideraba que los trabajadores o directores de fábricas de la Rusia soviética que se llevaban productos que vendían en el mercado negro estaban robando las materias primas proporcionadas por el estado.

Además, en cualquier tipo de estado socialista, nazi o comunista, el plan económico del gobierno es parte de la ley suprema del territorio. Todos tenemos una buena idea de lo caótico que es el llamado proceso planificador del socialismo. Su mayor distorsión por trabajadores y directores drenando materiales y suministros para producir para le mercado negro, es algo a lo que un estado socialista está lógicamente autorizado a considerar como un acto de sabotaje de su plan económico nacional. Y como sabotaje es como lo considera cualquier código legal de un estado socialista. Coherentemente con este hecho, la actividad del mercado negro en un país socialista a menudo conlleva la pena capital.

Creo que un hecho fundamental que explica el reino absoluto de terror que se encuentra en el socialismo es el increíble dilema en el que se sitúa un estado socialista en relación con las masas de sus ciudadanos. Por un lado, asume una responsabilidad completa del bienestar económico individual. El socialismo al estilo ruso o bolchevique reconoce abiertamente esta responsabilidad: es la fuente principal de su atractivo popular. Por otro lado, de todas las formas que puedan imaginarse, un estado socialista resulta una chapuza increíble en esta tarea. Hace de la vida del individuo una pesadilla.

Todos los días de su vida, el ciudadano de un estado socialista debe gastar tiempo en colas de espera inacabables. Para él, los problemas que experimentaron los estadounidenses en relación con las escaseces de gasolina en la década de 1970 son normales, solo que no los experimenta en relación con la gasolina (pues no posee un coche y no tiene esperanza de tener nunca ninguno), sino en relación con las cosas sencillas de la vestimenta, de las verduras e incluso del pan. Aún peor es que se le obliga frecuentemente a trabajar en un empleo que no ha elegido y que por tanto debe indudablemente odiar. (Pues bajo la escasez, el gobierno decide la asignación del trabajo igual que hace con la asignación de los factores de producción). Y vive en una condición de increíble hacinamiento, que apenas deja posibilidades de privacidad. (A la vista de la escasez de vivienda, se asignan huéspedes a las casas; se obliga a las familias compartir pisos. Y se adopta un sistema de pasaportes y visados internos para limitar la severidad de la escasez de vivienda en las zonas más deseables del país). Por decirlo suavemente, una persona obligada a vivir en esas condiciones debe bullir de resentimiento y hostilidad.

Entonces, ¿contra quién sería más lógico que los ciudadanos de un estado socialista dirijan su resentimiento y hostilidad que contra el mismo estado socialista? El mismo estado socialista que ha proclamado su responsabilidad por su vida, le ha prometido una vida de felicidad y es de hecho responsable de una vida infernal. De hecho, los líderes de un estado socialista viven un dilema mayor, ya que cada día animan al pueblo a creer que el socialismo es un sistema perfecto, cuyos malos resultados solo pueden ser obra de gente malvada. Si eso fuera verdad, ¿quiénes podrían ser razonablemente esos hombres malvados, salvo los propios gobernantes, que no solo han hecho infernales sus vidas, sino que han pervertido un sistema supuestamente perfecto para hacerlo?

De esto se deduce que los gobernantes de un estado socialista deben vivir aterrorizando a la gente. Por la lógica de sus acciones y sus enseñanzas, el bullente resentimiento del pueblo puede hacerle levantarse y tragárselo en una orgía de sangrienta venganza. Los gobernantes sienten esto, incluso aunque no lo admitan abiertamente, y por tanto su mayor preocupación es siempre mantener a raya a la ciudadanía.

Consecuentemente, es verdad por muy inadecuado decir simplemente cosas como que al socialismo le falta la libertad de prensa y de expresión. Por supuesto, le faltan estas libertades. Si el gobierno posee todos los periódicos y editoriales, si decide para qué fines va a estar disponibles el papel, entonces evidentemente nada puede imprimirse que el gobierno no quiera que se imprima. Si posee todas las salas de reuniones, no puede realizarse ninguna conferencia o discurso público que el gobierno no quiera que se realice. Pero el socialismo va mucho más allá de la mera falta de libertad de prensa y expresión.

Un gobierno socialista aniquila totalmente estas libertades. Convierte a la prensa y a cualquier foro público en un vehículo de propaganda histérica en su favor y se dedica a la incansable persecución de todo el que se atreve a desviarse un centímetro de su línea oficial del partido.

La razón de estos hechos es el terror del pueblo de los gobernantes socialistas. Para protegerse, deben ordenar que el ministro de propaganda y la policía secreta trabajen constantemente. Uno, para desviar continuamente la atención del pueblo de la responsabilidad del socialismo, y de los gobernantes del socialismo, por la miseria del pueblo. La otra, para secuestrar y silenciar a cualquiera que pueda sugerir siquiera sea remotamente la responsabilidad del socialismo o de sus gobernantes (secuestrar a cualquiera que empiece a mostrar señales de pensar por sí mismo). Es a causa del terror de los gobernantes y su desesperada necesidad de encontrar cabezas de turco para los fracasos del socialismo, por lo que la prensa de un país socialista está siempre llena de historias acerca de conspiraciones y sabotajes extranjeros y acerca de la corrupción y mala dirección por parte de los oficiales subordinados y por lo que es necesario destapar periódicamente conspiraciones nacionales a gran escala y sacrificar a altos funcionarios y facciones completas en purgas gigantescas.

A causa de su terror y su desesperada necesidad de aplastar cualquier respiro incluso de una potencial oposición, los gobernantes del socialismo no se atreven a permitir ni siquiera actividades puramente culturales que no estén bajo el control del estado. Pues si la gente va a reunirse para un espectáculo artístico o un recital de poesía que no esté controlado por el estado, los gobernantes deben temer la diseminación de ideas peligrosas. Cualquier idea no autorizada es una idea peligrosa, porque puede llevar al pueblo a empezar a pensar por sí mismo y por tanto empezar a pensar acerca de la naturaleza del socialismo y sus gobernantes. Los gobernante debe temer la reunión espontánea de un puñado de personas en una sala y utilizar la policía secreta y su aparato de espías, informadores y terror o para detener esas reuniones o para asegurarse de que su contenido es completamente inocuo desde el punto de vista del estado.

El socialismo no puede prevalecer mucho tiempo excepto bajo el terror. Tan pronto como se relaja el terror, el resentimiento y la hostilidad empiezan lógicamente a brotar contra los gobernantes. Así que la situación esta lista para la revolución o la guerra civil. De hecho, en ausencia de terror o, más correctamente, de un suficiente grado de terror, el socialismo se caracterizaría por una serie inacabable de revoluciones y guerras civiles, ya que cada nuevo grupo de gobernantes resultarían tan incapaces de hacer que el socialismo funcionara con éxito como sus antecesores. La consecuencia inevitable a realizar es que el terror realmente experimentado en los países socialistas no era simplemente obra de hombres malvados, como Stalin, sino que deriva de la naturaleza del sistema socialista. Stalin podría pasar a primer plano porque su inusual voluntad y astucia en uso del terror eran las características concretas más necesarias para un gobernante socialista para mantenerse en el poder. Subió al poder por un proceso de selección natural socialista: la selección de los peores.

Tengo que advertir acerca de una posible mala comprensión respecto de mi tesis de que el socialismo es totalitario por su naturaleza. Esto afecta a los países supuestamente socialistas gobernados por socialdemócratas, como Suecia y los demás países escandinavos, que está claro que no son dictaduras totalitarias.

En esos casos, es necesario apreciar que al tiempo que estos países no son totalitarios, tampoco son socialistas. Sus partidos gobernantes pueden propugnar el socialismo como su filosofía o su objetivo último, pero no es el socialismo lo que han implantado en su sistema económico. Su sistema económico real es el de una economía intervenida de mercado, como la llamaba Mises. Aunque más intervenida que la nuestra en aspectos importantes, su sistema económico es esencialmente similar al nuestro, en que la fuerza motriz característica de la producción y la actividad económica no es el decreto del gobierno, sino la iniciativa de los propietarios privados motivada por la perspectiva de un beneficio privado.

La razón por la que los socialdemócratas no establecen el socialismo cuando llegan al poder es que no están dispuestos a hacer lo que hace falta. El establecimiento del socialismo como sistema económico requiere un acto masivo de robo (deben apropiarse los medios de producción de sus propietarios y entregarse al estado). Dicha apropiación es prácticamente seguro que provocaría una resistencia importante por parte de los propietarios, resistencia que solo puede superarse por el uso de fuerza masiva.

Los comunistas estaban y están dispuestos a aplicar dicha fuerza, como evidenciaba la Rusia soviética. Su carácter es el de los ladrones armados dispuestos a matar si es necesario para realizar el robo. Por el contrario, el carácter de los socialistas se parece más al de los rateros, que pueden hablar de dar un gran golpe algún día, pero en realidad no están dispuestos al homicidio necesario, así que renuncian ante la más mínima señal de resistencia seria.

Respecto de los nazis, generalmente no tenían que matar para incautarse de la propiedad de otros alemanes que no fueran judíos. Esto pasó porque, como hemos visto, establecieron el socialismo furtivamente, a través de controles de precios, que servían para mantener el disfraz externo y apariencia de propiedad privada. Los propietarios privados se veían así desprovistos de su propiedad sin saberlo y por tanto no sentían la necesidad de defenderla por la fuerza.

Creo haber demostrado que el socialismo (el socialismo real) es totalitario por su propia naturaleza.


En el momento actual en Estados Unidos no tenemos socialismo en ninguna forma. Y no tenemos una dictadura, no digamos una dictadura totalitaria.

Tampoco tenemos aún fascismo, aunque nos vayamos acercando a él. Entre los elementos esenciales que aún faltan están el gobierno del partido único y la censura. Seguimos teniendo libertad de expresión y prensa y elecciones libres, aunque ambas hayan sido socavadas y no puede garantizarse su pervivencia continua.

Lo que tenemos es una economía intervenida de mercado que está creciendo en su intervención  y que se caracteriza por una creciente pérdida de la libertad individual. El crecimiento de la intervención económica del gobierno es sinónimo de una pérdida de libertad individual porque significa iniciar cada vez más el uso de fuerza física para que la gente haga lo que no elige hacer voluntariamente o impedirle que haga lo que voluntariamente elige hacer.

Como el individuo es el mejor juez de sus propios intereses y al menos por lo general busca hacer lo que le interesa hacer y evitar lo que dañe sus intereses, de esto se deduce que cuando mayor sea el grado de intervención pública, mayor seré le grado en que se impide a los individuos hacer los que les beneficia y en su lugar se les obliga a hacer lo que les causa pérdidas.

Hoy en Estados Unidos, el gasto público federal, estatal y local suma casi la mitad de los ingresos monetarios de la porción de la ciudadanía que no trabaja para la administración. Quinces departamentos del gabinete federal y un número mucho mayor de agencias regulatorias federales, juntos, en la mayor parte con equivalente a nivel estatal y local, se entrometen regularmente en prácticamente todas las áreas de la vida del ciudadano individual. Se le grava, obliga y prohíbe de incontables maneras.

Los efectos de tal interferencia pública masiva son el desempleo, los precios al alza, la caída de los salarios reales, la necesidad de trabajar más y más duro y el crecimiento de la inseguridad económica. Otro efecto es el crecimiento de la ira y el resentimiento.

Aunque la política de intervencionismo del gobierno sea su objetivo lógico, la ira y el resentimiento que siente la gente normalmente se dirigen por el contrario contra los empresarios y los ricos. Es un error alimentado en su mayor parte por un establishment intelectual y medios de comunicación ignorantes y envidiosos.

Y de acuerdo con esta actitud, desde el colapso de la burbuja del mercado bursátil, que fue en realidad creado por la política de expansión del crédito de la Reserva Federal y luego pinchada por su abandono temporal de esa política, los fiscales públicos han adoptado lo que parece una política particularmente vengativa hacia ejecutivos culpables de falta de honradez financiera, como si sus acciones fueran responsables de las pérdidas extendidas que resultaron del colapso de la burbuja. Así, al antiguo jefe de una gran compañía de telecomunicaciones se le ha sentenciado recientemente a veinticinco años de prisión. Otros altos ejecutivos han sufrido sentencias similares.

Más inquietante es que el poder del gobierno para obtener simples acusaciones criminales se ha convertido en equivalente al poder de destruir una empresa, como ocurrió en el caso de Arthur Andersen, la principal empresa auditora. El uso amenazador de su poder fue entonces suficiente para obligar a las grandes empresas de correduría de seguros en Estados Unidos cambiaran sus directivas para satisfacer al Fiscal General del Estado de Nueva York. No hay forma de describir esas evoluciones que no sea que la condena y castigo sin juicio y la extorsión del gobierno. Son grandes pasos a lo largo de un camino muy peligroso.

Por suerte, sigue habiendo suficiente libertad en Estados Unidos como para reparar todo el daño que se ha hecho. En primer lugar está la libertad nombrarlo y denunciarlo.

Mas esencialmente, está la libertad de analizar y refutar la ideas que subyacen a las políticas destructivas que han sido adoptadas o pueden serlo. Y eso es lo que es crítico. Pues el factor fundamental que subyace en el intervencionismo y, por supuesto, también en el socialismo, ya sea nazi o comunista, no es sino las ideas erróneas, sobre todo, las ideas erróneas respecto de la economía y la filosofía.

Hay ahora un cuerpo extenso y creciente de literatura que presenta ideas sensatas en estos dos campos vitales. A mi juicio, los dos autores más importantes de esta literatura son Ludwig von Mises y Ayn Rand. Un conocimiento extenso de sus escritos es un requisito previo indispensable para tener éxito en la defensa de la libertad individual y el libre mercado.

Este instituto, el Instituto Ludwig von Mies, es el principal centro mundial para la divulgación de las ideas de Mises. Presente un flujo constante de análisis basados en sus ideas, análisis que aparecen en sus revistas académicas, sus libros y publicaciones y en sus artículos diarios de la web que se ocupan de los asuntos del momento. Enseña sus ideas y las ideas relacionadas de otros miembros de la Escuela Austriaca de economía a alumnos universitarios y a jóvenes profesores. Lo hace a través de Universidad de Verano de Mises, las Conferencias de Investigadores Austriacos y los distintos seminarios.

Dos formas muy importantes de luchar por la libertad son educarse hasta el punto de ser capaz de hablar tan elocuentemente en su defensa como lo hacen los investigadores asociados a este instituto o, si uno tiene el tiempo o la inclinación para hacerlo, apoyar financieramente al Instituto en su tarea vital en la medida en que se pueda.

Es posible invertir la corriente. No puede hacerlo una sola persona. Pero un número grande y creciente de gente, formada en la causa de la libertad económica y defendiendo y argumentando en su defensa siempre que sea posible, es capaz de formar gradualmente las actitudes de la cultura y por tanto de la naturaleza de su sistema político y económico.

Los que formáis esta audiencia ya estáis implicados en este gran trabajo. Espero que continuéis e intensifiquéis vuestro compromiso.

Publicado el 11 de noviembre de 2005. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe.

DE PERSONAS COMO TÚ ES EL REINO DE HITLER Y DE STALIN: TÚ QUE ESTÁS LEYENDO ESTO REPRESENTAS EL MAYOR PELIGRO PARA LA LIBERTAD

La tragedia de hoy es que tú – que eres responsable de la inminente dictadura totalitaria en América – no conoces tu propia responsabilidad. Tú serías el primero en negar la parte activa que estás jugando, y en proclamar tu fidelidad a la libertad, a la civilización, al estilo de vida americano. Tú eres el tipo más peligroso de quintacolumnista: un quintacolumnista subconscientemente inocente. De personas como tú es el reino de Hitler y de Stalin.

A todos los quintacolumnistas inocentes  

por Ayn Rand

 
Carta abierta que Ayn Rand escribió a finales de 1940instando a los intelectuales conservadores a formar una organización nacional que defendiese el individualismo. Publicada en el libro Journals of Ayn Rand. Supuestamente esa carta iba ser usada por dicha organización.

[Durante la Guerra Civil Española, un general rebelde habló de sus cuatro columnas militares avanzando sobre Madrid, y dijo que además tenía una “quinta columna” formada por colaboradores clandestinos dentro de la ciudad. Desde entonces, a los espías y simpatizantes enemigos dentro de un país se les conoce como “quintacolumnistas” – N. del T.]

Donde dice “América” debe entenderse “Estados Unidos de América”. Hoy, 75 años más tarde, en su esencia esta carta es tan actual como cuando fue escrita.
Tú que estás leyendo esto representas 
el mayor peligro 
para América (la libertad).
No importa cuál sea el resultado de la guerra en Europa, el totalitarismo ya ha ganado una victoria completa en la mente de muchos americanos, y ha conquistado toda nuestra vida intelectual. Tú le has ayudado a ganar.
Tal vez estés en tu derecho de destruir la civilización y traer la dictadura a América, pero no a menos que entiendas exactamente lo que estás haciendo.
Si eso es lo que quieres hacer, dilo abiertamente, díselo por lo menos a tu propia conciencia; y nosotros, los que creemos en la libertad, lucharemos abiertamente contra ti.
Pero la tragedia de hoy es que tú – que eres responsable de la inminente dictadura totalitaria en América – no conoces tu propia responsabilidad. Tú serías el primero en negar la parte activa que estás jugando, y en proclamar tu fidelidad a la libertad, a la civilización, al estilo de vida americano. Tú eres el tipo más peligroso de quintacolumnista: un quintacolumnista subconscientemente inocente. De personas como tú es el reino de Hitler y de Stalin.

¿No te lo crees? 

Compruébalo tú mismo. 

Haz el test que te proponemos aquí.

  • 1) ¿Eres el tipo que se considera que diez minutos de su tiempo son demasiado valiosos para leer esto y pensar un poco en ello?
  • 2) ¿Eres el tipo que se queda sentado en casa quejándose del estado del mundo, pero no hace nada al respecto?
  • 3) ¿Eres el tipo que dice que el futuro está predestinado por alguna cosa, por algo que él no puede nombrar del todo ni explicar, y no lo tiene muy claro, pero el mundo está condenado a convertirse en una dictadura, y no hay nada que nadie pueda hacer al respecto?
  • 4) ¿Eres el tipo que dice que le gustaría poder hacer algo, que le encantaría hacer algo, pero… “qué puede un solo hombre hacer”?
  • 5) ¿Eres el tipo que está tan dedicado a su propia carrera, a su familia, a su hogar o a sus hijos, que vas a permitir que los horrores más monstruosos consigan destruir tu carrera, tu familia, tu casa y tus hijos, porque estás demasiado ocupado ahora para prevenirlos?

¿Cuál de ellos eres tú? 

¿Un poco de cada?

Pero, 

¿realmente estás demasiado ocupado 

para pensar?

¿Quien “determina” el futuro? Estás bastante confuso en eso, ¿verdad? ¿Qué es exactamente “la humanidad”? ¿Es una entidad mística con voluntad propia? ¿O eres tú, y soy yo, y es la suma de todos nosotros juntos? ¿Qué fuerza existe para hacer historia, excepto los hombres, otros hombres igual que tú? Si hay suficientes hombres que creen en un futuro mejor y están dispuestos a trabajar por él, el futuro será lo que ellos quieren que sea. ¿Lo dudas? ¿Por qué entonces, si el mundo está condenado a la dictadura, invierten los dictadores tanto dinero y esfuerzo en propaganda? Si la historia está predestinada a su favor, ¿por qué no dejan Hitler y Stalin simplemente que la marea les lleve al futuro sin ningún problema? ¿No parece más probable que la historia será lo que las mentes de los hombres quieren que sea, y los dictadores son lo suficientemente inteligentes para preparar esas mentes de la forma que ellos quieren, mientras nosotros hablamos del destino y no hacemos nada?
Tú dices, ¿qué puede un hombre hacer? Cuando los comunistas llegaron al poder en Rusia, eran un pequeño grupo de dieciocho hombres. Sólo dieciocho, en un país con una población de 170 millones. Se rieron de ellos y nadie los tomó en serio. Según su propio profeta, Karl Marx, Rusia sería el último país donde el comunismo podría ser históricamente posible, debido al atraso de Rusia en desarrollo industrial. Sin embargo, lo consiguieron. Porque sabían lo que querían y fueron en pos de ello, destino histórico o no. Adolf Hitler fundó el partido nazi en Alemania con siete hombres. Se rieron de él y lo consideraron un locuelo inofensivo. La gente decía que, después del Tratado de Versalles, Alemania no tenía cómo convertirse en una potencia mundial de nuevo, no en varios siglos. Sin embargo, Hitler tuvo éxito. Porque sabía lo que quería, y fue tras ello, historia o no historia. ¿Nos ponemos a creer en destinos místicos, o hacemos algo por el futuro?
Si eres uno de los que ha tenido una vida plena, rica y exitosa, y todavía estás trabajando duro para ganar dinero, para y piensa un momento. ¿Para qué estás trabajando? Ya tienes suficiente para mantenerte cómodamente el resto de tus días. Pero estás trabajando para asegurar el futuro de tus hijos. Muy bien, ¿y qué vas a dejarles a tus hijos? El dinero, el hogar o la educación que piensas dejarles no tendrán ningún valor, o se los quitarán. En vez de eso, tu legado será una América totalitaria, un mundo de esclavitud, de hambre, de campos de concentración y pelotones de fusilamiento. La mejor parte de tu vida la has dejado atrás, y la viviste en libertad. Pero tus hijos no tendrán nada más que su existencia como esclavos. ¿Es eso lo que quieres para ellos? Si no lo es, aún puedes hacer algo. Aún hay tiempo de abortarlo, pero no mucho tiempo. Tú compras seguros para proteger a tus hijos, ¿no? ¿Cuánto dinero y esfuerzo de trabajo te cuesta un seguro? Si inviertes una décima parte del dinero y del tiempo para asegurarte contra el futuro de la esclavitud de tus hijos, los salvarías y salvarías para ellos todo lo demás que tienes intención de dejarles, y que de otra forma nunca conseguirían.
No te engañes a ti mismo minimizando el peligro. Ya ves lo que está pasando en Europa y cómo le está afectando a tu país y a tu propia vida privada. ¿Qué otras pruebas necesitas? No digas con aire de suficiencia que “eso no puede suceder aquí”. Para un momento y mira hacia atrás.
La primera dictadura totalitaria ocurrió en Rusia. La gente dijo: bueno, Rusia era una nación oscura, atrasada y primitiva donde cualquier cosa podía ocurrir, pero eso no podría ocurrir en ningún país civilizado.
La siguiente dictadura totalitaria ocurrió en Italia, uno de los países civilizados más antiguos de Europa, y madre de la cultura europea. La gente dijo: bueno, los italianos no habían tenido mucha experiencia con un autogobierno democrático, pero eso no podría ocurrir en ningún otro lugar.
La siguiente dictadura totalitaria ocurrió en Alemania, país de filósofos y científicos, con un largo historial de los mayores logros culturales. La gente dijo: bueno, Alemania estaba acostumbrada a la autocracia; y, además, ahí está el carácter prusiano, y la última guerra, etc., pero eso no podría ocurrir en ningún país con una fuerte tradición democrática.
¿Podría ocurrir en Francia? La gente se habría reído de ti si hubieras hecho esa pregunta hace un año. Pues ha ocurrido en Francia. En Francia, madre de la libertad y de la democracia; en Francia, la nación de mente más independiente en la Tierra.
¿Y bien?
¿Qué precio le pones a esa petulante confianza en ti mismo? A la vista de los millones de divisas y de agentes extranjeros que están entrando en nuestro país, a la vista de un paso tras otro por los cuales nuestro país se va acercando cada vez más al totalitarismo, lo único que haces es decir: “No puede suceder aquí”. ¿Estás oyendo a los totalitaristas responderte: “¿Ah, sí…?”
 
No te dejes engañar por consignas y generalizaciones históricas sin sentido. Puede ocurrir aquí. Puede ocurrir en cualquier lugar. Y la historia de un país no tiene nada que ver. El totalitarismo no es un nuevo producto de evolución histórica. Es más antiguo que la historia. Es la tentativa de incompetentes y criminales de asumir control de la sociedad. Ese elemento siempre está ahí, en cualquier país. Pero una sociedad sana no le da ninguna oportunidad. Es cuando la mayoría en un país se vuelve débil, indiferente y confusa que una minoría criminal, maravillosamente organizada como lo están todas las bandas, toma el poder. Y una vez que han tomado el poder, ese poder no puede ser recuperado en varias generaciones. Por fantástico que pueda parecer pensar en una dictadura en los Estados Unidos, es mucho más fácil establecer una dictadura que derrocarla. Con la técnica moderna y las armas modernas a su disposición, una minoría despiadada puede mantener a millones de personas en la esclavitud indefinidamente. ¿Qué pueden hacer mil hombres desarmados y desorganizados contra un solo hombre con una ametralladora?
Y la tragedia de hoy es que al permanecer desorganizados y mentalmente desarmados estamos contribuyendo a imponer esa esclavitud en nosotros mismos. Al quedarnos indiferentes y confusos, estamos actuando como quintacolumnistas inocentes para nuestra propia destrucción.
 

No hay neutralidad personal en el mundo hoy

Repítelo y grítate eso a ti mismo. En todas las grandes cuestiones hay sólo dos lados, sin término medio. O estás vivo o estás muerto, pero no puedes estar “ni uno ni otro” o “entre los dos”. O eres honesto o no lo eres, no hay un neutro “medio-honesto”. Así que, o estás en contra del totalitarismo o estás a su favor. No hay neutralidad intelectual.
Los totalitaristas no quieren tu apoyo activo. No lo necesitan. Ellos tienen su pequeña minoría, compacta, bien organizada, y eso es suficiente para llevar a cabo sus objetivos. Lo único que quieren de ti es tu indiferencia. Los comunistas y los nazis han declarado en repetidas ocasiones que la indiferencia de la mayoría es su mejor aliado. Simplemente quédate en casa, ocúpate de tus asuntos privados, encógete de hombros sobre los problemas del mundo… y eres el quintacolumnista más efectivo que puede ser concebido. Estarás haciendo tu parte exactamente igual que si estuvieras conscientemente obedeciendo órdenes de Hitler o de Stalin. Así que, estás en el ajo, lo quieras o no, estás ayudando a llevar al mundo a la destrucción, mientras gimes y te preguntas qué hace que el mundo sea como es hoy. Lo estás haciendo.
Los totalitarios han dicho: “Quien no está contra nosotros, está con nosotros”. No hay neutralidad personal.
Y puesto que ya estás involucrado, y tienen que estarlo, ¿qué prefieres? ¿Hacer lo que estás haciendo y ayudar a los totalitarios? ¿O luchar contra ellos?
Pero para poder luchar, primero debes entender. Debes saber exactamente qué crees, y debes agarrarte a esa fe de forma honesta, consistente y constante. Una fe que asumes de vez en cuando, como el traje de ir a misa los domingos, no tiene ningún valor. El comunismo y el nazismo son una fe. La tuya deberá ser tan fuerte y tan clara como la de ellos. Ellos saben lo que quieren. Nosotros no. Pero veamos, antes de que sea demasiado tarde, si tenemos una fe, qué es y cómo podemos luchar por ella.
En primer lugar y ante todo: ¿qué es el totalitarismo? 
Todos oímos hablar mucho de él, pero no llegamos a entenderlo. ¿Cuál es el punto más importante, la base, la esencia central tanto del comunismo como del nazismo? 
No es la “dictadura del proletariado”, ni la nacionalización de la propiedad privada, ni la supremacía de la raza “aria”, ni el antisemitismo. Esos son síntomas secundarios, detalles superficiales, son los efectos y no la causa. 
¿Cuál es la causa principal, común a ambas la Rusia Soviética y la Alemania nazi, y a todos los otros dictadores, pasados, presentes y futuros? 
Una idea, y sólo una: Que el Estado es superior al individuo. Que el colectivo tiene todos los derechos y el individuo no tiene ninguno.
 
Párate aquí. Este es el punto crucial. Lo que pienses sobre esto determinará si eres un quintacolumnista mental o no. Este es el punto que no permite ningún compromiso. Tienes que elegir uno u otro. No hay término medio. 
 
O crees que cada hombre individual tiene valor, dignidad y ciertos derechos inalienables que no puede ser sacrificados por ninguna causa, por ningún objetivo, por ningún colectivo, por ningún número de otros hombres, sean quienes sean. 
O crees que un grupo de hombres –da igual cómo lo llames: un colectivo, una clase, una raza, o el Estado– tiene todos los derechos, y cualquier individuo específico puede ser sacrificado si algún bien colectivo – da igual cómo lo llames: una mejor distribución de la riqueza, la pureza racial, o el Milenio – lo exige. No te engañes a ti mismo. Sé honesto sobre esto. Los nombres no importan. Sólo el principio básico importa, y no hay opción intermedia. O cada hombre tiene derechos individuales inalienables, o no los tiene.
Tus intenciones no cuentan. Si estás dispuesto a creer que los hombres deberían ser privados de todos sus derechos por una buena causa, entonces eres un totalitario. No te olvides, Stalin y Hitler sinceramente creen que sus causas son buenas. 
Stalin piensa que él está ayudando a los oprimidos, y Hitler piensa que él está sirviendo a su país como buen patriota. Son buenas causas, esas dos, ¿verdad? 
Entonces, ¿qué es lo que está creando los horrores de Rusia y de Alemania? ¿Qué está destruyendo toda la civilización? Esta única idea: que a una buena causa todo puede ser sacrificado; que los hombres individuales no tienen derechos a ser respetados; que lo que una persona cree que es bueno puede imponérsele a otros por la fuerza.
Y si tú –en la intimidad de tu propia mente– crees tan firmemente en algún bien específico que tú tengas, por el cual estarías dispuesto a privar a los hombres de todos sus derechos, entonces eres tan culpable de todos los horrores de hoy como lo son Hitler y Stalin. Estos horrores sólo los hacen posibles los hombres que han perdido todo el respeto por seres humanos individuales; que aceptan la idea de que clases, razas y naciones importan, pero personas individuales no; que la mayoría es sagrada, pero la minoría es bazofia; que los rebaños cuentan, pero el Hombre no es nada. ¿Cuál es tu posición sobre esto? 
No hay término medio.

Si aceptas la idea totalitaria, si las palabras “Estado” o “colectivo” son sagradas para ti, pero la palabra “individuo” no lo es. . . puedes parar aquí mismo. No hace falta que leas más. Lo que tenemos que decir que no es para ti, y tú no eres para nosotros. Separémonos, pero sé honesto, admite que eres es un totalitarista y únete al Partido Comunista o a la Liga Germano-americana, porque ese es el final lógico del camino que has elegido, y vas a acabar en uno de ellos, lo sepas ahora o no.

Pero si eres un humanitario y un liberal –en el verdadero sentido, no en el sentido prostituido de esas palabras – entonces dirás, con nosotros, que el Hombre– cada Hombre individual, único y singular – tiene un valor sagrado que tú respetas, y derechos inalienables sagrados que nada puede quitarle.
¿Crees eso? 
¿Estás de acuerdo con nosotros que esa es la esencia del verdadero americanismo (libertario), el principio básico sobre el que América fue fundada y lo que la hizo grande: los Derechos del Hombre y la Libertad del Hombre? 
Pero ¿oyes muchas voces que estén diciendo eso hoy?
¿Lees muchos libros que digan eso? ¿Ves a muchos hombres prominentes predicando eso? ¿Conoces una única publicación dedicada a esa creencia, o una sola organización que la represente? 
No. En vez de eso, te encuentras con un torrente de palabras, de libros, de predicadores, publicaciones y organizaciones que, bajo “Frentes” muy ingeniosas, trabajan incansablemente para venderte el totalitarismo.Todas ellas están camufladas bajo consignas muy atractivas: te gritan que son defensoras de la “democracia”, del “americanismo” de las “libertades civiles”, etc. 
Todos y cualquier uno usa esas palabras, que han perdido su significado. Son generalidades vacías, son engañabobos. Hay una única prueba verdadera que puedes aplicar a todas estas organizaciones; pregúntate a ti mismo: ¿Cuál es el resultado final de su trabajo, debajo de esos bromuros tan brillantes? ¿Qué te están vendiendo realmente, adónde quieren llegar? Si preguntas esto, verás que te están vendiendo colectivismo en una forma u otra.
Ellos predican “democracia”, y luego añaden algo más: “democracia cconómica”, o una “democracia más amplia”, o una “verdadera democracia”, y exigen que le entreguemos toda la propiedad al Gobierno; “toda la propiedad” significa también “todos los derechos”; que todo el mundo tenga todos los derechos en conjunto, y que nadie tenga ningún derecho de ningún tipo individualmente. ¿Es eso democracia, o es totalitarismo? 
Has oído hablar de una comentarista popular que quiere que todos estemos dispuestos a morir por la democracia, y que luego define la “verdadera” democracia como socialismo de Estado. 
Has oído al Secretario Ickes definir la “verdadera” libertad de prensa como la libertad de expresar la opinión de la mayoría. Has leído en una revista nacional muy respetable la afirmación de que la Declaración de Derechos, de la forma como se enseña hoy en nuestras escuelas, es “egoísta”; que una “verdadera” Declaración de Derechos consiste no en exigir ningún derecho para uno mismo, sino en darles esos derechos a “otros”. Que Dios nos ayude, compatriotas americanos. 
¿Estamos ciegos? ¿Ves lo que esto significa? ¿Ves las implicaciones?
Y esto es lo que hay, mires donde mires. Ellos “se oponen” al totalitarismo y “defienden” la democracia – predicando su propia versión de totalitarismo, algún tipo de “bien colectivo”, “derechos colectivos”, “voluntad colectiva”, etc. Y lo único que nunca se dice, que nunca se predica, que nunca se materializa en nuestra vida pública – la única cosa que todos esos “defensores de la democracia” odian, que denuncian y derriban sutilmente, gradualmente, sistemáticamente – es el principio de los Derechos Individuales, de la Libertad Individual, del Valor Individual. Ese es el principio contra el que va dirigida la actual gran conspiración mundial. Esa es la esencia de todo el problema mundial. Eso es lo único opuesto al totalitarismo, y nuestra única defensa contra él. Si abandonas eso, ¿qué mas da el nombre que le pongas a la sociedad que resulte? Será totalitarismo, y todos los totalitarismos son idénticos, todos tienen los mismos métodos, la misma esclavitud, el mismo derramamiento de sangre, los mismos horrores, no importa cuál sea el noble lema con el que comiencen, como lo atestiguan la Rusia Soviética y la Alemania nazi.
Los principios son mucho más consistentes que los hombres. Un principio básico, una vez aceptado, tiene una forma de llegar por sí mismo a su conclusión lógica, incluso contra la voluntad y la gran sorpresa de quienes lo aceptaron. Basta con aceptar la idea de que no existen los derechos individuales inalienables. . . y pelotones de fusilamiento, ejecuciones sin juicios, y una Gestapo o una GPU seguirán automáticamente, sin importar quién tenga el poder, sin importar lo noble y lo benevolente que sean sus intenciones. Esa es una ley de la historia. Puedes encontrar bastantes ejemplos. 
 
¿Puedes nombrar un solo contraejemplo? 
¿Puedes nombrar un único caso en el que un poder absoluto – en manos de quien sea – no haya terminado en un horror absoluto? 
Y, por el amor de Dios, compañeros americanos, no seamos totalmente imbéciles, démosle a nuestra inteligencia una pequeña posibilidad de funcionar, y reconozcamos lo obvio:¿qué es un poder absoluto? Es un poder que posee todos los derechos y no tiene que respetar ninguno. ¿Importa si tal poder está en manos de un dictador autoproclamado, o en manos de un órgano representativo elegido? El poder es el mismo, y sus resultados serán los mismos. Mira a lo largo de toda la historia. Mira a Europa. Y no te olvides, siguen teniendo “elecciones” en Europa. No te olvides, Hitler fue elegido.
Ahora bien, si te das cuenta de qué forma tan completa el totalitarismo intelectual ya tiene control sobre nuestro país, si ves que no hay ni acción ni organización que defienda el único principio anti-totalitario verdadero, el principio de los derechos individuales, te darás cuenta de que hay sólo una cosa que podemos hacer: actuar al respecto y formar dicha organización. Si realmente te opones al totalitarismo, a todo él, en cualquier aspecto, forma o color, entonces te unirás a nosotros. 

Proponemos unir a todos los hombres de buena voluntad que crean que la Libertad es nuestro bien más preciado, que es más grande que cualquier otra consideración, sea cual sea, que ningún bien se ha logrado jamás por la fuerza, que la Libertad no debe ser sacrificada a ningún otro ideal, y que la Libertad es una entidad individual, no una entidad colectiva.

No sabemos cuántos de nosotros quedamos en el mundo. Pero creemos que somos muchos más de los que los totalitarios sospechan. Somos la mayoría, pero estamos dispersos, desorganizados, silenciados y desamparados. Los totalitarios son una minoría eficiente, organizada, y muy escandalosa. Han aprovechado posiciones clave en nuestra vida intelectual y hacen que parezca que ellos son la voz de América. Ellos pueden, si no se les controla, secuestrar a América y convertirla en una dictadura. ¿Vamos a dejar que se salgan con la suya? Ellos no son la voz de América. Nosotros lo somos. Pero se nos tiene que oír.
Sin embargo, para ser escuchados debemos estar organizados. Esto no es una paradoja. Los individualistas siempre han sido muy reacios a formar cualquier tipo de organización. Los mejores, los más independientes, los miembros que más trabajan y los más productivos de la sociedad siempre han vivido y trabajado solos. Pero los incompetentes y los inescrupulosos se han organizado. El mundo de hoy muestra lo bien que se han organizado. Así que vamos a intentar lo que nunca se ha intentado antes: organización contra organización. O sea, una organización para defendernos de la inminente organización obligatoria que se tragará a toda la sociedad; una organización para defender nuestros derechos, incluyendo el derecho a no pertenecer a ninguna organización forzada; una organización, no para imponerle nuestra ideología a nadie, sino para evitar que alguien nos imponga su ideología usando violencia física o social.

¿Estás con nosotros?

  • Si eres consciente de que el mundo está yendo hacia el desastre, pero no ves ninguna fuerza efectiva capaz de evitarlo.
  • Si estás deseando unirte a una gran causa y aceptar una gran fe, pero no encuentras en ningún sitio ninguna causa o fe que te sea ofrecida hoy.
  • Si no eres una de esas condenadas medusas para quienes la palabra “Libertad” no significa nada.
  • Si no puedes imaginarte viviendo en una sociedad sin libertad personal, en una sociedad en la que te dicen qué hacer, qué pensar, qué sentir, en la que tu vida misma será sólo un regalo del colectivo, a ser revocado cuando le plazca y en cualquier momento.
  • Si no puedes imaginarte entregando tu libertad por cualquier bien colectivo, sea el que sea, y no crees que tal bien pueda jamás ser logrado por ese tipo de entregas.
  • Si crees en tu propia dignidad y en tu propio valor, y mantienes que tal creencia no es “egoísta”, sino que es tu mayor virtud, sin la cual no vales nada ni para tus semejantes ni para ti mismo.
  • Si crees que es malvado exigir que tú debes existir única y exclusivamente por el bien de sus semejantes, otorgándoles a todos y a cada uno de ellos un derecho sobre ti.
  • Si crees que es malvado exigir que cada uno se sacrifique por el bien de los demás, y que tal exigencia no hace más que crear víctimas mutuas, sin beneficiar a nadie, ni a la sociedad ni al individuo.
  • Si crees que los hombres pueden decirte lo que no debes hacerles a ellos, pero nunca pueden asumir la arrogancia de decirte a ti lo que tú debes hacer, no importa cuántos sean ellos.
  • Si crees en el principio de que la mayoría rige pero sólo si hay protección para los derechos de las minorías, ambos estando limitados por derechos individuales inalienables.
  • Si crees que la mera mención de “el bien de la mayoría” no es motivo suficiente para justificar cualquier posible tipo de horror, y que quienes vociferan más fuerte “el bien de la mayoría” no son necesariamente amigos de la humanidad.
  • Si estás harto de “izquierdistas”, “humanitarios”, “místicos” e “idealistas” profesionales que te harían el bien como ellos lo ven, aunque te mate, cuya idea de benevolencia en el mundo es un mundo de esclavitud .
  • Si estás harto, disgustado, descorazonado, sin fe, sin dirección, y lo has perdido todo menos tu valor.

Ven y únete a nosotros.

Hay tanto en juego, y queda tan poco tiempo. . .
Construyamos una organización tan fuerte, tan segura y tan entusiasta como cualquiera de los totalitarios podría aspirar a lograr. Sigamos nuestra fe con la misma consistencia con la que ellos siguen la suya. Ofrezcamos al mundo nuestra filosofía de vida. Expongamos toda la propaganda totalitaria en cualquier medio y en cualquier forma. Respondamos a cada argumento, a cada promesa, y a cada “línea del partido” de los totalitarios. Rechacemos cualquier concesión, cooperación o colaboración con quienes predican cualquier marca de totalitarismo en letra o en espíritu, en nombre o en realidad. No tengamos nada que ver con las organizaciones “Frente”, sus agentes o sus ideas. No tenemos que proscribirlas por ley. Podemos acabar con su existencia con un boicot social. Pero eso significa: nada de concesiones. No hay concesiones entre la vida y la muerte. Tú no haces concesiones con la peste negra. No toquemos nada contaminado por el totalitarismo. Arranquemos las máscaras, saquémoslos a la luz y. . . dejémoslos solos. Perfectamente solos. No hay “pro-soviéticos” o miembros de la junta directiva “pro-nazis” en nuestra organización. No hay “benévolos” caballos de Troya. Permanezcamos juntos, como ellos hacen. Ellos nos silencian, nos obligan a salir de la vida pública, cubren los puestos clave con sus propios hombres. Permanezcamos juntos, y ellos serán incapaces de continuar. Tienen millones de dinero extranjero de su parte. Nosotros tenemos la verdad.
Como un primer paso y una primera declaración de lo que abogamos, te ofrecemos los siguientes principios:
Creemos en el valor, la dignidad y la libertad del Hombre.
Creemos:
  • Que cada hombre tiene derechos inalienables que no le pueden ser quitados por ninguna razón en absoluto. Esos derechos son a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad.
  • Que el derecho a la vida significa que el hombre no puede ser privado de su vida para la conveniencia de ningún otro grupo de hombres.
  • Que el derecho a la libertad significa libertad de decisión individual, elección individual, juicio individual, e iniciativa individual; significa también el derecho a estar en desacuerdo con otros.
  • Que el derecho a la búsqueda de la felicidad significa que el hombre tiene libertad para elegir lo que constituye su propia felicidad personal, y luchar para conseguirla; que esa búsqueda no es ni malvada ni condenable, sino honorable y buena; y que la felicidad de un hombre no le puede ser prescrita a él por ningún otro hombre, ni por ningún otro grupo de hombres.
  • Que estos derechos no tienen sentido a menos que sean una posesión incondicional, personal y privada de cada hombre, que le son otorgados por el hecho de nacer, mantenidos por él independientemente de todos los demás hombres, y limitado solamente por el ejercicio de esos mismos derechos por otros hombres.
  • Que la única forma justa, moral y benéfica de sociedad es una sociedad basada en el reconocimiento de esos derechos individuales inalienables.
  • Que el Estado existe para el Hombre, y no el Hombre para el Estado.
  • Que el mayor bien para todos los hombres puede ser logrado sólo a través de la cooperación voluntaria de individuos libres para beneficio mutuo, y no a través de un sacrificio obligatorio de todos por todos.
  • Que “voluntario” presupone una alternativa y una opción de elegir entre varias oportunidades; y por lo tanto que incluso un acuerdo universal de todos los hombres para tener un único curso de acción no es ni libre ni voluntario si no hay algún otro curso de acción posible para ellos.
  • Que la independencia de espíritu de cada hombre y el respeto de los demás hombres por esa independencia es lo que ha creado toda la civilización, toda la cultura, todo el progreso humano, y ha beneficiado a toda la humanidad.
  • Que la mayor amenaza a la civilización es la propagación del colectivismo, el cual exige el sacrificio de todos los derechos individuales a los derechos colectivos, y la supremacía del Estado sobre el individuo.
  • Que el bien común que tal colectivismo profesa tener como objetivo nunca puede ser logrado sacrificando la libertad del hombre, y que ese sacrificio sólo puede conducir a sufrimiento, estancamiento y degeneración general.
  • Que tal concepción del colectivismo es la mayor maldad posible, bajo cualquier nombre, en cualquier forma, o para cualquier propósito, sea cual sea.
Esa es nuestra definición de Americanismo y del estilo de vida americano. El estilo de vida americano siempre ha estado basado en los Derechos del Hombre, en la libertad individual, y en el respeto a cada personalidad humana individual. A través de toda su historia, esa ha sido la fuente de grandeza de América. Ese es el espíritu de América que estamos dedicados a defender y a preservar.
En la política práctica nos guiaremos por una fórmula básica: de cada ley y cada concepción exigiremos la máxima libertad para el individuo y el mínimo poder para el gobierno que sean necesarios para alcanzar cualquier objetivo social determinado.
Si crees en esto, únete a nosotros. Si no, enfréntate a nosotros. Ambas son tus prerrogativa; pero el único acto verdaderamente inmoral que puedes cometer es estar de acuerdo con nosotros, reconocer que tenemos razón, y luego olvidarte y no hacer nada.
Hay una cierta excusa, por pequeña que sea, para un quintacolumnista abierto y honesto. No la hay para uno que sea inocente, pasivo, subconsciente. 
 
De todas las cosas que 
te hemos dicho aquí, 
deseamos estar 

equivocado en una sola: 
en nuestra primera frase. 
Demuéstranos que estamos 
equivocados en eso. 
 
Únete a nosotros.
El mundo es un lugar hermoso, y vale la pena luchar por él. Pero no sin Libertad.
Fuente:
“Journals of Ayn Rand” — capítulo 10: Communism and HUAC (House Un-American Activities Committee).
Traducido por Objetivismo.org, con permiso del Ayn Rand Institute. Derechos reservados.

¿Por qué habría de dimitir Zapata o Rita Maestre o cualquier otro podemita?

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Hay un cierto revuelo en Twitter, fruto del desconcierto, porque alguna gente no comprende cómo es posible que los podemitas salgan con burlas al Holocausto y el desprecio a las víctimas. ¡Pero si eso del antisemitismo era cosa de Hitler! ¡La extrema derecha! ¿Cómo es posible que los comunistas, los de la revolución del proletariado salgan con esas cantinelas?

Pues no sé qué deciros… Pero dejadme que os cuente algo:

Eso que andando el tiempo se ha conocido como el Partido Nazi, el partido de Hitler… ¡Adolf Hitler! Ese señor con bigote ridículo que identificó el alemán con un idioma de sonoridad desagradable mientras gaseaba judíos en en Birkenau. Pues sí, eso, el llamado Partido Nazi, respondía al realmente descriptivo nombre de «Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán» y sí, por si os lo estáis preguntando en estos momentos, en sus inicios, y no sólo en sus inicios, se caracterizó por una…

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¿Quién ideó Auschwitz?

 

¿Quién ideó Auschwitz?.<<PINCHAR LINK <<

 

Neonazis e integristas Islámicos: El pacto secreto

 

El artículo es antiguo, pero ello no le quita ni un ápice de interés.

Ciertamente Alemania reclutará siempre sus amigos más seguros entre los pueblos fundamentalmente inmunes al contagio judío. Estoy convencido de que (…) los pueblos gobernados por el Islam estarán siempre más próximos a nosotros que, por ejemplo, Francia, no obstante la familiaridad de la sangre que corre por nuestras venas…”

Estas palabras, pronunciadas por Adolf Hitler , encabezan la portada de RESISTENCIA (Contra el Mundialismo y su Violencia) -nº 4-, uno de los numerosos fanzines neonazis que durante los últimos 6 años se vienen editando en toda España. Bajo el epígrafe “Europa-Islam, un mismo combate”, en dicha portada se incluyen también unas declaraciones del Imán Jomeini , alertando contra el avance del movimiento judío. Para los editores de RESISTENCIA, que se ocultan tras el apartado de correos 150.249 de Madrid, los discursos de Hitler y Jomeini “parecen haber salido de una misma persona”. En el interior del fanzine encontramos, junto a colaboraciones firmadas por concejales falangistas, y artículos sobre la extrema derecha española, textos que alientan a la revolución islámica y noticias sobre el integrísmo musulman.

En enero del 2002 salía a la venta el número 3 de la revista HANDSCHAR (“Revista de Historia y Pensamiento”). Handschar es una palabra “tan Bosnia y al mismo tiempo tan árabe” que significa arma blanca , y así lo aclara el editor de esta revista, de cuidada edición, creada, maquetada y distribuida por los antiguos responsables de CEDADE en Galicia. HADSCHAR se edita en el pueblo coruñés de Laxe, poseyendo puntos de venta fijos en librerías de las cuatro provincias gallegas, y distribuyéndose entre diferentes componentes de las comunidades nazi e islámica, a través de Internet. Redactada por uno de los grupos de veteranos neonazis españoles, que en los últimos años se han convertido al Islam, es uno de los puntos de contacto entre el integrismo islámico y los neonazis, más importantes de España. Pero no es el único…

Las fotografías y grabados que ilustran los artículos publicados en HANDSCHAR no dejan lugar a dudas. Ahí encontramos símbolos en los que se integra la svástica alemana con la media luna o la cimitarra musulmana: fotografías de los voluntarios árabes que combatieron con las SS del III Reich, etc. En el último número de HADSCHAR encontramos además artículos que proclaman la política musulmana en la Alemania de Hitler, la limpieza étnica en el Cáucaso, el Libro Negro del Comunismo, etc.

Suman Hanza Rios , Yasín Trigo o Malika Vigo , entre otros responsables de HANDSCHAR, son los nuevos nombres musulmanes que han adoptado históricos cabecillas de CEDADE (considerada en su día por el Parlamento Europeo la asociación neonazi más peligrosa de Europa), como Xose Carlos Rios Camacho . Rios Camacho encabezó a mediados de los ochenta una activa campaña para introducir el nazismo en la Universidad de Santiago, protagonizando un notable escándalo que, el pasado 16 de septiembre era recordado por el Diario de Pontevedra.

Un extenso reportaje del diario gallego, de varias páginas de extensión, alertaba sobre el resurgir de los grupos neonazis en Galicia en los últimos meses, uniendo a grupos como Orgullo Blanco, Wotan, Hermandad Aria o Handschar en una activa plataforma nazi llamada Resistencia Aria, que en los últimas semanas se ha volcado en la confección de carteles, pegatinas, graffitis callejeros, edición de revistas, y mantenimiento de varias páginas, listas de correo y canales de Chat en Internet. En esa plataforma nazi, además de HADSCHAR y MOÇARABIA (Para un Estudio de Europa) –otra publicación nazi-islámica directamente vinculada con HADSCHAR-, aparecen otros grupos neonazis que se han convertido al Islam, como los fundadores de HIPERBOREA.

HIPERBOREA es la publicación hitleriana más ambiciosa editada jamás en España. Cada número, traducido al ingles, francés, alemán, griego, ruso, galaico-portugués y catalán, incluía artículos sobre revisionismo (la corriente histórica que niega la existencia del Holocausto judío), tradicionalismo, hitlerismo, etc, con reiteradas alusiones a la resistencia del Islam, “el ultimo reducto del auténtico tradicionalismo frente al mundialismo”.

Los responsables de HIPERBOREA, que también mantenían la distribuidora bibliográfica Nova Suevia, y el Centro Tradicional Asgard, como Xavier Lago, fueron también los organizadores del primer seminario sobre “Tradición, Tierra y Etnia”, celebrado clandestinamente en un pequeño pueblo de Zaragoza, Santa Eulalia de Gallego, en 1993. Seminario al que fueron invitados importantísimos ideólogos del neonazismo mundial como Rodrigo Emilio (Portugal), Miguel Serrano (Chile), Alexander Duguin (Rusia), A. C. Rangel (Portugal), etc. En aquel ciclo de conferencias, se subrayaron nuevamente los paralelismos entre las causas islámica y nacional-socialista. Hasta tal punto, que poco tiempo después algunos de los organizadores, como el mismo Xavier Lago , se adscribieron a las escuelas coránicas y terminaron por convertirse al Islam. El año pasado Lago, y otros simpatizantes del hitlerismo español, peregrinaron a La Meca como debe hacer todo musulmán comprometido con la palabra de Mahoma. Estamos refiriéndonos, por tanto, a una fusión sólida entre ideólogos neonazis y el mundo islámico, y no solo a una mera colaboración distante y puramente diplomática.

El nazismo islámico en Granada

A mediados de enero del 2002 aparecía en la red la página web de la revista País Islámico, una ambiciosa publicación que, desde Granada, pretende llegar a las diferentes comunidades musulmanas del país. Entre sus colaboradores encontramos a Xavier Lago, ahora re-bautizado Xulimán Lago , tras su conversión al Islam.

En la página web de País Islámico encontramos la noticia de que próximamente se reanudarán las obras para la construcción de la Mezquita de Granada. Estas obras se paralizaron hace dos años, tras una serie de escándalos que Tomás Navarro , periodista granadino co-fundador de la sección española de Amnistía Internacional, analiza en su libro “ La Mezquita de Babel”. Obra que, con el explícito subtítulo de El nazismo sufista desde el Reino Unido a la Comunidad Autónoma de Andal ucía, enuncia algunas de esas estrechas conexiones entre neonazis e integristas musulmanes en Granada.

    En dicho libro Navarro analiza la construcción de esa mezquita, en el granadino barrio de El Albaizyn, desde que en 1981 se establece en Andalucía una extraña secta islámica de origen británico, presidida por Shaykh Abdalqadir . Según Navarro, Shaykh Abdalqadir sería un alias de Ian Dallas , un espía profesional.

Tomás sugiere que tras la polémica mezquita de El Albaizyn, y tras la comunidad islámica presidida por Dallas –que en 1989 participó en Bilbao en unas conferencias en honor del ex SS Ernes Jünger , junto con otros componentes de la extrema derecha española- se esconde un complejo entramado de servicios secretos; Mossad, CESID y MI6, especialmente interesados en la relación entre integrismo islámico y neonazismo.

El libro de Navarro fue editado en 1998, pero en los últimos tres años las conexiones nazi-islámicas, lejos de dispersarse, se han ido consolidando. Navarro ha detectado además, en Granada, la presencia de muchos simpatizantes del nacional socialismo, que en los últimos años han comenzado un acercamiento al mundo islámico a través de su enclave europeo más importante. Algunos de esos veteranos neonazis están apoyando incluso iniciativas comerciales de pequeñas comunidades musulmanas en España, que han llegado a acuñar sus propias monedas, en un intento de abandonar la economía del patrón dólar, característico de la globalización.

Pero esa colaboración entre nazis y musulmanes también es correspondida por los segundos. En publicaciones y páginas web islámicas, de difusión internacional, encontramos reproducidos textos revisionistas completos, así como trascripciones de conferencias, discursos y seminarios impartidos por conocidos neonazis, como Miguel Serrano (ex-embajador de Chile en la India , y una referencia obligada entre los neonazis de todo el mundo en la actualidad), Pedro Varela (Fundador de CEDADE), David Irwing (principal autor revisionista americano), etc. En portales de Internet, como Radio Islam, entre otros, encontramos docenas de noticias, artículos y reportajes firmados por simpatizantes de la extrema derecha española, así como autores revisionistas que niegan el holocausto judío, y sin embargo subrayan los crímenes cometidos contra los palestinos por la comunidad israelí. Entre los enlaces de esas páginas islámicas encontramos conexiones a páginas Web neonazis. Ese intercambio de links es correspondido en algunas de las páginas neonazis más importantes del mundo, como la Red Vértice , Nuevo Orden, etc, donde se han incluido conexiones a páginas, textos y agencias de noticias musulmanas.

El CESID vigila a los nazis musulmanes tras el atentado
“En este inicio de milenio presenciamos un fenómeno inquietante que preocupa y ocupa al MOSSAD; el acercamiento profundo de grupos neonazis al integrismo islámico –Escribe Manuel Carballal en el libro “Los Expedientes Secretos”, recientemente editado por Planeta-. Ideólogos nazis españoles se convierten al Islam, y alaban en sus revistas y publicaciones la resistencia Palestina ante los envites israelíes. Y al mismo tiempo, importantes medios de comunicación musulmanes dedican amplios espacios al revisionismo alemán, y trascriben discursos y obras de los más veteranos nazis…”.

El autor de “Los Expedientes Secretos” sugiere que resultan evidentes algunos intereses comunes entre nazis y musulmanes, como su radial enfrentamiento contra los judíos, pero afirma que existen otros puntos en común: “El tradicionalismo conservador de los ideólogos neonazis españoles, su oposición a la globalización o su concepción mesiánica y casi esotérica de la política, entre otras similitudes, unen a musulmanes –especialmente afines al sufismo- y neonazis –especialmente hitleristas-“.

En “Los Expedientes Secretos”, Carballal reproduce varios informes y expedientes, tanto de la Policía , Guardia Civil y CESID, relacionados con estas corrientes ideológicas y, según afirma: “Hace unos años José M. López , uno de los actuales jefe de grupo de la Brigada de Extranjería de la Policía Nacional , que había estado destinado anteriormente en la Brigada de Terrorismo Islámico en Barcelona, había descubierto referencias a integristas islámicos, vigilados por su presunta pertenencia a grupos terroristas árabes, en revistas nazis como Mundo NS. Ya entonces este inspector, ahora inspector-jefe, elaboró un informe advirtiendo sobre una posible relación entre grupos nazis y terroristas integristas, pero sus superiores lo consideraron alarmista y fue archivado”.

Sin embargo otros servicios españoles, como el CESID han seguido con interés esas conexiones hasta la actualidad. Y según declaran fuentes del CESID a esta publicación, en estos momentos los servicios de información observan con lupa las reacciones que se están produciendo, en el seno de algunos grupos neonazis españoles, con representación internacional, como Hispania Gotorum, ante el brutal atentado terrorista en Estados Unidos. La conexión nazi-islámica, unida a las crecientes tensiones de los movimientos antiglobalización, y al mayor atentado en la historia del terrorismo integrista, ha puesto a estos grupos españoles en el punto de mira de todos los servicios de inteligencia.

El pasado mes de Diciembre el diario LA RAZON dedicaba una de sus primeras páginas a esta cuestión. El titular de primera plana era suficientemente elocuente: “El odio a los judios une a Sadam y Ben Laden con los nazis norteamericanos”. Según LA RAZON la extrema derecha norteamericana, y especialmente los radicales neonazis, habían visto en el atentado del 11 de septiembre la excusa perfecta para unirse a los integristas de Ben Laden contra el poder del gobierno central.

El CESID teme que esas simpatías, entre neonazis e integristas islámicos, pudiesen asentarse también en España…

FUENTE: Antoniosalas.org 

Y efectivamente, el CNI, nombre actual del CESID, tiene esa información, la de esa época y nuevas informaciones, pero claro, es el gobierno quien debe hacer uso de ellas y decir que se hace y como vemos, hace muy poco.

Por otra parte también vemos la afinidad que tienen los grupos del otro lado, de la extrema izquierda con el Islam, una prueba mas de que los extremos se tocan y una prueba mas del peligro en que estamos.