En su tiempo eran los principios del nazismo aunque hoy día siguen aplicándose
con el progresismo y el socialismo en España, al fin y al cabo el socialismo y
el nazismo son dos caras de la misma moneda.
- Principio de simplificación y del enemigo único.
Adoptar una única idea, un único Símbolo; Individualizar al adversario
en un único enemigo. - Principio del método de contagio. Reunir diversos
adversarios en una sola categoría o individuo; Los adversarios han de
constituirse en suma individualizada. - Principio de la transposición. Cargar sobre el
adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el
ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las
distraigan”. - Principio de la exageración y desfiguración.
Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave. - Principio de la vulgarización. “Toda propaganda
debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los
individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a
convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La
capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa;
además, tienen gran facilidad para olvidar”. - Principio de orquestación. “La propaganda debe
limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente,
presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre
convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene
también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba
por convertirse en verdad”. - Principio de renovación. Hay que emitir
constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que
cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa.
Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel
creciente de acusaciones. - Principio de la verosimilitud. Construir
argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados
globos sondas o de informaciones fragmentarias. - Principio de la silenciación. Acallar sobre las
cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las
noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la
ayuda de medios de comunicación afines. - Principio de la transfusión. Por regla general la
propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una
mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales;
se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes
primitivas. - Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a
mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de
unanimidad.
FUENTE: ZAPATEROLANDIA.

