Etiqueta: GOLF

EL GOLFISTA.

 

EN EL CLUB DE GOLF.

 

Un hombre estaba jugando golf, cuando de
repente se sintió perdido. Vio delante de él a una mujer jugando y fue a su
encuentro.
-‘Buenos días
¿Podría ayudarme?, no sé en qué número de hoyo estoy.
-‘Usted está un hoyo detrás de mi. Yo estoy en
el 7, usted está en el 6.’
El
hombre agradeció la información y continuó jugando. Un par de horas más tarde,
se sintió nuevamente perdido. Vio a la misma mujer y fue hacia ella con algo de
vergüenza.
-‘Perdón por
molestarla otra vez. Me perdí nuevamente. ¿Podría decirme en qué hoyo estoy
ahora?’
-‘Usted está un hoyo
detrás de mi. Yo estoy en el 14, usted en el 13.’
Nuevamente le agradeció el gesto y continuó
jugando.
Cuando finalizó, vio
a la mujer en el bar del club.
Fué hacia ella y le preguntó si podría
invitarla a tomar un trago, en agradecimiento por haberlo
ayudado.
Ella aceptó y
comenzaron a charlar animadamente hasta que él le preguntó a que se
dedicaba.
-‘Estoy en
ventas.’
-¿No bromee, en
serio?, yo también ¿Qué vende?’ le preguntó el hombre.
Ella se sintió un tanto avergonzada de
contarle, y después de que él le insistiera, se dispuso a decírselo si le
prometía no reírse.
Él
prometió no hacerlo.
-‘Vendo
tampones Tampax.’
Él
inmediatamente soltó una gran carcajada y entonces ella enojada le
dijo
-‘Me prometió que no se
reiría’
-‘¿Cómo no hacerlo?
‘YO VENDO PAPEL HIGIÉNICO ¡SIGO ESTANDO UN HOYO DETRÁS DEL SUYO!

MOISÉS, JESUCRISTO Y EL ANCIANO

 

Estaban jugando al golf Moisés, Jesucristo y un anciano. 

Moisés es el primero en golpear. Coge el palo, se prepara y paff: La bola termina en el agua. Pero, volviéndose a sus compañeros, Moisés les dice: 
 
‘No pasa nada’. En efecto, coge el palo, lo hinca en el suelo y las aguas se separan, tras lo cual le pega de nuevo a la bola, que termina en el hoyo. 
 
Llega el turno de Jesucristo. Coge el palo, se prepara y paff: La bola termina también en el agua. ‘No os preocupéis’, dice Jesús a sus compañeros de juego. Y ni corto ni perezoso se dirige al estanque, empieza a caminar sobre el agua, llega a donde está la bola flotando, le pega de nuevo y…al hoyo. 

Por fin, le toca le turno al anciano, que coge el palo, se prepara y paff: La bola va directa al agua, pero, justo antes de llegar, sale un pez y se come la bola. Pero antes de que el pez caiga de nuevo al agua, aparece una gaviota que se come al pez. Tras un corto vuelo, a la gaviota le cae un rayo, que le fulmina en el suelo, donde abre el pico, sale la bola y se cuela en el hoyo. 
 
Entonces Jesucristo se vuelve al anciano y le dice:’ Mira, papá, si empiezas con chulerías, yo no juego’.