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“Biden no merece cuatro años más para seguir destruyendo EEUU”

El expresidente de EE.UU. Donald Trump cargó este martes contra la candidatura de Biden, al tiempo que habló sobre sus propuestas de ser posible un próximo gobierno. Entre ellas proporcionar «bonos para bebés» a familias jóvenes para ayudar a iniciar «un baby boom muy necesario», «recompensar la producción nacional y aumentar los aranceles a los fabricantes extranjeros» y «eliminar toda regulación federal innecesaria que obstaculice la producción de energía doméstica».

Miami, 25 abr (EFE).- El expresidente de EE.UU. Donald Trump afirmó este martes a través de un mensaje de su equipo de campaña que “la Presidencia de Joe Biden ha sido un fracaso” y “no merece cuatro años más para seguir destruyendo Estados Unidos”.

En un largo mensaje tras el anuncio de Biden de que buscará la reelección en 2024, el equipo de Trump hace un balance muy negativo de la situación del país con el actual presidente demócrata y expone en detalle lo que hará el expresidente si gana las elecciones del próximo año.

El resumen de la Presidencia de Biden es según Trump: “Estados Unidos está al borde de una guerra nuclear mortal. Los estadounidenses están luchando para pagar los alimentos y la gasolina. La frontera se ha abierto a millones de inmigrantes ilegales desconocidos y toneladas de drogas mortales”.

Trump (2017-20021) y Biden fueron los candidatos republicano y demócrata, respectivamente, en las elecciones de 2020, un escenario que se repetiría en 2024 si, como por ahora indican las encuestas, el primero logra la nominación por el Partido Republicano.

Entre las medidas que Trump se propone implantar si regresa a la Casa Blanca está el proporcionar “bonos para bebés” a familias jóvenes para ayudar a iniciar “un baby boom muy necesario”, “recompensar la producción nacional y aumentar los aranceles a los fabricantes extranjeros” y “eliminar toda regulación federal innecesaria que obstaculice la producción de energía doméstica”.

Además, promete sacar a EE.UU. del Acuerdo Climático de París y emitir rápidamente aprobaciones para proyectos de infraestructura energética, desplegar todos los activos militares necesarios para imponer un embargo naval completo a los carteles de la droga y declararlos organizaciones terroristas.

En su agenda está también pedir al Congreso que se asegure de que los narcotraficantes reciban la pena de muerte y hacer “una inversión récord en la contratación, retención y capacitación de oficiales de policía”.

Asimismo, garantizar que las agencias policiales locales cooperen con las autoridades migratorias “para arrestar y deportar extranjeros criminales” y “asegurar por completo la frontera”.

Varios párrafos están dedicados a la lucha que Trump entablará contra “los fiscales marxistas radicales”, en la cual incluye nombrar “a 100 fiscales estadounidenses que serán el polo opuesto de los fiscales de distrito de Soros que están destruyendo el estado de derecho en Estados Unidos”.

Esa medida es una alusión al hecho de que un fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, al que acusa de ser marxista y de estar pagado por el financiero George Soros, le imputó cargos penales por los pagos supuestamente ilegales que hizo a una actriz porno en 2016 para comprar su silencio.

El desmantelamiento de “todas las pandillas, grupos callejeros y redes de drogas” en Estados Unidos, el despliegue de “activos federales, incluida la Guardia Nacional, para restaurar la ley y el orden cuando las fuerzas del orden locales se nieguen a actuar” son otras de las medidas de un posible segundo mandato de Trump.

En materia de Educación, cortará los fondos federales a cualquier escuela que promueva las teorías de racismo sistémico, la ideología de género y otro “contenidos inapropiados”.

NOTA PERSONAL: Apoyaría totalmente y sin el menor reparo, todas esas medidas para España, pero claro, primero hay que aplastar a toda la izquierda. Complejo asunto.

Jerusalem

“Defiant Donald Trump confirms US will recognise Jerusalem as capital of Israel” (The Guardian) “Donald Trump reconoce Jerusalén como capital de Israel” (ABC de Madrid)…

ARTÍCULO COMPLETO: Jerusalem

Un buen comienzo: Donald Trump afronta la batalla de la que desertó la derecha europea / A good start: Donald Trump faces the battle that deserted the European right (SPANISH-ENGLISH)

EMPIEZA PLANTANDO CARA AL LAICISMO, AL LOBBY LGBT Y AL CATASTROFISMO CLIMÁTICO

VIA: elentirvigo

Desde este blog he criticado a Trump por algunas declaraciones que no me han gustado, pero tengo que reconocer que las primeras horas de su mandato me han infundido esperanza.

El proteccionismo: el punto débil del discurso de Trump

El viernes seguí la ceremonia de su investidura porque tenía interés en ver qué es lo que decía. Su discurso inaugural (se puede leer aquí en español) puede ser criticado por proteccionista, ciertamente. Lo deseable es que los bienes y servicios y las mercancías se intercambien entre las naciones con las menores trabas posibles, no porque sea una axioma ideológico, sino porque la historia demuestra que cuando los pueblos fortalecen sus relaciones comerciales, reducen los motivos para dirimir sus disputas mediante conflictos bélicos. En este sentido, es contradictorio que uno diga que antepone el interés de su país a cualquier otra consideración, y al mismo tiempo rechace la forma más eficaz de asegurar su prosperidad. Lo que resulta hipócrita es que lancen críticas a ese proteccionismo quienes no ven reparos en que la Unión Europea y China impongan trabas proteccionistas a las importaciones mediante aranceles, unas trabas que penalizan en especial no a los países ricos, sino a aquellas naciones que menos recursos tienen.

Una batalla aún más importante que la económica: la cultural

Espero que el buen equipo de asesores del que se está rodeando Trump, así como la mayoría republicana en el Senado y en la Cámara de Representantes, moderen la puesta en práctica de ese discurso proteccionista, no sólo por el perjuicio que pudiera causar a los países que exportan sus productos a EEUU -entre ellos España-, sino también porque eso podría perjudicar la prosperidad de los propios estadounidenses. Con todo, y a la espera de lo que ocurra en ese ámbito, voy a discrepar de la tan extendida idea de que la economía es lo único que importa, una idea convertida en dogma por la derecha europea. La economía es, desde luego, un aspecto importante de la vida cotidiana de una nación, pero no el único ni el más importante. De hecho, la derecha europea ha caído en el error materialista de creer que todo se puede reducir a la economía, y que cualquier otro asunto son “cortinas de humo” para distraer nuestra atención. De esa forma la derecha europea no ha querido explicar su visión de la realidad, sino justificar su cobarde deserción en una contienda que es fundamental en nuestros días para preservar nuestras libertades y nuestro modo de vida: la batalla cultural frente a la ofensiva ideológica del progresismo.

Quiere que sea el pueblo el que controle al gobierno

En su discurso inaugural, Trump no ha tenido reparos en derribar un tótem del consenso socialdemócrata: “Lo que importa en verdad no es qué partido controla nuestro gobierno sino si nuestro gobierno es controlado por el pueblo.” Para la izquierda y la derecha europeas -en esto ya son indistinguibles-, el Estado se ha convertido en una enorme maquinaria con una diarrea legislativa que invade cada vez más ámbitos de nuestras vidas, desde la forma en que los padres educan a sus hijos hasta nuestra libertad para contradecir afirmaciones falaces como las que sostiene la ideología de género, pasando por un constante empeño en penalizar la iniciativa privada mediante subsidios estatales cuyo principal objetivo, a estas alturas, ya no es socorrer a aquellos que pasan dificultades, sino distribuir la riqueza obviando un derecho tan básico como es la propiedad privada. En Europa es el político el que controla tu vida. Trump quiere que sea al revés. Me ha parecido una afirmación digna de aplauso, especialmente porque el actual poder del que disponen los políticos en Europa y la falta de control sobre su actividad (lo que se traduce en abusos de poder) han convertido a ese Estado elefantiásico en caldo de cultivo perfecto para la corrupción política, lo que genera indefensión entre los ciudadanos, la pérdida de la confianza en las instituciones y, en último término, una creciente desafección hacia la democracia (de ahí el auge de los populismos).

Un patriotismo basado en la cultura del esfuerzo

Pero aún más importante que lo anterior son otros detalles del discurso inaugural del nuevo presidente de EEUU. Trump no ha tenido reparos en hablar de patriotismo sin reducirlo a palabras huecas (antes bien, lo ha definido con afirmaciones hoy tan atrevidas como ésta: “Compartimos un corazón, un hogar y un destino glorioso.”). Ha osado incluso cuestionar uno de los dogmas más asentados de la política de hoy, el bienestar entendido como la obligación del Estado -es decir, de los contribuyentes- de sostenerte a costa de los demás: “Sacaremos a nuestro pueblo del bienestar social y de vuelta al trabajo”. Y por si quedaban dudas, en otro párrafo ha recordado: “En Estados Unidos comprendemos que una nación solo vive cuando se esfuerza.” Una declaración que conecta con el tuétano cultural del país, ese “sueño americano” que no se conseguía pidiendo ayudas al Estado, sino mediante la cultura del esfuerzo y de la superación personal.

Obama hablaba de ‘terrorismo internacional’: Trump lo llama por su nombre

Uno de los mejores momentos de su intervención ha sido cuando se ha referido por su auténtico nombre a una de a las peores lacras de nuestro tiempo: “uniremos el mundo civilizado contra el terrorismo extremista islámico, que erradicaremos totalmente de la faz de la Tierra”. Por el contrario, estos últimos años Obama se había empeñado en hablar de “terrorismo internacional”, sin hacer mención a su carácter islamista, como si Osama Bin Laden o el ISIS fuesen meros activistas de un movimiento internacionalista, sin más, y no unos yihadistas musulmanes.

Apela a la raíz espiritual de la democracia en América y Occidente

Al mismo tiempo, Trump no ha tenido reparos en apelar a la raíz espiritual de la civilización occidental. Ha citado la Biblia, ha mencionado a Dios (invocando su protección), y ha dejado caer entre líneas una idea que a los europeos se nos ha olvidado en gran medida: que la igualdad y los derechos fundamentales de los que disfrutamos en Occidente no son una concesión de los políticos, sino algo anterior al Estado y que responde a una condición humana con la que nos ha distinguido Alguien superior a nosotros. A esto se refería Trump cuando explicaba que más allá de su raza y su lugar de residencia, todo estadounidense “recibe el aliento vital del mismo Creador Todopoderoso”. Una afirmación que hoy es tan políticamente incorrecta que pocos gobernantes de la Unión Europea -si exceptuamos a húngaros y polacos- se atreverían a pronunciarla, ya por tibieza, por descreimiento o por miedo de sufrir las iras de la izquierda materialista.

Portazo al lobby LGTB y al catastrofismo climático

Ya en el terreno de los hechos, entre las primeras medidas de Trump nada más jurar su cargo ha estado la supresión de las páginas dedicadas al lobby LGTB y al catastrofismo climático en la web de la Casa Blanca. Desaparecieron muy poco después de la ceremonia de investidura. Es un pequeño gesto pero cargado de simbolismo y lleno de acierto, pues lanza un mensaje claro: que el gobierno de los Estados Unidos tiene la voluntad de dejar de ser rehén de un pequeño grupo de presión que pretende socavar los derechos de la mayoría. Obama se había convertido en un propagandista de la ideología de género y del homosexualismo político. Eso, por lo visto, se acaó. Lo mismo se puede decir con el negocio en que se ha convertido el alarmismo ecologista, dos corrientes ideológicas que han servido para imponer en todo el mundo agendas políticas cada vez más lesivas contra los derechos humanos, desde la libertad de educación hasta el mismísimo derecho a la vida (recordemos que un personaje tan cercano a Obama como el biólogo Paul Ehrlich ha promovido el uso del aborto mediante alegatos ecocatastrofistas).

La lógica rabieta de la izquierda liberticida y de la derecha acomplejada

En resumidas cuentas: que lo haga por oportunismo o por convicción, en sus primeras horas de mandato Trump ya ha demostrado que quiere afrontar la batalla cultural de la que ha desertado la derecha europea, una deserción que en algunos casos -como el del PP en España- se ha traducido en un cambio de bando en toda regla, asumiendo las tesis abortistas, LGTB y la ideología de género que promueve la izquierda. Es normal que Trump provoque ataques de rabia no sólo entre la izquierda liberticida, sino también entre la derecha tibia y acomplejada. Esa misma derecha ha traicionado sin rodeos a millones de sus votantes, presentándose cada cuatro años como el único dique electoral contra la izquierda, un “mal menor” que sólo ha servido para consolidar y continuar las políticas iniciadas por los gobiernos izquierdistas. Con todos los reparos que me pueda provocar Trump, su voluntad de dar esa batalla cultural me infunde esperanza y me anima a pensar que, aunque sólo sea por imitación, ojalá surjan a este lado del Atlántico cada vez más opciones políticas -en España ya tenemos a Vox- que apuesten por dar esa batalla cultural.

inglaterra

ENGLISH

From this blog I have criticized Trump for some statements that I did not like, but I have to admit that the first few hours of his term have given me hope.

Protectionism: the weak point of Trump’s speech

On Friday I followed the ceremony of his investiture because he had an interest in seeing what he said. His inaugural speech (can be read here in Spanish) can be criticized by protectionist, certainly. It is desirable that goods and services and commodities be exchanged between nations with the least possible obstacles, not because it is an ideological axiom, but because history shows that when peoples strengthen their trade relations, they reduce the motives for settling their disputes Through warlike conflicts. In this sense, it is contradictory for one to say that he prefers his country’s interest to any other consideration, and at the same time rejects the most effective way of ensuring its prosperity. What is hypocritical is that they criticize this protectionism, who see no objection that the European Union and China impose protectionist barriers to imports through tariffs, obstacles that penalize in particular not rich countries, but those nations that have fewer resources Have.

An even more important battle than the economic one: the cultural one

I hope that the good advisory team that Trump is surrounding, as well as the Republican majority in the Senate and the House of Representatives, will moderate the implementation of that protectionist discourse, not only because of the harm it might cause the countries Who export their products to the US – including Spain – but also because that could hurt the prosperity of the Americans themselves. However, and in the hope of what happens in that area, I will disagree with the widespread idea that the economy is the only thing that matters, an idea turned into a dogma by the European right. Economics is, of course, an important aspect of a nation’s daily life, but not the only one or the most important. In fact, the European right has fallen into the materialistic error of believing that everything can be reduced to the economy, and that any other matter is «smoke curtains» to distract our attention. In this way the European right has not wanted to explain its vision of reality, but to justify its cowardly desertion in a struggle that is fundamental in our days to preserve our freedoms and our way of life: the cultural battle against the ideological offensive of progressivism .

He wants the people to control the government.

In his inaugural speech, Trump has had no qualms about tearing down a totem of social-democratic consensus: «What really matters is not which party controls our government but whether our government is controlled by the people.» For the European Left and Right – In this they are indistinguishable – the state has become a huge machinery with a legislative diarrhea that invades more and more areas of our lives, from the way parents educate their children to our freedom to contradict fallacious statements such as That sustains the ideology of gender, going through a constant effort to penalize private initiative through state subsidies whose main objective, at this point, is no longer to help those who are struggling, but to distribute wealth by obviating a basic right such as private property. In Europe it is the politician who controls your life. Trump wants it to be the other way around. It seemed to me a statement worthy of applause, especially since the current power of politicians in Europe and the lack of control over their activity (which translates into abuses of power) have made that elephantine State into perfect breeding ground For political corruption, which generates defenselessness among citizens, the loss of confidence in institutions and, ultimately, a growing disaffection towards democracy (hence the rise of populism).

A patriotism based on the culture of effort

But even more important than the previous are other details of the inaugural speech of the new president of the USA. Trump has had no qualms about speaking of patriotism without reducing it to hollow words (rather, he has defined it with affirmations today as bold as this: «We share a heart, a home and a glorious destiny.»). It has even dared to question one of the most established tenets of today’s politics, welfare understood as the obligation of the state – that is, of the taxpayers – to support it at the expense of others: «We will draw our people from social welfare and Back to work». And in case of doubt, in another paragraph he recalled: «In the United States we understand that a nation only lives when it strives.» A statement that connects with the country’s cultural marrow, that «American dream» that was not obtained by asking for State, but through the culture of effort and self-improvement.

Obama speaks of ‘international terrorism’: Trump calls him by name

One of the best moments of his speech has been when he has referred by his real name to one of the worst hurdles of our time: «we will unite the civilized world against Islamic extremist terrorism, which we will totally eradicate from the face of the Earth» . On the contrary, in recent years Obama had been bent on talking about «international terrorism,» without mentioning his Islamist character, as if Osama bin Laden or the ISIS were mere activists of an internationalist movement, no more, and not jihadists Muslims.

It appeals to the spiritual root of democracy in America and the West

At the same time, Trump has had no qualms about appealing to the spiritual root of Western civilization. He has quoted the Bible, mentioned God (invoking his protection), and has dropped between the lines an idea that Europeans have largely forgotten: that the equality and fundamental rights we enjoy in the West are not A concession of politicians, but something prior to the State and that responds to a human condition with which someone has distinguished us superior to us. This was what Trump meant when he explained that beyond his race and his place of residence, every American «receives the vital breath of the same Almighty Creator.» An assertion that today is so politically incorrect that few rulers of the European Union – excepting Hungarians and Poles – would dare to pronounce it, either out of lukewarmness, out of disbelief or out of fear of suffering the wrath of the materialist left.

Door to the LGBT lobby and climate catastrophism

Already in the realm of facts, between the first measures of Trump nothing more to swear his position has been the suppression of the pages dedicated to the LGTB lobby and the climatic catastrophism in the web of the White House. They disappeared very shortly after the investiture ceremony. It is a small gesture but loaded with symbolism and full of success, because it sends a clear message: that the government of the United States has the will to stop being hostage of a small group of pressure that tries to undermine the rights of the majority. Obama had become a propagandist of gender ideology and political homosexuality. That, it seems, is over. The same can be said for the business in which environmentalism has become the two ideological currents that have served to impose on the world political agendas that are increasingly harmful to human rights, from freedom of education to the very right to Life (remember that a character as close to Obama as the biologist Paul Ehrlich has promoted the use of abortion through ecocatastrophism allegations)

The rabid logic of the left liberticida and of the complexed right

To sum up: to do it out of opportunism or conviction, in his first hours of office Trump has already shown that he wants to face the cultural battle that the European right has deserted, a desertion that in some cases – like the PP in Spain- has translated into a change of side in full rule, assuming the abortionist theses, LGTB and the gender ideology that promotes the left. It is normal for Trump to provoke rabies attacks not only between the left liberticide, but also between the warm and complex right. That same right has blatantly betrayed millions of its voters, presenting every four years as the only electoral dam against the left, a «minor evil» that has only served to consolidate and continue the policies initiated by leftist governments. With all the regrets that Trump may provoke me, his willingness to give that cultural battle gives me hope and encourages me to think that, if only by imitation, I hope that on this side of the Atlantic more and more political options will arise – in Spain we already have To Vox – that bet to give that cultural battle.

CON DONALD TRUMP SOLO HABRÁ PAZ EN LOS CEMENTERIOS…

La corrección política: una bomba a punto de explotar.

El fenómeno Donald Trump, o el ascenso de la extrema derecha en algunos países europeos, surgen tras décadas de imposición de la corrección política.

Por JAVIER BENEGAS Y JUAN M. BLANCO

Muchos intelectuales e informadores han descrito el irresistible ascenso de Donald Trump. Pero muy pocos se han tomado la molestia de analizarlo con rigor, de determinar cuál es la corriente de fondo que impulsa con fuerza al magnate neoyorkino. Diríase que la dimensión del “fenómeno Trump” es directamente proporcional a la estupidez de no pocos analistas, mucho más dispuestos a escandalizarse, a rasgarse las vestiduras, que a investigar sus verdaderas causas.

Que un personaje histriónico, con peinado ridículo y bronceado naranja fosforito, capaz de pronunciar las sentencias más altisonantes, obtenga el apoyo de millones de ciudadanos, obliga a un análisis mucho más profundo y objetivo, libre de aspavientos y lamentos de cara a la galería. Trump no sólo gana apoyos en la “América profunda”, sino también en el nordeste, incluso en regiones tan industriales y prósperas como Virginia y Massachusetts. Sus seguidores crecen en el Norte y en Sur, en el Oeste y en el Este: en todas partes. Así pues, la clave está en el origen de esa potente mar de fondo que no sólo está generando turbulencias en EEUU sino también al otro lado del Atlántico.

«Nada puede entenderse sin tener en cuenta la perversa acción de los políticos durante las pasadas décadas»

¿Qué está sucediendo?

Nada puede entenderse sin tener en cuenta la perversa acción de los políticos durante las pasadas décadas: su intromisión en la vida privada de los ciudadanos, su insistencia en legislar basándose en lo que llamaron derechos colectivos y, especialmente, su pretensión de imponer a la población una nueva ideología: la corrección política. Todo ello ha acabado comprometiendo la libertad individual, la igualdad ante la ley, los principios, la honradez, el juego limpio, el pensamiento crítico y, por supuesto, el bienestar económico. Y de aquellos polvos, estos lodos.

Durante décadas, los políticos han aprovechado el viento de popa de la prosperidad económica para desviarse de sus obligaciones y dedicarse a «defender al ser humano de sí mismo», de su avaricia y capacidad de destrucción. Han utilizado la seguridad, la salud y el medioambiente como coartadas para perseguir sus propios intereses. Para ello, han promulgado infinidad de leyes y normas que se inmiscuyen cada vez más en el ámbito privado de las personas e interfieren de forma inexorable en sus legítimas aspiraciones. Las consecuencias más evidentes de esta deriva son, por ejemplo, los enormes obstáculos administrativos para abrir una empresa, por modesta que sea, o simplemente encontrar un trabajo decente.

El imperio de los «derechos» colectivos

Los políticos descubrieron que dividir a la sociedad en rebaños, en constante pugna entre ellos, es la mejor forma de tenerla controlada. Por ello, la política ha primado los derechos colectivos en detrimento de los derechos individuales, unos derechos grupales que implican, por definición, la prevalencia de unos grupos en perjuicio del resto. La consecuencia más grave, sin duda, ha sido la quiebra de la igualdad ante la ley. Pero también, dado que lo que cuenta no es el mérito individual sino la pertenencia a un colectivo, el decaimiento del esfuerzo y la eficiencia. O la desaparición de la responsabilidad individual: al fin y al cabo, si los sujetos se ven obligados a compartir el fruto de sus aciertos, ¿por qué habrían de cargar con los costes de sus errores? El sistema de favores, prebendas y privilegios acaba deformando la mentalidad de muchas personas, genera ciudadanos infantiles, acostumbrados al paternalismo, a reivindicar más que a esforzarse.

«El sistema de derechos por colectivos no sólo discrimina; también favorece la picaresca»

Así, la adhesión a grupos interesados constituye la vía más directa hacia la ventaja y el privilegio. El sistema de derechos por colectivos no sólo discrimina; también favorece la picaresca cuando los beneficios se asignan con criterios meramente burocráticos. Al final, muchas personas no encuentran trabajo, simplemente por no conocer a nadie que les consiga un certificado de discapacidad, por no haber denunciado a su pareja, o por no pertenecer a alguno de los múltiples colectivos con ventajas para ser empleados o subvencionados.

La tiranía de la corrección política

Lo más grave, con diferencia, es la pretensión de políticos y burócratas de moldear la forma de pensar de las personas para evitar que se resistan a la arbitrariedad, al atropello. Generaron, para ello, una ideología favorable a los intereses grupales, una religión laica: la corrección política, que arroja  a la hoguera a todo aquel que cuestiona su ortodoxia. Esta doctrina determina qué palabras pueden pronunciarse y cuales son tabú, aplicando el principio orwelliano de que todo aquello que no puede decirse… tampoco puede pensarse. Propugna que la identidad de un individuo está determinada por su adscripción a un determinado grupo y dicta que la discriminación puede ser buena: para ello la llama “positiva”. Pero toda persona consciente sabe en su fuero interno que ninguna discriminación es positiva. 

En los países con convenciones democráticas consolidadas, con una sociedad civil desarrollada y consciente de sus derechos y obligaciones, celosa de sus principios y convicciones, el avance de esta mentalidad ha sido lento, aunque inexorable. En España, sin embargo, carente de tradición democrática, con una mayoría que cree que la democracia consiste solo en votar, la ortodoxia de lo políticamente correcto progresó a una velocidad vertiginosa, convirtiéndose en dogma de general aceptación a izquierda y derecha en tiempo récord.

«Asistimos a una reacción exacerbada, puramente irracional y desmesurada, contra la imposición de los códigos políticamente correctos»

Pero, tarde o temprano, estos sistemas, como cualquier otro basado en la mentira, acaban saltando por los aires. En ocasiones, porque la crisis lleva a una reducción del botín a repartir, con el consiguiente choque entre grupos interesados. Otras, por el hartazgo de muchas personas productivas cansadas de tanta trampa y marrullería que les impide ganarse la vida dignamente, o cansadas de que otros vivan a su costa. Pero también por una reacción exacerbada, puramente irracional y desmesurada, contra la imposición de los códigos políticamente correctos. Es lo que se conoce en psicología como reactancia, una reacción emocional que se opone a ciertas reglas censoras, vistas como absurdas y arbitrarias por reprimir conductas e ideas que el sujeto considera justas y lícitas.

Así, el péndulo oscila al extremo contrario, la tortilla se voltea, y muchos ciudadanos acaban apoyando posiciones indeseables, igualmente alejadas de la razón o la moderación. El fenómeno Donald Trump, o el ascenso de la extrema derecha en algunos países europeos, surgen tras décadas de imposición de la corrección política, por el hartazgo de muchos ciudadanos que, tan cabreados como desesperados, se pasan al extremo opuesto. Cierto es que, cuando una campaña es puramente emocional, la racionalidad es lo de menos. Pero millones de personas no caen a plomo en el error por obra y gracia de una campaña de marketing sino por la verdad que en ese error se encierra. Y mucho menos en contra del statu quo, si no existe un caldo de cultivo adecuado, una potente causa de fondo: mentiras que han estado golpeando sus oídos, y su conciencia, durante años. 

Próximas elecciones: ¿la misma cantinela?

Más vale prevenir que lamentar. Para lograr en España un sistema justo, eficiente y racional, debemos cambiar las leyes, simplificarlas, retirar muchas trabas administrativas, eliminar las normas que conceden prebendas, restaurar la igualdad ante la ley. Pero ello no basta: hay que desterrar la nefasta corrección política, esa ideología justificadora de privilegios grupales y sustituirla por convenciones sanas: honradez, inclinación al juego limpio, ética, libertad y responsabilidad individual, igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.

«Cada vez son más las personas hastiadas de tanta majadería, que desean ser ellas mismas, no clones sin identidad dentro del grupo asignado»

Es una pésima noticia que los principales partidos concurran a las próximas elecciones con un enfoque que se mantiene dentro de lo políticamente correcto, haciendo promesas muy similares que, en todo caso, difieren en la dosis prescrita. Cierto, España no es Estados Unidos, ni siquiera Austria. Aquí, el control que ejerce el establishment alcanza cotas inaceptables en aquellas latitudes. Y muy pocos medios osan desafiar sus directrices. Pero lo que pudiera parecer un seguro en el corto plazo generará, a la larga,tensiones extraordinarias. Cada vez son más las personas hastiadas de tanta discriminación y tanta majadería, que desean ser ellas mismas, no clones sin identidad dentro del grupo asignado. Y podría llegar el día en el que el fenómeno Trump, en comparación, nos parezca una minucia.

Así pues, es deseable que ciertas mentes pensantes de algún partido comiencen a plantar cara de forma decidida a lo políticamente correcto. Pronto se percatarán de que no es tan difícil. Que es rigurosamente falso que la verdad no venda. Los monstruosos guardianes de la ortodoxia no son más que degastados y achacosos tigres de papel. Se puede romper el tabú si se hace con convicción, explicándolo con argumentos razonables, y ganar a la larga el apoyo de un enorme sector de la población, hasta ahora silente. Recuerden: en una época de engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario. Pero deben darse prisa, no sea que algún Donald Trump versión española, con tupé o sin él, asalte el poder y se haga con los mandos. 

DONALD TRUMP, ELEGIDO PRESIDENTE DE EE UU/DONALD TRUMP, ELECTED US PRESIDENT

El candidato republicano consigue la victoria sobre Hillary Clinton tras obtener más de los 270 votos electorales necesarios. Los Estados del Medio Oeste fueron decisivos para un triunfo histórico que supone una revolución en la política de la primera potencia mundial.

The Republican candidate wins the victory over Hillary Clinton after obtaining more than 270 needed electoral votes. The Midwest states were decisive for a historic triumph that represented a revolution in the politics of the first world power.

https://youtu.be/2HAJEFj8rEc

INFORMA: LA VERDAD.news

La hora de la verdad….no solo para USA («In God We trust»)/ The hour of truth …. not only for USA ( «In God We trust») (SPANISH-ENGLISH)

Se acerca el final de las decisivas elecciones en USA.Elecciones más decisivas que nunca.Y lo son porque hay una grandisima diferencia si gana un candidato u otro.

Esta claro que estas elecciones estaban concebidas para mayor gloria de la bruja Clinton. Todo o casi todo lo tenia a su favor, Walll Street, la inmensa mayoria de la prensa, buena parte del famoseo americano, lideres mundiales, y un sin fin de lobbys.

Pero Trump ha demostrado que es un lider solido,superando todos los obstáculos que le han puesto en su camino,incluido su partido ,y no solo su campaña ha ido claramente a más.

A día de hoy como las encuestas más veraces dan ventaja al republicano, otras hablan de empate técnico.Desde luego si los apaños, trampas y subterfugios de Clinton y su equipo no lo impiden ,lo normal es que gane Trump…Pero hasta el 8 no tendremos la respuesta definitiva..Ahora en los medios se está vendiendo que en las primeras votaciones que ya se están realizando gana la bruja…veremos.Tambien se lanza que una victoria de Trump sería una especie de «catástrofe» económica,como si este por si solo no supiera de economía,probablemente más que su rival..Que baja la Bolsa ante la posible victoria del republicano? Por suerte Wall Street no elige al presidente, ni Beyoncé,ni Madonna,Jay Z, Carlos Slim o Bill Gates,ni mucho menos Planned Parenthood…Votan las personas famosas y anónimas,millonarios y pobres,gente corriente,etc.Si gana la bruja,la libertad retrocederá y mucho,en USA y en medio mundo.El mundo será un lugar más inseguro…Con ella si que la 3ª guerra mundial estará más cerca,no con Trump como dicen algunos.

Con Clinton en la Casa Blanca,la corrupción habrá tenido premio,así como sus delitos quedaran impunes, y no se trata solo de la corrupción, los correos, están también la muerte del embajador en Libia, las amistades peligrosas con países árabes que han financiado al DAESH…No debería ganar.

Trump por contra es un candidato libre,sin ataduras,que puede traer cambios,y cambios positivos : algo de limpieza a nivel nacional, distensión y cierto entendimiento con Rusia, y más firmeza contra el islamismo. Con Trump organizaciones como la multinacional del aborto, perderían una buena parte de su financiación, así como políticas como las de la ideología de genero, quedarían seriamente tocadas…

Esperemos que los patriotas americanos que seguro son mayoría acierten votando,que gane Trump,porque es la única opción,la ultima esperanza para USA y para cambiar el mundo.

Como dice el lema americano : «In God we trust » ,pues eso ,que «en Dios confiamos»…Confiemos !

P.D : Y porque Soros, Slim y otros millonarios que son auténticos cánceres mundiales apoyan a Clinton,Trump debe ganar

FUENTE: Suerte de varas

inglaterra

ENGLISH VERSION

The end of the decisive elections in the USA is approaching. Elections are more decisive than ever. And they are because there is a great difference if one candidate wins or another.

It is clear that these elections were conceived for the greater glory of the witch Clinton. All or almost everything was in their favor, Wall Street, the vast majority of the press, much of the American celebrity, world leaders, and endless lobbies.

But Trump has demonstrated that he is a solid leader, overcoming all the obstacles that have put him in his path, including his party, and not only has his campaign clearly gone over.

To this day, as the most accurate polls give the Republican an edge, others talk about a technical tie. Of course, if Clinton’s tricks and subterfuges and his team do not stop him, it’s normal for Trump to win. 8 we will not have the definitive answer … Now in the media is being sold that in the first votes that are already being made the witch wins … we will see. It is also launched that a victory of Trump would be a kind of economic «catastrophe» As if this by itself did not know about economics, probably more than its rival .. What low the Stock Market before the possible victory of the Republican? Fortunately Wall Street does not choose the president, Beyoncé, Madonna, Jay Z, Carlos Slim or Bill Gates, much less Planned Parenthood … Famous and anonymous people, millionaires and poor people, ordinary people, etc. If you win The witch, freedom will fall back and much, in the USA and in half the world. The world will be a more insecure … With it if the 3rd World War will be closer, not with Trump as some say.

With Clinton in the White House, corruption will have been rewarded, as their crimes will go unpunished, and it is not just corruption, couriers, the ambassador’s death in Libya, dangerous friendships with Arab countries that have financed To DAESH … I should not win.

Trump, by contrast, is a free, unrestrained candidate who can bring changes, and positive changes: some national cleansing, detente and some understanding with Russia, and more firmness against Islam. With Trump organizations like the multinational Abortion, would lose a good part of their funding, as well as policies such as gender ideology, would be seriously touched …

We hope that the American patriots who are sure to vote, that Trump wins, because it is the only option, the last hope for the USA and to change the world.

As the American motto says: «In God we trust», for that, that «in God we trust» … Let us trust!

P.D: And because Soros, Slim and other millionaires who are real world cancers support Clinton, Trump must win.

¡ INJUSTICIA GLOBAL ! : ¡LE HAN ROBADO LA PORTADA A DONAL TRUMP!