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El comisario Thierry Breton lanza la Ley de Servicios Digitales

Europa vuelve a la censura. Será el poder el que decida quién odia y quién miente.

El comisario de Mercado Interior Thierry Breton no ha dudado en promulgar los nuevos mandamientos progresistas que permitirán borrar aquellos sitios de Internet que no gusten al poder

POR Eulogio López

Sé que la sociedad actual tiene unas tragaderas increíbles pero resulta difícil de comprender por qué nadie levanta la voz cuando la censura que viene ya es paneuropea. El misil se llama Ley de Servicios Digitales y es inminente.

El comisario de Mercado Interior Thierry Breton no ha dudado en promulgar los nuevos mandamientos progresistas que permitirán borrar aquellos sitios de Internet que no gusten al poder. Y ojo: no hablamos de los derechos y libertades habituales sino de odio y de bulos.

Delitos de odio: la carga de la prueba se invierte: que el acusado demuestre que no odia. Es decir, imposible y estúpido, pero penado en España con condenas que pueden alcanzar los cuatro años de prisión. En cuanto la ley -insisto, paneuropea- entre en vigor se podrá censurar cualquier sitio que, según los lobbies que marcan cómo debemos vivir, considera que promocionan el odio: censurado.

Y luego está lo de los bulos. Por lo  general, cuando el poder se mete a perseguir bulos no castiga las mentiras sino las opiniones que no le gustan y cualquier postura políticamente incorrecta. Es decir, que niegue las mentiras que el poder propaga como verdades.

Lo más curioso es que hace no más de un cuarto de siglo estas obviedades no era necesario explicárselas a nadie. Un planteamiento como el de la Ley de Servicios Digitales de don Thierry Breton habría acabado con su carrera. Hoy me temo que no.

Aunque la llamen así, no es Democracia.

democracia

«El engaño y la desinformación han permitido al los déspotas garantizarse mayorías para realizar sus intereses personales y los de “su grupo”

Por  Luis I. Gómez Fernández  en Disidentia

Casi ninguna otra palabra es utilizada de forma tan manipuladora y corruptora, de forma tan descuidada y para nada meditada como la palabra Democracia. Baste con dar un vistazo a la interminable lista de prefijos y sufijos que casi siempre la adornan (social, cristiana, liberal, popular, …) para comprender los innumerables intentos de apropiación indebida, de adaptación semántica a la que es sometida.

 

Permítanme, antes de nada, recordar cordialmente a los utilizadores y paridores inconscientes de tales adjetivaciones el gigantesco daño que le causan a la verdad cada vez que, en su ensoñación irracional y nada meditada, cualifican a la democracia con uno de tales adjetivos. Su pecado es, sin embargo, claramente venial si lo comparamos con el de aquellos que, a sabiendas de lo vacuo de tales adjetivaciones, las utilizan conscientemente, ya sea para manipular a determinados grupos, ya sea para justificar su propia violentación del concepto Democracia.

La democracia ateniense

La historia de la Democracia cuenta ya unos 2.600 años. Nace de una iniciativa de los griegos atenienses, según la cual las decisiones en las polis, sobre todo aquellas referidas a la guerra y las relaciones con los pueblos vecinos, no deberían ser tomadas exclusivamente por los nobles gobernantes, sino por los miembros del Consejo de la ciudad de Atenas que tuviesen un mayor grado de competencia sobre el asunto.

El reconocimiento personal se lo debemos sin duda a Heráclito de Epheso (aprox. 545 al 480 a.d.C) y al padre de la Historia, Heródoto (aprox. 484 al 425 a.d.C) quien había estudiado, durante sus viajes, los usos y costumbres de lidios, persas, egipcios, babilonios y escitas. Cabe destacar su disputa con Pericles y Sófocles durante las guerras persas, pues de ella surge la primera exposición seria del pensamiento de Heródoto sobre cómo ejercer el gobierno.

Ya antes, la ruptura con la creencia por la que el Gobernador ocupaba su puesto por mandato divino, debiendo justificar sus actos más ante la deidad que ante su pueblo, abrió el pasillo ideológico necesario para que Solon (aprox. 640 al 560 a.d.C) cambiase notoriamente las leyes, condonase las deudas a los pequeños propietarios y eliminase la ley por la que el endeudamiento estaba condenado con la esclavitud. Fué Solon quien por primera vez divide la población (en cuatro clases) según sus propiedades y no según su título familiar, concediendo a cada clase diversos derechos políticos.

La democracia ateniense sería el ingrediente principal de una cultura dominante durante varios siglos. La caída de Atenas y la llegada de los romanos supusieron el fin de aquella primera democracia, sustituida por un sistema elitista senatorial que subsistió, hasta la llegada de Julio Cesar, más como sucedáneo que como verdadero reflejo de los principios atenienses.

Desde el punto de vista semántico, “demos kratein” ha de ser traducido como “gobierno del pueblo”, si bien aquella democracia (ejercida sólo por una parte del pueblo) siempre estuvo sometida, en su capacidad decisoria, al cumplimiento de determinadas normas. Nunca ha existido una “democracia ilimitada y generalizada”. Tampoco hoy. Tampoco podemos identificar “demos kratein” con el gobierno de una nación o un pueblo. De hecho, en la antigua Attika existían unas 30 “demoi” grandes y más de cien pequeñas.

¿Quién tiene derecho a voto en la “demos”?

Una precisión: en democracia, tal y como ha de ser entendida históricamente, los votantes deciden sobre todas las cuestiones. Empecemos con las limitaciones. ¿Tiene todo el mundo derecho a voto? ¿No importan la edad o el género? ¿Cómo se decide a partir de qué edad se consigue el derecho a votar? ¿Es la edad determinante, muestran la misma madurez todas las personas mayores de 18 años? ¿Cuánto vale un voto surgido de un núcleo de población pequeño? ¿Y si surge de un núcleo grande? ¿Valen lo mismo?

A la hora de decidir sobre una cuestión, ¿debe el votante certificar de alguna forma su capacidad para poder tomar esa decisión? ¿Puede un grupo minoritario decidir mayoritariamente no respetar la decisión impuesta por un grupo mayoritario? ¿El derecho a voto es exclusivo de quienes llevan “mucho tiempo” viviendo en un sitio? Tras una decisión democráticamente adoptada, ¿quién asume la responsabilidad en caso de error? ¿Vale más el voto de una persona experimentada que el de una persona analfabeta? En otras palabras: ¿quién decide democráticamente las reglas de juego de la democracia? ¿Cómo es posible decidir democráticamente sobre las reglas de la democracia?

Resulta curioso comprobar como ninguna de esas preguntas ha encontrado respuesta satisfactoria (democrática) durante los últimos 2.500 años. A lo largo de la historia han sido siempre ciertos grupos dominantes los que se han encargado de dictar esas normas, o de heredarlas. El lector avezado me dirá: “esos principios generales forman parte de las constituciones y/o de los programas de los partidos políticos”. Efectivamente: pero nadie ha venido a debatir conmigo sobre la ley electoral, por ejemplo. Han sido ellos quienes la han redactado y aprobado. ¿Se han preguntado alguna vez qué es eso de “una mayoría democrática cualificada”? Pues ya les dejo yo con la pregunta.

La obligación por ley, el engaño y la desinformación han sido siempre armas rentables para no pocos déspotas a la hora de garantizarse las mayorías respectivas, para realizar sus intereses personales y los de “su grupo”. Recuerden que más del 60% de los representantes políticos en nuestra pseudo-democracia ya está decidido mucho antes de ustedes puedan votar: es la magia de los partidos y sus listas de candidatos.

Los políticos y los funcionarios dominan nuestra “democracia” exactamente igual que lo hacían antiguamente los barones, condes y marqueses. Sólo hay que ver la “legitimidad democrática” de tantas y tantas decisiones que alguien toma por nosotros sin más justificación que números paupérrimos de participación o párrafos escondidos en remotos lugares de un programa electoral. Sobre la capacidad cognitiva y profesional de muchos de nuestros “representantes democráticos” a la hora de tomar decisiones prefiero no hablar ahora. Estoy de buen humor.

De la democracia a la fractocracia

Puesto que siempre habrá más pobres que ricos, más arrendatarios que propietarios, más empleados que empresarios, más miedosos que valientes, más colectivistas que individuos responsables y más personas incultas que cultas, resulta facilísimo para los numerosos “héroes políticos”, con su falta de escrúpulos, de sentido de la responsabilidad y su avidez por todo lo que huela a poder, adueñarse de la correspondiente mayoría para expropiar, recortar en sus derechos a la minoría sometiéndola por vía democrática a su voluntad.

Si prefieren que lo exprese de forma más polémica: hazte con la masa de los estúpidosmediante promesas populistas y agitación demagógica y excluyente, y será fácil dominar de “manera legítima y democrática” a cualquier grupo minoritario que pueda amenazar tu privilegio de poder. Es la fórmula mágica que tantas veces ha funcionado en la larga historia de la humanidad, ora disfrazada de despotismo, ora de feudalismo, ora de democracia. Por eso me niego a aceptar que vivo en una sociedad democrática. La nuestra es más bien una democracia fracturada.

Jamás se ha alcanzado por la vía democrática una verdadera reforma de nada. Es cierto que la utilización irresponsable del oportunismo, la comodidad y del continuo estado de dependencia de las masas generó en no pocas ocasiones el espejismo de enormes modificaciones en la situación de la humanidad (revoluciones, derechos humanos, acuerdos de Kioto, Naciones Unidas, …), pero todos esos cambios  (explicados a continuación penosamente por los historiadores) se deben principalmente a la acción de unos pocos que supieron hacer uso de las sociedades fragmentadas para, inculcando primero y recogiendo los parabienes de la mayoría adoctrinada después, alcanzar sus propios objetivos; unas veces loables, otras no.

No son el fruto del “gobierno de todos”, sino más bien el del gobierno de unas mayorías manipuladas y cebadas en promesas, por lo general no involucradas en el proceso más allá de lo que les permitieron los prometedores de turno. No asistimos a una democracia: se trata de una fractocracia (el poder de una parte del demos).

Desde los tiempos de la Ilustración los pensadores y filósofos europeos se devanan las neuronas (en ocasiones con irrisorios resultados) sobre la madre de todas las preguntas: ¿qué reglas y leyes han de regular la base de un Estado moderno y democrático? Situados al principio frente a la negación de cualquier sistema que pretendiese usurpar las prerrogativas de la nobleza, Hegel Kant carecieron de la fuerza necesaria para llevar sus tesis a buen puerto. Fracasaron ante el desinterés de las masas, a las que no consiguieron comunicar, ni con las palabras ni con sus escritos, la necesidad de asumir responsabilidad por la propia vida, los propios actos.

Otros fueron retirándose a la esquina apolítica (GoetheSchopenhauerNietzsche) incluso prefiriendo ahogarse en un mar lírico e insustancial (Schiller). Los representantes de la llamada “Escuela de Frankfurt”, peligrosísimos pseudodemócratas cuyo pensamiento nace del socialista y criminal Marx (de quien como “pensador” sólo cabe decir que nunca entendió ni una sola palabra de “su” Hegel), apenas si pueden ser denominados colaboracionistas a la hora de implantar una conciencia pseudodemocrática por la que se concede a las masas ignorantes el espejismo de ejercer el poder. Todos ellos olvidaron uno de los principios básicos de la democracia clásica: la demos debe ser capaz de compartir cualificadamente (no cuantificadamente) las decisiones que le afectan.

Los individuos deben ser escuchados y deben inmiscuirse en las labores de gobierno. Todos los individuos. Según su capacidad en esta o aquella tarea. No existen los inútiles totales. En una verdadera democracia no existiría un sólo modelo educativo, o sanitario, o agrícola, o de seguridad. En una verdadera democracia los mentirosos crónicos que hoy gobiernan y opositan en nuestro país jamás habrían durado más de tres meses en sus puestos.

Sólo de la libertad individual nacen los derechos democráticos personales. Del mismo modo, los derechos democráticos de cada uno exigen un ejercicio individual de autocrítica a la hora de ejercer el derecho a voto: ¿soy consciente, me he informado suficientemente, dispongo de capacidad real para emitir un juicio sobre aquello que se me pregunta? ¿O prefiero unirme a una masa vociferante y esconderme así de mi propia responsabilidad, cediendo mis derechos a los políticos de turno?

La verdadera democracia presupone una entidad social pequeña, agrupada generalmente en torno a unos objetivos comunes y que protege tanto el derecho de cada uno de sus miembros a someterse a la voluntad de la mayoría como el derecho a la disidencia, sin ver por ello amenazada su existencia dentro del grupo. La verdadera democracia protege y alienta la individualidad, pues sólo desde ella es posible generar pluralidad y sólo desde la pluralidad es posible dar solución al mayor número imaginable de cuestiones. De forma cualificada y no cuantificada.

Miren a su alrededor. ¿Qué ven? Exacto: somos niños peleándonos por los caramelos que nos arrojan los políticos desde sus boyantes carrozas. ¿Hasta cuándo?

Europa: Que el totalitarismo vuelva a ser grande / Europe: Making Totalitarianism Great Again

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«La UE no es la única que amenaza con liquidar la libertad de expresión bajo el pretexto de combatir las «noticias falsas». En Francia, el presidente Emmanuel Macron ha anunciado que quiere introducir nuevas leyes dirigidas a regular las «noticias falsas» en periodo electoral, incluyendo «acciones legales de urgencia» que permitan al gobierno francés retirar «noticias falsas» de un sitio web o bloquearlos completamente.»

Por/By  Judith Bergman

ORIGINAL ARTICLE IN ENGLISH: Europe: Making Totalitarianism Great Again

Traducido por El Medio

La Unión Europea está intensificando sus esfuerzos para censurar y marginar las voces que discrepan de sus políticas, valiéndose del oportuno eufemismo de combatir las «noticias falsas».

«La Comisión tiene que estudiar los desafíos que las plataformas online representan para nuestras democracias en lo relativo a la difusión de informaciones falsas e iniciar una reflexión sobre lo que haría falta a nivel de la UE para proteger a nuestros ciudadanos», escribió Jean-Claude Juncker, el presidente de la Comisión Europea, en mayo de 2017. Qué considerado por parte de Juncker que, de forma totalitaria, desee proteger a los ciudadanos de la UE de las noticias que no se ajustan a las narrativas y agendas de la Comisión.

En octubre de 2017, la Comisión Europea anunció sus medidas políticas para tratar las «noticias falsas» y su intención de «diseñar soluciones para abordar la difusión de noticias falsas». Según la Comisión, «las noticias falsas consisten en la desinformación intencionada a través de plataformas sociales online, medios informativos o la prensa tradicional». Además, según la Comisión, la política de la UE sobre las noticias falsas se guía por, entre otras cosas, «la libertad de expresión, el pluralismo mediático y el derecho de los ciudadanos a información diversa y fiable».

Esta reafirmación de la libertad de expresión y el pluralismo resulta bastante ridícula: la UE ya hace todo lo que puede para suprimir «el pluralismo mediático y […] la información diversa y fiable». Por ejemplo, la UE tiene programas en marcha —como el Programa de Derechos, Igualdad y Ciudadanía (REC)— que intentan ejercer una fuerte influencia en los medios de comunicación europeos y sus periodistas de cara a sus propias agendas, como la de la constante migración masiva a Europa desde África y Oriente Medio. Para este objetivo, la Comisión Europea financió hace poco la publicación de un manual con directrices para los periodistas acerca de cómo escribir sobre los migrantes y la migración. El manual lo lanzó el 12 de octubre el International Press Institute (IPI), una asociación de profesionales en representación de los principales medios digitales, impresos y audiovisuales de más de 120 países. Concretamente, en relación con los musulmanes, las directrices recomiendan:

Ten cuidado de no estigmatizar aún más términos como «musulmán» o «islam» asociándolos con actos particulares […]. No permitas que las alegaciones de los extremistas de estar actuando «en nombre del islam» queden sin réplica. Subraya […] la diversidad de las comunidades musulmanas.

La UE también financia una campaña llamada «Medios contra el Odio» y dirigida por la Federación Europea de Periodistas (EJF), la mayor organización de periodistas de Europa, que representa a más de 320.000 periodistas de 43 países. La campaña tiene por objetivo:

Mejorar la cobertura mediática en relación con la migración, los refugiados, la religión y los colectivos marginados […], contrarrestar el discurso del odio, la intolerancia, el racismo y la discriminación […] mejorar la implementación de los marcos jurídicos que regulan el discurso del odio y la libertad de expresión.

Para impulsar sus nacientes políticas sobre las «noticias falsas», la Comisión Europea nombró recientemente a 39 «expertos» para un denominado «Grupo de Alto Nivel (HLEG) para las Noticias Falsas y la Discriminación Online»:

Comprende a representantes de la sociedad civil, las plataformas sociales, los medios de comunicación, los periodistas y el ámbito académico […].

El Grupo de Alto Nivel asesorará a la Comisión para analizar el fenómeno de las noticias falsas, definir las funciones y responsabilidades de los actores relevantes, entender su dimensión internacional, hacer un balance de las posiciones en riesgo y formular recomendaciones.

Los representantes de los medios han sido casi exclusivamente seleccionados de entre los grandes medios; gigantes como ARD, RTL, la televisión pública sueca, Sky News, AFP y News Media Europe—, lo que hace que cualquier tipo de conclusión ecuánime que pueda alcanzar este grupo de «expertos» sea una posibilidad bastante ilusoria. En la medida en que consideran cualquier medio nuevo o alternativo una amenaza, a los representantes de estos medios les interesa lógicamente catalogar a la competencia de los medios alternativos o nuevos como «noticias falsas». El grupo de alto nivel celebró su reunión inaugural el 15 de enero de 2015.

La Comisión Europea sondeará a los ciudadanos de la UE mediante una encuesta de opinión pública —el Eurobarómetro— a comienzos de 2018 para «medir y analizar las percepciones y preocupaciones de los ciudadanos europeos en torno a las noticias falsas». La Comisión también organizará una «conferencia multilateral sobre las noticias falsas», que «defina el perímetro del problema, valore la efectividad de las soluciones ya puestas en marcha en las redes sociales y […] acuerde unos principios clave para futuras acciones».

La UE no es la única que amenaza con liquidar la libertad de expresión bajo el pretexto de combatir las «noticias falsas». En Francia, el presidente Emmanuel Macron ha anunciado que quiere introducir nuevas leyes dirigidas a regular las «noticias falsas» en periodo electoral, incluyendo «acciones legales de urgencia» que permitan al gobierno francés retirar «noticias falsas» de un sitio web o bloquearlos completamente. Dijo Macron:

Para poder proteger las democracias liberales, debemos ser fuertes y tener normas precisas. Cuando se difundan noticias falsas, se podrá recurrir a un juez […] y si procede, retirar el contenido, borrar cuentas de usuarios y en última instancia bloquear sitios web.

Una ley como esta significaría que el Estado francés —o quien esté en posición de actuar en su nombre como policía del pensamiento— se convertiría en el árbitro de lo que constituye la «verdad», muy al estilo de la nueva ley de censura alemana que exige a las redes sociales que hagan las veces de policía del pensamiento privatizada del Estado alemán.

La propuesta de ley francesa, sin embargo, iría aún más lejos que la censura alemana, ya que permitiría a las autoridades francesas bloquear sitios web completos en periodo electoral, una medida draconiana para combatir a la oposición política, y que pondría a Francia en la misma categoría que China e Irán, que bloquean las webs que no se ajustan a las agendas del régimen.

Esa ley francesa vulneraría también el derecho a la libertad de expresión e información protegidas por el artículo 10 del Convenio Europeo sobre Derechos Humanos, del que Francia forma parte, y la jurisprudencia del Tribunal Europeo para los Derechos Humanos. El artículo 10 establece que todas las personas tienen derecho no sólo a la libertad de expresión, también a «recibir y comunicar informaciones e ideas sin que pueda haber injerencia de la autoridad pública y sin consideración de fronteras». Se supone que los gobiernos no deben interferir en ese derecho —con algunas excepciones concretas recogidas en el artículo 10—, porque esa injerencia constituye una censura por parte del gobierno.

En general, Europa parece aspirar a hacer el totalitarismo grande otra vez.

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Tanto el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker (izquierda), como el presidente de Francia, Emmanuel Macron (derecha), proponen restricciones que violarían la libertad de expresión e información garantizada en la Convención Europea de Derechos Humanos. (Imagen: Comisión Europea).

La verdad sobre la tarde del 9 de Octubre de 2017

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JAIME I ENTRA TRIUNFAL EN VALENCIA TRAS DERROTAR A LOS MUSULMANES.

La verdad sobre la tarde del 9 de Octubre de 2017 que las televisiones y medios de la izquierda y nazional-imperialismo catalán han manipulado. Comparte y que se sepa la verdad.

No solo han sido las televisiones y demás, es que redes sociales como Facebook o Twitter no han permitido, haciendo una nueva demostración de que se pasan la libertad de expresión por el forro, subir el audio, por lo que el autor lo ha compuesto como vídeo y lo ha subido a YouTube (por tanto, ver y escuchar rápido y, el que pueda, que se lo baje, pues YouTube tampoco es precisamente muy de fiar en cuanto a la libertad de expresión, sobre todo en cuanto a la libertad de expresión de unos, a otros si que los deja poner todo lo que les da la gana)

Esto es otra demostración de quienes son en realidad los TOTALITARIOS. Y no solo TOTALITARIOS, sino también IMPERIALISTAS, pues ¿que otra cosa es quien quiere ANEXIONARSE un territorio QUE NUNCA LE HA PERTENECIDO?

Y con el apoyo de esa izquierda que tanto clama contra el imperialismo, y muy especialmente, COMO NO PODÍA SER DE OTRA FORMA, ESA CHUSMA NAUSEABUNDA QUE ES PODEMOS, el partido de ese MACARRA DE MEDIO PELO del «Pableras Coleta Morada» y, naturalmente, COMPROMIS, la marca blanca de PODEMOS en la Comunidad Valenciana.

ES MUY IMPORTANTE E INTERESANTE LEER el texto que va apareciendo en el vídeo al mismo tiempo que se escucha la grabación. Una lección de historia para que se entere TANTO IGNORANTE catalano-independentista y otros independentistas, así como la chusma izquierdista, la mayor parte de ellos también ignorantes, palurdos y analfabetos integrales, que es de quien mas se surte la izquierda.

¡¡QUE SE DIFUNDA A SACO!!

LA COARTADA DEL “BIEN COMÚN”

Tu libertad y la mía están en jaque. Incluso tu libertad para acceder a esta o a cualquier otra información en Internet podría verse negada o reducida pronto: y todo ello en nombre de la lucha contra el terrorismo, contra la delincuencia, contra la contaminación, o de la protección del medio ambiente. La mayor tragedia de nuestra edad moderna es el declive de la libertad a nivel mundial, conducente al establecimiento de un neofeudalismo altamente tecnológico. El totalitarismo está en nuestro futuro y, en un grado alarmante, está ya en nuestro presente. (Edward Griffin – Freedom Force International)

Así es. Vivimos tiempos de cambio, y desgraciadamente no son para mejor. Antes de que nos demos cuenta, nuestras libertades se habrán reducido a la mínima expresión, a un mínimo representativo. Y lo más extraño y sorprendente de todo, es que ese proceso se habrá desarrollado ante nuestros propios ojos y ante nuestra propia condescendencia.  

El fenómeno del desprecio a las leyes ha llamado la atención de algunos filósofos, que han investigado sus causas. Pero se trata de un fenómeno mucho menos sorprendente que el fenómeno inverso del respeto a la ley, de la deferencia a la autoridad. Toda la Historia nos muestra enormes masas de hombres que soportan yugos odiosos y prestan a la conservación de un poder detestado la ayuda unánime de su consentimiento.

La causa final de la obediencia consistiría en el fin que persigue el Poder, que no es otro que el supuesto bien común, sea cual fuere la forma en que se conciba. Para que merezca la docilidad del individuo es preciso y basta que el Poder busque y procure el bien común.(Bertrand de Jouvenel, en Sobre el poder)

¿Os habéis fijado en que todo lo que se hace de un tiempo a esta parte es por “el bien común”? La mengua de libertades es por el bien común; el aumento de obligaciones es por el bien común; la sangría impositiva es por el bien común; la censura mediática es por el bien común, etc., etc. Y siendo así, ¿cómo es posible que las medidas que supuestamente sirven al bien común sean tan impopulares? En el fondo, pensamos que se nos está haciendo comulgar con ruedas de molino, pero por otra parte se nos presenta bajo un argumento de coacción irresistible: “Debemos hacer esto por el bien de todos”. A pesar de que nadie crea en tan noble motivación, lo cierto es que cada vez que se recurre a este discurso demagogo, la ciudadanía no puede dejar de asentir mostrando aceptación. Por eso esta estratagema es tan socorrida, y nociones como “el bien común” o “el bien público” han servido como justificación moral en la mayoría de los sistemas sociales de la historia, incluyendo en las tiranías.

Hablar hoy de derechos individuales parece estar invitando a recibir valoraciones de “egoísmo”, “insolidaridad”, etc. El término “individualismo” está hoy mal visto; sin embargo, la única base sobre la que pueden sustentarse los derechos colectivos o las aspiraciones comunitarias es la de los derechos o las aspiraciones individuales que les dan origen.

La unidad básica del grupo son los individuos que lo componen

Un grupo está compuesto por individuos, su unidad más importante. ¿Puede existir el grupo sin los individuos? Ciertamente no, de la misma manera que el bosque no puede existir sin los árboles. Por lo tanto, cuando se sacrifica una libertad o un derecho individual en nombre del bien mayor o del grupo, lo que se está haciendo es sacrificar al grupo pero no enteramente, sino una a una de sus partes. Y no hay que olvidar que cuando el vecino pierde hoy su libertad, mañana podemos ser nosotros los siguientes en perderla.

Un solo momento de reflexión basta para darse cuenta de que el mayor bien para el mayor número no puede alcanzarse si no es protegiendo a los individuos. En realidad, el mayor bien para el mayor número se alcanza antes mediante el individualismo, que mediante el colectivismo. Sin embargo, se nos ha adoctrinado en la creencia de que quien piensa en el individuo es mezquino; por contra, quien piensa en la colectividad es solidario y altruista. El mayor bien para el mayor número: los modernos totalitarios siempre se presentan bajo una apariencia humanitaria.

Cuando alguien argumenta que los individuos deben sacrificarse por el bien superior de la sociedad, lo que realmente está diciendo es que algunos individuos (normalmente una mayoría) sea sacrificados para el bien superior de otros individuos (normalmente una minoría elitista). Irónico y contradictorio, ¿no es cierto? Pero aun así la moralidad del colectivismo siempre se basa en el número. Cualquier acción está justificada con tal de que el número de personas que se beneficien sea supuestamente mayor que el número de personas que se sacrifiquen. Supuestamente porque, en el mundo real, quienes deciden quién debe sacrificarse no suelen entrar en la ecuación, de manera que a ellos nunca les llega el turno de sacrificarse. Los dictadores siempre proclaman que representan al bien superior de la mayoría pero, en realidad, ellos y su camarilla normalmente representan a menos del 1% de la población. La teoría es que alguien debe hablar por las masas y representar su mejor interés, porque esas masas son demasiado ineptas para entender qué les conviene. Pero no hay que preocuparse: los líderes colectivistas, en su inmensa sabiduría y virtud, toman las decisiones por nosotros, y hacen que las cumplamos revistiéndolas de legalidad, dejando un margen nulo para la disensión. De ese modo, es posible explicar cualquier atrocidad o injusticia que cometan estos iluminados como una medida necesaria para alcanzar el bien superior de la sociedad y como un deber hacia la humanidad.

Todos podemos identificar el doble discurso de los dictadores externos. En cuanto a la situacióninterior, eso requiere ya colocarse las gafas de aumento y estar dispuesto a observar el incómodo grano que nadie parece querer ver. En nuestras maltrechas democracias, el Estado y sus instituciones parten del razonamiento de que su finalidad es siempre superior y que está por encima de los derechos de los individuos, de manera que las libertades individuales pasan a considerarse en un primer momento como estorbos que superar, para después convertirse en verdaderos obstáculos para el “progreso”. Finalmente, los derechos de los individuos son tachados de “inmorales”, “fuera de la norma” e incluso “peligrosos” para los fines del Estado.

Y así es: porque la finalidad de un Estado que aclama estos principios no es ni más ni menos que agrandar y ejercer el poder. Y unos súbditos con derechos es un escollo en su camino. La historia demuestra que cuanto mayor poder acopia el Estado, más oprimido está el individuo. Y ello ha sido así con independencia del signo de ese poder: llámese fascista, comunista, o de cualquier otro modo. El denominador común en todos los casos es el totalitarismo.

Manifestaciones del enfoque colectivista

La primera señal de una mente colectivista es el pensamiento de que debe haber una ley para todo. El colectivismo no confía en la libertad. La libertad es un concepto cuyo ejercicio corresponde en exclusiva al individuo. Por lo tanto, no debe ser potenciada. Cuando las unidades que conforman el grupo gozan de mayor libertad, el grupo queda más disperso en sus objetivos, en sus puntos de vista y en su radio de acción; y eso es algo que, sencillamente, no interesa desde la perspectiva colectivista.

Por otra parte, la filosofía política del colectivismo se basa en una visión del hombre como un incompetente congénito, una criatura incapaz de gobernarse a sí misma, y que debe aceptar ser gobernada por una élite especial que alega algún tipo de sabiduría o de legitimidad superior, pues de lo contrario reina el caos.

Es por ello que el colectivismo trata a los individuos como a niños, y favorece una relación de potestad similar a la que ejerce un padre con sus hijos. En sus actos se refleja la esperanza de mantener a los individuos en la infantilidad y en la dependencia constantes frente al poder. Cuanto más dependientes seamos, más fortalecido saldrá el sistema. Y esa dependencia ha sido potenciada por las mentes colectivistas que guían al sistema a través de las diferentes etapas de la vida: nos hemos rodeado de una estructura de normas y directrices tan densa, que sin ella muchos se sienten perdidos.

Mecanismos para la dinámica colectivista

No resulta fácil comprender cómo el Poder ha conseguido dirigir cada vez más completamente las acciones individuales y apropiarse de una parte cada vez mayor de los recursos existentes en la sociedad. Todo acrecentamiento de la autoridad del Estado es, al parecer, una disminución inmediata de la libertad de cada uno; cada aumento de los recursos públicos, una amputación inmediata de las rentas particulares. Esta amenaza visible debería fomentar una conspiración unánime para detener eficazmente el avance del Poder.(De Jouvenel)

¿Cómo es posible que el Poder haya conseguido arrollarnos y prosiga a través de la historia su marcha triunfal?, se pregunta Jouvenel. De forma creciente, los Estados se han ido haciendo grandes acreedores de la obediencia y de los servicios de los individuos, sin que en realidad apenas nadie se percatara de ello. Y he ahí otro gran misterio. ¿No salta a la vista que el individuo, respecto al poder público, es cada vez más deudor de obediencia y de servicios?

¿A través de qué mecanismos se acrecienta ese poder que engulle cada vez más la esfera individual de sus ciudadanos, mientras que por lo general se interpreta su avance histórico como una liberación progresiva del individuo? ¿De qué medios se vale para perpetuarse? A continuación examinamos algunos de ellos:

Adoctrinamiento en la escuela

La manipulación y la homogeneización de las mentes se facilita desde la infancia a través del monopolio más o menos completo de la enseñanza, donde comienzan a inculcarse valores colectivistas, como la pertenencia al grupo. Si un niño no desea seguir al grupo o expresa alguna forma de individualidad, se le tacha de revoltoso y rebelde, cuando no de antisocial. La primera función de la escuela es formar al “buen ciudadano” según las cualidades que ese concepto abstracto pretenda favorecer en cada momento.

Por otra parte y en general, cuanto más se eleva la educación y la inteligencia de los individuos, más se diversifican sus opiniones y sus gustos, y es menos probable que lleguen a un acuerdo sobre una particular jerarquía de valores. Por lo tanto, conviene mantener un nivel bajo de independencia moral e intelectual. Conviene no potenciar capacidades de individualidad y originalidad. Por el contrario, se aplican la uniformidad y la negación de la capacidad crítica.

Y si alguien no quiere “educar” a sus hijos en el sistema público colectivista, hay leyes creadas para castigar a los padres que decidieron educarlos en casa. Queda muy poco o ningún espacio para el cumplimiento voluntario, pues esas leyes se imponen con la violencia legitimada por el poder: ¿qué podría ser más violento que arrebatar a los hijos de una familia debido a la “revolucionaria” idea de educarlos en casa?

Propaganda

Como explica Hayek, el camino más eficaz para hacer que todos sirvan al sistema único de fines que se propone el plan social consiste en hacer que todo el mundo crea en esos fines, hasta que lleguen a ser sus fines propios, de forma que los individuos se conduzcan de manera espontánea por la vía que el planificador desea.  

Evidentemente, esto se logra mediante las diversas formas de propaganda y de desinformación. Si todas las fuentes de información ordinaria quedan bajo un mando único, la cuestión no es ya persuadir a la gente de esto o aquello. El propagandista diestro tiene entonces poder para moldear sus mentes en cualquier dirección que elija, y ni las personas más inteligentes e independientes pueden escapar por entero a esa influencia si quedan demasiado tiempo aisladas de las demás fuentes informativas.

Las consecuencias morales de la propaganda totalitaria son, por consiguiente, la destrucción de toda la moral social, porque minan uno de sus fundamentos: el sentido de la verdad y su respeto hacia ella.

La misma palabra «verdad» deja de tener su antiguo significado. No designa ya algo que ha de encontrarse, con la conciencia individual como único árbitro para determinar si en cada particular caso la prueba (o la autoridad de quienes la presentan) justifica una afirmación; se convierte en algo que ha de ser establecido por la autoridad, algo que ha de creerse en interés de la unidad del esfuerzo organizado y que puede tener que alterarse si las exigencias de este esfuerzo organizado lo requieren. (Hayek, en Camino de servidumbre)

Instauración del pensamiento único

El colectivismo sostiene que la persona debe estar encadenada a la acción colectiva y al pensamiento colectivo en aras del “bien común”. Por lo tanto, su visión es que en los asuntos humanos, el colectivo es la unidad real y el estándar de valor. No hay cabida para la crítica individual.

Como hemos visto antes, se nos adoctrina desde muy temprana edad para abrazar el colectivismo, y con él al poder que lo representa. A su vez, un gobierno que crea y mantiene el control a través del propio sistema educativo garantiza una continua aceptación de la ideología durante varias generaciones. Se necesita mucha reflexión, pensamiento crítico, lectura y estudio de la verdadera historia para liberarse de la ideología que nos inculcan desde que llegamos a la vida social.

Globalización y pensamiento único van de la mano. Es por ello que asistimos a la potenciación de los entes transnacionales y multinacionales, y a la instauración de “valores” universales. Es algo que incluso tiene su reflejo en el lenguaje que empleamos y que eficientemente va calando en nosotros: conceptos tan reiterados hoy en día como “nuevo orden mundial”, “aldea global”, “economía global”, “todos somos uno”, “responsabilidad social corporativa” (tan cacareada por parte de empresas multinacionales que son las que menos la representan), “políticamente correcto” (la manipulación a través del lenguaje opera constantemente en lo políticamente correcto. Hay que aclarar que el hecho de que algo sea “políticamente correcto” no significa necesariamente que sea cierto).

¿Por qué interesa fomentar valores colectivistas? Actitud frente a las libertades

Ya hemos visto que el colectivismo ve en las libertades individuales la génesis de toda corrupción y egoísmo (eso sí, solo del ajeno). Por eso desea tutelas de todo tipo. Las épocas de crisis y los escenarios bélicos son campos de cultivo ideales para el germen del colectivismo.

Así es: la aceptación o la imposición del enfoque colectivista es el mejor medio para establecer obligaciones, cobrar impuestos, fomentar proyectos públicos mastodónticos que nadie ha solicitado, destinar el dinero público a causas ajenas y, en definitiva, coaccionar al ciudadano.

Por eso escuchamos con tanta frecuencia últimamente discursos como: “Todos debemos sacrificarnos”, “todos debemos hacer un esfuerzo extra”, etc. Y épocas como las actuales lo sirven en bandeja. Curiosamente, mientras que se niega al individuo para que deje de ser receptor y titular de libertades, se le tiene muy en cuenta a la hora de ser objeto de todo tipo deobligaciones.

En la ética colectivista, el principio de que el fin justifica los medios se convierte en la norma suprema; no hay, literalmente, nada que el colectivista consecuente no tenga que estar dispuesto a hacer si sirve «al bien del conjunto», porque el «bien del conjunto» es el único criterio, para él, de lo que debe hacerse. (Hayek).

Vemos que cada vez hay menos límites a lo que como ciudadanos debemos estar dispuestos a hacer o a soportar, y que bajo estas premisas las tropelías que presenciamos en nombre del bien común pasan por un embudo cada vez más ancho. Vemos que los niveles de poder están cada vez más alejados del individuo. A los entes nacionales sobrepasan ahora los organismos transnacionales; las Constituciones quedan supeditadas a tratados internacionales o a Declaraciones de derechos como las de Naciones Unidas, y las grandes multinacionales imponen sus propias condiciones por encima de las fronteras.

El poder económico, en las manos de los particulares jamás es un poder exclusivo o completo, poder sobre la vida entera de una persona. Pero centralizado como un instrumento de poder político, crea un grado de dependencia que apenas se distingue de la esclavitud. (Hayek)

El colectivismo trata de homogeneizar intereses utilizando el método de la tiranía de las mayorías, donde quien no está de acuerdo con la mayor parte de los integrantes del grupo debe someterse al “interés general” puesto que, en teoría, la mayoría siempre tendrá razón. Y de ahí al totalitarismo solo hay un paso.

Existe una enorme diferencia entre tratar a la gente con igualdad e intentar igualarlos. Mientras que lo primero es la condición de una sociedad libre, lo segundo significa, como lo describe De Tocqueville, “una nueva forma de esclavitud”. (Hayek)

Referencias:

Camino de servidumbre. Hayek, Friedrich A. 

Sobre el poder. Historia natural de su crecimiento. De Jouvenel, Bertrand.

Freedom Force International.

Recomendable ver esta serie de vídeos (individualismo vs colectivismo).

FUENTE: Yo, esclavo

Socialismo y el Síndrome de Peter Pan : la Eterna España Adolescente.

 

Por: Ludwig Von Mises

 

La propaganda política,en comunión con sus secuaces que pueblan las estanterías de la prensa del día,inciden en recordarnos a menudo el privilegio de pertenecer a un país desarrollado,un país de vanguardia con una sociedad a la altura de un siglo XXI que tantos interrogantes arroja sobre esas sociedades en la vieja Europa.

Y es curioso el contemplar cómo el socialismo,el medio de adoctrinamiento dominante,ha ganado la batalla de esa propaganda ya iniciada con gran éxito en tiempos del socialismo hitleriano y de la mano de Goebbels. Si me acompañan,vamos a hacer un poco de memoria histórica para ganar perspectiva acerca de la situación sociopolítica actual. Estas eran las bases propagandísticas del socialismo nacionalista alemán ….¿ les suena?

1. Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único Símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo.

2. Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.

3. Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.

4. Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en una amenaza grave.

5. Principio de la vulgarización. “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”.

6. Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.

7. Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.

8. Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.

9. Principio de la silenciación. Acallar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.

10. Principio de la transfusión. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.

11. Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad.

Salvando las distancias y de una forma mucho más sibilina pero,probablemente mucho más eficaz y efectiva,este es el entorno propagandístico que marca el día a día de las sociedades modernas y progresistas del siglo XXI como la sociedad española.

Así,observamos un profundo vacío intelectual,una lamentable ausencia de principios y de estructuras éticas en la sociedad civil,sustituídos por ese brillante think tank gubernamental que invade cada rincón de nuestra intimidad cotidiana.Pero los liberales defendemos la idea de que las sociedades no dejan de ser más que un complejísimo entramado de cooperaciones voluntarias,entramado que da lugar a las más importantes instituciones surgidas de forma consuetudinaria ( el dinero,la Ley en sentido material,las lenguas….) y que sientan las bases más sólidas para el desarrollo pacífico y enriquecedor de cualquier grupo humano : el respeto a la propiedad privada,los contratos libres y voluntarios, y la responsabilidad intelectual,dentro de un marco de respeto a la Ley en sentido material.

Pero de la misma forma que grandes referentes liberales de la talla de Mises,Hayek,Rothbard,Hoppe advertían del peligro de que la “fatal arrogancia” del Estado invadiera las estructuras económicas emanadas de la sociedad que coopera para destruirlas y generar pobreza y esclavitud,la maquinaria publicitaria estatal que mencionábamos al comienzo de este artículo se ha encargado de destruir aquellos elementos que deben constituir el más preciado bien de cualquier ser humano: su libertad de pensamiento,su capacidad de análisis,su espíritu crítico y en fin,su capacidad para tomar decisiones responsables en un entorno de incertidumbre….

El resultado final es una sociedad esclava y presa de sus propias contradicciones,con las consecuencias que podemos contemplar en las manifestaciones que pueblan cada uno de los rincones de nuestras calles desde el estallido de la crisis.

Así,las personas que claman por precios más bajos en los bienes de consumo,claman simultáneamente por sueldos más altos para los encargados de vender dichos bienes.Los médicos que salen a la calle defendiendo una sanidad “gratuíta” y de calidad,lo hacen desde el momento en que ven mermados sus sueldos y no aquel momento en que esa sanidad de calidad que defienden comenzaba a hacer aguas ante la insostenibilidad de dicho sistema público (¿acaso las listas de espera y la gente que pierde la vida en ellas es un hecho fruto de los actuales recortes?).Y qué decir de la Justicia,cuyos integrantes sellaron sus labios ante la Ley Orgánica del Poder Judicial del ínclito Alfonso Guerra, con la que se ponía punto y final a la independencia judial para dar paso a este sistema de justicia impartida desde el Palacio de la Moncloa.

Escuchamos a esta sociedad civil empapada de socialismo cargar contra los “ricos”,contra los empresarios a los que se visualiza con chistera y puro fustigando a sus empleados mientras hacen cola para entrar en campos de futbol poblados de esos mismos ricos ,esta vez de vestidos de corto, y de los que se anhela una foto,una camiseta sudada o una firma en el dorso de una entrada.La escuchamos clamar en contra de las grandes mansiones,de las marcas de ropa de lujo mientras ,cada semana,revistas como Hola o Pronto entran en casa de esos mismos críticos para hacerles partícipes de lujosas vidas aunque sea a tiempo parcial y de forma virtual (http://www.introl.es/medios-controlados/ ). Contemplamos un dia tras otro furibundos ataque contra los “malvados especuladores “,esos nuevos demonios del siglo XXI,en un país en el que la burbuja inmobiliaria creció de forma exuberante entre una población que firmaba créditos hipotecarios al grito de “ ¡¡la vivienda nunca cae de valor : hoy he comprado por diez y mañana venderé por treinta !!”.

Los mismos que critican de forma feroz la segregación por sexo en las escuelas porque consideran fundamental la presencia de los dos sexos para la formación integral de los niños (y logrando la cuadratura del círculo) son los mismos que reclaman el derecho a la adopción por parte de las parejas homosexuales,esta vez sin tener en cuenta el “valor” fundamental de la presencia de ambos sexos para la salud intelectual del menor.

Y es que, tal y como indicábamos al principio del artículo,una vez perdida la batalla de los principios,una vez derrotada la reflexión y la responsabilidad individual en favor de la socialización de las responsabilidades,de las pérdidas económicas,de la vida privada y del criterio propio,es decir,una vez expropiada la LIBERTAD DEL INDIVIDUO por parte del estado,no hay más que dejar actuar a las leyes de Goebels para perpetuar el camino de vuelta a la esclavitud más atroz.

España ha sustituído a Mises por Peter Pan: y es la realidad del hombre que actúa la que avanza inexorable poniendo el mismo final en todos los cuentos de socialismo peterpanesco : violencia,pobreza y tragedia.

psoe11

ABSOLUTAMENTE CIERTO.

 

Transcribo un artículo DE HOY de Pilar Rahola la cual, aunque no es tampoco santo de mi devoción (y que conste que la frase «santo de mi…», es una frase hecha, no teniendo en este caso ninguna connotación religiosa), dice muchas veces verdades como puños.

Es, una vez, el hecho de las FARSAS PALESTINAS EN PARTICULAR Y MUSULMANAS EN GENERAL, apoyadas por la panda de «analfa-progres» de siempre y claro, sociatas y demás zurdetes (los cuales además, y es que hay que ser lerdos, no se dan cuenta de que, si los musulmanes logran su verdadero proposito, no tendrán con ellos el menor miramiento y los tratarán como nos tratarán a todos).

No tiene desperdicio:

 

Y ahora la Unesco

Pilar Rahola

Lunes, 14 de noviembre de 2011

Un intelectual israelí me dijo: «Sabemos que estamos solos, pero ¿Cuándo no
hemos estado solos?»

Esto escribía un lector de mi web llamado Josefus hace dos días: «El viernes
cayeron 2 misiles Grad en Ber Tuvia y hoy, después de que un helicóptero diera
el bajo a 5 terroristas que preparaban lanzamientos contra Israel, han caído más
de 20. Revisando la prensa internacional veo que nadie informa de esta
travesura, esperando la reacción de Israel para calificarla de exagerada». Y
Josefus tenía, como siempre, razón. La información sobre los cohetes, que
volvieron a caer en Israel al día siguiente de la liberación de más de mil
prisioneros palestinos, no ha interesado a nadie.

En cambio, la reacción
israelí ha alimentado uno más de los muchos titulares que conforman la imparable
demonización de este país. Es el proceso de siempre: Israel debe aguantarlo
todo. Y ¿Qué es todo? Veamos: Israel tiene que aguantar que países poderosos
como Irán financien un ejército de miles de islamistas radicales, cuyo único
objetivo es destruir a su país. Si no hace nada, Hizbulah va creciendo como
amenaza imparable, y ya es más grande que el ejército de Líbano. Si hace algo,
Israel es un país bélico, imperialista y asesino. También tiene que aguantar que
todos los acuerdos para distensionar la situación acaben con caídas de misiles
por parte de las organizaciones yihadistas de Gaza.

Si no responde, le
caen misiles. Si responde, es un país bélico, imperialista y asesino. Y por
supuesto, por muchos acuerdos de paz planteados y por muchos Camp David
abortados, nadie culpará a los palestinos de los fracasos, porque la condición
de víctimas eternas los inmuniza contra sus propias irresponsabilidades. Israel
también tiene que aguantar que países teóricamente amigos como Turquía o Egipto
le hostiguen con flotillas o con entradas de armas por cualquier rincón
vulnerable o con desprecios diplomáticos. Y si responde, es un país bélico,
imperialista y asesino.

Y a pesar de sus esfuerzos en los campos
científicos, de la dotación de recursos para la investigación, malgré dedicar la
mayoría de su presupuesto a defensa, y a pesar de dar al mundo algunos premios
Nobel, tiene que aguantar ser demonizado y odiado. Como me dijo un intelectual
israelí, «sabemos que estamos solos, pero ¿En qué momento histórico no hemos
estado solos?». Y ahora viene lo de la ONU, la Unesco y el tutti quanti que se
añadirá. Poco importa que en un conflicto las dos partes deben encontrar su
camino, poco importa la injerencia bélica de países de la zona, el desprecio a
las víctimas israelíes, la culpa árabe en las décadas de guerras y terrorismo,
poco importa todo, porque los organismos internacionales no están para
promocionar la paz, sino para levantar la bandera del activismo ideológico.
Ahora sólo quedar pedir a la Unesco que el dinero que no le dará EE.UU. se lo
den las dictaduras islámicas, esas que tanto hacen por promocionar la ciencia,
la cultura y la democracia.

FUENTE: www.analitica.com

Así son las cosas y vuelvo a insistir una vez mas, o REACCIONAMOS Y LES PARAMOS LOS PIES o….¡ESTAMOS AVIADOS! (vulgo dixit). 

CON ISRAEL, CONTRA EL TERRORISMO

 

Qué envidia siento de Israel, de su pueblo, de su ejército. Eso sí es un pueblo, eso sí es un ejército, eso sí es una nación.

Gracias a Israel, Europa todavía no ha sido sometida al yugo del islam, todavía podemos vivir en una cierta libertad de carácter formal, aunque la prensa canallesca española, sigue empeñada en su papel de propagandista y mercenaria de los terroristas.

Ese es el caso del día de hoy en el que el ejército israelí ataco a un grupo de terroristas que se dirigían en seis barcos con «ayuda humanitaria» para Gaza. La expedición era conocida como «flotilla de la libertad» y no es broma. Uno se pone a escudriñar algo más en esta noticia y resulta que ni misión humanitaria, ni flotilla de libertad, ni farrapos de gaita. La mitad de la «flotilla» eran barcos turcos y el resto elementos de Hamas, que como es sabido, ambos son amigos de la libertad y muy humanitarios. Por cierto en la flotilla también había representación española, supongo que enviada por zapatero y sus esbirros.

Suena a cachondeo la vieja demagogia de la ayuda humanitaria. Los terroristas del islam tienen unos buenos aliados en los países de la unión europea. Desde hace muchos años Europa está pagando el impuesto revolucionario, el chantaje y la extorsión de Palestina y además lo hace con gusto y agrado. ¿A dónde van los millones de euros que la UE regala anualmente a los palestinos, qué hacen con el dinero?. Pues a ingresar las cuentas corrientes de terroristas multimillonarios como el afortunadamente fallecido Yasir Harafat.

La única pena que siento es por el hecho de que Israel no hubiese afinado un poco más la punteria. Mi alegría sería completa.

FUENTE: http://zapaterolandia.blogspot.com/2010/05/con-israel-contra-el-terrorismo.html