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Cataluña nunca fue independiente: el Reino de Aragón, el Condado de Barcelona y otras realidades históricas

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Dicen que la historia la escriben los vencedores pero, en los últimos tiempos, la historia se reescribe día a día por políticos, ideólogos y educadores que llevan a convertir una utopía en una realidad. Y eso es lo que ocurre con el pasado histórico de Cataluña. Pero, haciendo un esfuerzo por buscar la objetividad, se puede ver la realidad que se esconde a lo largo del tiempo tras la supuesta independencia de Cataluña.

La Cataluña medieval

Condado de Barcelona

El primer conde de Barcelona fue Bera, caudillo visigodo que se ocupó de la defensa de la Marca Hispánica, asentándose en Barcelona tras la conquista franca del 801. Momento en el que surgen otros entes como los condados de Urgel, Cerdaña, Rosellón, Gerona, Osona o Ampurias; todos ellos bajo control de la dinastía carolingia que controlaba el reino Franco.

Corona de Aragón

alfonso_ii_de_aragc3b3n_from_liber_feudorum_maiorHasta la llegada al trono de Alfonso II de Aragón en 1163 no habría existido diferencia entre Corona y Reino de Aragón. La diferencia entre ambos radicaba en la existencia de territorios autónomos, administrativa y legalmente hablando, dentro de la Corona, como sería el caso de los reinos de Valencia y Mallorca, que se unían al reino de Aragón.

El momento fundamental para el auge de Barcelona llega de la mano del casamiento entre Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, y la infanta Petronila, hija del rey Ramiro II. El poder catalán ganará peso en el reino y el conde llegará a realizar labores regias en sustitución de su suegro, aunque jamás tomaría ese título.

La expansión territorial y su consecuencia política

Durante el siglo XIII, Aragón había realizado una política de expansión hacia el norte que se ve detenida tras la derrota de Pedro el Católico en Muret, forzándole a la firma del Tratado de Almizrad (1244). Este hecho, sin embargo, fue aprovechado por los aragoneses para dirigirse al sur conquistando Valencia y Mallorca y, más importante aún, estableciendo una clara vinculación con el Mediterráneo.

Sin embargo, el fin de las guerras de conquista trajo consigo una consecuencia inesperada: la nobleza había podido consolidar su poder e independencia en cuestiones legislativas y fiscales. Además, la corona se había visto obligada a apoyarse en los diversos condados catalanes. Pese a todo, y con un desarrollo asimétrico de sus regiones, Aragón consolidaba un entramado político común que mantenía unido gracias a la religión, la moneda y la legislación.

Condados catalanes

Las primeras referencias al Principado de Cataluña las encontramos en el siglo XI paraprincipado-de-cataluc3b1a describir los condados de Barcelona, Girona y Osona que controlaba Ramón Berenguer, si bien se trataba de limites territoriales y no administrativos. Además, inicialmente incluía otros territorios como los condados de Lerida o Urgel, pero desde Jaime I y su Real Pragmática de 1243, los limites se reducían al condado de Barcelona, derogándose el título de marqueses, que habían tomado sin consentimiento regio aprovechando la minoría de edad del monarca aragonés.

Por otro lado, el término de Condados Catalanes es una invención de la historiografía moderna que ha tratado de ofrecer una unidad a los territorios que hoy componen Cataluña. Sin embargo, el origen y desarrollo de estos no es idéntico y durante siglos mantuvieron su independencia administrativa, pero siempre bajo el control de los reinos Franco y de Aragón, primero, y de la Corona aragonesa, después.

¿Fue Cataluña independiente?

Es cierto que el poder del conde de Cataluña y el reconocimiento por Jaime I del Principado de Cataluña puede llegar a usarse como referencia para esa supuesta independencia de Cataluña. Pero los datos son objetivos: existieron múltiples condados en el territorio catalán que fueron controlados por la Corona de Aragón.

FUENTE: Diariocrítico.com

Historia del racismo catalán nazionalista

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Los orígenes del pensamiento racial catalán arrancan de la década de 1880, en plena Renaixença, con la aparición de los primeros estudios etnográficos y raciológicos de Sampere i Miquel, J. M. Batista i Roca y especialmente Pompeu Gener. Para el historiador, Joan- Lluís Marfany, uno de los mejores conocedores de este periodo, el catalanismo no se aparta de la pauta marcada por el resto de nacionalismo de finales del XIX, «el racismo los impregna a todos, como impregna toda la cultura de la época». Ya en la obra de Valentí Almirall Lo catalanisme (1886) se elabora una distinción de las diferencias entre el «carácter» castellano y catalán que se aproxima mucho a la «teoría racial de la nación catalana» que Pompeu Gener sería el primero en enunciar en su influyente libro Herejías (1887). Existe una raza catalana, de origen ario-gótico, superior al resto de pueblos peninsulares…

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Francia y Cataluña, historia y disparate – Jesus Lainz

LA HISTORIA ES LA HISTORIA Y NO LAS MANIPULACIONES DEL NAZI-ONALISMO CATALÁN.

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Los arbitristas de la Generalidad siguen acumulando méritos para la medalla de oro del disparate político. El último consiste en pretender encomendar la defensa de la Cataluña independiente a Francia. Nada menos que a la eterna enemiga de Cataluña. Parecía difícil superar la propuesta maragalliana de entrar a formar parte de la Organisation Internationale de la Francophonie, pero se ha conseguido.

Para evitar bochornos, podrían comenzar los campeones de las esencias catalanas recordando que la lucha que desangró a España en los siglos XV a XVII se debió a su asunción de la política catalanoaragonesa, secularmente hostil a Francia, mientras que Castilla había sido la más fiel aliada de dicho reino, como, por ejemplo, durante la Guerra de los Cien Años. Además, si la dinastía Habsburgo reinó en España fue porque Fernando el Católico procuró emparentar con los enemigos de su enemiga Francia.

Podrían continuar informándose sobre lo ocurrido…

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