
«Pero hay un hecho que revuelve las tripas de cualquier persona normal y es la miseria moral del candidato electo.»
Por Agustín Muro
Como viejo socialista del 82; nada que ver con la jauría actual de Ferraz, he asistido anonadado al número circense del Congreso en estas dos últimas jornadas.
Y nada que decir del resultado. El procedimiento está contemplado por nuestra Constitución y como demócrata nada que objetar, aunque no lo comparta.
Pero hay un hecho que revuelve las tripas de cualquier persona normal y es la miseria moral del candidato electo.
Ha contado con apoyos bastardos y sangrientos y lo más dramático es que ni necesitaba los votos de los heredero de los pistoleros que asesinaron a compañeros socialistas que con su sacrificio hicieron posible la España que hoy tenemos.
Pedro Sánchez tiene sobre su conciencia el olvido de los Germán González, Vicente Gajate, Fernando Mújica, Fernando Buesa, Juan Mª Jauregui, Ernes Lluch, Frilán Elespe y Jose Luis López de la Calle.
Estos eran sus hermanos socialistas y la sangre que entonces manchó las manos de los asesinos, hoy debían haberle obligado a no permitir el apoyo de los herederos del terror y la estulticia.
Pero para eso hay que tener honor y respeto al menos por los suyos, pero este personaje se deshonra él, denigra a su partido y ofende la memoria de sus víctimas con tal de cumplir sus bastardos deseos.

