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LOS NACIONALISTAS CATALANES ABANDONAN A LOS ANCIANOS (AUDIO).
Editorial de César Vidal: miércoles
Es la noche de César
Presentado por César Vidal
5:53
Los nacionalistas catalanes abandonan a los ancianos.
LA ABUELA Y EL ABUELO.
La abuela y el abuelo fueron de visita a casa de su hijo, nuera y nietos y se quedaron a pasar la noche.
Cuando el abuelo se encontró con un frasco de Viagra
en el botiquín de su hijo, le preguntó a éste si podía usar una de las pildoritas.
El hijo le dijo:
«Yo creo que no deberías hacerlo, Papá;
son muy fuertes. Y son muy caras.»
«¿Cuánto cuestan?» Preguntó el abuelo.
«20 € por pastilla,» le contestó el hijo.
«No importa» dijo el abuelo,
«Insisto en que quiero probar.
Al irme por la mañana,
te dejaré el dinero debajo de la almohada.»
Al día siguiente, cerca del mediodía,
el hijo encontró 220 € bajo la almohada.
Llamó al abuelo y le dijo,
«Te dije que cada píldora costaba 20 € y no 220
«Te entendí,» respondió el abuelo.
«¡Los 200 € los puso la abuela!»
JUBILADOS.
La gente que todavía trabaja me pregunta a menudo qué hago cada día, ahora que estoy jubilado…
Pues bien, por ejemplo, el otro día fui al centro y entré en una tienda a recoger una cosa, sin tardar en la gestión ni cinco minutos.
Cuando salí, un policía municipal estaba rellenando una denuncia por estacionamiento prohibido.
Rápidamente me acerqué a él y le dije:
¡Venga hombre, que no he tardado ni cinco minutos…! Haría usted bien si hiciera un pequeño gesto para con los jubilados…
Me ignoró olímpicamente y continuó cumplimentando la denuncia.
La verdad es que me pasé un poco y le dije que no tenía vergüenza, me miró fríamente y empezó a rellenar otra denuncia, alegando que, además, el coche llevaba los neumáticos en mal estado.
Entonces levanté la voz para decirle que me había percatado de que estaba tratando con el rey de los tontos del culo, que cómo le habían dejado entrar en la Academia de Policía….
Él acabó con la segunda denuncia, la colocó debajo del limpiaparabrisas, y empezó con una tercera.
No me achiqué y estuve durante más de 20 minutos llamándole de todo. Él, a cada insulto respondía con una nueva denuncia.
¡Suerte que había ido en autobús!
Desde mi jubilación, ensayo cada día cómo divertirme un poco.
Es importante a mi edad.