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Presupuesto golpista, no

¡¡VÁYASE, SEÑOR RAJOY!!. Pero de la política y que le acompañen Pedro Sánchez y ese macarra de medio pelo de «El Coletas».

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FERNANDO ALVARADO / EFE

Por  Federico Jiménez Losantos en El Mundo

Albert Rivera ha dicho que «los españoles no se merecen» el acuerdo de Rajoy y Sánchez para que recomience el golpe de Estado ese Hitleret que llama «bestias» a los catalanes y otros cuatrocientos cincuenta millones más que en el mundo hablan español. Cierto. Por eso los españoles dejan en masa de votar a los partidos que han usufructuado el régimen constitucional durante cuarenta años. Ahora, en el momento más grave de la historia de España desde 1936, Rivera debe demostrar que merece ser el presidente de esos españoles traicionados por los que, ante el requetegolpe de Estado, huyen en desbandada camino de unos jueces a los que Catalá y Robles ya han apuñalado preventivamente, por si Torra accediera a disimular un añito.

La parte de representación o parlamentaria ante el requetegolpe ya la ha desempeñado magníficamente Ciudadanos. Es difícil hacerlo mejor que Inés Arrimadas en las sesiones de investidura del que nos llama «bestias», sin que se inmuten esos medios de comunicación catalanes apesebrados y golpistas. Torra presume también de que toda su familia, como pidió en un tuit, es parte de los CDR, esos matones que agreden a los que en Cataluña se oponen a la dictadura xenófoba de un nacionalismo que, al fin, muestra su verdadera faz. También ha negado la legitimidad de su propio nombramiento, al reconocer que es otro y no él, pese a haberlo votado el parlamento regional, el presidente legítimo: el forajido, archicobarde y requetegolpista Puigdemont. También ha dicho que repondrá al paramilitar golpista Trapero -que debería estar en la cárcel- al frente de los 17.000 mozos de escuadra que son los que han de enfrentarse a tiros con la policía, la guardia civil y el ejército español. Y, por supuesto, ya ha dicho que a ver qué día decae el 155 y le dan la llave de la caja para refinanciar el requetegolpe, o sea, el enfrentamiento civil.

Ese dinero es el de los futuros Presupuestos del Estado, que serían los del requetegolpe pactado por Rajoy con Urkullu y sus borrokas. Y Rivera no debería votarlos jamás. Si Sánchez, que participa plenamente del proyecto golpista catalán en la Comunidad Valenciana y Baleares, quiere votarlos, que lo haga. Los españoles no merecemos que Rivera también nos traicione. Aunque no sea por patriotismo sino por interés, debe romper ya con Rajoy.

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Un 155 contra Ciudadanos

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Hoy por hoy es el único partido que cree que la unidad de España es un bien a preservar.

Por     en Libertad Digital

El Gobierno de Mariano Rajoy y el PSOE de Pedro Sánchez se han puesto su mejor traje de hombres de Estado y han pactado que aplicarán el 155 en según qué circunstancias y con según qué alcance. Sus voceros justificarán la alianza en la gravedad de la situación. Nadie duda de esa gravedad. De lo que cabe dudar, y mucho, es de las intenciones de estos dos necios arrogantes. Si efectivamente Pedro Sánchez percibiera la gravedad de la situación que atraviesa España, habría ayudado al Gobierno en la tramitación de los presupuestos generales a fin de evitar el chantaje del PNV. Y si efectivamente Mariano Rajoy hubiera sido consciente de los peligros que acechan a la nación, jamás se habría sometido a la extorsión de un partido cuyo objetivo es destruirla. No sólo: si de verdad tuvieran tan clara la necesidad de colaborar, lo que harían sería formar un Gobierno de coalición y arremeter unidos con toda la fuerza del Estado contra quienes quieren romper España.

Nada de eso hay porque el peligro que perciben Rajoy y Sánchez es en realidad el mismo que empujó a los nacionalistas vascos a votar los presupuestos. Ese peligro se llama Ciudadanos. Los acuerdos a los que llegaron este martes Rajoy y Sánchez no tienen por objeto pactar una estrategia con la que hacer frente a los futuros desafíos de la Generalidad. Su razón de ser es aislar a Ciudadanos. Y la prueba está en la invitación a Pablo Iglesias que el pacto incluye. Tal invitación es absurda, toda vez que el invitado es el responsable de que su franquicia en Cataluña entregara la presidencia del Parlamento catalán a los soberanistas. Esto es así porque el pacto no está dirigido contra Torra, sino contra Rivera. Su propósito es demostrar al electorado que el partido naranja sufre un ataque de histeria, sobreactúa y está contraindicado para combatir el independentismo catalán. El mensaje es que los soberanistas sólo pueden ser vencidos con mesura y sosiego y no con la ansiedad y precipitación que empapan las propuestas de Ciudadanos. De manera que Rajoy y Sánchez no se unen para salvar España sino para salvar sus antifonarios. Es para este elevado fin para el que hay unidad.

Es evidente que Rivera cometió un gravísimo error cuando se permitió apoyar la ley de presupuestos junto con el PNV, pues eso lo convirtió en cómplice del chantaje. Quizá creyó que no debía desdecirse o le pudo más colgarse las medallas de las medidas que había logrado introducir en ellos. Sea como fuere, el caso es que hoy por hoy representa al único partido que cree que, mal que bien, la unidad de España es un bien a preservar. Lo que Rajoy y Sánchez pretenden en definitiva es destruir la única esperanza que les queda a quienes creen que merece la pena tratar de impedir que España se rompa, aunque sólo sea para proteger la libertad de los españoles que se tienen por tales y que viven en Cataluña.

Rajoy tiene un problema singular: España

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Rajoy, el Judas de este viacrucis, tiene, como dijo Catalá del juez González, un problema singular: se llama España. Para tirarse un año más a la bartola en la Moncloa, está dispuesto a entregar, troceado y barato, el Estado. No lo permita la Nación.

Por Federico Jiménez Losantos

Mariano Rajoy quiere alargar un par de años su estadía en la Moncloa, pese a carecer de mayoría parlamentaria, de proyecto político y de partido, porque el PP se va hundiendo mientras su líder, encaramado a sus hombros náufragos, mantiene la cabeza fuera del agua. También cabe verlo como un barco que se va inexorablemente a pique y prolonga su agonía echando al mar cualquier cosa que permita aligerar su peso, en vez de subirse a un bote y tratar de salvarse antes de que el postrer remolino se lo trague.

Esta semana hemos visto el precio de ese empeño en estar a costa de no ser, que después de siete lustros en política, debería haber colmado su ambición: ponerse en manos de los enemigos de España el tiempo que permanezca en el Poder, conscientes, él y ellos, de que nada puede convenirles más que un Presidente del Gobierno dispuesto a vender el Gobierno a cambio de presidir lo que sea.

Una triple infamia: la ETA, el Prusés y Catalá

Tres son los episodios que prueban, más allá de toda duda razonable, ese empeño de Rajoy de aguantar como sea, a costa del régimen constitucional: 1) la pantomima de cambio de local, que no de actividad, de la ETA, protagonizada por el asesino Ternera, interlocutor protegido -CNI mediante- de los gobiernos de Zapatero y Rajoy; 2) el apoyo a la formación de cualquier gobierno golpista en Cataluña con tal de que no lo presida -aunque pueda formalmente tutelarlo- Puigdemont; y 3) el ataque calumnioso, personal y profesional, del Ministro de Justicia a un juez cuya honradez intelectual le ha hecho acreedor de una típica campaña totalitaria de asesinato civil a manos de la horda femirroja, podemitarra, respaldada por el cadalso mediático que dirige la Sexta y seguida por la recua que conforma el albañal audiovisual y al que obedece el rebaño del bien llamado «espectro político».

 

Hemos visto cómo se regala a los etarras las dos piezas que siempre reclamaron para dejar de matar españoles: Navarra y la suelta de sus presos. Y ambas cosas las ha asegurado públicamente Urkullu, paseando con Barcos y asegurando en El País que Rajoy e Instituciones Penitenciarias son «sensibles» a la situación de los asesinos etarras. Vamos, que los sueltan ya.

Pero esa suelta de los pistoleros del separatismo etarra es el prólogo y garantía de que los presos catalanes por el golpe de estado del 1 de octubre seguirán la misma suerte. Para eso hacen falta dos cosas: que haya Gobierno en Cataluña, todo lo separatista que quiera, pero que permita archivar el 155; y una presión implacable a los jueces hasta plegarse a lo que ya no sería un golpe de Estado en dos frentes, vasco y catalán, sino del propio Gobierno, que, contando con la inmensa batahola de medios comunistas y separatistas, con el aplauso entusiasta de la Izquierda, la mudez de la Derecha y la memez del Centro, acabaría sometiendo a jueces y tribunales a lo que el PSOE llama el «Veredicto Popular«, que estaría muy, muy por encima de la Constitución.

Esa es la función de los dos asaltos a la independencia judicial que ha perpetrado en apenas dos semanas el Gobierno. El primero, fue contra el juez Llarena, al que quiso imponer a través de la Fiscalía General del Estado la suelta de Forn, primer favorecido con una política penitenciaria «sensible» a la situación de los presos golpistas hasta «normalizar» la violencia callejera y poder lavarse las manos de la responsabilidad del 155, que moriría inédito.

El segundo asalto lo perpetró el mismísimo Ministro de Justicia contra el juez González, y ha sido tan escandalosa la forma de agredirlo en lo personal y despreciarlo en lo profesional que ha conseguido movilizar en su contra a todas las asociaciones de jueces, y de fiscales, menos una. Y no se sabe si el milagro se debe al decoro profesional, a la humillación corporativa o a que han adivinado que, tras dejar en manos del Poder Judicial la inmensa y honrosa responsabilidad de proteger a la Nación y su Estado de Derecho, ahora el Ejecutivo de Rajoy, con un amplio respaldo del Legislativo, quiere quitarles aquella «patata caliente» para zampársela asadita con los golpistas.

España, Italia, la ETA y la Mafia

Los tres movimientos –el pacto con la ETA, el apoyo al golpismo light y el acoso a los jueces molestos– tienen el mismo objetivo político: asegurar a Rajoy la supervivencia durante el resto de la legislatura, mediante la alianza más abyecta que haya hecho nunca un Gobierno de España: con los partidos y organizaciones criminales que nacieron y viven para destruirla. Es como si en Italia formara Gobierno el izquierdista Grillo con el apoyo parlamentario de la fascio-separatista Liga Norte y el callejero de la Mafia y la Camorra.

Este es el proyecto de supervivencia político-personal de Rajoy: de momento, llegar a las elecciones municipales, autonómicas y europeas de 2019; y después, prorrogando los Presupuestos, hasta las Generales de 2020. Cuenta, como expuso obscenamente el portacoz del PNV, con el apoyo del separatismo vasco, para retrasar todo lo posible la llegada de Rivera al Poder. Y con el separatismo vasco, que de nuevo toma la delantera, pero siempre coordinados, el separatismo catalán, para el que de inmediato se negociará otra salida «sensible» para los presos, antes de que Rivera pueda impedirla. No es seguro que se atreviera a hacerlo, pero, por si acaso, mejor asegurarlo con un muerto en Moncloa que con un rivales que ambicionen hacer Historia.

Ante este plan de Rajoy tan rastrero como evidente, que es también el de la ETA, el PNV, los separatistas catalanistas y los comunistas podemitas, Rivera puede quitarle su apoyo parlamentario y forzar elecciones generales. Aparentemente, eso no le conviene nada desde una perspectiva partidista, ya que está recibiendo un alud de votos del PP y una inundación del PSOE. A este paso, en nueve meses, arrasaría, consolidaría bastiones de poder local y regional y se presentaría ante las generales con todos los triunfos en la mano. Como ese voto de rechazo a los dos grandes partidos lo recibe por parecer un partido formal, para defender las instituciones y evitar revoluciones, sería difícil, aunque creo que no imposible, explicar por qué derriba al Gobierno. Entiendo que, hoy por hoy, Rivera se plantee, sobre todo, no cometer errores. Cuantos más votos y escaños obtenga, con esta táctica, mejor podrá en el Gobierno deshacer las fechorías que perpetren Rajoy y sus aliados satánicos.

Rivera puede encontrarse una España intransitable

Sin embargo, ese planteamiento tiene un defecto: olvida al enemigo. Precisamente por temor a Rivera y confianza en la inerme doblez de Rajoy, sus aliados de fortuna, separatistas y comunistas, llevarán todo lo lejos que puedan el proceso de desmantelamiento del régimen constitucional de 1978. Y en ese proyecto, que es el de la Ruptura, la condena de la Transición y el plebiscito de una República Confederal con derecho a la autodeterminación de los territorios que la integren, van a contar con el PSOE de Pedro Sánchez.

Sin apenas darnos cuenta, hemos entrado en una época de «gimnasia revolucionaria«, que así llamaba el faísta García Oliver -y gusta repetir Pablo Iglesiasa la violencia callejera para ensayar el golpe final revolucionario. Con la careta del feminismo batasuno, la violencia callejera de los CDR o las procesiones de entronización de asesinos etarras, lo que cada día nos sirven unos medios audiovisuales tan demagogos, sectarios y avariciosos que ya sólo les falta rifar asesinatos en directo dizque para ayudar a niños etíopes, es el desprecio de los jueces en particular y la Ley en general, mientras se exalta la violencia callejera como expresión directa de la Voluntad Popular.

Ese calentamiento de las masas brutas y ese acostumbramiento de las blandas a la brutalidad, ya lo vivimos una vez, del 2002 al 2004, con las grandes movilizaciones del Prestige y la Guerra de Irak que desembocaron en los terribles días del 11M al 14M, en especial el cerco a las sedes del PP el 13M, cuando empezó a cambiar, o sea, a descarrilar, la Historia de España. El proceso de vuelta a la Guerra Civil, a la división social por sexos y lenguas que empezó Zapatero, está alcanzando con Rajoy un punto de no retorno. No podemos confiar en los dos grandes partidos, que son parte del problema, ni fiarlo todo a Ciudadanos, inédito en la gestión y aún gateante en la política.

La Nación, al rescate del Estado

Las únicas instituciones que, frente a la defección del Gobierno y la Oposición, y bajo unos medios audiovisuales corruptos, comunistas y golpistas, han demostrado capacidad de resistencia frente al reto separatista y la descomposición de España son la Corona, la Nación y la Justicia. Deben movilizarse antes de que esta política torva y a traición parezca irreversible.

Digo parezca. Para que el sórdido egoísmo de la Derecha y la siniestra idiocia de la Izquierda triunfaran haría falta que los españoles admitiéramos que no valemos para estar juntos y que aceptamos, so capa de autonomías, privilegios feudales, fronteras lingüísticas e inquisiciones sexistas. Puede que nuestros enemigos triunfen, pero no les será fácil. Rajoy, el Judas de este viacrucis, tiene, como dijo Catalá del juez González, un problema singular: se llama España. Para tirarse un año más a la bartola en la Moncloa, está dispuesto a entregar, troceado y barato, el Estado. No lo permita la Nación.

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Comentario a un interesante artículo de Pablo Sebastián: Inepcia y caos. Cousas a 21-2-16

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Origen: Comentario a un interesante artículo de Pablo Sebastián: Inepcia y caos. Cousas a 21-2-16

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ENTREVISTA CIUDADANA A «CIUDADANOS». #entREDvista

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Sr. Albert Rivera, los miembros de #RED le enviamos un pequeño cuestionario que agradeceríamos respondiese en la mayor brevedad posible. Nos gustaría, por supuesto, que fuese usted en persona quien lo hiciese, pero entendemos que son malas fechas y no nos importa si lo hace un miembro de ciudadanos que pueda hablar en su nombre.

RED de blogs comprometidos es un grupo de Blogueros y Tuiteros muy activos en las redes sociales y nuestras publicaciones llegan a miles de personas cada día. Somos un grupo crítico y reformista, y muy heterogéneo. Es por ello por lo que tenemos diferentes inquietudes que creemos importante que sean respondidas y aclaradas.

Hace unas semanas planteamos una serie de preguntas dirigidas al Sr. Pablo Iglesias o a cualquiera de sus compañeros de partido y nadie nos ha respondido. Tenemos absoluta certeza de que Ciudadanos no va a ignorar este cuestionario tal y como hicieron ellos; su partido hasta la fecha siempre ha ido de frente y no ha tenido problemas en responder a ninguna pregunta que se le ha hecho, y eso nos parece una muy buena actitud por su parte. Por otro lado, al ser un partido que nunca ha gobernado, genera algunas incertidumbres que nos gustaría que se aclararan… ya no por nosotros, si no por toda la gente que nos lee a diario.

Las preguntas propuestas son las siguientes:

1.- ¿Ustedes se sienten más próximos a la derecha o a la izquierda?

2.- ¿Tienen intención de pactar con PSOE, PP o Podemos?

3.- ¿Cómo ven la idea de reducir competencias a las Autonomías? ¿Y reducir diputaciones y ayuntamientos?

4.- ¿Estarían a favor de que los Sindicatos y Partidos se autofinanciaran?

5.- ¿Qué opinan de que actualmente la Iglesia no tenga que pagar IBI?

6.- ¿Pretenden romper el concordato con la santa sede?

7.- ¿Se plantean una reforma educativa?

8.- Con una mayoría absoluta ¿Cambiarían la ley electoral?

9.- ¿estarían dispuestos a añadir en la Constitución el reglamento para la separación absoluta de poderes?

10.- ¿Cuál sería el circuito democrático para que una propuesta ciudadana se convirtiese en ley?

11.- ¿Cómo piensan solucionar el problema de la inmigración en las vallas de Ceuta y Melilla?

12.- ¿Por qué en uno de sus carteles propagandísticos el texto aparece escrito en español y en árabe?

13.- ¿Cuál es su postura acerca de la ley del aborto?

14.- ¿Se plantean crear una Ley de Protección animal, de acuerdo a los otros países de la UE y otros más avanzados?

15.- ¿Estarían dispuestos a añadir en la Constitución el reglamento para la separación absoluta de poderes?

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