Categoría: SECTAS

EL ISLAM VINO A DESTRUIR, ENGAÑAR Y SOMETER.

«»»El islam es una religión de paz»»»
Esto es lo que nuestros políticamente correctos políticos proclaman.
Aunque políticamente correcta, esta proclamación NO ES CORRECTA.
A decir verdad, el islam no es una religión de paz.
Es una religión de odio, terror y guerra.

El islam como lo enseña el corán y como lo vivió Mahoma de acuerdo a los hadices (biografía y dichos de Mahoma), es una religión de Injusticia, Intolerancia, Crueldad, Aburdidades, Discriminación, Contradicciones, y fe ciega.

El islam promueve el asesinato de no-musulmanes, abusos de los derechos humanos de minorías y de las mujeres. El islam se expandió mayormente a través de Yijad (guerra santa contra no-musulmanes) y forzó su expansión mediante el asesinato de no-creyentes y disidentes.
En el islam, la apostasía es el crimen más grande, castigado con la muerte. Mahoma mismo era fundamentalista, de manera que el fundamentalismo no puede separarse del islam verdadero.

El islam, cuyo verdadero significado es «sometimiento», demanda que sus seguidores sometan sus voluntades a Mahoma y su imaginario Alá, una deidad que detesta la razón, la democracia, la libertad de pensamiento y la libertad de expresión.

Mahoma vivió una vida muy lejos de la santidad.
Su lujuria por el sexo, sus actividades sexuales con sus criadas y esclavas, su relación pedofílica a los 53 años con Aisha, una niña de nueve años, sus matanzas, su conversión de víctimas en esclavos y su tráfico con ellos, su asesinamiento de oponentes, sus asaltos a caravanas de mercaderes para robarles, su quema de plantaciones de palmas, su destrucción de pozos en el desierto, su maldecir e invocación de males sobre sus enemigos, sus venganzas contra sus prisioneros de guerra y sus alucinaciones acerca de tener sexo con sus esposas cuando no lo había tenido, lo descualifican para estar cuerdo y aún más lo descualifican para ser un mensajero de Dios.

El corán les dice a los musulmanes que maten a los no-musulmanes donde den con ellos (2:191), que los combatan y que los traten duramente (9:123), maten (9:5), combatan (8:65), luchen esforzadamente contra ellos (25:52), se muestren duros con ellos pues tendrán el infierno por morada (66:9), les descarguen golpes en el cuello hasta someterlos, atarlos fuertemente, devolverles la libertad de gracia o mediante rescate (Q;47:4).

En cuanto a las mujeres, el libro de Alá dice que son inferiores a los hombres y sus esposos tienen derecho a golpearlas si son desobedientes (Q;4:34). Pero su castigo por desobedecer a sus esposos no acaba ahí, porque después de que mueran irán al infierno (Q;66:10).

Por Ali Sina (ex-musulman)

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El que no ve la amenaza es que no quiere verla!!!

PROTEJETE DEL ISLAM

TERRY JONES CUMPLIÓ SU PROMESA Y QUEMÓ EL CORÁN.

 

Llevaba meses amenazando con que lo haría y al final lo cumplió. El predicador estadounidense Terry Jones quemó el Corán en medio de uno de sus sermones y desató la ira del mundo islámico.

Jones, un pastor fundamentalista de 58 años y jefe de una pequeña iglesia alternativa en Gainesville, Florida, fue criticado internacionalmente en septiembre por sus planes de quemar el Corán en aniversario de los ataques del 11 de septiembre del 2001.

Jones eventualmente canceló ese evento bajo una intensa presión del Gobierno de Estados Unidos, el Papa y otros líderes mundiales. Pero él ha seguido siendo un abierto crítico del islam, y dice que partes del Corán pueden llevar a la violencia y el terrorismo.

“Nosotros creemos que partes del Corán, si son tomadas literalmente, sí llevan a la violencia y a actividades terroristas, promueven el racismo o los prejuicios contra las minorías, contra cristianos, contra mujeres”, dijo poco después de quemar el Corán.

“Nuestro gobierno de Estados Unidos y nuestro presidente deben dar un vistazo cercano y realista al elemento radical del Islam. El Islam no es una religión de paz. Es hora de que hagamos a estas personas responsables”, declaró el viernes en un comunicado, reaccionando ante los eventos en Afganistán.

El 20 de marzo, él encabezó lo que llamó ‘El día internacional de juicio al Corán’ y supervisó la quema del libro frente a unas 50 personas. Un vídeo publicado en el sitio en internet de su iglesia Dove World Outreach Center muestra a un libro empapado en combustible ardiendo en una parrilla metálica similar a las que se encuentran en patios y jardines, pero instalada dentro de la iglesia.

Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2011/04/02/internacional/1301727647.html

Como se pueden imaginar, los moros han reaccionado de la mejor manera que saben, asesinando gente inocente!

Y todavía habrá quien los disculpe. VAMOS A VER, ¿acaso es lo mismo quemar un libro (si es que a esa bazofia inmunda dictada -que no escrita puesto que el majara no sabía ni hacer signos en la arena del desierto- por un resabiado pederasta se le puede llamar libro) que ASESINAR A GENTE INOCENTE COMO REPRESALIA Y QUEMAR BANDERAS DEL PAÍS QUE LES ACOGE PARA QUE, ENTRE OTRAS COSAS, NO SE ESTÉN MURIENDO DE ASCO PASTORANDO CHOTOS EN EL DESIERTO?.

Eso sin contar un nimio detallito, pero IMPORTANTE, a la postre, ESE CORÁN ERA DE SU PROPIEDAD y ¿ACASO UNA PERSONA NO PUEDE HACER CON SU PROPIEDAD LO QUE LE DE LA GANA POR LA SENCILLA RAZÓN DE QUE OFENDE A UNA PANDILLA DE BÁRBAROS?. Es como si a mi me prohibieran hacer trizas una novela de Agatha Christie, la novela es mia y por tanto PUEDO HACER CON ELLA LO QUE ME PLAZCA.

Pero para esta pandilla de despotas medievales parece ser que no, que todos tenemos que estar a lo que a ellos les parezca bien.

Pues yo, aun siendo agnóstico, FELICITO EFUSIVAMENTE AL REVERENDO TERRY JONES, YES, MISTER JONES, ¡¡¡¡¡CON UN PAR DE PELOTAS BIEN PUESTAS!!!.

EL TOTALITARISMO ISLÁMICO EN EL CORÁN.

¿Y esa consigna de no “demonizar” al Islam, como si los atentados del 11 de septiembre no hubieran sido realizados en su nombre? ¿No es Ben Laden y sus sahid quienes lo demonizan ofreciendo una imagen de salvajismo e inhumanidad? Arma suprema de los islamo-fundamentalistas, lo islámicamente correcto sitúa como postulado que el ‘verdadero Islam’ no puede ser más que ‘tolerante’ y ‘pacífico’ puesto que el Corán es un ‘texto de paz y amor’. Muhamad Alí, el boxeador Casius Clay, lo proclamó en el homenaje a las víctimas: “el Islam es la paz”. Esta especie de consigna rechaza cualquier análisis argumentado para desentrañar las raíces coránicas y teológicas del islamismo radical, del terrorismo suicida, como “intolerancia racista”. En vez de exorcizar el desviacionismo de los terroristas suicidas se sataniza la crítica. Los atentados se convierten en un acto de propaganda de ¡un Islam limpio de todo pecado! El fanatismo y el oscurantismo islámico justifican por tanto, en el nombre de Dios, la lapidación de las mujeres en Irán, Sudán o Mauritania, el exterminio de los cristianos en Indonesia, la degradación de las mujeres en Afganistán o la liquidación de los blasfemos y los católicos en Pakistán, muestras todas ellas de tolerancia, paz y amor, hasta el punto de que lo coherente sería pedir la aplicación de la sharia en nuestras naciones occidentales. ¿Por qué tanto silencio ante las flagrantes lesiones a los derechos humanos en las naciones islámicas “moderadas”? ¿Es una excepción cultural, una manifestación de una cultura distinta, satanizar el sexo, hasta lapidar a las adúlteras? ¿La no discriminación por razón de sexo es acaso una costumbre occidental? Afganistán, ese “régimen vomitivo” donde la mujer ha de morir sin recibir atención sanitaria, y ¿Arabia Saudí, donde tienen prohibido conducir? ¿Estaba entonces bien aquello de la mujer con la pata quebrada? El imán de Fuengirola publicó un libro recomendando los castigos corporales a la mujer, como, por otra parte, recomienda el Corán. ¿Dónde queda lo del terrorismo doméstico? ¿Alguien se imagina la justa indignación nacional si un párroco católico saliera por donde el imán de Fuengirola? Pues ese señor es quien selecciona a los profesores y profesoras, nunca los sexos juntos, de las clases de musulmán en los colegios de Málaga. La postmodernidad, el estructuralismo y los ‘políticamente correcto’ han acostumbrado a las gentes a esa doble moral, a ese relativismo ético, consecuencia directa del cultural. Al margen de tanto tópico, las razones de la violencia tienen raíces muy profundas en El Corán. Es un texto asequible, de fácil estudio, ¿por qué mantener que el Islam es la paz cuando una de cada dos azoras chorrea sangre?.

MAHOMA, CAUDILLO MILITAR

Mahoma fue al tiempo un líder espiritual y un caudillo militar. Bajo su mandato, los islamitas fueron perseguidos y perseguidores. De forma similar al pueblo hebreo en su éxodo y su toma de posesión de la tierra prometida, los islamitas combatieron y se impusieron sobre sus adversarios por las armas. Ese ambiente bélico, de violencia y propaganda, impregna el Corán.

Exiten sobre Mahoma prolijas biografías en donde se reseñan sus hechos más notables y sus cualidades de estadista, pues en la última etapa de su vida fue básicamente un organizador. Dotó a las tribus de la península arábiga de una férrea unidad y una misión, que se tradujo a las pocas décadas de su muerte en una impresionante expansión por Asia y África del Norte hasta la península ibérica. Mahoma, “el alabado”, nació alrededor del año 580. Huérfano desde joven, casó con la rica Jadicha, que lo doblaba en edad y a quien ayudó en la administración comercial de sus bienes. Del matrimonio nacieron cuatro hijas y varios hijos varones, muertos a corta edad. A Mahoma no le sobrevivió ningún hijo varón de sus quince mujeres, como reseña El Corán. La actual Arabia Saudí era entonces una fragmentada colección de tribus –él pertenecía a los hachemitas, un clan prestigioso, pero de poder reducido-, con religiones politeístas relacionadas con cada clan, con centro religioso y comercial en La Meca, donde se veneraba la Kaaba, una piedra negra a la que se supone un aerolito, rodeada de ídolos de las numerosas divinidades adoradas por los beduinos. Convivían también comunidades de dos religiones monoteístas, la hebrea y la cristiana, y había seguidores de credos asiáticos como el de Zoroastro.

Fue en el año 610 cuando recibió su primera revelación en el monte Hira. Según Tabari, historiador musulmán (839-923), comunicó a su mujer “Oh Kadija, temo volverme loco. ¿Por qué?, preguntó ella. Porque veo en mí los signos de un poseído: cuando camino oigo voces que vienen de cada piedra y de cada colina, y por la noche veo en sueños un ser enorme que se presenta ante mí, un ser cuya cabeza alcanza al cielo y cuyos pies tocan la tierra”. Un lunes se le apareció un ángel de Dios, Gabriel. “Se presentó ante él y le dijo: ¡La bendición sea contigo, oh Mahoma, apóstol de Dios! Mahoma se asustó y se puso de pie pensando que había perdido el juicio. Se dirigió hacia la cumbre para matarse arrojándose desde lo más alto. Pero Gabriel le tomó entre sus alas, de modo que no podía avanzar ni retroceder. Y entonces le dijo: ¡Oh Mahoma, no temas, porque tú eres el profeta de Dios, y yo soy Gabriel, el ángel de Dios!. Mahoma permaneció inmóvil entre las dos alas, y Gabriel continuó: ¡Oh, Mahoma recita: en nombre de tu Señor, que ha creado todo, que ha creado el hombre a partir de un coágulo de sangre!”. Gabriel le entregó la primera sura del Corán, denominada Iqra, el credo musulmán: “La alabanza a Dios, Señor de los mundos. El Clemente, el Misericordioso, Rey del Día del Juicio. A ti adoramos y a ti pedimos ayuda. Condúcenos al camino recto, camino de aquellos a quienes has favorecido, que no son objeto de tu enojo y no son los extraviados”.

“Mahoma descendió de la montaña. Fue invadido de un fuerte temblor y volvió a casa, repitiéndose a sí mismo las palabras del ángel. Estas le daban confianza, pero temblaba con todo el cuerpo debido al temor y al terror que le había inspirado Gabriel. Ya en la casa dijo a su mujer: el mismo que se me había aparecido de lejos se me ha presentado hoy delante. ¿Qué te ha dicho?, le preguntó Jadicha. Me ha dicho: Tú eres el profeta de Dios y yo soy Gabriel, y me ha recitado esta sura. Jadicha, que había leído viejas escrituras y conocía historias de profetas, sabía también el nombre de Gabriel. Mahoma fue dominado acto seguido por un agudo frío, inclinó la cabeza y dijo a su mujer: ¡Cúbreme, cúbreme!. Ella le cubrió con un manto, y él se durmió”[1].

El Corán prácticamente no da detalles de las revelaciones de Mahoma, luego enriquecidas literariamente por sus seguidores. Con frecuencia se trataba de locuciones intelectuales difíciles de determinar, acompañadas por fenómenos físicos descritos por la tradición: palidecía, su frente se llenaba de sudor y entraba en un estado de semiinconsciencia. A veces caía en tierra, como fulminado de una irrupción que no se juzgaría natural. “Para Teófano todos estos síntomas no eran más que el reflejo externo de un ataque de epilepsia”[2]. “Quienes consideran los hechos desde fuera de la tradición musulmana mantienen, como es de esperar, una postura escéptica sobre el origen último de las iluminaciones experimentadas por Mahoma. Ha habido autores que las han atribuido a un psiquismo patológico, pero de gran brillantez y originalidad. Otros han hablado de alucinaciones, mientras que algunos piensan que estamos ante una mente que no consigue siempre distinguir entre lo imaginario y lo real”[3]. En cualquier caso, Mahoma siempre creyó con gran fuerza en su misión y en la veracidad de los mensajes.

En un primer momento, “no quiere crear una nueva religión”[4], sino lanzar un mensaje monoteísta, llamando a pedir perdón por los pecados mediante letanías cristianohebreas, denunciando algunas prácticas aberrantes como el asesinato de niñas recién nacidas. Todo ello para volver a la antigua pureza del hombre piadoso o hánif, cuyo primer representante es el profeta Abraham. Los primeros seguidores en su círculo familiar pronto fueron objeto de amenazas, ridiculizaciones y persecuciones. Mahoma llegó a temer por su vida, volviéndose a la intercesión de algunos ídolos, de lo que pronto se arrepintió, no volviéndose a separar del monoteísmo. La muerte de su esposa y de su protector Abu Talib, le sumió en una situación de desaliento de la que salió tras “la visión del viaje nocturno”, que la tradición musulmana sitúa en Jerusalén.

En medio del fracaso de su predicación, fue reclamado por los habitantes de Medina “para que fuese a vivir entre ellos como árbitro supremo de las tribus de Aws y Jazrach, divididas por viejas rivalidades que dos años antes habían conducido a la guerra”[5]. Su posición monoteísta le hacía también un interlocutor respecto a importantes clanes judíos como los Banu Qurayza, Qaynuqa y Nadir. Esto marca un cambio radical en Mahoma, de predicador religioso a figura política. Según Vernet, “Mahoma, que hasta entonces jamás había pensado que su doctrina pudiera teñirse de un matiz político cualquiera, cambió de opinión ante la contumacia de sus compatriotas”. La huida o hégira de La Meca, con alrededor de ciento cincuenta seguidores, a Madinat al-nabí (la ciudad del profeta) se produjo el 16 de julio del año 622, donde se sitúa el origen del calendario musulmán.

La introducción en la política de Mahoma dio un giro importante en su mensaje y en sus revelaciones, pues estas no sólo se refieren a aspectos religiosos sino también a la justificación de las decisiones como dirigente político y como jefe militar. Primero sigue una estrategia conciliadora. Fue aceptado por las diversas facciones, aunque con reservas por los que denominará hipócritas. Buscó el acercamiento a los judíos. Para ello situó como día de ayuno de sus seguidores el mismo que el del yom kippur o de la purificación hebraico y prescribió la orientación en las oraciones hacia Jerusalén, aunque mantuvo la oración pública el viernes. Pero entraron en una intensa polémica. Mahoma siempre tuvo un conocimiento de segunda mano de la Biblia y no fue aceptado como profeta. La disputa derivó en un odium theologicum, una de las formas históricamente más intensas de repulsa.

Mahoma culpó a los judíos de haber suprimido fragmentos de las escrituras y haber añadido otros. Por otra parte, esta serie de diálogos habían dado lugar a formas sincretistas de religiosidad. Procedió a incrementar la diferenciación y a reforzar su poder. En el plano religioso tomó decisiones fundamentales. Intensificó el carácter nacional de su mensaje. político. Sustituye el ayuno de la asurá (yom kippur) por el del mes de ramadán. Las oraciones pasaron a orientarse hacia La Meca, considerada ciudad sagrada, cuyo santuario –supuestamente fundado por Abraham y su hijo Ismael- debía ser purificado de los dioses idólatras, pero había de ser objeto de peregrinación de los musulmanes. Rompió, de esa forma, uno de los motivos de oposición a su mensaje, pues los comerciantes de La Meca veían en peligro su influencia y su fuente de ingresos. Al tiempo marcó un objetivo político: la comunidad de creyentes o umma pasa a ser ejército. Mahoma se presentó desde entonces como el último Profeta, tras Moisés y Jesús, y al tiempo resaltó una relación directa con Abraham, que no fue “ni idólatra, ni judío, ni cristiano”.

 

LA VERDAD SE JUSTIFICA POR LA GUERRA

“La guerra –según explica Julio Vernet- constituía el ideal supremo de Mahoma, puesto que con ella iba a infligir a los incrédulos mequíes, por propia mano, el tormento con que reiteradamente les había amenazado”[6]. Sin embargo, “sus partidarios se mostraban reacios a admitir la predicación por medio de la espada” pues representaba “luchar contra hermanos”. Mahoma reforzó su poder personal, haciéndose jurar fidelidad, y el providencialismo. La desobediencia a sus mandatos lo es al propio Alà. Así en la azora II 212 señala “se os prescribe el combate, aunque os sea odioso”[7]. Primero sus seguidores desarrollan operaciones de estricto pillaje poniendo en riesgo el comercio de La Meca. Una operación de castigo fue enfrentada por Mahoma consiguiendo la victoria de Badr, cuyo botín mejoró la posición de los musulmanes hasta entonces dependientes de la generosidad de los habitantes de Medina. “El alabado” presentó el éxito militar como una prueba del poder y la supremacía de Alá. Tras ello pasó a eliminar disidencias atacando a los hipócritas y a los clanes judíos. Al año siguiente, contra otro ejército superior en número, sufrió la derrota de Ohod. Desde el creciente providencialismo, la interpretación se establece en una prueba de Dios, que premia a los constantes, en términos de triunfo y aniquilación[8]. “Estos días los hacemos suceder entre los hombres, a fin de que Dios sepa quiénes creen y escoja, entre vosotros, testigos -¡Dios no ama a los injustos!-, con el fin de probar a Dios a quienes creen y aniquilar a los infieles”. Esta derrota dio alas a los descontentos en Medina, pero Mahoma cortó la rebelión –expulsando a los judíos- e intensificó las medidas diferenciadoras de sus seguidores estableciendo barreras de comunicación con otras comunidades: prohibió la bebida y el juego.

Como jefe político y militar demostró una voluntad de poder y de dominio que no existía en sus adversarios, dispersos y divididos. Los comerciantes de La Meca se mostraron a favor de terminar con una guerra que sólo les causaba perjuicios. Además, el giro nacionalista de Mahoma les permitía mantener su posición. Tuvo, sin embargo, que vencer en la batalla de Hunayn para ser el señor de la Arabia central, pero no consiguió dominar la norte al ser derrotado en Muta. En esta etapa, cuando empezó a vislumbrar el triunfo, intensificó los elementos teocráticos, y estableció la imposibilidad de pactos salvo entre iguales, o sea entre los creyentes, mientras que los miembros de las religiones del libro –judíos y musulmanes- podían ser tolerados en situación de inferioridad con impuestos especiales.

En el año 10 tras la hégira hizo la peregrinación solemne a La Meca, presentándose al tiempo como el profeta de una nueva religión para los árabes y “como restaurador de la religión de Abraham”[9]. En el año 11 diversas tribús se sublevaron afirmando contar entre sus miembros a nuevos profetas. Preparando la campaña de castigo murió Mahoma de fiebres el 8 de junio de 632.

El lenguaje bélico de El Corán es de inusitada violencia, establecida como voluntad de Alá. “Yo estoy con vosotros. ¡Consolidad en sus puestos a quienes creen! Arrojaré el pánico en el corazón de quienes no creen! ¡Golpeadlos encima del cuello! ¡Golpeadlos en la yema de los dedos!”[10]. Hay un ensañamiento genocida: “No es propio de un Profeta tener prisioneros hasta que haya encubierto la tierra con los cadáveres de los incrédulos” [11]. Hay con frecuencia una exaltación de la venganza y escasos sentimientos humanitarios como cuando exclama “¡Dios los mate!” con referencia explícita a los judíos y los cristianos[12]. “¡Profeta! ¡Combate a los infieles y a los hipócritas! ¡Sé duro con ellos”[13]. Todo en una ambientación de subido tono providencialista: “si cesáis en la lucha, será mejor para vosotros; si la reanudamos, la reanudaremos; no os servirá de nada vuestro número aunque sea grande: Dios está con los creyentes” [14].

EL EXTERMINIO O LA CONVERSIÓN UNIVERSALES

El Antiguo Testamento está lleno también de batallas y de intervenciones bélicas providencialistas con exterminio como contra los moabitas. Hay una diferencia en esa violencia divinal –execrable en cualquiera de los casos-, pues en el caso hebreo está relacionada con la tierra, con una promesa, restringida a un territorio, y como preservación del pueblo elegido, pero en el caso de Mahoma está relacionada con la fe. Apenas si contempla otra forma de conversión que a través de la imposición violenta y se trata de un designio universal: “¡Combatid a quienes no creen en Dios ni en el último Día ni prohiben lo que Dios y su enviado prohiben, a quienes no practican la religión de la verdad entre aquellos a quienes fue dado el Libro! Combatidlos hasta que paguen la capitación personalmente y ellos estén humillados”[15]. “No hay ciudad a la que nosotros no aniquilemos o atormentemos con terrible tormento antes del día de la Resurrección. Eso está en el Libro, escrito” [16]. La santificación de la guerra, en el sentido comúnmente entendido, es un estado permanente.

¿Sobre qué sustenta Mahoma la autoridad de su posición religiosa? Sobre la violencia. La suya es una teología de la guerra: es ésta la que justifica en sí el mensaje y es, a la vez, lo fundamental de él. Alá es grande y Mahoma su profeta, porque dan la victoria final sobre los incrédulos. Al contrario que los profetas anteriores, en cuya estela se sitúa como culminador, Mahoma no hizo milagros. De alguna manera asume los de sus predecesores, pero en su caso las pruebas de la fe son la espada y el libro.

AUTORITARISMO EXTREMO

Por supuesto el argumento fundamental es que se trata de una verdad revelada. El principio de la existencia de una revelación se acompaña con frecuencia del criterio de que esa verdad es manifiesta, de manera que la ausencia de reconocimiento –la falta de fe, la incredulidad- constituye un pecado, una perversión, un yerro moral que con frecuencia es consecuencia de una depravación de la conducta. A esa cuestión apunta la diferencia establecida por San Pablo entre el hombre viejo y el hombre nuevo, o la aseveración de que el hombre carnal no puede conocer las verdades divinas. La consideración de la incredulidad como una especie de ataque al contenido de la fe es habitual en las religiones, pues se considera que pone en cuestión el carácter manifiesto, obvio, de la verdad en sí. Este argumento ha llevado con frecuencia a fórmulas autoritarias por las que se trata de someter al incrédulo o de eliminarlo, considerando que la unidad en la creencia confirma su veracidad. Ese fue uno de los resortes con los que funcionó durante siglos la Inquisición de la Iglesia católica o en nombre del que se llevaron a cabo las guerras de religión europeas en los siglos XVI y XVII. También ha sido el principio de persecución de los disidentes en los países comunistas, considerando, por ejemplo, que quienes rechazaban el marxismo eran dementes, pues su verdad era manifiesta, una forma de revelación secular, y aún de mayor fuerza que las de las religiones, pues se trataba de una verdad científica.

Sin embargo, a título de ejemplo, la apologética cristiana establece tres pruebas en su favor, a modo de principios de contrastación: milagros, profecías y belleza moral del mensaje. Los milagros, como suspensiones momentáneas de las leyes de la naturaleza, manifiestan el poder divino y respaldan la revelación. Son observados por testigos. En el mismo sentido funciona el cumplimiento de profecías, de augurios establecidos sobre sucesos futuros. Estas pruebas, incluida la belleza moral del mensaje, buscan una armonización entre fe y razón. No resultan concluyentes para quien no tiene fe, pero implican, en su misma enumeración, un respeto a la autonomía de la racionalidad, un principio de tolerancia. Por supuesto, esa tolerancia se ha roto con frecuencia a lo largo de los siglos, pero el cristianismo, por muy diversas, curiosas y extravagantes que sean las costumbres de sus diversas corrientes y sectas, ha demostrado ser compatible con la tolerancia.

TEOCRACIA ABSOLUTA, SIN DIFERENCIA ENTRE FE Y RAZÓN

Esa diferencia entre fe y razón no existe en el texto canónico islámico. Aunque El Corán abunda en dicotomías excluyentes, sin zonas intermedias de neutralidad, casi todas ellas se basan precisamente en el hecho de que la única razón posible es la fe. De forma poética y algo elíptica el arabista francés Louis Massignon decía que al judaísmo le caracteriza la esperanza, al cristianismo la caridad y al islamismo la fe. La fe lo es todo. Entendida como obediencia. De hecho, no hay humanidad fuera de la fe. El no musulmán no pertenece a la especie humana. “La idolatría es peor que el homicidio”[17]. “Matadlos hasta que la idolatría no exista y esté en su lugar la religión de Dios”[18]. La apologética de Mahoma se basa en la violencia y en la belleza del Corán. Es una religión cuya coherencia es un autoritarismo circular, no deja resquicio para la tolerancia. Ibn Warraq describe bien este blindaje hacia la crítica que fundamente el totalitarismo islámico: “La verdad ha sido revelada de una vez por todas, imposible discutirla, relativizarla o incluso reflexionar sobre ella. El Corán se pretende eterno. Cada uno debe obedecer con cuerpo y alma, pues por el contrario las sanciones serán terribles. En estas condiciones, intentad exponer la menor ironía, el menor espíritu crítico, la menor puesta en duda de orden histórico o filológico…”[19].

Mahoma y el Corán rechazan cualquier contrastación. Por de pronto rechazan, contra la evidencia, cualquier historicidad. El libro santo del Islam no es obra de Mahoma, sino recopilación posterior. Está formado por ciento catorce azoras o capítulos, dividido en aleyas rimadas o versículos. Los capítulos están ordenados de mayor a menor número de aleyas, sin orden cronológico. En vida de Mahoma los comentarios de sus revelaciones eran aprendidos de memoria por sus seguidores. Con el tiempo, la muerte de estos recitadores hizo ver la conveniencia de poner por escrito esos pensamientos. Esa labor fue encargada por el siguiente califa, Abu Bakr a Zayd b. Tabit. Se trata, pues de una recopilación. En ese sentido resulta acumulativa. Incluso resulta piadoso el comentario de que “hay en el libro mucha palabra superflua, así como innumerables reiteraciones”[20]. La historia de Moisés está contada más de cincuenta veces, sin variaciones resaltables. La de Noé, veinticinco. Y eso sucede con numerosos sucesos del antiguo y del nuevo testamento. La eliminación de las reiteraciones reduciría de manera sensible el Corán. La regulación de la vida de los musulmanes es incoada, pero sobre todo se encuentra en los hadiz o dichos, por los que mediante la fórmula alguien dijo que había escuchado al Profeta se concreta un contenido que en el Corán es vago. De hecho, la sharia, el código penal islámico, principal reivindicación integrista, vigente en numerosos países, no se encuentra en el Corán sino en tales comentarios recopilados por generaciones posteriores.

LA TOLERANCIA, EL PEOR PECADO

La tradición musulmana con base en el propio Corán ha deificado el libro situándolo como la copia del que se encuentra en el paraíso. Es decir, mientras judaísmo y cristianismo consideran sus libros inspirados, a través de autores humanos, causas segundas, la autoría del Corán se establece directamente divina. Con estos precedentes, es de todo punto lógico que el texto coránico resulte obsesivo respecto a la incredulidad. Como si se sintiera amenazado sobre bases débiles, toda disidencia pone en riesgo a la verdad manifiesta y al edificio de los creyentes. Ese sentido de la verdad manifiesta, sólo negable por una depravación moral, está llevada hasta el extremo: “Las peores bestias, ante Dios, son los infieles”[21]. Negada la racionalidad de los discrepantes, la verdad resulta incuestionable. Conviene precisar que, según ese esquema, los preceptos morales islámicos quedan reducidos a los límites de los creyentes. Por ejemplo, por supuesto la vida es sagrada, como en las otras religiones monoteístas. Así: “no mataréis a una persona si no es como justicia. Dios os lo ha prohibido”[22], pero bien entendido que sólo es persona el creyente y sólo hay vida en la fe.

El Corán muestra una constante obsesión de Mahoma por no ser creído, e incluso un intenso resquemor por ser ridiculizado. En estos puntos es muy explícito. Son frecuentes las referencias a quienes le acusan de hacerse eco “de leyendas de los antiguos” o de “haber recibido la revelación de un mortal”. Esa obsesión va pareja al odio contra los incrédulos y un insano deseo de venganza. Las referencias ofrecen, de esa forma, verosimilitud al mensaje de cara a los creyentes, pues resultan la explicitación de una conjura o de una mentalidad conspirativa. Esto es frecuente en la idea de la verdad manifiesta, pues la increencia es el fruto de una maldad congénita. Quienes no creen no son, en ningún caso, neutrales, sino que se oponen a la fe y conspiran contra ella. La justificación de la fe en Mahoma es la guerra, la eliminación del infiel o el impío, pues sólo de esa forma puede ponerse fin a tal conspiración. Si todos creen, la verdad es, en sentido pleno, manifiesta. La ausencia de todo disidente es, de hecho, la parusía islámica, cumplida por el Madihd, personaje que vendrá al final de los tiempos, y que algunos musulmanes especulan con que será Jesús, conjuntando de esa forma la profecía evangélica del segundo advenimiento.

Conviene precisar que tal grado de autoritarismo se compagina con una teología sencilla de cuerpo doctrinal escaso. La unicidad de Dios es prácticamente el único dogma. Es una reafirmación del monoteísmo hebraico. No hay novedad, ni creatividad religiosa, tampoco en las postrimerías, bien explícitas en el cristianismo, salvo en la descripción de un paraíso sensual, con jardines recorridos por ríos subterráneos, donde son lícitos algunos placeres prohibidos en la tierra, como licores que no embriagan, y donde hay mujeres de ojos rasgados, vírgenes, no tocadas por hombres ni demonio. En el Corán en sí no queda claro si las mujeres se salvan, pues las huríes parecen fruto de una creación ulterior no bien explicada.

Aunque los politeístas son blanco de las iras, y si bien el Corán ni contempla ni se plantea la increencia agnóstica o el ateísmo, el pecado mayor es la apostasía. Lógico desde el autoritarismo extremo de la verdad manifiesta en el que se sitúa Mahoma. No tanto, como suelen decir algunos de sus seguidores, porque rompa la fortaleza interna (la solidaridad se diría ahora) de la umma, sino porque rechaza la verdad. Ésta es tan manifiesta que después de haberse sostenido el daño producido por la negación sólo puede resolverse con la muerte. Aunque para cualquiera de los impíos (la impiedad es sinónimo de incredulidad) las penas del infierno serán dolorosas, la apostasía ha de ser perseguida con preferencia mediante el ajusticiamiento o asesinato del apóstata. Algunos escritores e intelectuales de naciones musulmanas conocen bien los efectos prácticos de este designio en nuestros días. Ese fue el sentido de la fatwa contra Salman Rhusdie o la persecución de la escritora pakistaní Taslima Nasrin. Como resalta Ibn Warraq, “el problema de la ley divina es que excluye toda aproximación serena y racional. Donde la sharia encuentra su aplicación, sea donde sea, dos grupos son sistemáticamente las víctimas: las mujeres y los no musulmanes. Estos últimos son considerados como inferiores y los apóstatas merecedores de la muerte”[23].

La idea de tolerancia es por completo extraña al Corán. Es, de hecho, su negación. Un pecado. “No hay tolerancia islámica: cuando el Islam ha crecido lo ha hecho a través de la espada, destruyendo la cristiandad en Oriente o la cultura persa secular, no dejando del pasado otra cosa que ruinas”. Ese es el sentido de la destrucción de los Budas de Bamiyan por la tiranía talibán. ¿No hay tolerancia, como se repite en abundancia, hacia las religiones del Libro, hacia judíos y cristianos? No, salvo que se entienda por tal la obligación de llevar vestimentas distintas, de pagar impuestos especiales y de no poder tener bajo su mando a musulmanes. Esas medidas tratan de resaltar la superioridad del creyente y forzar la conversión, pero en cualquier caso están justificadas porque la verdad es manifiesta, y por ende los infieles han de ser infelices y tener un status inferior.

Mahoma trata más de vencer que de convencer. La suya es una teología de la guerra. Pues la verdad es manifiesta, debe imponerse. Pues la verdad es manifiesta, la existencia de una sola persona que la niegue representa la negación absoluta de su contenido. La eliminación de los infieles por los creyentes está presente de continuo en el Corán. La venganza es una virtud, de la que participa Dios: “Han considerado falsa la verdad cuando ésta les ha venido; les vendrán noticias de lo que se han burlado. ¿No han visto a cuántas generaciones hemos aniquilado antes que a ellos?”[24]. La tolerancia contradice el principio musulmán y su finalidad.

La argumentación, en ese sentido, es circular, cerrada. El Corán no acepta la crítica, porque niega la posibilidad de yerro, incluso cuando cae en contradicción. Contradicciones prácticas como el cambio de la alquibla cuando de la orientación hacia Jerusalén se pasó a La Meca. La explicación es meramente voluntarista y se remite a Dios: “Dirán los insensatos: ¿Qué les hizo girarse respecto de su alquibla, aquella que tenían? Responde: Oriente y Occidente pertenecen a Dios; Él guía a quien quiere hacia el buen camino (…) Fue grande la perplejidad excepto para aquellos a quienes Dios guía, pues Él no os haría perder vuestra fe”[25]. Las contradicciones entre las propias aleyas del Corán es resuelta mediante la ley del abrogante y el abrogado, de forma que la última aleya tiene validez sobre la anterior. Hay una contradicción esencial. En principio Mahoma predica una religión nacional para un pueblo elegido, los árabes. Como señala V.S. Naipaul, premio nobel de Literatura 2001, “en sus orígenes, el islam es una religión árabe. Cualquiera no árabe que sea musulmán es un converso. El islam no es simplemente una cuestión de conciencia o de creencias, pues tiene exigencias imperiales. Cambia la visión del mundo del converso. Sus lugares sagrados están en tierras árabes; su lengua sagrada es el árabe. La idea sobre la historia cambia también para el converso. Rechaza la suya, y le guste o no, pasa a formar parte de la historia árabe. Las sociedades experimentan un enorme trastorno, que puede seguir sin resolverse incluso al cabo de mil años; la separación tiene que renovarse una y otra vez. Las personas construyen fantasías sobre quiénes y qué son, y en el islam de los países conversos existe un elemento de neurosis y nihilismo. Estos países pueden entrar en ebullición fácilmente”[26]. Y, sin embargo, esta esencia árabe se hace compatible con el principio universalista de los hanif, los hijos de Abraham, por el que todos los seres humanos nacen musulmanes, pero son luego educados como infieles. Esto, en el fondo, implica un principio larvado de apostasía y justifica el designio de dominio completo.

LA GUERRA ES SANTA

La jihad no es contemplada como un esfuerzo o en el sentido de la ascesis cristiana de perfeccionamiento interior, sino en el bélico, tal como se entiende comúnmente. La financiación de la guerra está bendecida. La muerte en ella es premiada con el acceso al paraíso. Hay, sin embargo, apuntes en la dirección de contemplar, al menos como posibilidad, una coexistencia pacífica, entre comunidades, no dentro de la musulmana, que situaría la jihad en términos de respuesta a agresión externa, caso en el que concurrir a la guerra santa es una obligación para todos los varones. La idea de concordia se encuentra en la azora 60: “Es posible que Dios establezca la concordia entre vosotros y quienes son vuestros enemigos. Dios es poderoso, Dios es indulgente, misericordioso. Dios no os ha prohibido el ser buenos y equitativos con quienes no os han combatido ni os han expulsado de vuestras casas por causa de la religión. Dios ama a los equitativos. Dios sólo os ha prohibido, respecto de quienes os combatieron en la religión, os expulsaron de vuestras casas y cooperaron en vuestra expulsión, que los toméis por amigos. Quienes los tomen por tales, éstos son los injustos”. En algunos momentos se anima a la predicación –“Llama a la senda de tu Señor con la sabiduría y la bella exhortación. Discútelos con aquello que es más hermoso”-, pero siempre desde la preeminencia del Islam y sin descartar nunca la guerra y la violencia como el camino de ganar adeptos: “Cuando llegue el auxilio de Dios y la victoria y veas entrar a las gentes, a bandadas, en la religión de Dios, entona el loor de tu Señor y pídele perdón. Él es remisorio”[27].

La negación de toda discrepancia sitúa al islamismo originario, desde su texto canónico, en un fanatismo estricto. Entonces, ¿en dónde sostener ese mito de la tolerancia islámica? Hay de nuevo que referirse al choque de tiempos. El estatuto de dinim, el impuesto de capitación de judíos y cristianos, podía ser comprensible, y aún avanzado, en los siglos primeros de la Edad Media. En la España cristiana los judíos venían obligados a pagar un impuesto por persona y en algunos lugares uno recordatorio de las treinta monedas cobradas por Judas a cambio de su traición. Pero no puede hablarse en términos de tolerancia, tal y como la concebimos desde la Ilustración hasta nuestros días. Como recuerda el historiador César Vidal[28], la principal fuente de ingresos de los Omeyas de Córdoba, tenidos por el sumum de la tolerancia, era la trata de esclavos. En las conquistas nunca se respetaron, como hemos visto recordar a Naipaul, las culturas anteriores. Por el contrario, Amin Maalouf recuerda la impresión de fanáticos que dejaron los cruzados. Por ejemplo, en la toma de Jerusalén en la primera cruzada reseña la escena narrada por comentaristas musulmanes: “es cierto que los caballeros de Occidente son famosos por su bravura, pero su comportamiento ante los muros de Jerusalén es algo desconcertante a ojos de un militar avezado. Iftijar espera verlos construir, nada más llegar, torres móviles y diversos instrumentos de asedio, y cavar trincheras para precaverse de las salidas de la guarnición. Sin embargo, lejos de dedicarse a estos preparativos, han empezado por organizar en torno a los muros una procesión encabezada por sacerdotes que rezan y cantan a voz en grito, antes de lanzarse como posesos al asalto de las murallas sin disponer de la menor escala. Por más que al-Afdal le ha explicado que estos frany querían apoderarse de la ciudad por razones religiosas, un fanatismo tan ciego lo sorprende”[29].

Desde entonces, sin embargo, han cambiado poco las cosas en el Islam. Como apunta el filósofo Javier Hernández Pacheco, no hay en el islamismo un proceso similar a la Ilustración: “Hay en el Islam múltiples valores religiosos y humanos que se podrían incorporar a una comprensión compartida del mundo tan pronto el oriente islámico realice históricamente la depuración humanista de su ideal religioso. Eso fue para Occidente la Ilustración, desde la que el atentado terrorista es un horror incomprensible, mientras que es pura lógica para una comprensión religiosa que tiene esa Ilustración todavía pendiente”[30]. La cuestión no es transferir la voluntad de cambio, sino interrogarse y buscar explicaciones para el inmovilismo. La proscripción de todo debate, la exigencia de “sumisión” no favorece, podría decirse que imposibilita, la evolución en el mensaje, anquilosado en el tiempo. El Corán no es un libro para meditar, sino para recitar. No se reflexiona sobre él, se memoriza. Hay por supuesto escuelas y tendencias diversas, como los sunníes y los chíies. O la extinguida tendencia jarachí, que sólo concede validez al Corán, negándoselas a los hadiz. Los sufíes, llamados así por las gruesas chaquetas de lana que vestían, desarrollaron una tendencia mística y espiritual, a la búsqueda de un trato personal con Dios, en una religión en que la unicidad de Alá tiende a situarlo como una abstracción. La tendencia sufí ha sido prácticamente sofocada. Es hoy en día cuestión literaria occidental, más que realidad musulmana. Averroes, el racionalista aristotélico, de tanta influencia en el cristianismo medieval, cuyos Comentarios dominaron por siglos la Sorbona y fundamentaron la escolástica, es considerado un simple hereje.

El Corán tiene un contenido consuetudinario, relacionado con el contexto de la época. La esclavitud o la poligamia podrían ser interpretadas como meros criterios de tolerancia a instituciones preexistentes, pero tal criterio, sostenido por algunos autores musulmanes, no se tiene en cuenta, porque el texto coránico pretende ser asumido por completo sin evolución posible. Las interpretaciones alegóricas o analógicas, tan fundamentales en la teología cristiana, son consideradas heréticas, y han sido condenadas por sistema por la universidad de Al Azhar. La falta de una autoridad central ha tenido, en ese sentido, un efecto perverso pues cualquier grupo o ulema se ha sentido con capacidad en las últimas décadas para emitir fatwas con declaraciones de kafir o impío, reclamación directa al asesinato. Fue el caso del intelectual egipcio Farag Foda por oponerse a la imposición de la sharia[31], o de Nasr Abu Zeid, profesor universitario que se vio obligado a refugiarse en Europa cuando fue “divorciado” por un tribunal, pues un “apóstata” no podía seguir casado con una musulmana. O del premio Nobel de Literatura, Naguib Mahfuz, apuñalado, tras numerosas amenazas, por considerar sus novelas indecentes.

El fundamentalismo está seriamente instalado en el Corán. La insistencia en la verdad manifiesta y la justificación de la violencia abren un riesgo permanente de intensificar el rigorismo de la ortodoxia y emprender el camino de las armas, o a través del terrorismo o de la guerra. La idea integrista de que “el Islam es un sistema completo y total” no se compadece mal con el texto coránico en el que no existe diferenciación ninguna entre política y religión.

La concepción de la verdad manifiesta no sólo legitima el autoritarismo, lo precisa. Esa verdad ha de imponerse por el poder político, sin resquicios para la autonomía personal, ni espacio para la discusión, mediante la adhesión a la ortodoxia. De esa manera, una de las materias tradicionalmente prohibidas en el mundo islámico es el derecho político. Ya hemos visto como la escisión chíi se produjo por una discusión sobre la esencia del poder islámico, por considerar necesario la continuidad carismática de los herederos del Profeta. La concepción del poder islamista es teocrática. Pero si los chíies resolvieron su derrota y contradicción mediante la curiosa forma mesiánica de que Alí y aún más su hijo Husein, se “ocultaron” en vez de morir, y reaparecerán en otro momento de la historia, el islamismo en su conjunto vive en una contradicción más profunda, intensificada desde la desaparición del califato otomano en 1924, último vestigio de poder central. La idea de Hutginton de un Estado central capaz de aglutinar a la “civilización islámica” no es musulmana, pues el poder ha de ser personalizado, como lo fue la relación de Mahoma, jefe político y religioso, con Alá. Ese vacío enervante alimenta las fantasías de los islamistas. Tahar ben Jelloun, escritor marroquí, ganador del Premio Goncourt, en relación con la situación actual, afirma: “es verdad que los árabes, que los musulmanes están a la búsqueda de un líder”[32]. La recreación en el integrismo de la umma como proyecto político comunitarista no ha resuelto, en ningún caso, el problema ni la contradicción. Ha producido dictaduras como la sudanesa. Pero el misticismo islamista, político-religioso, alimenta las expectativas del surgimiento de un califa, un líder carismático, señor de la guerra, tras cuyo imaginario no es difícil percibir el sueño iluminado de Osama ben Laden.

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 AUTOR: Enrique de Diego

[1] Citado por José Morales, El Islam, Ediciones Rialp, pp.22-23
[2] Juan Vernet, introducción a El Corán, Plaza y Janés, p. 11.
[3] José Morales, El Islam, p. 24.
[4] Juan Vernet, p. 11.
[5] Juan Vernet, p. 12.
[6] Julio Vernet, op. cit. p. 17.
[7] El Corán, azora 2, 18
[8] Azora 3, 134-135
[9] Julio Vernet, p. 23
[10] Azora 8, 12
[11] Azora 8, 68
[12] Azora 9, 30
[13] Azora 8, 74
[14] Azora 8, 19
[15] Azora 9, 29
[16] Azora 16, 60
[17] Azora 2, 187
[18] Azora 2, 189
[19] Ibn Warraq, autor de Pourquoi je ne suis pas musulman, Editorial L’Age d’homme. Entrevista en Le Figaro Magazine, 6 de octubre de 2001.
[20] José Morales, op. cit. p. 139
[21] Azora 8, 57
[22] Azora 6, 152
[23] Entrevista en Le Figaro Magazine, 6 de octubre de 2001
[24] Azora 6, 4-6
[25] Azora 2, 136-138
[26] V. S. Naipaul, Exigencias imperiales del islam, en ABC, 12-10-2001
[27] Azora 110, 1-2
[28] En Libertaddigital, 2 de octubre de 2001
[29] Amin Maalouf, Las cruzadas vistas por los árabes, Alianza Editorial, pp. 80-81
[30] Javier Hernández Pacheco, En Época, nº 865, 14 de septiembre de 2001
[31] Gilles Kepel, La Jihad, Ediciones Península, p. 453
[32] Entrevista en El Mundo, 14 de octubre de 2001

SABIOS NO TAN SABIOS

 

La enseñanza islámica la llevan a cabo los ulemas (sabios) que en realidad son «sabios» solo en un pequeño ámbito del saber: han aprendido el Corán de memoria, han tomado los viejos dichos atribuidos a Mahoma (Sunna) y centenares de miles de respuestas jurídicas de otros imanes. Pero no han estudiado matemáticas, sociología, psicología; la Historia para ellos se limita al mundo islámico; el estudio de las religiones se hace sólo con función apologética, por si el islam es atacado. Es como si nuestros sacerdotes hubieran estudiado sólo la Biblia y además, partiendo de comentarios antiguos.

¡¡MENUDOS SABIOS!! y, es evidente, si esos son los «sabios musulmanes» y el llamado «pueblo musulmán» sigue los dictados de estos «sabios» es facil de entender muchos de sus «civilizados» actos y su «progresista» y mega moderna intelectualidad.

Vamos a poner dos efemérides que se llevan entre ellas mas de 500 años, en ambas están implicados los «civilizados» musulmanes, a saber:

1526 – Destrucción y saqueo de la mayor parte de la biblioteca de Matías Corvino, rey de Hungría, en la conquista de Buda por los turcos musulmanes.

Toulouse- Francia: 2005-11-05 – Al final de la tarde una turba de jóvenes  mahometanos saquean e incendian una biblioteca pública.

Otra demostración mas de lo que es la «civilización islámica» y, como puede suponerse, esto NO TERMINA AQUÍ, si, si, hay mas, MUCHAS MAS, INNUMERABLES, para hacer post y post y post y post…

Cosa que no seria necesaria si en occidente nos quitaramos de una vez las gafas de madera y plantaramos definitivamente cara a esta horda de bárbaros, ilegalizando tan aberrante doctrina.

COMPAÑERO BLOGUERO AMENAZADO DE MUERTE POR ISLAMISTA.

 

Este comentario fue recibido en su blog,la polémica,por mi querido compañero colombiano del staff en dicho blog, creado por el mismo y compañero también en el blog  Patria Judia Jaime:

” sharoneose dice:

19 febrero, 2011 en 10:47 AM

Ustedes los judios son la peste mas grande que a podido dar este mundo. havlan mal de nuetra buena religiòn y no hasen mas que asesinar a nuestra gente. Que me disen de los constantes bombardeos a los que zometen a nuestrs hermanos palestinos?
Allà en aganistan estan matando mujeres y niños. Si porque ustedes y los norteamericanos son los mismos. Allà en eeuu lo que vive es puro judìo maldito.
Nuestra yihah islàmica seguirà adelante. tenemos que acbar con todos los infieles que viven en los paices ocidentales. entre mas dìa ganamos mas territorio. Ya estamos en todos sus paìces. Alà nos dara la vitoria tarde o temprano.
No saben en lo que se estàn metiendo los dueños de este blog antimusulman. Tarde o temprano daremos con ustedes y los aniquilaremos. Mientras tanto sigan insultando a nuestra gente, a nuestra religiòn todo lo que ustedes quieran.
ya los tenemos en la mira desgraciados.”

TODA MI SOLIDARIDAD CON EL AMIGO JAIME Y SUS COLABORADORES DEL BLOG ”LA POLEMICA”, ENTRE LOS QUE ME ENCUENTRO, POR INVITACIÓN DE EL, YA QUE EL ES EL CREADOR DE DICHO BLOG.

Y PARA QUE VEAN COMO SE LAS GASTAN CIERTOS SUJETOS.

POR CIERTO, UNA VEZ MAS PODEMOS VER QUE ESTOS IMPRESENTABLES ¡¡¡NO SABEN NI ESCRIBIR, SON ANALFABESTIAS!!!.

NO SOLO ES LA ORTOGRAFÍA, ES TAMBIÉN LA SINTAXIS.

Y NO ES UNA BROMA, LO QUE EL ANORMAL SUPERLATIVO DICE ES, EXACTAMENTE, LO QUE PIENSAN EN EL ISLAM, YIHAD Y SOMETIMIENTO DE TODOS LOS QUE NO NOS CREAMOS LAS PATRAÑAS DE ESE PANFLETO INFECTO QUE LLAMAN COCHINÁN….UPPSSSSS…..EXCUSE ME, CORÁN…bueno, es igual, SUENA IGUAL DE GUARRO Y APESTOSO.

HE SACADO UNA CAPTURA DE PANTALLA DEL COMENTARIO CON LA IP Y TODO LO QUE VIENE, DE MOMENTO LA GUARDO EN MI DISCO DURO PERO…AHÍ ESTÁ, ES UNA PRUEBA.

 

 

 

NUEVA PROVOCACIÓN Y AMENAZA ISLÁMICA.

A continuación la traducción de unas declaraciones formuladas por Mohamed Sabaoui, un joven sociólogo de origen argelino, catedrático de la Universidad Católica de Lille, nacionalizado francés.

Nuestra invasión pacífica en el ámbito europeo aún no ha concluido. Tenemos la intención de actuar en todos los países simultáneamente. … A medida que tenemos más y más espacio, sería estúpido por nuestra parte no aprovecharnos… Nosotros seremos vuestro “Caballo de Troya”.

Os habéis convertido en rehenes de los derechos humanos que siempre estáis reclamando. Si por ejemplo, vosotros os dirigierais a mí en Argelia o Arabia Saudí del modo como yo estoy hablando ahora, en el mejor de los casos seriáis detenidos en el acto.
“Vosotros, los franceses, no sois capaces de imponer el respeto a nuestros jóvenes”.

¿Por qué habrían de respetar un país que se rinde ante ellos? Solamente se respeta lo que se teme. Cuando tengamos el poder, ya no veréis a un solo árabe prender fuego a un coche o atracar una tienda. Los árabes saben bien cual es el implacable castigo que se merecen en estos casos, al ladrón se le amputa la mano que ha robado.

El mismo Mohamed Sabaouri en una reciente entrevista reproducida en “Le paradoxe de Roubaix”:

”Las leyes de vuestra República no se parecen a las del Corán y no deben ser impuestas a los musulmanes, que solamente pueden ser gobernados por la Sharia. Por lo tanto nosotros estamos dispuestos a trabajar para conseguir este derecho que nos ofrecéis.
Comenzaremos por Roubaix (1) que actualmente es una ciudad musulmana con una mayoría que excede el 60% de la población.

En las futuras elecciones municipales nosotros movilizaremos nuestros efectivos y el próximo alcalde será musulmán.
Después negociaremos con el Estado y la Región y declararemos Roubaix enclave musulmán independiente e impondremos la Sharia (Ley de Dios) para todos sus habitantes.

La minoría cristiana tendrá la categoría de Dhimmis. Esta será una categoría especial que podrá comprar sus libertades y derechos por medio de un impuesto especial.
Además vamos hacer todo lo necesario para convencerlos y persuadirlos a que acepten nuestra forma de ser.
Decenas de miles de franceses ya han abrazado voluntariamente el Islam, de manera que ¿por qué no tendrían que hacerlo los cristianos de Roubaix?

Actualmente en la universidad de Lille tenemos mensajeros de la fe, encargadas de convertir a los roubaisiens recalcitrantes, cristianos y judíos, para convencerlos a que acepten nuestra religión, porque Dios así lo quiere.

Si somos los más fuertes es por que Dios así lo quiere. No tenemos las obligaciones cristianas de dar asistencia al huérfano, al débil y al discapacitado. Al contrario, nosotros podemos y debemos aplastarlos si constituyen un obtaculo, sobre todo si son infieles”.

Fuente: Point de Bascule

Estas palabras difícilmente imaginables, ¿harán salir al fin a nuestros compatriotas del largo letargo?. O necesitaremos conocer en nuestra propia tierra, en nuestro entorno, los hechos perpetrados por los franceses en Argelia en 1962?

Tengamos en cuenta que si estas palabras hubieran sido pronunciadas por la boca de un católico, habrían provocado sin duda alguna una locura mediática, y su autor con toda probabilidad habría sido condenado forzosamente por “incitar al odio racial”.

Me pregunto si acaso se puede quedar indiferente ante un modo de expresarse tan claro. Va derecho al grano y nada de andar por las ramas, nuestro ingenioso catedrático, si que dice las verdades, aunque por ello pierda las amistades, como se suele decir.
Creo que es un toque de alerta que debería ser tomado en cuenta.

Tradución de: Monmar para “Islamización de Europa”

(1) Roubaix es una ciudad francesa situada en el departamento de Nord y la región Nord-Pas-de-Calais. Cuenta actualmente con algo menos de cien mil habitantes. Ya en un mapa del siglo IX se puede ver una referencia a Roubaix. Entonces, la ciudad era dependiente del obispado de Tournai. La ciudad pasó del estatuto de simple aldea al de ciudad importante bajo el reinado del señor Pierre de Roubaix en el siglo XV.

En el siglo XIX, Roubaix era una de las capitales mundiales del tejido. Su industrialización fue muy fuerte, con numerosas fábricas repartidas por toda la ciudad. De hecho, se la llamó incluso ciudad de las mil chimeneas. Hoy pocos de estos vestigios subsisten, pero todas las chimeneas que aún están en pie están protegidas.

Roubaix es el municipio de Francia con la mayor proporción de musulmanes (las cifras encontradas hablan de “cerca de un 50%”). Cuenta con siete mezquitas, y dos de ellas ostentan el título de “gran mezquita.

En los últimos treinta años se han construido más mezquitas y centros de oración para musulmanes en Francia, que templos católicos en el último siglo. El país galo cuenta ya con 2.150 mezquitas, casi el mismo número que Estambul, la mayor ciudad de Turquía.

Y el ritmo es progresivo. “La población musulmana en la Unión Europea crece un millón de personas al año, por lo que, a ese ritmo, la UE tendría al menos 40 millones de musulmanes en 2025. Francia es el país con mayor porcentaje de seguidores del Islam: un 10 por ciento”, agrega la publicación Alba. Un dato ilustrativo: entre el 60 y el 70% de los presos franceses son musulmanes. “Europa se islamiza cada vez más y Francia está por delante en la carrera”, añade Alba. Y España no se queda rezagada.

 
 

GUIA POLITICAMENTE INCORRECTA DEL ISLAM.

Existe una aceptación generalizada, hasta el punto de convertirse en axiomática, de que el castigo corporal islámico a las mujeres es de orden cultural, que no deriva del Corán y que actualmente el islam ofrece a las mujeres una vida mejor de la que pueden disfrutar en Occidente.

[…] Leila Ahmed, profesora de estudios sobre las mujeres y la religión en Harvard, [ha declarado]: «Me sorprende hasta qué punto la gente piensa que Afganistán y los talibanes representan a las mujeres y al islam». Ahmed dice: «Nos encontramos en las primeras etapas de un gran replanteamiento del islam para su apertura hacia las mujeres. [Los expertos musulmanes] están efectuando una relectura de los textos sagrados del islam, desde el Corán hasta los textos legales, en todas sus posibles alternativas».

 

Relecturas

 

(…) La «relectura» del Corán y de otros textos sagrados del islam, ¿va realmente a contribuir a «una apertura del islam hacia las mujeres»? Éstos son algunos de los textos de los que habría que efectuar una «relectura»:

– Las mujeres son inferiores a los hombres, y deben ser gobernadas por éstos: «Los hombres tienen autoridad sobre las mujeres porque Alá los ha hecho superiores a ellas» (Corán, 4: 34).

 

– El Corán compara a la mujer con un campo (tierra cultivable) a ser usado por el hombre según su voluntad: «Vuestras mujeres son vuestro campo de cultivo; id, pues, a vuestro campo de cultivo como queráis» (2: 223).

 

– También declara que el testimonio de una mujer vale la mitad que el de un hombre: «Y llamad para que sirvan de testigos a dos de vuestros hombres; y si no encontráis dos hombres, entonces, un hombre y dos mujeres que os parezcan aceptables como testigos, de modo que si una yerra, la otra subsane su error» (2: 282).

 

– Permite a los hombres casarse con hasta cuatro mujeres, y también tener sexo con esclavas: «Y si teméis no ser equitativos con los huérfanos, entonces casaos con otras mujeres que os sean lícitas: dos, tres o cuatro; pero si teméis no ser capaces de tratarlas con equidad, entonces sólo con una, o con aquellas esclavas que sean de vuestra propiedad. Esto hará más probable que no os desviéis de la rectitud» (4: 3).

 

– Ordena que la herencia de un hijo debe ser el doble que la de una hija: «Con relación a la herencia de vuestros hijos, Alá os prescribe lo siguiente: al varón le corresponde el equivalente a la porción de dos hembras» (4: 11).

 

– Indica a los maridos que golpeen a sus esposas desobedientes: «Las mujeres virtuosas son las verdaderamente devotas, que guardan la intimidad que Alá ha ordenado que se guarde. Pero a aquellas cuya animadversión temáis, amonestadlas, y luego dejadlas solas en el lecho; luego pegadles» (4: 34).

Aisha, la más amada de las numerosas esposas de Mahoma, amonestó a las mujeres en forma muy clara: «Oh, mujeres, si conocierais los derechos que vuestros maridos tienen sobre vosotras, entonces cada una de vosotras limpiaría el polvo de los pies de su marido con su cara».

 

Puede ser que individualmente los musulmanes respeten y honren a las mujeres, pero el islam no lo hace.

 

(…)

 

El matrimonio infantil

 

El Corán da por sentada la existencia del matrimonio infantil en sus directivas sobre el divorcio. En las consideraciones acerca del periodo de espera requerido para determinar si la mujer está encinta, dice: «En cuanto a aquellas de vuestras mujeres que han pasado la edad de la menstruación, y aquellas que no la tienen, su período de espera será de tres meses» (Corán, 65: 4; la cursiva es mía). En otras palabras, aquí Alá está previendo un escenario donde la mujer prepúber no solamente está casada, sino en el cual su marido se divorcia de ella.

 

Una razón de la «revelación» de este versículo a Mahoma es que él mismo tenía una esposa niña: el Profeta «se casó con Aisha cuando ella era una niña de seis años, y él consumó ese matrimonio cuando ella tenía nueve años». Los matrimonios infantiles eran habituales en Arabia durante el siglo VII, y aquí nuevamente el Corán ha retomado una práctica que debía haber sido abandonada hace tiempo, otorgándole el carácter de una revelación divina.

 

El castigo corporal a las mujeres

 

Una vez se le dijo a Mahoma que «las mujeres se habían envalentonado con sus maridos», por lo cual él «concedió el permiso para que las golpearan». Cuando algunas mujeres se quejaron, Mahoma señaló: «Muchas mujeres han acudido a la familia de Mahoma para quejarse de sus maridos. Ellas no son de las mejores entre vosotras». Estaba disgustado con las mujeres que se quejaban, y no con los maridos que les pegaban. En otro momento, agrega: «A un hombre no se le debe preguntar por qué pega a su mujer».

 

Otro hadiz relata que en una ocasión una mujer acudió a Mahoma para pedir justicia. «Aisha dijo que la mujer [vino] usando un velo verde, [y se quejó a Aisha de su marido, y le mostró una mancha verde en su piel causada por golpes]. Entre las mujeres, era una costumbre el respaldarse mutuamente, por lo cual cuando llegó el Mensajero de Alá, Aisha dijo: ´Nunca he visto sufrir tanto a una mujer como a las mujeres creyentes. ¡Mira! ¡Su piel está más verde que su ropa!´».

 

(…)

 

Una oferta que no se puede rechazar

 

Mahoma destacaba el hecho de que las mujeres eran posesiones de sus maridos: «El Mensajero de Alá dijo: ´Si un marido convoca a su mujer a su cama [para tener relaciones sexuales] y ella se niega y provoca así que él se duerma enfadado, los ángeles la maldecirán hasta la mañana siguiente´». Esto se ha mantenido en la ley islámica: «El marido solamente está obligado a mantener a su mujer cuando ella se entregue o se ofrezca a él, lo que significa que le permita gozar en forma absoluta de su persona, y que no se niegue a tener sexo con él en cualquier momento del día o de la noche».

 

No deben salir solas

 

La ley islámica estipula que «el marido puede prohibir a su mujer salir de su casa», y que «una mujer no debe abandonar la ciudad sin estar acompañada por su marido o por algún miembro de su familia política, a menos que el viaje sea obligatorio, como el haj [la peregrinación a La Meca]. En otras circunstancias, es ilegal que ella viaje, o que el marido le permita hacerlo».

 

Según Amnistía Internacional, en Arabia Saudí «las mujeres […] que caminen sin compañía, o que vayan en compañía de un hombre que no sea su marido ni tampoco un pariente cercano, corren el riesgo de ser arrestadas bajo sospecha de prostitución o de otras ofensas morales«.

 

 

 

Maridos temporales

 

Para un hombre musulmán no hay nada tan sencillo como el divorcio. Todo lo que tiene que hacer es decirle a su mujer: «Me divorcio de ti», y el divorcio queda consumado. La aparente crudeza de esta disposición pareciera estar mitigada por este versículo del Corán: «Y si una mujer teme ser maltratada o abandonada por su marido, no incurrirán en falta si ambos se avienen a reconciliarse pacíficamente: pues lo mejor es la reconciliación» (Corán, 4: 128). Pero esta apelación al acuerdo no es un llamamiento a un encuentro entre iguales, al menos tal como es interpretado por la Hadiz. Aisha explica este versículo: «Se refiere a la mujer cuyo marido ya no quiere conservarla, sino que quiere divorciarse de ella y casarse con otra, y entonces ella le dice: ´Quédate conmigo y no te divorcies, y cásate con otra mujer, y no tienes que mantenerme ni dormir conmigo´».

 

La posibilidad de que un hombre se divorcie de su mujer en un rapto de ira y luego quiera reconciliarse con ella da pie a otra originalidad de la ley islámica: una vez que una mujer musulmana se ha divorciado tres veces del mismo marido, debe casarse y divorciarse de otro hombre antes de poder volver con el primero: «Cuando un hombre libre se ha divorciado tres veces, es ilegal que se vuelva a casar con la misma mujer antes de que ella se haya casado con otro en un matrimonio válido, y que el nuevo marido haya copulado con ella».

 

(…)

 

Esta indicación ha dado origen al fenómeno de los «maridos temporales». Después de que un marido se divorciara de su mujer en un arranque de resentimiento, estos hombres iban a «casarse» con la infortunada divorciada por una noche para permitirle volver con su marido y su familia.

 

Licencia profética

 

Cuando Mahoma ya tenía nueve esposas y numerosas concubinas, Alá le otorgó un permiso especial para tener tantas mujeres como quisiera: «¡Oh Profeta! Hemos hecho lícitas para ti a tus esposas, a las que has pagado sus dotes, así como a las que tu diestra mano posee procedentes del botín de guerra que Alá te ha concedido. Y [hemos hecho lícitas para ti] a las hijas de tus tíos y tías paternos, y a las hijas de tus tíos y tías maternos que hayan emigrado contigo [a Yazrib], y a cualquier mujer que libremente se ofrezca al Profeta y con la que el Profeta quiera casarse, esto sólo como privilegio tuyo, no de los demás creyentes» (Corán, 33: 50). Estas profecías tan convenientes son numerosas en el Corán; Alá incluso ordena a Mahoma que se case con la atractiva esposa divorciada de su hijo adoptivo (33: 37).

 

El deseo de Mahoma ha cosechado amargos frutos. Estos pasajes del Corán son sólo dos ejemplos de la profunda convicción de que las mujeres no pueden ser iguales a los hombres en cuanto a su dignidad como seres humanos, sino que son objetos concedidos a los hombres y usados por éstos. La poligamia, desde luego, está basada en esta suposición, y se va trasladando hacia el Oeste con el islam. La poligamia ha pasado a ser tan común entre los musulmanes de Gran Bretaña, que a finales de 2004 los británicos consideraron su reconocimiento a los efectos de la aplicación de los impuestos.

 

Esposas temporales

 

El islam chiita, (…) dominante en Irán, también permite tener «esposas temporales». Esto es una provisión para los hombres que quieren tener una compañía femenina por un corto periodo de tiempo. En un matrimonio temporal, o mut’a, la pareja firma un acuerdo matrimonial que es el habitual en todos los demás aspectos, salvo que incluye un límite de tiempo para el mismo. Una tradición de Mahoma estipula que un matrimonio temporal «debería durar tres noches, y si ellos quieren continuar pueden hacerlo, y si se quieren separar, también». No obstante, muchas de estas uniones no llegan a durar las tres noches.

 

La autorización de esta práctica se basa en una variante chiita de la lectura de un versículo del Corán (4: 24), así como (…) en este párrafo de los hadices: «Jabir ben Abdulá y Salama ben al-Akwa han relatado: cuando estábamos en el ejército, el Mensajero de Alá vino a nosotros y dijo: ´Vosotros tenéis la autorización para el mut’a (…), por lo tanto, realizadlo´». Los musulmanes sunníes, que constituyen el 85% del total, proclaman que luego Mahoma revocó esta provisión, pero los chiitas no están de acuerdo con esa medida. De todos modos, las esposas temporales tienden a congregarse en las ciudades sagradas chiitas, donde pueden ofrecer compañía a los seminaristas solitarios.

 

Violación: se necesitan cuatro testigos

 

La mayor amenaza para las mujeres reside en la concepción musulmana de la violación, en la medida en que se conjuga con las restricciones islámicas respecto a la validez del testimonio femenino. En un juicio, el testimonio de una mujer vale la mitad que el de un hombre (Corán, 2: 282).

 

Los teóricos de la ley islámica han restringido aún más la validez del testimonio femenino al limitarlo, en palabras de un manual legal (…), a «casos relativos a la propiedad o a transacciones referidas a propiedades, tales como las ventas». En otros casos solamente pueden testificar los hombres. En los casos de abuso sexual, se requieren cuatro testigos. Éstos deben poder aportar otros elementos aparte de la mera testificación de que se ha producido un hecho de fornicación, adulterio o violación; en este último caso, deben haber sido testigos presenciales.

 

Esta disposición tan peculiar como demoledora tiene su origen en un incidente de la vida de Mahoma, cuando su esposa Aisha fue acusada de infidelidad. La acusación conmocionó especialmente a Mahoma, porque Aisha era su esposa favorita. Pero en este caso, como en muchos otros, Alá acudió en ayuda de su Profeta, le reveló la inocencia de Aisha e instituyó la estipulación de los cuatro testigos requeridos para los pecados sexuales: «¿Cómo es que no presentan cuatro testigos para probar su imputación? Pues, ¡si no presentan dichos testigos, son ésos los que, ante Alá, son en verdad mentirosos!» (Corán, 24: 13).

 

Por consiguiente, es casi imposible probar una violación en los territorios que siguen los dictados de la sharia. Los hombres pueden cometer una violación con total impunidad: si niegan los cargos y no hay testigos, serán absueltos, porque el testimonio de la víctima es inadmisible. Peor aún, si una mujer acusa a un hombre de violación puede terminar incriminándose a sí misma. Si no se pueden encontrar los testigos masculinos requeridos, la acusación de violación de la víctima pasa a ser una admisión del adulterio. Esto explica el grave hecho de que hasta el 75% de las mujeres encarceladas en Pakistán lo están por el crimen de haber sido víctimas de una violación.

 

(…)

 

La circuncisión femenina

 

(…) no es una costumbre específicamente islámica, dado que existe en una cierta cantidad de grupos culturales y religiosos de África y del sur de Asia. Entre los musulmanes, prevalece principalmente en Egipto y su entorno. A pesar de que, en el mejor de los casos, hay escasas referencias a esta horrible práctica en el Corán o en los hadices, los musulmanes que la practican la revisten de un significado religioso. Un manual legal islámico establece que la circuncisión es requerida «tanto para los hombres como para las mujeres».

 

Para el jeque Mohamed Sayed Tantawi, el gran jeque de Al-Azhar, la circuncisión femenina es «una práctica loable que honra a las mujeres». En su carácter de gran imán de Al-Azhar, Tantawi es, según palabras de un periodista de la BBC, «la mayor autoridad espiritual de casi mil millones de musulmanes sunníes». Quizás a los ojos del jeque Tantawi el dolor que causa a sus víctimas la circuncisión femenina bien vale el resultado; la mayor parte de las autoridades concuerdan en que la circuncisión femenina está diseñada para reducir la respuesta sexual de la mujer, de modo tal que sea menos propensa a cometer adulterio.

 

Las perspectivas a largo plazo no son nada halagüeñas

 

Mientras los hombres continúen leyendo y creyendo en el Corán, las mujeres van a ser ciudadanas despreciadas de segunda clase, sujetas a la angustia y la deshumanización de la poligamia, a la amenaza de un divorcio fácil y arbitrario; y, lo que es aún peor, van a estar sometidas a golpes, a falsas acusaciones y a la pérdida de la práctica totalidad de las libertades humanas más elementales.

 

No se trata de fenómenos que se den en un grupo o en un partido, ni de forma efímera. Son las consecuencias de considerar el Corán como la palabra absoluta, perfecta y eternamente válida de Alá. En la medida en que los hombres sigan creyendo firmemente en el Corán, las mujeres estarán en peligro.

 

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NOTA: Este texto es un fragmento editado del capítulo 5 de GUÍA POLÍTICAMENTE INCORRECTA DEL ISLAM (Ciudadela), de ROBERT SPENCER, titulado «El islam oprime a las mujeres».

www.librohispania.com/

RADIOGRAFÍA DE UN FUNDAMENTALISTA MUSULMÁN.

Esta vez, os quiero ofrecer el retrato de un fundamentalista musulmán (Yousef Al-Khattab). Para ello, he hecho una transcripción de una breve entrevista realizada por el divulgador científico Richard Dawkins, en una de sus visitas a Gaza.

R- Lo que noto al visitar estos centros religiosos, es cuanto odio fomenta la religión. Yo soy ateo y no odio a nadie, pero veo que aquí hay odio en todos los bandos.

Y- Yo odio a los ateos, porque a ellos no les preocupa si alguien está fornicando en la calle, no les importa si sus mujeres salen sin ropa en la televisión, para ellos no importa, no creen en nada. Usted no cree en una ley fija, sin una constitución que cambia, si no cree en las leyes de dios, ¿qué ley puede tener?, sólo leyes humanas.

R- ¿Qué piensas de los ataques del 11 de Septiembre y del ataque del 7 de junio en Londres?

Y- Ya que le gusta hablar sobre evolución comencemos con…¿Qué opina de que los judíos hayan destruido 417 pueblos árabes? Lo cual a ti no te afectó, ya que eres ateo ¿Qué deberíamos hacer?¿Tomar el té y decidir qué hacer? Creo que eso es ridículo, todo lo que puedo decir es que si no hubiera aparecido el Estado de Israel, no hubiera habido 11 S.

R- Pero, si tuviéramos que convivir juntos, no va a ayudar en nada que hubiera gente con una fe muy fuerte, que simplemente crean que están en lo correcto y no quieran argumentar, porque existe gente con una fe tan fuerte como la tuya, pero en sentido opuesto.

Y- El problema Richard, es que usted tiene miedo, usted sabe que ese estado ocupa tierras musulmanas y contamina la sociedad con ideas malignas, pero no va a durar para siempre, siempre habrá soldados de Alá respondiéndoles. Lo que queremos es que los no-musulmanes salgan de las tierras que Alá dejó a Mahoma, que se larguen de aquí.

R- ¿ Usted quiere que el Islam se apodere del resto del mundo?

Y- Claro que sí, y así será. Les aconsejo que limpien su hogar, quiten sus fuerzas de nuestras tierras. Corríjanse, arreglen su sociedad, corrijan a sus mujeres…

R- ¿Corregir a nuestras mujeres? Eso no me incumbe, es asunto de ellas…

Y- No, si es asunto tuyo. Cuando ustedes toman a sus mujeres y las visten como putas…

R- ¡Yo no visto a las mujeres, se visten ellas mismas!

Y- Pero ustedes permiten que sea una norma, que las mujeres vistan así ¿qué le ocurre a su sociedad? Estamos preocupados por ustedes ¿Qué ocurre con su sistema…?

A la cuestión planteada por Yousef, añadiré algunas más ¿Qué ocurre con las religiones? ¿Cómo influyen en nuestras vidas? ¿Es la religión un medio para coartar libertades? ¿Queremos una ley divina o una ley hecha por y para el hombre?

Como dijo el filósofo estoico Epiceto “Reflexiona mucho antes de decir o hacer algo, porque no podréis remediarlo después de dicho o hecho.

FUENTE: LA WEB DE EDUARDO GIL.

El extracto publicado es de una entrevista grabada por televisión que se puede encontrar en YouTube. Este radical no es un anciano salido de otra era con las costumbres de principios del s. XX: es un joven de no más de 35 años, creo que converso, que te hiela la sangre con su mirada cargada de puro odio. Anteriormente se llamaba Joseph Cohen y fué nacido y criado como judío secular en Nuva York, fue al mudarse a Gaza cuando descubrió “la fe verdadera”.

A ver cuando pensamos racionalmente de una vez e ilegalizamos doctrinas que van claramente contra esos derechos humanos que todos decimos defender.

El Islam es contrario a dichos derechos, está mas que claro y por tanto la solución también es clara, ilegalización y erradicación.

No hay otra fórmula y una vez mas voy a insistir en que ese «discursito pacifista» que muchos de ellos nos dicen EN NUESTROS IDIOMAS ES DE LO MAS FALSO, es para engañar, SU PROPIA DOCTRINA LO INDICA, LO PERMITE, SE PUEDE DECIR QUE LO ORDENA, PARA ELLOS ES LÍCITO Y NECESARIO, EN FAVOR DE «LA VERDADERA FÉ» EL MENTIR, ENGAÑAR, ENGATUSAR, etc., a QUIENES NO LA PROFESAN (es decir, LA INMENSA MAYORIA DE LOS QUE POBLAMOS ESTE PLANETA). Ellos PUEDEN MENTIR EN INGLÉS, EN ESPAÑOL, EN ALEMÁN, EN FRANCÉS, EN SUAJIRI, EN VASCO, EN MOGOL, EN CHINO, EN «COCKNEY LONDINENSE», EN «PASOTA MADRILEÑO», EN…lo que les de la gana, LA VERDAD SOLO ES PARA CUANDO ELLOS HABLAN EN ÁRABE CON LOS SUYOS.

Por lo tanto, BASTA YA DE DEJARSE ENGAÑAR, AQUÍ NO HAY NI «INTOLERANCÍA» NI COJONES EN VINAGRE, ES PURA DEFENSA, el tío LO DICE BIEN CLARO, SOMETER A TODO EL MUNDO A LA LEY CORÁNICA, AL ISLAM.

NO quiero terminar el post sin reseñar que OTRO DE LOS GRANDES ENGAÑOS ES ESE MIEDO «PORQUE SON MUCHOS», eso es UNA FARSA, a la hora de la verdad, y a pesar de ser cierto que tienen hijos como HAMSTERS (aunque no son inofensivos y simpaticos como ese tierno animalito), su población global representa lo que nos dice este gráfico:

Me parece a mi que la diferencia es BIEN CLARA, y ¿VAMOS A TENER QUE SOMETERNOS TODOS ANTE LO QUE REBUZNA SOLO UN 20,28 % DE LA POBLACIÓN MUNDIAL?, ¡¡POR FAVOR!!, BASTA YA DE HACER EL PRIMO.

La tan manida Declaración Universal de los Derechos Humanos dice, SI, que no se puede discriminar por razones de……, religión, …… pero ES QUE ESTA DOCTRINA POLÍTICO-RELIGIOSA SE BASA EN EL SOMETIMIENTO, LA DISCRIMINACIÓN Y EL MAS ENFERMIZO DE LOS DESPOTISMOS, NEGANDO ADEMÁS EL LIBRE ALBEDRIO, EL DERECHO A CREER O NO CREER.

Por tanto HAY CAUSA SUFICIENTE PARA ILEGALIZARLA Y ERRADICARLA.

Un nuevo orden mundial, una nueva ley, una nueva religión; PROGRAMA DE ISLAMIZACIÓN MUNDIAL.

 

PRUEBAS, PRUEBAS Y MAS PRUEBAS, PRUEBAS INCONTROVERTIBLES E INDISCUTIBLES.

Y no hay que olvidar otra cosa que los musulmanes tienen un DOBLE LENGUAJE el que usan entre ellos Y EL QUE USAN CON LOS OCCIDENTALES, YA SEA EN INGLÉS, FRANCÉS, ALEMÁN O ESPAÑOL.

Son tres videos con ARGUMENTOS QUE NO ADMITEN DISCUSIÓN por mucho que los ZetaPes, Pajines, Bibianas, Titiriteros varios como todos esos que apoyaron el barco de «supuesta» ayuda a los palestinos (¡¡¡PANDA DE FARSANTES…..!!!!) y que también se posicionan del lado de dictaduras feroces como la ejercida por los Castro en Cuba o la cada vez mas afianzada en Venezuela, manejada por el ínclito «Mugre» Chavez (las cuales, ¡oh, que casualidad, mantienen buenas relaciones con el los islamistas), digan.

El texto que los acompaña LO SUSCRIBO AL QUINIENTOS POR CIEN (por lo menos).

DESPIERTAAAA QUE ESTO ESTÁ PASANDO EN TUS NARICES, Y TE TIENEN ENTRETENIDO CON ESTUPIDECES!!!
NO DIGAS LUEGO QUE NO SE TE AVISÓ!,

El mundo está en camino a un gobierno mundial, bajo una religión única.

Ya existe todo un programa de islamización en Europa y las Americas, que está avanzando a pasos agigantados.

Una verdad que NO SE DEBE IGNORAR.

El islam es una religión de paz Esto es lo que nuestros políticamente correctos políticos proclaman. Aunque políticamente correcta, esta proclamación no es correcta. A decir verdad, el islam no es una religión de paz. Es una religión de odio, terror y guerra.

El islam como lo enseña el corán y como lo vivió Mahoma de acuerdo a los hadices (biografía y dichos de Mahoma), es una religión de Injusticia, Intolerancia, Crueldad, Aburdidades, Discriminación, Contradicciones, y fe ciega.

El islam promueve el asesinato de no-musulmanes, abusos de los derechos humanos de minorías y de las mujeres. El islam se expandió mayormente a través de Yijad (guerra santa contra no-musulmanes) y forzó su expansión mediante el asesinato de no-creyentes y disidentes. En el islam, la apostasía es el crimen más grande, castigado con la muerte. Mahoma mismo era fundamentalista, de manera que el fundamentalismo no puede separarse del islam verdadero.
El islam es el culto a satanás que vino a ENGAÑAR (por Al taqiyya), MATAR Y DESTRUIR (Yijad).
Un foro de discución
http://yahel.wordpress.com/

Miles de videos en:
www.muhammadtube.com

TEXTO BY: verdadalaluz |

COMO DEBATIR CON UN CREACIONISTA.

Un realmente interesante post procedente del blog (que además recomiendo) http://cnho.wordpress.com/ y que transcribo literalmente.

Mi opinión personal sobre el creacionismo es sobradamente conocida y los que no la conozcan ….jejeje…SE LA PUEDEN IMAGINAR:

 

 

Cuando llegan al blog comentarios de creacionistas negando la evolución, pidiendo evidencias científicas de la misma o con pretensiones de establecer un debate científico de igual a igual como si el creacionismo fuese ciencia se pueden mantener diversas actitudes: (i) entrar en el debate, siendo divulgativo, con el ánimo de hacer vale el peso de las evidencias aún sabiendo que el otro lado de la línea hay un sordo escuchando o bien (ii) pasar del tema para no acabar hablando de un libro escrito hace más de 2.000 años cuando en realidad se debía de estar discutiendo de aspectos de biología evolutiva.

Para resolver ese dilema hay que consultar otras fuentes, las de aquellos que, siendo expertos en biología evolutiva, han sido llamados a debate. Así S.J.Gould comenta en una conferencia impartida en 1985 en el Instituto de Tecnología de California:

El debate es una forma artística. Consiste en ganar argumentaciones, no en descubrir la verdad. Hay ciertas normas y procedimientos de debate que, en realidad, nada tienen que ver con el establecimiento de los hechos, pero sirven de mucho. Algunas de estas normas son: nunca digas nada positivo de tu propia postura porque lo pueden poner en tela de juicio, pero lánzate sin contemplaciones sobre las debilidades de tu adversario. Se les da bien. No me creo capaz de ganar a los creacionistas en un debate. Empatar sí puedo. Pero los creacionistas son muy malos en los tribunales de justicia, porque son sitios donde no se pueden soltar discursos. En un tribunal estás obligado a responder con concisión a las preguntas sobre los hechos que avalan tu teoría. Los destruimos en Arkansas. Al segundo día de un juicio que iba a durar quince, celebramos la fiestas de nuestra victoria.

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Otra opinión es la que nos presenta Nicholas Gotelli, la cual conocemos por medio de un artículo de PZ Myers en su blog Pharyngula. Nicholas Gotelli es un profesor de la Universidad de Vermont, y fue invitado recientemente a debatir con un representante del “Discovery Institute”. La invitación que le mandaron decía lo siguiente:

Querido Profesor Gotelli,
Hemos visto su intervención en Burlington Free Press y apreciamos su defensa de la libertad de expresión. A partir de ahí nos preguntamos si estaría abierto a buscar una forma de facilitarnos un foro para un debate sobre Ciencia Evolucionaria y Diseño Inteligente. El “Discovery Institute”, donde trabajo, tiene un patrocinador local en Burlington entusiasmado en que esto ocurra. Pero necesitamos un apoyo dentro del campus. Si no es el Departamento de Biología, puede que se le ocurra sugerirnos una alternativa.
Ben Stein podría no ser la mejor persona para representar el bando del Diseño Inteligente. Como sabe, principalmente se trata de un cómico. Una alternativa adecuada podrían ser nuestros compañeros David Berlinski o Stephen Meyer, matemático y filósofo de la ciencia, respectivamente. Incluyo enlaces a sus biografías debajo. Sea quien sea el que apoye el bando de Darwin; creo que estaremos de acuerdo en que resultará saludable para los estudiantes recibir diferentes puntos de vista, precisamente el espíritu detrás de invitar a locutores polémicos al campus, tal y como usted promovió recientemente.
Esperamos que le agrade la idea de criticar el Diseño Inteligente en un acto público, y que participe en el debate en cual represente el papel en el que se sienta cómodo.
Un buen material de apoyo a la discusión podría ser el libro del Dr. Meyer que será editado por HarperCollins en junio, “Signature in the Cell: DNA and the Evidence for Intelligent Design”. Por otra parte, el Dr. Belinski podría ser también una buena elección dado que ha llegado a criticar tanto el Diseño Inteligente como la Teoría de la Evolución.

¿Podríamos hablar de esto por teléfono durante los próximos días?»
Mis mejores deseos,
David Klinghoffer, “Discovery Institute”

La respuesta del Dr. Gotelli fue tan contundente y clara que merece la pena de ser compartida:

Querido Dr. Klinghoffer:

Gracias por su interesante y cortés invitación a establecer un debate sobre Evolución y Creacionismo, incluyendo su reciente re-etiquetado en forma de “Diseño Inteligente”, con un locutor del “Discovery Institute”. Su invitación es sorprendente, dado el tratamiento editorial que mis recientes publicaciones han recibido de usted mismo en el sitio web del “Discovery Institute”.

“No obstante este tipo de deshonestidad y de doble rasero es exactamente ya lo que la comunidad científica se ha acostumbrado a esperar de los creacionistas. El debate académico sobre temas controvertidos está bien, pero esos temas deben basarse en la realidad. No invitaría a un creacionista a debatir en el campus por el mismo motivo por el que no invitaría a un alquimista, a un ocultista, a un astrólogo, a un revisionista del Holocausto o a alguien que piense que la tierra es plana. Son ideas sin soporte científico y es el motivo por el que cualquier académico creíble las descartaría. El Creacionismo entra en la misma categoría.

En lugar de perder el tiempo en debates públicos, ¿por qué los miembros de su instituto no publican en revistas prominentes como “Science”, “Nature” o el “Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias”? Si quieren ser tomados en serio por científicos y académicos, aquí es donde deben publicar. El mercado de la publicación académica es intelectualmente libre y cualquier idea con pruebas empíricas creíbles será explorada cuidadosamente y en toda su extensión. Le aseguro que nada le resultaría tan excitante a un biólogo como una demostración científica de la falsedad de la Teoría de la Evolución o de la existencia de Dios. Sería un trabajo digno del Premio Nobel y sería publicado sin descanso por todas las revistas más reputadas.
La respuesta predecible por parte de Ben Stein y de otros creacionistas frustrados será la idea de una conspiración. Pero teorías así son una broma, dado que la ciencia le da el máximo valor a la honestidad intelectual y a cualquier estudio empírico que le de la vuelta a cualquier principio previamente establecido. El Creacionismo simplemente no soporta un estándar así, y por eso quienes lo proponen están reducidos a publicar en libros, blogs, sitios web y revistas de dudosa reputación.

Finalmente, ¿no resulta patético que su instituto, tan grande y tan bien financiado, tenga que recurrir a una pequeña universidad en el norte de Nueva Inglaterra? Los mejores científicos reciben frecuentemente invitaciones a departir en departamentos de Ciencia de todo el mundo, a menudo sobre temas nuevos y controvertidos. El primer Creacionista que publique auténtica ciencia recibirá de inmediato también tales invitaciones.

Así que espero que entienda por qué declino su oferta. Esperaré pacientemente a que el trabajo de los Creacionistas alcance las páginas de “Nature” o “Science”. Pero mientras no aparezca no es ciencia y no merece la invitación.

Para finalizar quiero agradecerle sinceramente la invitación y su artículo en el sitio web del “Discovery Institute”. Como biólogo evolutivo, no puede imaginar el honor que supone. Mis colegas se mueren de envidia.
Sincéramente suyo,
Nick Gotelli

P.D. Espero que me disculpe no contestar a más mensajes relacionados con esta cuestión. Por un rato me han entretenido, pero tengo trabajo de investigación y de enseñanza que hacer.

Otra opinión autorizada es la de Richard Dawkins, el cual opina que no es buena idea debatir con creacionista. ¿Por qué?, menos que nos lo cuente él mismo:

Y por encima de todo recordad: puede ser peligroso debatir con creacionistas

FUENTE: http://cnho.wordpress.com/2011/02/09/como-debatir-con-un-creacionista/#comment-38162