
El pretexto es que así se acabó con la violencia. La realidad es que Zapatero desató a la bestia encadenada, debilitada por la acción policial y judicial, para servirse de ella con oscuros intereses. Tres años antes se reunía con los terroristas secretamente. Como con Marruecos…luego la matanza y la extorsión callejera que lo sentó en La Moncloa. Las casualidades no existen, cuestión aparte el oscurantismo para que parezca que sí. A Zapatero le delatan las cejas de un auténtico hijo de Satanás.
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