
Este lunes, el propietario del restaurante El Galliner de Calella, (donde hasta el cura es más separatista que un Brhaman) ha acudido a la comisaría de Sant Andreu de la Barca por haber anunciado en un cartel que se negaba a servir a las fuerzas policiales españolas.
La Guardia Civil lo citó a declarar para que dé explicaciones sobre la pizarra que colocó en el exterior y en la que se podía leer que no serviría comidas a las fuerzas no autonómicas, discriminando así a los agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil.
La citación forma parte de la investigación que está llevando a cabo la fiscalía especial de delitos de odio y discriminación de Barcelona, debido a los escraches y discriminaciones a las que fueron sometidos los policías nacionales y guardias civiles en Cataluña durante esos días. Ahora, será el juez quien decida…
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