ORIGINAL IN ENGLISH: As a Muslim, I am Shocked by Liberals and Leftists

Son numerosos los progresistas que, sin conocer el contexto, compran esa mercancía. Al ponerse del lado del otro, probablemente sienten una suerte de superioridad moral: están ayudando a una causa, defendiendo al otro y salvando a una víctima. Pero esta superioridad moral es superficial y está fuera de lugar. Se parece más bien a ese proverbial muchacho que asesina a sus padres y después pide clemencia al juez por ser huérfano.
Quizá sea esa la razón de que muchos progresistas se nieguen a escuchar críticas al islam radical. Si el islam radical deja de ser expuesto como si fuera una víctima, se quedan sin la cálida sensación de ser moralmente superiores por defender a unas víctimas. Irónicamente, es lo mismo que mueve a numerosos islamistas radicales: el sentirse moralmente superiores defendiendo el islam. Los progresistas entonces se muestran confusos, y no saben qué responder porque soy musulmán, he crecido allí, no soy un musulmán occidental que jamás ha vivido en una sociedad musulmana. Ni siquiera soy un conservador occidental, con quienes también chocan. Muchos progresistas son como quienes están felizmente casados con una fantasía y, a pesar de las evidencias abrumadoras en contra, siguen aferrados a ella y a su forma binaria de pensar. Es como intentar decirle a tu amigo que es posible que la bailarina erótica con la que se quiere casar no desee quedarse en casa a tener niños y cocinar. Está tan enganchado a su ilusión que hará lo que sea para preservarla.
Ni que decir tiene, al final los progresistas, como todo el mundo, intentan preservar sus intereses económicos y políticos. Esas inversiones materiales y sociales también se ven amenazadas cuando prestan atención a los musulmanes que han sufrido la opresión y la tortura bajo el islam radical. Esos progresistas parecen sospechar, con razón, que esa nueva información podría crearles algún tipo de conflicto de intereses, así que posiblemente decidan que lo mejor será no escuchar, directamente. En su lugar, y de nuevo para proteger su inversión, muchos progresistas e izquierdistas ignoran o critican a esos musulmanes.
Por último, habría que mandar un breve mensaje a los progresistas. Querido progresista: si de verdad defiendes valores como la paz, la justicia social, la libertad y tus derechos, has de saber que tu visión apologética del islam radical va totalmente contra ellos. Tu visión incluso perjudica los esfuerzos de numerosos musulmanes que quieren reformar pacíficamente el islam para, precisamente, promover esos valores. Además, lamentablemente, tu visión del islam radical contribuye a la violencia contra y la represión de millones de personas: mujeres, niños, esclavos y todas esas personas que dices que quieres proteger. Esas son las verdaderas víctimas. Son sometidos, deshumanizados, aterrorizados, torturados, violados y golpeados a diario por los practicantes del islam radical y por la sharia, el núcleo del fundamentalismo. Es hora de que abras la mente y los ojos y veas lo que te observa atentamente.


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