A Francisco de Goya (1746-1815) se le suponen ciertas dotes premonitorias, por sus trabajos, que abarcaban desde retratos de Amantes Duquesas, tanto vestidas con elaborados trajes, como con la propia piel, hasta las más esperpénticas pesadillas con el Lumpen de su época como protagonista.
Cuando Goya, como el Lumpen no tenía Niñato Complutense al que votar, el entretenimiento consistía, básicamente, en emborracharse y apalearse mutuamente.
Y teniendo en cuenta todo esto, pero no la calidad de la obra del pintor, maestro de maestros, el nombre de Goya es bastante adecuado para el auto-homenaje anual que se dan los subvencionados «artistas»: LOS GOYA.
Invitados, además de los artistas nominados, sin nominar, y por nominar, conocidos como los de la ceja, están los miembros y miembras o miembratrices, queda más fino, más significados de la Portentosa Zurdería; el Jefe de todos ellos, que ni por respeto se pone corbata y chaqueta para oKupar las Cortes Españoles o visitar al Rey, viste un smoking (anglicismo de etiqueta) para la…
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